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martes, 27 de octubre de 2015

Isabel García Mellado gana el LXII Premio de Poesía Ciudad de Burgos


Ya he hablado aquí en muchas ocasiones de su poesía, aunque me cueste describirla precisamente porque es mi poeta favorita (algo así me pasa con Javier Marías en narrativa...) Ahora, acaba de ganar el Premio de Poesía Ciudad de Burgos y su magnífica carrera literaria da un paso de gigante.

Con este premio, Isabel publicará en la editorial Visor el título ganador, "La casa de la cruz", que personalmente muero por leer entre esas míticas tapas negras.

Mientras muchos se esfuerzan por construir versos enrevesados o impostados, llega ella con su naturalidad desbocada y la fuerza de un ciclón, y lo arrasa todo: es la única poeta capaz de crear con palabras un reflejo que puedas tocar con la mano.

Algunos poemarios tienen un carácter marcadamente narrativo, como "Tic tac, toc toc" o "La traductora de incendios", y otros son un poco más crípticos ("Cómo liberar tigres blancos", "La selva dentro" o "Yo también soy Frida Slaw"), pero siempre es maravillosa, con esa capacidad tan sutil para emocionar. Y por eso tiene todo mi respeto, admiración y mi enhorabuena.

Copio aquí un fragmento de "La selva dentro", el último poemario, publicado por la editorial 4 de Agosto. Lo copiaría entero (o lo declamaría a gritos), pero aquí está, una pequeña muestra brillante:

que se cuelgue noviembre de mis costillas
y me fuerce a llevar un jarrón victoriano hermoso
y estúpido sobre la cabeza
caminando con una lentitud exasperante, violenta
mirad con cuidado las últimas ventanas encendidas
detrás, donde el río huele ya a otra cosa
cantad despacio para luego entregaros a los
espejos sin pasión
permitios llantos inútiles, histéricos, bélicos,
anatómicos y
renegar una vez más de la belleza para que ella
tenga que venir tenga que sin duda
que noviembre reconozca por fin su color azul
se nieve sin piedad ni permiso en mis manos de
niña francesa
"no permitas que nadie nunca vuelva a llamarte
así, esta orden también te incluye a ti"
ponerle un plato y que noviembre se niegue a
sentarse a mi mesa
me mire salvaje desde el balcón con ojos de
tigre enjaulado
reconocer al instante ese precipicio
no apartar la mirada. saltar

miércoles, 4 de marzo de 2015

"Yo también soy Frida Slaw", nuevo libro de Isabel García Mellado


Un libro nuevo de Isabel García Mellado es un día de fiesta, de abrir las ventanas, sacudir los manteles, de hacer el mejor pastel. Lo he recibido esta mañana, cuidadosamente editado por Le Tour 1987, y en la página 43 ya me ha hecho llorar dos veces: en cada poema encuentro las cosas que pienso, transcritas con las palabras más desnudas y más bellas.
Pronto os contaré más cosas sobre él.

miércoles, 26 de marzo de 2014

La traductora de incendios - Isabel García Mellado


No ha podido llegar esta mañana más a tiempo. Este amanecer.
Un nuevo libro de Isabel García Mellado.
Un enorme y precioso puñado de palabras DE VERDAD.

El libro, aquí


mira su mano y ve que le falta la lluvia

*

nunca sé dónde comienza el momento en que perdonar ya no sirve

*

quieres dejar de odiar a esa persona
con la ruta inventada en un billete falso
y se te olvida andar y andar descalzo
dejar a esa persona en la estación azul y desteñida
corrupta de viajes y luces amarillas polvorientas
bajarte luego tú en otro principio
donde van trenes rojos rodeados de un verde muy intenso
con mañanas enormes e instrucciones precisas
acerca de qué sol vale la pena

*

toda la humanidad en pie se interroga
porque un niño ha hecho una pregunta tan grande
que el sol no se atreve a salir
y han tenido que poner hilos de seda de edificio a edificio (...)

domingo, 16 de marzo de 2014

tigres blancos


de pronto la lluvia
y recuerdas que el cielo es una fotografía
igual que tú estás lleno de niños por dentro
cuando los charcos crecen,
entre manchas de merienda
y una extraña sensación de eternidad fuimos creciendo
y hoy hay restos de trajes de damas por los rincones
y un señor muy serio anunciando corbatas sin piedad
nosotros sólo quisimos gritar fuerte y andar descalzos
porque nunca entendimos cómo eso
podía ser peor que los ojos en jaulas
tarde o temprano tuvimos que elegir
y todos preferimos quedarnos solos
para poder seguir chillando sin zapatos,
alguna vez nos encontramos unos con otros
y entonces sonreímos de un modo salvaje,
casi triste

isabel garcía mellado
*cómo liberar tigres blancos*
ed.YaLoDijoCasimiroParker
madrid2010

lunes, 31 de diciembre de 2012

2012, las mejores lecturas

Es inevitable: llegan estos días y es imposible escapar al embrujo del ambiente, el brillo de las luces y sobre todo, a la emoción de la gente (puede que sea la ilusión lo que hace que las sonrisas permanezcan). Las búsquedas de los visitantes ocasionales de estos últimos días eran tan emotivas y enternecedoras (buscaban —buscabais— contenidos mágicos sobre todo, infantiles también, y además con muy buen gusto) que no me he podido negar a hacer un repaso por las lecturas con estrella dorada de 2012. Y son las que siguen, tras algunas dudas y dejando fuera decenas de libros leídos este año.


Grandes gestas: la lectura de "La montaña mágica" de Thomas Mann, viaje perfecto para iniciar un año que realicé a principios de 2011 (dónde están esos días ya). Ya lo comenté por aquí y no quiero repetirme,
pero este libro es magia, es un ascenso a las cumbres de la alta literatura, y que se pose un pájaro negro en mi ventana mientras escribo esto, me asegura en mis palabras. Este año el inicio será con el "Ulises" de James Joyce, que sé que me llevará, al menos, tan lejos como Thomas Mann.


Más libros. Libros de esos que son sencillamente buenos, en este caso de autores muy cercanos en el tiempo a nosotros y de quienes he leído además muchos otros de sus respectivas bibliografías (y lo seguiré haciendo, sin duda): "El Sunset Limited" de Cormac McCarthy, que muchos se han perdido por su absurdo empeño en "no leer teatro". ¿Y qué, si es teatro? Es sencillamente un diálogo, y es una historia magnífica. Magistrales son también "La carretera" e "Hijo de Dios"; "Blonde" de Joyce Carol Oates, que me hizo empezar a adorar de golpe a la autora y a su biografiada, Marilyn Monroe. También brillante "Del boxeo", breve y certero como un puñetazo en la cara; "Las ninfas" de Francisco Umbral, el autor que dijo aquello de que "cultura es el lugar donde los patios se llaman claustros" y que tiene mi respeto incondicional y absoluto, buenísimos también los libros que recopilan sus artículos ("Los placeres y los días", y más); "Nostalgia" de Mircea Cărtărescu, unos cuentos que esperábamos impacientes en castellano. Ya lo avisé en su día, pero hay que estar preparado: son una ida de olla (magistral, eso sí) muy seria que no debe leerse al azar: hay que elegir con cuidado el momento.

Hay otro tipo de libros más o menos inclasificables, que te abren los ojos y que despiertan tu sensibilidad arrancándote la coraza artificial a mordiscos dulces. Palabras que se acomodan de alguna manera y ya te acompañan siempre. Aquí están, cómo no, "La muerte salió cabalgando de Persia" de Péter Hajnóczy, es muy posible que este año lo lea de nuevo, en algún momento; "Deseo de ser piel roja" de Miguel Morey, que (es una anécdota) en Anagrama alguien decidió publicar como "ensayo"; las "Mitologías de W.B. Yeats un libro demasiado especial e íntimo como para comentarlo: pueden tomarse estas palabras escuetas como una recomendación a lo bestia; "El mundo en el que vivo" de Helen Keller, uno de esos libros que de tan vitalista y mágico apenas puedes creer mientras lo estás leyendo, y que no me canso de recomendar a quienes buscan en las palabras impresas motivos para vivir siendo un poco más felices y más fuertes, y que aún no saben que deben huir de los libros que los centros comerciales venden bajo el epígrafe de "autoayuda".


Libros que cambian el color con el que ves la realidad, con el que miras a los demás, con el que te miras por dentro a ti mismo: la "Teoría king kong" de Virginie Despentes, un libro que ya está para siempre unido al "Testo yonqui" de Beatriz Preciado, de quien he leído su obra completa y la recomiendo en bloque. Nunca son suficientes los libros que rompen los lazos con las imposiciones de la sociedad y que atacan con tan buenos argumentos a las ideas rancias enquistadas. Virginie y Beatriz son unas techno-guerreras, unas bio-meigas, y su lucha (sword-lipstick) tiene toda mi admiración y apoyo.



Poesía, la más alta expresión literaria. "La tumba de Keats" de Juan Carlos Mestre, una tarde de invierno en Roma junto a la tumba del poeta cuyo nombre fue escrito en el agua, escuchando las reflexiones que ese lugar y esa presencia le inspiran a Mestre; y, mientras me acompañan como una salmodia los versos sueltos que siempre recuerdo de Isabel García Mellado, cuyos poemas rezaría si algún día hubiese de rezar algo... cambiamos el registro, esto es una inmersión de lleno a la realidad, sin tiempo para ensayarlo y con agua fría: "No hay tiempo para libros: nadie a salvo" de David González, posiblemente uno de sus mejores libros, si no el mejor, y se lo dice alguien que los ha leído todos.

¿Qué? Ah, que no he citado a Javier Marías. Bueno, él siempre está ahí.

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