sábado, 29 de noviembre de 2014

Entrevista a Inma Luna a propósito de su novela "Mi vida con Potlach"


“Mi vida con Potlach” es una de las sorpresas editoriales de los últimos meses. Se trata de una novela que se aleja rotundamente de la mediocridad habitual gracias a la profesionalidad de su autora y la falta de aspiraciones engoladas: difícilmente dejará indiferente a los lectores de buen criterio literario. Su autora, Inma Luna (Madrid, 1966), es periodista y antropóloga. Antes había publicado una gran cantidad de producción literaria, siendo esta su primera novela. Acaba de reeditar su primer poemario, “Divina”, también con Baile del Sol, y otro de sus poemarios más recientes es “Cosas extrañas que sin embargo ocurren”, a cargo de la editorial Cangrejo Pistolero (2013). Atendiendo a su producción en prosa, existe un libro de relatos titulado “Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero” (Baile del Sol, 2008).

Esta entrevista surge por la gran calidad de la novela que tenemos entre manos: “Mi vida con Potlach”. Después de leerla, estábamos deseando conocer a Inma y preguntarle acerca de un buen puñado de cuestiones. Su predisposición para concertar una cita y realizar la entrevista fue inmediata, y comprobamos en persona que su amabilidad es tan grande como la sonrisa que luce en todas sus fotografías. Nos citó en un local absolutamente encantador, y tras un té de nombre evocador y la mejor música de fondo, esto fue lo que nos contó: 


“Mi vida con Potlach”, el proceso.

Pregunta: En primer lugar, hasta ahora conocíamos su trayectoria literaria a través de sus relatos publicados, pero principalmente por su poesía, que además nos parece muy íntima, muy femenina y muy personal (que se aleja un tanto de la poesía narrativa)… ¿cómo surge ese salto a la novela, qué sucede?

Respuesta: Aparte de poesía, siempre he escrito también relatos: para mí, la diferencia esencial entre escribir poesía y narrativa está sobre todo en lo que hay de ficción en cada cosa. En la poesía no hay nada de ficción, es decir, todo lo que pongo sobre el papel es lo que realmente pienso, lo que siento. Quizá no todo lo experimento, pero sí es mi visión del mundo. Ahí no hay nada ficticio, no hay ningún personaje creado. Para eso me habían venido muy bien los relatos, había conocido muchos personajes muy interesantes.

P: No ha caído en la trampa del poeta que de pronto irrumpe en la narrativa escribiendo prosa lírica o incluyendo poemas entre los capítulos… ¡y queremos darle la enhorabuena por ello! ¿Cómo ha sido la experiencia escribiendo narrativa?

R: Yo tenía una idea en la cabeza: quería contar cómo a veces, aunque nos cerremos a las sorpresas que la vida nos depara, la vida se empeña en irnos cambiando ese trayecto: cómo era casi inevitable que la vida fuese cambiando el camino que tú has elegido. Pero no sabía con qué historia iba a explicar esto. Entonces, como no tenía experiencia en novela, al principio empecé a redactar esquemas, a pensar por capítulos, a hacer la dinámica que puedes encontrar en cualquier taller de cómo escribir una novela. Bueno, pues fui incapaz de funcionar así. Entonces, empecé a escribir de una manera más intuitiva, y en ese otro comienzo surgió Luis, el protagonista de la novela, que en principio yo no sabía ni siquiera si iba a ser un hombre, no lo tenía nada claro.

Pero de repente aparece esta voz y me resulta muy potente. Entonces me dejé llevar absolutamente. Y de verdad que ha sido un personaje agradecidísimo porque me ha contado muchas cosas. Ha habido mucha parte mágica, porque realmente me dejaba llevar. Tenía todas las facetas que yo necesitaba para contar esta historia: esa cierta paranoia, esos problemas que tiene, cómo intenta que su vida se convierta en una cuadrícula para salvarse del dolor… que en realidad es por lo que yo creo que a veces nos volvemos un poco inmóviles, porque creemos que cualquier paso que demos puede hacernos daño. Si no tuviésemos miedo al dolor seríamos mucho más osados. Necesité un trabajo de constancia, que es lo que requiere esto por contra de la poesía, (que para mí no requiere ningún esfuerzo).

P: ¿Cómo describiría la experiencia al darle voz a un protagonista masculino?

R: Ha sido muy, muy, muy interesante porque en cada tesitura que Luis se encuentra yo tengo que pensar como él, y tengo que entender por qué él piensa así, por qué se relaciona de esa manera con las mujeres, qué le ha pasado para tener esos prejuicios cada vez que se enfrenta a una relación, qué miedos le atenazan y por qué… y ver esto desde un punto de vista masculino, cuando yo además he hecho una literatura muy femenina. Ponerme en la piel de Luis ha sido un ejercicio precioso, porque me ha servido a mí también de mucho. Ponerte en lugar del otro pero no de una manera paternalista. Y la verdad es que los lectores hombres me han dicho que le veían bastante real, que era un hombre sensible pero que no parecía algo impostado.

P: ¿Por qué le interesaba meterse en la piel de un personaje con problemas mentales? ¿Hay un por qué?

R: ¡Eso también fue cosa suya! (Risas). En principio tampoco tenía pensado que tuviese ningún problema mental. Me venía muy bien ese punto de inflexión en un momento de su vida, cómo él empieza con esa crisis brutal que tiene, para que se replantearse qué hacer. Ese aspecto es muy útil para indagar en esa mente, en su forma de ver la vida, y también para ver cómo se enfrenta a otra visión con la que él no está familiarizado, y sobre todo, cómo se da cuenta de que tiene sentimientos que desconocía: intentar ayudar a gente que no conoce, que le ayuden a él…

P: ¿En qué proyectos literarios está trabajando actualmente?

R: Estoy trabajando en otra novela, pero igual, con paso lento porque me cuesta, y además casi no corrijo, con lo cual cada página esta destilada absolutamente: tardo muchísimo en escribirla porque no me gusta lo superfluo en nada, ni en la poesía ni tampoco en la novela. No quiero contar cosas que no sean imprescindibles, por eso voy corrigiendo a la vez que escribo, el proceso es lento. Estoy escribiendo una novela que creo que tiene muy poco que ver con ésta tanto en el tono como en los personajes; quería en principio que fuese un poco más ligera porque ésta es un poco densa en algunas partes, pero… ¡no me está saliendo tampoco tan ligera como me gustaría! (Risas). También estoy haciendo un poemario que sacaré para el mes de julio con una editorial de Huelva que se llama Crecida.

- La escritora Inma Luna -

Feminismo en la literatura.

P: Actualmente existen movimientos de carácter feminista, de igualdad de géneros, tanto a nivel político y social como, concretamente, literario.  Por ejemplo, se está presentando por muchas ciudades el documental “Se dice poeta” de Sofía Castañón, que reivindica la igualdad de la presencia femenina en todos los ámbitos de la industria de la literatura, y en el que participan escritoras de tu círculo y/o generación. ¿Se siente identificada con estos movimientos? ¿Ha tenido que luchar con más fuerza en alguna ocasión dentro del ámbito literario por ser mujer?

R: Yo he tenido mucha suerte: cuando he querido publicar, he publicado. He escrito mucho de siempre, pero no he querido publicar hasta muy tarde porque todo lo que había escrito no me parecía digno de ser publicado. El primer poemario lo presenté a un concurso y gané la publicación, del que ahora ha salido la segunda edición (“Nada para cenar”). A partir de ahí casi todo me lo han ido pidiendo las editoriales.

Ahora bien: ¿qué le pasa a una escritora?, ¿qué le pasa a una mujer en general? Lo mismo, la misma dinámica que podemos experimentar en cualquier otro campo pasa en la literatura. Casi siempre somos un grupo aparte. No hay todavía un campo abierto de hombres y mujeres en nada: están los hombres, que ocupan la parte genérica de cualquier cosa (del arte, de la literatura…), la parte masculina es la que puede interesar a todo el mundo, siempre nos encontramos con esa barrera.

Me preguntan: ¿tú escribes para mujeres? ¡Pues no, nunca en mi vida he escrito para mujeres! ¿Escribo como mujer? Pues claro, escribo como mujer como pinto como mujer, como aprieto un tornillo como mujer… todo lo que hago en mi vida lo hago como una mujer, y además no reniego de eso para nada. Y lo que siento y experimento no me planteo si es femenino, es que es mío y sale de mí. Pero es que creo que ningún hombre se plantea si lo que hace es masculino. El problema que veo es que todo lo masculino es genérico, como ocurre con el lenguaje, y luego está lo femenino, que casi siempre son intereses que sólo corresponden a una parte de la sociedad. Parece que lo femenino no interesa en general, con ese choque te encuentras siempre. Tenemos que tener una alarma constante.

Por ejemplo, yo noto que me invitan mucho a festivales, a recitales. Pero a mesas redondas me invitan a muy pocas, esas casi siempre son de hombres… ¡salvo que hablen de literatura femenina! Entonces sí me llaman. Estoy segura de que quien lo organiza ni siquiera se acuerda. Tenemos que estar alerta. A veces no sabría decir si es discriminación… que sí que lo es… a lo mejor no voluntaria, pero existe, y se percibe.

Mi trabajo no sólo va destinado a las mujeres: hablo de la vida, que nos interesa a todos, y hablo de la maternidad porque me parece una experiencia relevante, pero no sólo para las mujeres. Este tema sólo se utiliza a nivel universal cuando interesa, es decir, cuando se trata de comprar cosas: si te interesa que los padres tengan en cuenta que tienen que comprar. En general parece que la maternidad es una cosa de la mujer, tanto para bien como para mal. Si quien diese a luz fuese un hombre, ¿te imaginas?, ¡tendría todos los privilegios del mundo! Y la maternidad no es una debilidad: es lo que hace que el mundo siga. El hecho de que ahora esté de moda hablar de algunos temas feministas me parece maravilloso.

Oigo a muchas mujeres más jóvenes que yo: “Soy feminista, pero no radical”. ¡Pero es que tienes que ser radical  hasta el máximo… radicalísima! Nos las cuelan, hay miles de cosas que no eres consciente que estás haciendo o te estás tragando en la tele y esto no tiene que ser así. Tenemos que ser muy radicales, claro que sí: muy radicales pero no en el sentido de ataque, es una cuestión de defensa.


Cuestiones sociales, literarias y más.

P: ¿A nivel global, qué opinión le merece el panorama literario actual de este país?

R: No estoy muy al tanto, pero lo que veo es que hay corrientes subterráneas, gente haciendo cosas que me parecen interesantes. De la literatura española contemporánea no me gusta casi nada. Hay excepciones, pero en general lo que llega a las librerías y lo que aparece en Babelia me parece malo, o por lo menos a mí no me interesa. Coordino un club de lectura y hemos leído cosas muy buenas y otras que te preguntas cómo se pueden publicar y vender durante tanto tiempo. Leímos “La alegría es un té contigo” de Mamen Sánchez… no puede estar peor escrito. Pero es que el último de Julia Navarro (que también lo leímos porque iba a venir a la librería) me pareció nefasto.

En poesía hay cosas que me encantan, y muchas son mujeres. Me encanta lo que están haciendo Ana Pérez Cañamares, Sofía Castañón, Sonia San Román… hay gente que está haciendo un trabajo muy bueno. Pero, ¿cómo está el panorama? Como todo, difícil, la cultura está en declive absolutamente. Luego hay grupúsculos semi mafiosos haciendo cosas de las que no participo, me muevo en ambientes mucho más gratificantes. La gente que he conocido en el campo de la literatura ha sido muy generosa conmigo.

Cuando me preguntan: “¿Vives de la poesía?”, digo: “Sí, vivo de la poesía porque es lo que me da la vida”. Recitar para la gente me encanta, porque hay un punto de conexión preciosa, es como un paso más del libro.

P: ¿Cuáles son sus principales referentes literarios?

R: Mi diosa es Clarice Lispector, es la escritora que más me gusta y más difícil me parece, pero siempre que la leo pienso: “Yo quiero hacer esto, quiero escribir con esta depuración”. Ella era una mujer que pensaba tanto en la literatura, que todo lo que ha escrito sobre literatura, yo lo firmaría. Es como si leyera lo que pienso, me encanta. Aparte, hay libros sueltos… me gusta volver a los libros de Juan Rulfo, “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”, que son dos libros deliciosos; Yasunari Kawabata también me gusta mucho; algunas cosas de Gioconda Belli me parecen muy interesantes, las manos comerciales, quizá. En poesía me gustan Jaime Sabines, Laya…

P: Una de las grandes cualidades que ennoblecen a algunos de los personajes principales de esta novela, es su generosidad sin fisuras, ¿cree que es una de las grandes taras de la sociedad, la falta de empatía y de generosidad entre las personas?

R: Creo que no está perdido, que hay gente muy generosa, lo que pasa es que no sabemos mucho de ella. Esa gente no llega a los medios de comunicación, se ve mucho más la suciedad que nos rodea, que en esa no hay ninguna empatía, efectivamente.

El otro día fui a una Caixa, tienen un cuaderno con los pisos que venden, lo cogí y estaba lleno de dramas: cada piso de esos se lo han quitado a una familia y lo venden por una miseria. Es tan triste ver eso… ¡que te lo ofrezca una entidad que está ganando millones y millones, y tenga ahí esa exhibición del dolor! Es terrible, es horroroso. Se lo dijimos al director, “Estos son los pisos que quitáis a la gente”. Claro, no saben qué decir porque no pueden justificar eso.

Pero entre esa gente que han echado de los pisos estoy segura de que a su alrededor hay gente generosa que les está ayudando a sobrevivir, porque si no, ¡estarían las calles llenas! Así, hay una red de gente que está ayudando a los que estos están destruyendo. Ayer oía que la gente sigue aguantando gracias a la economía sumergida… mentira, siguen aguantando gracias a las familias, de las pensiones de los ancianos, de los 500 euros de la pensión, esa persona, sus hijos y sus nietos. Si eso no es empatía y generosidad… Esa gentuza nos está robando y además quiere hacernos creer que la culpa es nuestra. Viendo estos agujeros, ¿cómo pueden decir que es inviable la renta básica de Podemos? ¡Suma, suma todo lo que has robado!

P:  Esta novela nos transmite un gran mensaje de aliento, de la superación a pesar de las dificultades… ¿cuál es el mensaje principal que desea transmitir a los lectores?

R: Sobre todo me encantaría que pudiese ayudarnos a estar más abiertos a la vida. Aunque tiene momentos tristes, es esperanzadora. La sociedad está construida sobre unos cánones equivocados. Es un sistema que a veces se olvida de la persona, sólo mira lo superficial.

En la maternidad y la corresponsabilidad, ¿quién decide que una historia de una noche implique ya a dos personas de por vida? Es un tema muy interesante que va en paralelo a la novela. También estoy de acuerdo en lo que tú dices, es una novela de superación, y de descubrimiento. También de sentimientos. No hemos hablado de Potlach, pero no vamos a desvelar quién es… es un personaje que Luis no sabía que le iba a hacer tanta falta, y en realidad la novela es todo el tiempo que comparte con ese personaje, y cómo va formando parte de sí mismo. También es una novela de descubrimiento en ese sentido: cómo él descubre cómo pueden ser las mujeres, (no la que él tenía en su cabeza), cómo puede ser la gente, y cómo puede ser él mismo.

Todo le va haciendo a comprenderse a sí mismo para enfrentarse de otra manera al mundo. Creo que es una buena fórmula para todos: conocernos, entendernos, perdonarnos lo que nos tenemos que perdonar y tener esa visión un poco más relajada y optimista frente a lo que nos rodea.


Para saber más de Inma Luna, mantiene un blog de literatura y aquí encontramos una relación de su bibliografía.

lunes, 24 de noviembre de 2014

"El intelectual melancólico" - Jordi Gracia



“El intelectual melancólico” es un pequeño ensayo que encaja a la perfección en el catálogo de altísima calidad de Anagrama. Un reencuentro con la intelectualidad más pura, una dosis de finura y buen hacer en un mundo hostil donde los intelectuales parecen verse obligados a convertirse en melancólicos.

Jordi Gracia es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Barcelona, así como crítico en periódicos catalanes y madrileños. Es autor de varios ensayos sobre historia de la literatura, otros sobre autores cuya obra admira y coordinador de diversas antologías.

Cómo detectar al intelectual melancólico
La principal aportación de Jordi Gracia es esa: la de exponer con gran claridad una teoría personal basada en la observación del mundo intelectual que le rodea, y hacerlo además con una finura, una elegancia, un buen gusto y una ironía tan sutil que es imposible no disfrutar leyéndolo incluso aunque uno no esté de acuerdo con lo que cuenta.

Y es que la conjunción de los términos “intelectual” y “melancólico” ya a priori es divertidísima, y anticipa a la perfección tanto el tema que se va a tratar como el tono desde el que va a enfocarse. Uno empieza a leer el libro y descubre además que el título inicial era “Panfleto contra el prestigio de la melancolía entre los intelectuales afectados por el síndrome del narciso herido” y si aún le faltaba alguna razón para seguir leyendo, ya las tiene todas.

El intelectual melancólico es, en fin, todo aquel  ser dedicado a las letras que ve con horror cómo sus publicaciones tienen menos éxito del que cree que por justicia merecen, y se enfada observando las cifras insultantemente elevadas de otros autores que cree que intelectualmente no le llegan ni a la suela del zapato. Entonces se ofende y ataca y piensa que cualquier pasado fue mejor, que el mundo de la cultura está tan muerto que ya casi desaparece.

Melancolía VS solemnidad
En este libro encontramos frescura, y las ganas de contagiar el amor por el conocimiento y por las cosas bien hechas. Porque si el intelectual melancólico no para de criticar a todos los escritores de medio pelo que no tienen calidad, gasta todas sus fuerzas en darles precisamente aún más publicidad. Lo que debería hacer, según este libro, es trabajar por aportar su trabajo de calidad al mundo de la cultura y dejar de criticar una inercia que con su mismo comportamiento está alimentando.

Es solo el tiempo el que pondrá a cada uno en su lugar: las obras de consumo de masas nunca pasan a la posteridad. Como bien dice Gracia, “casi cada nuevo libro de éxito y casi cada nuevo autor con público encarnan una agresión programada contra el buen gusto” pero también, “la calidad es exigua y es minoritaria, que las grandes obras son grandes porque son pocas”.

Así que, si uno consigue publicar en un medio que llegue a otros, ¿de qué sirve criticar la mediocridad que ya todos sabemos que impera y que muchas veces nos deja tan mal sabor de boca al comprobar que es precisamente lo que tiene éxito popular? ¿Por qué no convertir esa inquina y esa crítica mordaz en razones que estimulen el buen gusto en las masas?

El intelectual melancólico se escuda en la solemnidad como refugio contra los ataques de la estupidez imperante en el mundo de la supuesta cultura. Es una opción como cualquier otra, sí, pero, ¿es la mejor?

Un regreso al buen gusto es posible
No se trata solo de recuperar la calidad en el mundo de las letras, es algo que va más allá: signos de pérdida de nivel como sociedad no son sólo la falta de interés por la cultura o la enfermedad de la titulitis. Es la pérdida total de los valores, en un mundo en el que la palabra que te den no valdrá nada, el dandy de disfraz será el que más te mienta y los jóvenes, sentados con gorra visera a la mesa, fotografiarán el plato que van a comerse y lo compartirán en Internet satisfechos. Los viejos ya no son sabios de los que aprender por su experiencia sino muebles molestos de los que desprenderse con la mayor celeridad posible. Podrían hacerse listas interminables, en fin, de ejemplos similares.

Pues bien, ¿qué podemos hacer? Este libro nos contagia el entusiasmo por no seguir esa inercia y sin embargo sí releer a los clásicos, aprender de ellos, filtrar nuestras lecturas con lupa en el maremágnum de publicaciones y novedades de nuestras librerías favoritas. El mundo de la cultura no está muerto, por suerte. Huyamos de la mediocridad, tenemos mucho, mucho que aprender, sigamos haciéndolo. Autores como Jordi Gracia están ahí para ser nuestros aliados.



domingo, 23 de noviembre de 2014

"Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas" - Oscar Sipán


El último libro de relatos de Oscar Sipán (Huesca, 1974) merece que vuelva a abrir la puerta de este blog con sonido chirriante de fondo y abra para ventilar mientras me quedo mirando un rato los post que cuelgan de las paredes.

Los relatos de Oscar Sipán son carne de concurso no amañado, su fuerza reside en las metáforas y en las historias que no pueden dejarte indiferente si las lees; en las vueltas de tuerca y en el forzado inteligente de situaciones. Lo que no son los relatos de Oscar Sipán, desde luego, es una colección de relatos más, eso por descontado. Aunque tenemos un formato típico con título y cita inteligente de escritor renombrado al comienzo de cada relato, también encontramos otros elementos que los distinguen de las colecciones de cuentos más tradicionales. Por ejemplo, el título del libro no corresponde a ningún cuento del interior. Quizá parece algo insustancial pero es algo que un lector que sabe apreciar los detalles, agradece. El título es el del libro, y nada más. Encontramos también guiños entre cuentos que los encadenan de alguna manera (sin ser unos continuación de otros) y que aportan consistencia y madurez al conjunto. Son trucos de escritor con tablas y saber hacer.

Por otro lado, los cuentos son breves y gozan de una precisión de cirujano, consiguiendo con un pequeño puñado de frases crear el efecto deseado en el lector: uno termina de leer con las cejas alzadas y la mirada recorriendo de lado a lado los muebles de la habitación, pensando acerca de la historia que acaba de leer, dudando si continuar rápido a por el siguiente o detenerse un poco más en los muebles de la habitación con el dedo entre las páginas del libro.
Son buenos, son muy buenos, no sabría cómo explicarlo mejor.

Acerca de Oscar Sipán, conviene añadir que invirtió el dinero recaudado en premios literarios para cofundar su propia editorial, que se llama Tropo y que a día de hoy sigue funcionando, y que ha publicado algunos libros interesantísimos entre los que se encuentra uno que últimamente sale casi a diario en la televisión, aquel en el que un soldado joven denuncia la podredumbre del esqueleto del ejército español. El libro, del que ya se han vendido miles y miles de ejemplares, se titula “Un paso al frente” y lo último que oí hace unos días es que el joven teniente L. G. Segura había sido detenido por órdenes de los bestias de sus superiores, que siguen enfadados por no haber sabido inculcar el miedo a denunciar en uno de los reclutas a los que domesticaban. Se ha organizado una protesta multitudinaria para la próxima semana.

Los cuentos de Sipán, por su parte, siguen recorriendo las mesas de los jueces de concursos literarios a día de hoy: la última noticia es que fue uno de los cinco finalistas del premio Gabriel García Márquez con “Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas”. Habrá que seguirle la pista a partir de ahora, y enviarle la acostumbrada enhorabuena de sal desde este mar recién ventilado.

sábado, 11 de octubre de 2014

"La muchacha indecible" - Giorgio Agamben y Monica Ferrando


Sexto piso edita “La muchacha indecible” con un cuidado y un gusto también indecibles. Se trata de una obra original de 2010 que ha sido traducida del italiano para esta ocasión por Ernesto Kavi. Agamben, autor de multitud de tratados filosóficos, lingüísticos y otros, se recrea esta vez en los misterios de la mitología griega, en busca de la figura de Kore y de los detalles que conforman su naturaleza.

Para la artista Monica Ferrando la figura de Kore no supone ningún misterio. Ya en 1992 había debutado con una serie de pinturas titulada “Kore”. Es a ella y no a Agamben a quien se atribuye la selección de textos clásicos. Además, colabora en este volumen con un brevísimo texto de dos páginas que sin embargo le da un baño de síntesis y estética a las cincuenta que ocupa (salpicado de imágenes) el texto de Agamben.

Asir el aire

Giorgio Agamben (Roma, 1942) y Monica Ferrando (Novi Ligure) consiguen en esta rareza retratar a Kore, en su indecibilidad y cripticidad. Con palabras Agamben, con ilustraciones Ferrando (que también escribe sobre ella estableciendo su figura como musa de los pintores, en uno de los fragmentos estilísticamente más logrados de todo el libro) la presentan al lector enmarcada en el halo de misterio y leyenda que le es propio.
Se trata de un delicioso y delicado paseo por la mitología griega, a pinceladas como susurros de viento sobre la piel. Si querían homenajear y dar a conocer a figura de Kore al público, lo han logrado de la forma más hermosa posible. En este mundo absurdo del siglo XXI, es más necesaria que nunca una pausa para volver la mirada y dirigirla a los ancestros, a todo aquello que nos enseñaron y que ya se nos ha olvidado.


Kore en imágenes

Las ilustraciones que adornan y complementan al texto en este libro aportan calidad y frescura en el mediocre mundo actual de los libros ilustrados. No sigue la corriente de los imitadores de Lacombe ni realiza bocetos pueriles como trabajos terminados, lo cual ya es mucho decir. Pero es que además sus ilustraciones transmiten emociones y conforman el complemento perfecto al texto. Por tanto, el lector que goce de un buen gusto estético y aprecie el arte en todas sus expresiones, disfrutará doblemente con este ejemplo de buen hacer estético: pictórico y literario.



Se trata de más de cuarenta imágenes realizadas con diversas técnicas y sobre distintos tipos de soporte. Esto hace que la colección sea madura, diversa, original, llamativa y de gran calidad. El lector que se detenga a reflexionar sobre ellas será capaz de realizar un viaje a las llanuras del Etna y galopar por el aire a lomos de caballos inmortales.

Para todos aquellos que quieran saber un poco más de mitología pero les dé pereza acudir a los textos clásicos, o no sepan cómo enfrentarse a ellos, tienen en este libro la manera perfecta de adentrarse en los mitos y disfrutar de una experiencia estética del más alto nivel.


El mito de la muchacha indecible

Lo que se desprende la multitud de fragmentos seleccionados de obras clásicas, es que Kore (Perséfone), hija de Deméter y Zeus, raptada por Hades (Plutón), conducida al inframundo. Deméter se desesperó buscando a su hija perdida y durante ese tiempo la vegetación dejó de crecer, y es así como se explicaba el proceso de las cuatro estaciones, por el descenso y el regreso de esta figura femenina, aunque los detalles, como siempre sucede en los mitos, cambian según las fuentes que se consulten.

Cuando Zeus ordenó que se dejara en libertad a Kore, la condición fue que durante su regreso la muchacha no comiera nada, pero fue tentada con granos de granada (que también están representados en algunas de las ilustraciones de Monica Ferrando en este libro) y por ese motivo obligada a regresar a los infiernos a por semillas cada cierto tiempo (dependiendo de la duración de las estaciones en las diversas regiones del mundo donde se relatase este mito), provocando así la desesperación o la alegría de Deméter y por tanto el paso de las estaciones en la faz de la tierra: el brote de la vida con el calor y la muerte en los meses más fríos.




Kore se sitúa en la línea que separa las dos caras de una contradicción, en la falta de certeza. Como se sitúa entre la vida y la muerte, la artista Monica Ferrando la nombra musa de la pintura, puesto que esta es la representación gráfica de lo que está vivo, mientras que la pintura se aprecia y el ojo es capaz de verla, pero no de asirla, está viva y está muerta. Es la contradicción maravillosa que estos dos cuidadosos autores han querido plasmar, y lo han hecho así de bien: sirvan estas palabras como enhorabuena.

domingo, 21 de septiembre de 2014

"Así empieza lo malo" - Javier Marías


La nueva novela de Javier Marías estará por fin disponible en las librerías este martes 23 de septiembre.
El autor será entrevistado esta misma noche en el programa "Página 2" de la 2 de TVE, acerca del contenido de la inminente publicación en este otoño que no podía empezar mejor.

domingo, 7 de septiembre de 2014

nos abrazaremos como dos que nunca nacieron


EL BARQUERO

Tres años después de su muerte, mi padre
vuelve a trabajar. Después de veinticinco años
desempleado, está muy contento
de haber sido contratado, llega puntual,
trabajador incansable. Se sienta
en la proa de la barca, dulce timonel,
de espalda a los pasajeros. Está muerto,
pero se arrodilla erguido, mirando hacia delante,
a la otra orilla. Alguien ha cerrado
su boca, de modo que se lo ve más cómodo
-ni sediento, ni necesitado- los ojos
abiertos, bajo el iris la línea negra
que apareció con su muerte. Está tranquilo.
Su nuevo empleo es una broma entre los dos,
le encanta bromear conmigo, no ha perdido
su cara de póquer. Mascarón de proa de marfil,
hombre alto, demacrado, costillas, pezones, labios,
cada vez que traigo a alguien
y lo pongo en el barco y lo empujo,
mi padre lo lleva remando a través del río
hacia la lejana orilla. No hablamos:
él sabe que se trata de alguien
de quien me quiero deshacer, alguien
que me hace sentir fea y asustada. No le digo
como lo hacías tú. Él conoce el oficio
y lo disfruta. Cuando arrojo a alguien dentro
él no mira hacia atrás: lo lleva directamente
al infierno. Quiere trabajar para mí
hasta que yo muera. Sabe que entonces
iré hasta él, subiré a su barca
y me dejaré llevar, estiraré mi mano amplia
hacia la suya, lo ayudaré a desembarcar,
nos abrazaremos como dos que nunca nacieron,
desnudos, sin respirar, nos cubriremos
hasta los labios con el oscuro manto de la tierra
y descansaremos juntos al final de la jornada.


Sharon Olds escribió estos poemas a lo largo de nueve años. Todos siguen el hilo argumental de la especial (por compleja, no por tierna) relación que mantenía con su padre, relatando episodios de la enfermedad que terminó con su vida sobre todo. 
Es magnífico descubrir que existan poetas que no utilicen las anécdotas derivadas de relaciones familiares con una bochornosa falta de estilo literario (como suele suceder), centrándose en laurear hasta la saturación por azúcar a unos parientes que adoran, o a echar pestes sin gracia hacia aquellos con los que se llevan mal, o que los han rechazado.
Sí es cierto que algunos de estos poemas pueden herir la sensibilidad del lector (pero qué no lo hace ya hoy en día) por ser demasiado explícitos describiendo los aspectos más purulentos de una enfermedad... pero también lo es que el poemario incluye además poemas cargados de referencias mitológicas, ancestrales, arraigadas a la Naturaleza y que son un verdadero regalo para el intelecto.
Al menos en España, los premios literarios siguen siendo polémicos en la actualidad sin vistas de que esto cambie: no sé cómo funciona en Estados Unidos, pero el caso es que Sharon Olds tiene tantos que prefiero omitir la secuencia para no aburrir a un posible lector. El libro nos depara una sorpresa final con un epílogo en el que Olds comenta su entusiasmo al saberse traducida al español, de la siguiente forma: "(...) que este libro camine atravesando la pared del lenguaje, desde su sala de parto en inglés norteamericano, hacia su nuevo hogar, en español". Así que ahora ya lo sabéis, El padre está en casa.

martes, 12 de agosto de 2014

"¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán!"

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:

Pero ¡oh corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta,
caído muerto y frío.

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti, por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas;
por ti llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes;

¡Aquí Capitán! ¡Querido padre!
Este brazo bajo tu cabeza;
es como un sueño sobre la cubierta,
has caído muerto y frío.

Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
el barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
de un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado;

exultamos, ¡oh costas y tañidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada,
camino en cubierta donde está mi Capitán
caído muerto y frío.

WALT WHITMAN
Poema escrito a la memoria de Abraham Lincoln tras su asesinato en 1865.
Dedicado desde aquí a lo inmortal que aún permanece de Robin Williams, feliz tránsito, ¡¡oh Capitán, mi Capitán!!

miércoles, 6 de agosto de 2014

"Campo Santo" - W. G. Sebald


(...) Kafka, que a menudo se sentía como un espectro entre sus semejantes, sabía con qué ansia insaciable rondan los muertos a los que todavía no lo están. Toda su literatura puede entenderse como una forma de noctambulismo o como el estado que lo precede. "Sin peso, sin huesos, sin cuerpo he deambulado dos horas por las calles, pensando en lo que había soportado mientras escribía esta tarde", anota una vez. Envía de noche a Berlín cartas de murciélago, y él mismo es el fantasma del que cuenta a Milena que apura en el aire los besos que ha enviado antes de que puedan llegar a su destino. Zischler cita también el pasaje de una carta en e que Kafka cuenta cómo, en un recorrido hasta casa en el tranvía, "al vuelo, fragmentariamente, leía con esfuerzo los carteles", ante los que pasaba. Por curiosidad, comenta Zischler, Kafka se empapa de imágenes. Para él eran evidentemente un sustitutivo de la vida que no podía llevar, un alimento sin sustancia con el que, en sus sueños de noche y de día, desarrollaba continuamente los fantásticos guiones en los que, una y otra vez, se convertía en un estrafalario personaje cinematográfico. Qué episodio más extraño es aquel en que, como cuenta Max Brod en una postal, estando en el médico se ve obligado a echarse en un canapé, por un pequeño desfallecimiento, y de pronto se siente de tal modo como una muchacha, ¡que trata de arreglar con los dedos su falda de muchacha! ¿Y no son esas secuencias oníricas, en la camera obscura de su alma, películas proyectadas por las que deambula como su propio espectro? Zischler, con la mayor delicadeza, sabe sondear las corrientes que hay entre realidad e imaginación. Las películas sobre las que escribe son para él en realidad sólo la lámina a través de la cual cae una luz nueva sobre la intensidad de un trabajo de sueño y duelo, casi ininterrumpido, entre realidad y ficción. Los Diarios de Kafka están llenos de relatos de experiencias en las que lo cotidiano, exactamente como en el cine, se disuelve entre nuestros ojos en imágenes ingrávidas.

"Kafka en el cine", Campo Santo, W. G. Sebald.

jueves, 31 de julio de 2014

"Este libro tiene a buen seguro un lugar en la superproducción contemporánea"- Arthur Cravan


Arthur Cravan (1887-1918?) fue su mejor creación (su propio personaje), de cualquier otra manera no seguiría siendo recordado noventa y seis años después de su misteriosa desaparición. 

Arthur Cravan
También hay que decir que ser sobrino de Oscar Wilde y su afición al escándalo ha contribuido a que su fama permanezca. Sin embargo, y a pesar de su escasez, también hay que reivindicar su obra, que vio la luz básicamente a través de Maintenant, su propia revista de literatura.

Si algo puedo decir acerca de los poemas de Cravan es que son irreverentes, anacrónicos, coloridos pero desdibujados, también un tanto kitsch en ocasiones y sin embargo... extremadamente elegantes siempre, profundamente estéticos en cada punto, en cada coma, en cada palabra y en cada pausa. Hasta el gesto que uno hace al girar la página se convierte en refinado mientras lee a Cravan: sus poemas son como una película de Baz Luhrmann. Representan a la perfección lo que al parecer era su propia personalidad, la de un dandy y boxeador inconformista, caprichoso, narcisista presumido y pagado de sí mismo.


PALABRAS

La vida para nada es eso que creéis
una obra muy simple con una historia en todo.
Es más que su pelea a la que se somete
todo y el mal y el bien bajo las mismas leyes.
Cada hora posee un color que se borra
para siempre y no deja más huella que ese pájaro,
el recuerdo quisiera en vano esos colores
reunirlos en un ramo de diversos olores,
el recuerdo tan sólo remueve las cenizas
cuando espera lograr descender al pasado.
No penséis que algún día se os permitirá
que digáis "soy mi amigo", que con vosotros mismos
podáis hacer las paces definitivamente,
seguiréis entregados a vuestras disyuntivas
cuando veáis mañana ignoraréis ayer
os negaréis ya antes de que se haga de día.
Os tenderán los días difuntos sus imágenes
para que leáis vuestras injurias del pasado
y aquellas del futuro turbarán con sus quejas
la belleza que os pinta cada tarde doliente.
Cuando queráis reunir cerca de vuestro pecho
sentimientos dispersos en prados de infortunio
seréis ese pastor sin perro que le ayude
ya no sabréis por qué estáis tristes igual
que no sabréis la hora en que nació la pena.
Exhaustos tras el día, vais a probar la noche,
os alimentará con su vergel oscuro
los árboles nocturnos dan consejos más sabios
que él árbol de la Ciencia el que enseña el pecado
y al que no arrancasteis de su suelo maldito.
Cuando se hagan más pálidas las penas más abruptas
y respiréis el hálito del otoño, el invierno
vendrá con su martillo poderoso a romper
los momentos más dulces, dispersarlos en trozos.
Tendréis que levantaros siempre de vuestro asiento,
ganar otros pesares, caer en otras trampas.

(...)

miércoles, 30 de julio de 2014

Se dice poeta (documental) - Sofía Castañón


Me entusiasma informar de algo así: el estreno de un documental que espero ver con toda la ilusión del mundo porque aúna dos de los conceptos que me dan alas cada día: la poesía y el feminismo. Se trata de una visión de género acerca del panorama poético español actual, a través de las opiniones de 21 escritoras nacidas entre los años 1974 y 1990, puesto que la idea es reflejar la actualidad a manos de jóvenes.

La idea parte de la defensa del término con el que quieren que se las identifique: poeta frente a poetisa, puesto que la palabra poeta ya integra ambos géneros y además, poetisa contiene una serie de matices machistas y patriarcales que son totalmente contrarios a sus ideologías, formas de vivir y de entender el día a día.

Pero a partir de esta aclaración surgen muchos otros temas que giran en torno a la poesía (a la hora de escribir, de publicar, de relacionarse en el desconocido mundo literario) y también del feminismo como forma de vida, como única forma de vida para cualquier mujer de bien que se respete a sí misma.

En la web del documental se puede acceder a los vídeos promocionales del documental, que se estrenará el próximo 5 de agosto en la IX edición de Agosto Clandestino - Poetas en la Rioja, a las 20.15h en la filmoteca Rafael Azcona (Logroño). Personalmente, espero con creciente impaciencia el momento en que se proyecte en algún lugar de Madrid para poder verlo: es demasiado tentador como para perdérselo.

viernes, 18 de julio de 2014

"El océano al final del camino" - Neil Gaiman


No nos vamos a engañar, “El oceáno al final del camino” no es la mejor novela de Neil Gaiman, ni siquiera hará falta dejar pasar el tiempo para que el texto termine de asentarse en los estantes y adquiera su propia personalidad. Pero sí late el imaginario de Gaiman tras cada palabra, y eso para los amantes de su literatura es suficiente. Como una dosis calmante, aunque la sustancia no sea de la mejor calidad (siempre comparando con otras obras del mismo autor) pero calma la ansiedad. 

Gaiman, también en esta ocasión, se erige como el intermediario entre el “aquí” y el “allá” concediéndonos la gracia de asistir a acontecimientos de corte fantástico redactados con su ya habitual fluidez y plagados de conceptos preciosos que debíamos saber. Precisamente en estos días en los que celebro que un día aprendí a volar y no sé cómo explicarlo, leo entusiasmada que Gaiman va más allá y establece la forma de respirar debajo del agua y de aterrizar en el aire. La realidad, tal y como nos han enseñado a interpretarla con las puertas de la percepción cerradas, se desmorona según avanza esta novela, o más bien, se reinterpreta añadiendo elementos a la composición: mundos paralelos en los que las leyes naturales a las que estamos acostumbrados no ejercen ningún poder… lugares y existencias muy antiguas que sólo puede comprender la mente aún pura de un niño.

El componente mágico procede principalmente de tres mujeres (abuela, madre, hija) que viven en una granja y a las que sería demasiado obvio e incorrecto tildar de brujas. Como dice Gaiman en algún momento de la novela, no lo son, el término bruja no las define. Serían las Tres Edades personificadas en las Moiras (mitología griega; Parcas en la romana), puesto que no son diosas pero de alguna manera intervienen, y tienen mucho poder. Ellas son capaces de enfrentarse a los causantes de los extraños sucesos que agitan la paz de la pequeña localidad en la que está situada su enorme y decadente granja. Y un niño, ajeno a cualquier otro mundo maravilloso paralelo, será el protagonista de una historia que con el tiempo recordará o no recordará, o ambas cosas al mismo tiempo.

Precisamente lo que Gaiman establece es que todo puede suceder si sucede dentro de nuestra cabeza: es ahí dentro cuando de alguna manera todo toma forma, luego es real. ¿Por qué no puede caber el océano en un pequeño estanque de jardín? ¿Y quién asegura que nosotros no podemos volar sin alas? Esto es solo el principio.

martes, 8 de julio de 2014

"Profecía" - Sandro Veronesi


“Profecía” es una pequeña colección de tres relatos que tratan un tema muy triste desde una perspectiva muy lúcida: la convalecencia de los padres al cuidado de sus propios hijos, con las complicaciones prácticas y psicológicas que ese asunto implica en las mentes de los habitantes del siglo XXI en un país civilizado. Es decir: que los padres se hagan mayores y lleguen a depender de los hijos no es ninguna tragedia, sino el devenir de la propia vida. La tragedia sería lo contrario. Pero sucede, y Veronesi lo plasma perfectamente en este libro.

El primer relato, que da título al volumen, supera con gran diferencia a los otros dos, que son estupendos… pero es que “Profecía” es una auténtica proeza literaria, un ejercicio de estilo de sobresaliente. Está redactado sin apenas utilizar puntos (ni aparte ni seguidos) y se trata de un monólogo profético dirigido a alguien que en el futuro tendrá que cuidar de su padre enfermo. Una reflexión del propio autor sobre su propia vida, si nos guiamos por el nombre de quien emite el monólogo:

“Yo sé quién eres, Alessandro Veronesi, conozco tu intención, y te digo que te las ingeniarás y te las apañarás para que tu padre no muera en una cama del hospital sino, según su voluntad, en la suya, en el corazón de su morada…”

Es un comienzo grandilocuente que no pierde el tono ni el ritmo en ningún momento. La cadencia recuerda a la de autores del siglo pasado, más cuidadosos siempre con los textos que escribían y sobre todo más respetuosos con la Literatura.

Solamente por este cuento el libro ya merece la pena. Sobre todo en un mundo en el que los best-seller para masas se escriben a golpe de frases cortas y facilonas, puesto que ya pocos lectores quieren hacer el ejercicio de pensar y les pone los ojos bizcos enfrentarse a una subordinada.

Gracias a Veronesi, por tanto, una ráfaga de buen gusto ilumina las mesas de novedades este mes de julio en el que esforzarse en no dejar de creer en la magia supone que la magia se convenza de creer para siempre en ti y acuda por fin en tu busca, y entonces aprendas a volar.

martes, 1 de julio de 2014

"Brujas, sapos y aquelarres" - Pilar Pedraza


Please allow me to introduce myself
I'm a man of wealth and taste
I've been around for a long, long year
stole many a man's soul and faith.

“Sympathy for the devil”, The Rolling Stones

(...) el demonio ama a las mujeres y las posee con preferencia sobre los hombres. Lo hemos visto.
Pilar Pedraza


Los ensayos de Pilar Pedraza contienen una serie de elementos diferenciadores que los hace únicos y de valor incalculable: se centran en el estudio de la figura de la mujer desde un punto de vista antropológico, pero añaden siempre una tendencia feminista y siniestra que a sus lectores nos entusiasma y nos da alas.
No imagino los libros de Pilar mejor encajados que en el catálogo de la editorial Valdemar, su relación es estrecha y me atrevo a decir que inevitable, libros de esa temática y de esa calidad en pocos sitios serían tratados y editados como en la mejor editorial gótica española.

“Brujas, sapos y aquelarres” es un recorrido histórico redactado a capricho, cuidadosamente documentado y plagado de sentencias brillantes.

"Hacer lo posible por tener poder, o arrimarse a quien lo tenga, es propio de la condición humana. Llamamos magia a lo primero; a lo segundo, religión."

Hécate, la bruja más poderosa, es la encargada de iniciar el recorrido junto al can Cerbero. Después, a lomos de escobas o bajo el efecto de sustancias lisérgicas, desfilan una a una las brujas más famosas de la historia, de la mitología, de la literatura y del cine. Imagino a todos los incondicionales de Pilar Pedraza llorando de emoción al llegar a uno de los últimos apartados en los que incluso se habla de música y de la presencia de estas figuras en el black metal noruego y sus derivados.

Un pequeño pero relevante detalle a destacar es que Pilar no idealiza la figura de la bruja, es decir, no cualquier bruja le vale. Ya en el inicio se deja muy claro que como en cualquier colectivo, grupo, tribu urbana o similar, existe un intrusismo que en ocasiones ha afeado y tergiversado la imagen de la verdadera brujería: “brujillas miserables e iletradas, carne de hoguera o de horca, sobre muchas de cuyas confesiones, inducidas por la tortura, han surgido y se han aposentado en el imaginario terrores, visiones y situaciones abyectas. De ellas se han alimentado o se han aprovechado instituciones que han manchado para siempre y sin perdón la imagen de las iglesias sectarias cristianas, como la católica, la calvinista o la puritana.”

Leyendo este ensayo conseguimos una idea más definida del papel de la mujer en la sociedad desde tiempos inmemoriales, asistimos a su búsqueda natural de auxilio en la agudización del ingenio para escapar de la tiranía violenta de los varones. También, como contraprestación, las acusaciones muchas veces infundadas de prácticas contrarias al credo cristiano hacia mujeres a las que se quería apartar porque su presencia molestaba, asustaba o atentaba contra la inercia borrega de la sociedad. Siempre han molestado quienes eligen un camino y un estilo de vida propios y diferentes a los intereses de las estrategias del poder: lo hemos visto a lo largo de la Historia y también si nos asomamos (mirando de reojo, abochornados) a los acontecimientos de la actualidad.

Pilar Pedraza: maga de las letras feminista, culta y sin una pizca de miedo en adentrarse en terrenos eternamente vedados, a la que imaginamos buceando entre libros prohibidos a la luz de las velas, desde este mar iluminado por la luz de la luna, le damos las gracias y la más sincera enhorabuena.

As if time had stopped still I was numb with fear
But still I wanted to go
And the blaze of the fire did no hurt upon me
As I walked onto the coals

And I felt I was in a trance
And my spirit was lifted from me
And if only someone had the chance
To witness what happened to me

“Dance of Death”, Iron Maiden

lunes, 23 de junio de 2014

"El mundo bajo los párpados" - Jacobo Siruela


Jacobo Siruela se pregunta en este libro cómo sería una historia paralela de la humanidad que hubiera sido escrita no en base a los hechos sucedidos en el mundo exterior o consciente, sino basada en lo transcurrido bajo los párpados de la gente.

En este libro hay sueños, premoniciones, experimentos y pesadillas, pero ante todo es un libro de divulgación científica para profanos. Está Jung y está Freud, pero también Hinton y Dunne y muchos otros, y la posibilidad de que exista algo más de lo que nuestra mente en 3D puede explicar acerca del mundo que le rodea. Decía Roal Dahl que nunca encontrarían la magia quienes no creían en ella, pues bien, Jacobo Siruela explica científicamente que aún quedan muchas incógnitas por explicar científicamente. Un ejemplo básico y fulminante de esto es que la explicación de que el funcionamiento de las neuronas en nuestro cerebro produzca la conciencia, se basa en una hipótesis, y no en una certeza como mucha gente piensa. Es decir, que ni siquiera una mente racional puede explicarlo todo.

"Soñar es estar inmerso en un tiempo sin espacio, o en un espacio hecho de tiempo. Mientras el cuerpo duerme, la psique despierta en una dimensión inmaterial, cuyos territorios y circunstancias pertenecen enteramente a los reinos anímicos. En esa dimensión espacial metafórica, cada sueño es percibido en la mente como una secuencia de vida en la que todo se mueve, nada es estático, todo pasa y cambia, y ésta es una de las cualidades más notorias del tiempo."

"Es una verdadera lástima que no exista en el campo de las humanidades una exhaustiva y erudita Historia de la Pesadilla, para ver desfilar por ella toda la infinita variedad de miedos y ansiedades que han desgarrado el alma humana a lo largo de los siglos. Allí veríamos todo lo que hemos ido escondiendo; lo que cada siglo ha reprimido y ocultado de la vista del mundo."

Escrito con erudición, esmero y cuidado, la lectura de este libro es un placer para los sentidos, conscientes o inconscientes, reales e imaginados.

lunes, 16 de junio de 2014

Las ratas del Retiro


Termina un año más la FLM sin que esta vez haya tenido que trabajar en ella (nunca más, te lo prometo, nunca más, me repito como una letanía, una nana apaciguadora). El recuerdo del frío de la interminable edición de 2013 me hace temblar sólo un instante y olvido que la feria existe. Tuvo que llegar la promesa de las firmas de gigantes como Pilar Pedraza, Neil Gaiman, Javier Marías... y una compañía inmejorable para que cediera a abandonar mi refugio en el norte y poner rumbo a ese lugar de recuerdos y perdición, aparcar el corcel en la tantas veces atravesada puerta del parque frente a la boca del metro de Ibiza y... ratas.

Las mismas caras, los mismos estantes combados, el mismo mal olor, el mismo calor, los mismos libros en la mayoría de expositores, el mismo polvo de siglos sobre las cubiertas, el mismo sopor negro apagado y mate, las mismas actividades sin imaginación, algunos kilos de más y la sombra de unas ojeras que antes no estaban, o acaso es que el año pasado no las supimos ver.

Los busco, pero no encuentro ni un solo segundo de la vida que perdí entre esas paredes de contrachapado. El revuelo se centra como siempre en las casetas donde firman los que no saben hacer la o con un canuto. Concursantes de programas de televisión, presentadores trasnochados, farsantes disfrazados. 

Miro al pasar a los escritores desconocidos que esperan el primer libro para firmar: el brillo desesperado de sus ojos contrasta con su gesto despreocupado ensayado frente al espejo. Sigo caminando y veo también los rostros-máscara de los habituales del underground literario... y ratas por doquier.

Por suerte, un tic-tac, toc-toc de color rosa que ondea sujeto con pinzas, golpea suavemente en mi contradictoria cabeza, me despierta de la ensoñación y vuelvo a sonreír, esquivando curiosos y lectores.

Caminando de puntillas con cuidado... con brújula pero sin mapa conseguimos charlar con las chicas de las librerías feministas, aprendemos, intercambiamos direcciones de contacto, compartimos y llenamos la mochila de energía (cada día que pasa me reafirma más en que la vida es un maldito videojuego).

Mestre, mágico y multicolor
Las pinceladas de Juan Carlos Mestre se elevan y vuelan sobre los techos de las casetas y bañan el parque entero de destellos y luces multicolores; el increíble e inigualable Frank G. Rubio me consigue una camiseta de Valdemar mientras ante su regocijo prometo erigirle una estatua junto a la del Ángel Caído del Retiro; el barquillero grita; un niño deja caer para siempre la bola de su helado al suelo; alguien compra por casualidad un libro de Deleuze en Traficantes de Sueños sin saber que en ese instante algo enorme en su vida cambia; el cuarteto de cuerda interpreta Nothing else matters a la sombra; en Huerga y Fierro ya no hay latas de cola para Leopoldo María Panero (DEP, maestro de tinieblas); alguien sonríe de medio lado mientras lee un libro de Tiqqun apoyado contra un árbol; una historia antigua que habita dentro de un poema (como los fantasmas de Morey, lanzándose desde el futuro al pasado) me guiña al pasar un ojo; el gato de Gaiman sigue protegiendo el brazo de las cosas buenas; en el lago del Retiro un remo golpea una botella con un mensaje dentro... 

...y en ese mensaje...
Está escrito tu nombre.

Gracias, Frank.

sábado, 31 de mayo de 2014

"Spleen de París; Pequeños poemas en prosa" - Charles Baudelaire


Hay ritmo más allá de la rima, y hay Baudelaire más allá de "Las flores del mal". "Spleen de París" es una colección de cincuenta textos breves en prosa lírica, que es el resultado de privar de la rima y de métrica al poeta. Baudelaire, aunque no fue el precursor, sí tuvo el éxito necesario para poner de moda este estilo e influir en la obra de otros autores como Rimbaud, Artaud o Cortázar.

XXXVII - Los favores de la Luna

La Luna, encarnación del capricho, se asomó a tu ventana mientras dormías en la cuna y se dijo: "Esta niña me gusta".
Y bajó blandamente su escalera de nubes y atravesó sin hacer ruido los cristales. Luego se posó sobre ti con la tierna suavidad de una madre y derramó sus colores sobre tu rostro. Tornáronse entonces verdes tus pupilas y cobraron tus mejillas su palor extremo. Fue contemplando a esta singular visitante como tus ojos se agrandaron misteriosamente, y tan dulcemente apretó tu garganta que desde entonces y para siempre guardas deseos de llorar.
Entretanto la Luna, exaltante de júbilo, inundaba la estancia entera con una especie de atmósfera fosforescente, de luminosa ponzoña, y toda esa luz viviente pensaba y decía: "Por siempre te hallarás bajo el influjo de mi beso. Será bella a mi manera. Amarás cuanto yo amo y cuanto me ama a mí: el agua, las nubes, el silencio y la noche; el inmenso y verde mar, el agua informe y multiforme, el lugar en donde no estés, el amante que no conocerás, las flores monstruosas, los perfumes que llevan al delirio, los gatos que se arroban sobre los pianos y que gimen como mujeres, con voz rauca y dulce".
"Y te amarán mis amantes, te cortejarán mis cortesanos. Reinarás sobre los hombres de ojos verdes cuyas gargantas también apreté en mis caricias nocturas, sobre aquellos que aman el mar, el mar inmenso, tumultuoso y verde, el agua informe y multiforme, el lugar en donde no están, la mujer que no conocen, las flores siniestras, semejantes a incensarios de alguna religión ignota, los perfumes que nublan la voluntad y los animales salvajes y voluptuosos, emblemas de su locura."
Y por eso, maldita adorable niña mimada, estoy aquí postrado a tus pies, buscando en tu persona toda el reflejo de la terrible Deidad, de la fatídica madrina, de la nodriza que envenena a todos los lunáticos.


XXXIII - Embriagaos

Hay que estar siempre ebrio. Todo se reduce a eso, es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándolos hacia el suelo, debéis embriagaos sin cesar.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os plazca. Pero embriagaos.
Y si alguna vez os despertáis en la escalinata de un palacio, tumbados sobre la verde hierba de una cuneta o en la lóbrega soledad de vuestro cuarto, menguada o disipada ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, preguntad qué hora es: y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj os contestarán: "¡Es hora de embriagarse!" Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca.

martes, 13 de mayo de 2014

"Poemas y canciones" - José Antonio Labordeta


Abrió la puerta de su casa para regar las flores del jardín y luego, con aire fatigado, hundió el rostro entre las piedras y lloró amargamente como un niño, por el silencio de las ciudades en aquella hermosa mañana del fin del mundo.
Con pie claro y rostro alegre cavó su tumba y humildemente, sin alharacas, se enterró en ella.
Estaba al fin solo, para siempre.

Echo mucho de menos a José Antonio Labordeta (tras casi cuatro años de ausencia). Profundamente.

A veces la emoción me invade y al cerrar los ojos imagino vivir en un lugar gobernado por Labordeta, José Luis Sampedro y Javier Marías, y durante los breves instantes en los que en mi imaginación tal cosa es posible, soy profundamente feliz, y sonrío.

En estas tres figuras gigantescas y magistrales reconozco autoridad, me inclino, me quito el sombrero y aplaudo hasta que me duelan las manos.

Hoy ya marzo, otra vez, tanto tiempo te has ido
que recuerdo el dolor que te produjo
amar la libertad como la amaste.

José Antonio Labordeta era ante todo una persona buena. Sus poemas son transparentes y a través de ellos tan solo encontramos pureza. Rezuman humildad y nostalgia, sencillez y buenas intenciones. Huelen a lluvia y a tierra mojada.

Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.

Suelo pensar que a él no le gustaría comprobar el estado en el que se encuentra el mundo que abandonó y que ya apenas le recuerda. El refugio, como siempre, sigue estando en los libros.

viernes, 2 de mayo de 2014

Kirmen Uribe escribe así


Aquel día

Me dirás que no es cierto, pero de vez en cuando parece
que el mundo se detiene. Que ha dejado de girar y,
por una vez amable con nosotros y como avisándonos,
nos prolonga ese preciso momento, por siempre.

Me dirás que soy un exagerado,
que las cosas de las que te hablo no son tan importantes,
tan definitivas, comparadas con otras que pasaron.

Pero cuando aquella tarde de julio,
siendo aún joven, aún tímido,
vi a todos los de casa jugando al fútbol en aquel prado,
lo mismo la niña más pequeña que los más ancianos,
en aquel momento comprendí
que pronto algunos de nosotros,
y aquel lugar,
habrían desaparecido.

Aquel día no sucedió nada especial,
pero aquel momento,
aquel día de abejas de leche y prados de cera,
para mí será único siempre.


No puedo elegir

No puedo elegir
entre el Mar y la Tierra.
Vivo feliz en la línea que las une.
En esa cinta negra que mueve el viento.
En este largo cabello de un gigante desorientado.

Del Mar me gusta sobre todo su corazón de niño grande.
A veces rabioso, a veces capaz de dibujar
paisajes imposibles.
De la Tierra, sus manos.

No puedo elegir
entre el Mar y la Tierra.
Sé que mi lugar es un hilo fino,
pero en el Mar me perdería
y en la Tierra me ahogo.

No puedo elegir. Me quedo aquí.
Entre olas verdes y montañas azules.







Kirmen Uribe
Mientras tanto dame la mano
Traducción de Kirmen Uribe, Gerardo Markuleta y Ana Arregi
Editorial Visor, 2004

Epitafio

Apuesto a que nadie, nunca, ha escrito el nombre de John Keats en el agua.

miércoles, 26 de marzo de 2014

La traductora de incendios - Isabel García Mellado


No ha podido llegar esta mañana más a tiempo. Este amanecer.
Un nuevo libro de Isabel García Mellado.
Un enorme y precioso puñado de palabras DE VERDAD.

El libro, aquí


mira su mano y ve que le falta la lluvia

*

nunca sé dónde comienza el momento en que perdonar ya no sirve

*

quieres dejar de odiar a esa persona
con la ruta inventada en un billete falso
y se te olvida andar y andar descalzo
dejar a esa persona en la estación azul y desteñida
corrupta de viajes y luces amarillas polvorientas
bajarte luego tú en otro principio
donde van trenes rojos rodeados de un verde muy intenso
con mañanas enormes e instrucciones precisas
acerca de qué sol vale la pena

*

toda la humanidad en pie se interroga
porque un niño ha hecho una pregunta tan grande
que el sol no se atreve a salir
y han tenido que poner hilos de seda de edificio a edificio (...)

El lenguaje de los puños - David González



sábado, 22 de marzo de 2014

"Desnudez" - Giorgio Agamben


“Desnudez” es un libro que recopila diez textos de diferentes temáticas, escritos por Giorgio Agamben en el curso de sus investigaciones. Al igual que sucede en su libro “Profanaciones”, también publicado en España por Anagrama, Agamben reflexiona aquí sobre diferentes aspectos de la existencia humana, con su particular estilo y su punto de vista tan deudor de la escuela foucaltiana.

Giorgio Agamben (Roma, 1942) es ya un referente entre los filósofos contemporáneos. Se caracteriza por su particular forma de dirigirse al público (no precisamente mucho más sencillo de entender que otros, aunque no es particularmente denso). Imparte clases en el Instituto Universitario de Venecia y es el editor de las obra de Walter Benjamin en italiano. Fue alumno de Martín Heidegger y actualmente sigue la estela de las huellas de Gilles Deleuze, con quien comparte autoría en algunos ensayos.


Convivir con un espectro

Aunque el texto que da título a este libro es el de “Desnudez”, suponemos que por ser tan llamativo y capaz de captar la rápida atención de cualquier comprador potencial, el mejor título de estos breves ensayos es “De la utilidad y los inconvenientes de vivir entre espectros”, sin ninguna duda. En este texto Agamben reflexiona sobre el hecho de que la ciudad de Venecia es comparable a un muerto, al que se maquilla y expone para poder así seguir sacándole partido, o también, para que los que vienen de fuera e ignoran que ya murió, continúen en la creencia de que sigue viva y por tanto pueden seguir haciéndole visitas. Así pues, al continuar Venecia existiendo, (como de hecho lo hace, aún a pesar de haber muerto) sólo cabe pensar, concluye el autor, que se ha convertido en un espectro, puesto que de alguna tenebrosa manera vive, estando muerta.

En un pasaje especialmente inspirado, Agamben afirma que Venecia, al igual que otras ciudades, se parece a los sueños. Al igual que “en el sueño cada cosa le guiña el ojo a quien la sueña”, Venecia le guiña el ojo a sus visitantes, e intentar descifrarla es tarea inútil. Como todo el mundo sabe, guiñar el ojo a otros seres es un rasgo muy común entre los espectros, de esta forma camelan y pueden incluso inducir a pensar que siguen vivos. Agamben continúa reflexionando sobre la imposibilidad que experimentan los venecianos al intentar amar a su ciudad: no saben ni pueden hacerlo, puesto que “amar a una difunta es difícil”. 

Y sigue: “la espectralidad es una forma de vida, una vida póstuma o complementaria, que comienza sólo cuando todo ha terminado...” Afirma que existe otro tipo de  espectralidad que sucede ante la negación de lo que somos. Este pasaje es terriblemente cierto, y seamos conscientes o no, hay mucha gente que vive de esta espantosa manera. Sin recurrir a la magia o a la fantasía, no hace falta haber nacido igual que Frankenstein, pero puede que en algún momento a alguien le tocase morir y por alguna razón no lo hiciera, o que algo lo matase y aún así continuara vivo: ese ser, esa persona, es ya un espectro, y por eso mismo su forma de proceder será siempre distinta, porque, en realidad, todo lo humano, en cuanto vivo, le es ya ajeno.


Desnudez

Este ensayo trata sobre la extrañeza que causa al hombre toparse con otro cuerpo desnudo, y sobre sus porqués. Se han hecho multitud de experimentos al respecto y Agamben cita algunos, como por ejemplo, exposiciones en museos de cuerpos vivos desnudos (o cubiertos por trajes trasparentes) que los turistas y curiosos podían contemplar ataviados con sus ropas de calle y abrigos: miradas primero huidizas, casi de soslayo, luego más confiadas, curiosas e inquisitivas. 

“La desnudez es algo de lo que nos percatamos, mientras que la ausencia de vestidos pasa inadvertida”. Aunque no se cita aquí el maravilloso cuento del rey desnudo ¿?, es imposible evitar que acuda al pensamiento. La conclusión más sensata que se extrae aquí sobre la desnude y el pudor (aunque de ningún modo novedosa: es más bien ancestral, pero siempre es buen momento para recordarla) se basa en la desnudez infantil, que no es pudorosa por ser aún inocente, y que se transforma con la irrupción de la libido.

Este ensayo introduce ya bastantes ideas procedentes de la desnudez de Adán y Eva (debido, afirma el autor, a la herencia teológica tan pesada que arrastramos, nos guste o no) y esto continúa luego en el siguiente artículo, “El cuerpo glorioso”, donde el autor se centra en el estudio del cómo se resucita en la religión cristiana, y esto en realidad se hace bastante pesado, por lo absurdo. Multitud de teólogos gastan su tiempo en decidir o peor, dictaminar si al resucitar le crecen a uno o no las uñas, si se resucita con un minuto de vida si uno murió con un minuto de vida, etc. Este es quizá el ensayo más prescindible de todos.


Reflexiones

Otro de los minúsculos artículos o ensayos que resulta especialmente interesante es “¿Qué es lo contemporáneo?”, en el que Agamben afirma que “contemporáneo es aquel que mantiene su mirada fija en su tiempo, para percibir, no sus luces, sino su oscuridad” y profundiza tanto en este concepto que termina por concluir que contiene prácticamente su sentido justamente contrario, como si para poder observar el tiempo contemporáneo hubiese que posicionarse de algún modo lejos de él, es decir, antes o después, convirtiéndose por tanto en algo no contemporáneo (aún así, no es tan sencillo).

Algunas reflexiones aisladas pueden dar sentido a todo un libro; en este caso, en las primeras páginas de este libro, dentro del brevísimo ensayo “Creación y salvación”, Agamben recuerda una cita de Hölderlin que afirmaban que la filosofía era “un hospital donde el poeta desgraciado puede refugiarse con honor”. Y sólo por este pensamiento ya todo el libro merece la pena.

Dice Javier Marías, a través de un personaje homónimo, en su magistral obra “Los enamoramientos” que lo importante de las novelas no es la trama, no es lo que ellas nos cuenten, sino lo que a través de los sucesos y reflexiones que en ellas se narran nosotros reflexionemos, es decir, aquello que nos da qué pensar a través de lo leído, lo que extraemos, (esté esto en mayor o menor relación con lo leído). Con los libros de filosofía pasa lo mismo. Son los mecanismos que ponen en marcha, los pensamientos que nos sugieren, lo que realmente cuenta o nos enriquece tras la lectura.

Agamben plantea algunos temas y sus propias opiniones y conclusiones al respecto: lo que nosotros decidamos y opinemos a través de sus palabras, es ya sólo cosa nuestra. O de nuestras circunstancias.

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