martes, 30 de diciembre de 2008

"Estampas bostonianas y otros viajes" - Rosa Montero

Pero el recorrido no comienza en Boston, sino en Irak. Y de ahí se pasará (esta vez sí) a Boston, para seguir por Australia, luego a la ciudad de Iqaluit, donde se visitará a los esquimales; después será el desierto del Sahara, más tarde China y, finalmente, una breve visita a Alaska como colofón a este recorrido inmenso e inquietante.

Uno vive en su burbuja y se siente un completo analfabeto en todo lo referente a otras culturas después de leer estas brevísimas y sabrosas pinceladas que le abren los ojos ante lugares y gentes que parecen tan lejanas pero que están ahí, en alguna parte. Y aparece la ilusión por conocer algún día todo lo que se ha leído. Porque estos artículos, escritos tras visitar físicamente todos los lugares mencionados más arriba, tienen la facultad de transmitir la historia, las costumbres y también ricas descripciones de las personas que R. M. encontró en esos lugares y todas ellas en un breve librito de menos de 200 pp.

De todos y cada uno de estos artículos hay párrafos muy esclarecedores y llamativos. Pero, como muestra, transcribo un fragmento del relativo a Boston, lugar donde la autora ha vivido y conoce bien:

"(...) El domingo de Resurrección asisto a misa en una iglesia episcopaliana de Boston, porque tengo curiosidad por conocer los oficios protestantes. La iglesia está adornada con guirnaldas y colgaduras, muy bonita. Unos acomodadores te sientan en tu sitio y te ofrecen el programa del acto que vas a ver, o sea, la misa.

(...) Comienza al fin la cosa y hay primero un desfile festivo con niños y adultos disfrazados: conejitos de Pascua, animales de fieltro y una bailarina envuelta en gasas a lo Isadora Duncan que cierra la procesión dando airosos y volanderos saltos (el nombre de todos ellos consta en el programa, por supuesto). Después, un cachito de misa propiamente dicha, o de liturgia. Luego un trompetista de jazz interpreta un solo. Más misa. Cantos corales. La homilía, llena de chistes y anécdotas, en un perfecto estilo de entertainment a lo Johnny Carson. Un magnífico concierto de Bach, con toda una orquesta instalada en los escalones del altar. Final de la función, grandes aplausos. A la salida, los acomodadores reparten flores a los asistentes. Ha sido un bonito espectáculo, de eso no hay duda: los norteamericanos dominan ese negocio como nadie. O sea, que Hollywood ha dejado su impronta también en los registros religiosos. Pero no se me malinterprete: puestos a elegir, prefiero mil veces este sentido alegre y juguetón de lo divino que la liturgia tradicional católica (espectáculo también, pero en antiguo), llena de llanto y de crujir de dientes, de miedo, de penumbra y sacrificio.

Me parece uno de los párrafos más significativos porque así es el libro, o así lo he entendido yo: sabiamente, R.M. no se limita a asombrarse ante todo lo que va encontrando, lo que le resulte novedoso o chocante, no. Además, compara todo eso con la cultura española (o con otras culturas, en otros casos) de forma que establece unas relaciones de las que se desprenden los motivos por los que en cada lugar se hacen las cosas de una manera, esto es, un breve estudio sociológico de la influencia que la historia (sobre todo) y con ella, las costumbres, han tenido sobre cada población para que actualmente se comporten como lo hacen; nada es fortuito, nada surge de la nada. Las nuevas generaciones solo van modificando las costumbres de sus antepasados de forma que las adapten a los nuevos tiempos, pero en esencia todo les ha sido transmitido. Así y todo, le da a uno la sensación de que la globalización impera, y en muchos casos parece estar ganando la batalla.

domingo, 28 de diciembre de 2008

"No he venido aquí a hacer amigos: Desventuras de un consultor IT" - Jaime Miranda

"No he venido..." es una divertida sátira sobre el trabajo de los oficinistas modernos. Tecnología, despachos, portátiles, impresoras, café de máquina, material de oficina, reuniones de trabajo... todo ese universo se mezcla con la muerte del jefe y el suicidio de un compañero, para dar lugar, en contra de lo que pudiera parecer a simple vista, a una historia fresca que hace sonreír en más de una y de dos ocasiones.

Lo cierto es que el día a día en la oficina está muy bien reflejado y, como muestra, un fragmento:

"(...) Cuando entré tenía ganas de hacer cosas nuevas. Cuando llevaba un año las había perdido para siempre. Ahora me siento en el sitio y hay días en los que no hago nada, y nadie parece darse cuenta, supongo que porque ellos están también disimulando."

A raíz de los trágicos sucesos que le ocurren al jefe y al compañero, se da lugar a un derroche de imaginación y fantasía con los que la historia toma un rumbo inesperado. Se convierte así en una aventura, sin caer en el error de la monotonía de un oficinista hastiado que sólo relatara su malestar y sus quejas.

Además, la realidad se encuentra reflejada con acierto, en temas como la dificultad de los jóvenes en la búsqueda de empleo, en lo raro que resulta trabajar en algo relacionado con los estudios realizados... Cuando termina la carrera uno cree encontrarse en la cumbre (¡licenciado!) y no es más que el último eslabón de la cadena cuando se incorpora a un trabajo: hay que empezar otra vez desde cero. El caso del protagonista es también habitual: seleccionado para un trabajo del que ni siquiera sabía su existencia; obligado a acompañar a su jefe en uno de sus primeros días haciéndose pasar por un profesional en... lo que no es, etc., etc. La realidad siempre supera a la ficción. Pasen y vean.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

"Breve tratado de la ilusión" - Julián Marías

"El mundo de Sofía", de Jostein Gardner; "Más Platón y menos Prozac", de Lou Marinoff; "Encyclopédie", de Philipp Blom... todos ellos intentos fallidos de acercarme a la filosofía. Tenía que ser el padre del genial Javier, como un soplo de aire fresco quien, con su "Breve tratado de la ilusión" diera por satisfecha con creces mi intención de disfrutar con un texto filosófico.

Por un lado, más que filosófico es ante todo filológico, al menos se parte de esa base, pero además de ser un estudio sobre el origen, formas y significados de la palabra "ilusión", existe todo un conjunto de pensamientos sobre la implicación que dicha palabra ha tenido en la sociedad y, como reflejo de ésta, en la literatura.

En tiempos de prisas e imprecisión, sorprende muy gratamente la calidad de la escritura de Julián Marías, en la que cada frase está hecha a base de palabras insustituibles, sabiamente seleccionadas y aun mejor ordenadas. Como muestra, algunos fragmentos:

"¿Cómo se pasa del sentido etimológico, originario, presente en todas las lenguas, de engaño (o esclarecimiento), a este otro nuevo, próximo a la esperanza y el entusiasmo, pero distinto de ellos, por el cual se desliza una nueva manera de sentirse en la vida?"


"Me pregunto si los pueblos que no poseen la palabra ilusión más que en acepción negativa son capaces de ilusión en la misma medida que los que hablan español, desde hace siglo y medio."


sábado, 20 de diciembre de 2008

"Ghostgirl" - Tonya Hurley

Con bastante más decoración y marketing que calidad literaria, "Ghostgirl" no brilla más allá de lo que lo hacen los reflejos fucsias de sus cantos, pero lo cierto es que es un libro bien simpático.

No he leído la popular saga de Stephenie Meyer pero, al parecer, si Tonya Hurley, la autora de "G.G.", ha conseguido éxito ha sido en parte gracias a haber seguido su estela. Los tiros de la literatura juvenil actual van por lo romántico enmascarado de gótico, vintage y todo lo que huela a muerte, a retro y a raro, a vampiros, castillos y magos (léase: Harry Potter) y ahora que el citado H.P. ha terminado ("Los cuentos de Beedle el Bardo" son sólo un último intento para estas navidades, pero lo pasado, pasado) otros saltan a la palestra de los mostradores y escaparates libreros utilizando similares ingredientes con el fin de hacer la mejor caja posible.

Pero centrémonos en G.G. Un libro en el que la muerte de la protagonista es solo el comienzo de la historia. El resto se entra en cómo consigue la niña ver cumplido su último deseo antes de poder pasar al fin al otro lado. Cada comienzo de capítulo contiene alguna estrofa de grupos actuales y reconocibles y, como muestra:


How can you see into my eyes like open doors
Leading you d
own into my core
Where I´ve become so numb without a sou
l
My spirit sleeping somewhere cold
Until you find it there and lead it back home


- Evanescence


De esta manera y con alusiones a temas muy actuales, se busca la complicidad del lector adolescente, que va de duro pero en el fondo es tan romántico como lo han sido los adolescentes por los tiempos de los tiempos. El resto no es más que la consabida y manida historia de jóvenes norteamericanos: la popular y perversa animadora, sus sosas y superficiales amigas que la traicionarían si hiciera falta, su perfecto y deportista novio, su hermana la "rarita" (que casi desde el principio se convierte en uno de los personajes más alentadores para continuar con la lectura), etc.

Da gusto tener entre las manos un libro con una maquetación y una presentación tan cuidada, la verdad. Es agradable que brille un destello fucsia cada vez que se gira una página. Y que la cabecera de todas las páginas aparezcan ilustradas. Para qué negarlo.

Por último, me ha hecho mucha gracia el ¿Fin? que aparece en la última página. ¿Debo pensar que se trata de una puerta abierta a una segunda parte de "G.G."? En todo caso, dependerá de cómo vayan las ventas estas navidades, de si hacen o no la película...

domingo, 14 de diciembre de 2008

"El trabajo os hará libres" - Espido Freire

Definitivamente, he decidido que me gustan más las novelas que los volúmenes de cuentos de Espido Freire. Estos últimos son un tanto flojos (tanto en este caso como en volúmenes anteriores, como "Juegos míos", por citar un ejemplo). Para mi gusto les faltan muchos ingredientes: tensión, interés (temas) o incluso mejor redacción en ocasiones.

En "El trabajo..." hay un par de cuentos: "La venta de las novillas" y "Viaje de regreso", que sí evocan la esencia más propia de sus novelas, una EF al más puro estilo, podría decirse. Quizá sea una coincidencia, que no creo, pero en estos dos casos a los que me refiero la extensión es mayor que en el resto de cuentos, lo que da más tiempo para presentar la trama y a los personajes, de crear un clima. El resto de cuentos, más breves, son insusos en su mayoría y parece que se quedan a la espera de que llegue la mejor parte, cuando acaban. Por eso decidí que la brevedad no favorece los textos de esta autora.

jueves, 11 de diciembre de 2008

"El capote" - Nikolái Gógol

Me gusta pensar en este cuento como en una personificación de la injusticia y de la pobreza, más que como en una metáfora. Sería algo así como la forma de darle voz a todos aquellos que son sometidos a todo tipo de injusticias y que no se pueden defender.

Es innegable que se ha convertido en todo un clásico, y esta nueva edición de Nórdica Libros así lo confirma. Además, se agradece encontrar una presentación tan buena y cuidada, que parece casi un cuento infantil por su formato, tipo y tamaño de letra e ilustraciones.

Me ha encantado la presencia del fantasma, espíritu disconforme y rebelde que regresa tras su muerte para vengar todas las ofensas sufridas en vida, vengando así de alguna manera a quienes siguen sin poder defenderse, o murieron sin haberlo hecho.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

V

Míralos, ahí están: "de facing", ordenados en columnas por cubiertas (los colores tienen mucha importancia, fíjense que van alternados), haciendo todo lo posible para llamar la atención. Son nuevos, brillan y los estantes situados más al alcance de la mano nunca deben encontrarse vacíos. En la FNAC se decía: si pusiéramos un zapato en ese mostrador, seguro, seguro, que alguien se lo compraba. Esos libros suponían el 80% del total de ventas, ¿no es escalofriante?

martes, 9 de diciembre de 2008

"El demonio te coma las orejas [1997-2008]: Poesía de no ficción" - David González

Se trata de una reedición de uno de los primeros trabajos de D. González, donde se incluyen nuevos textos y se amplía y mejora el resto.

Lo más destacable es la autobiografía, ya que ningún poema es ficticio: se advierte el desahogo del sufrimiento en las palabras. Pero no, eso sería lo segundo más destacable: lo primero es lo bien escrito que está.

Sin pretender compararlos, y solo para ilustrar levemente la forma en que está escrito: al igual que en la prosa de Javier Marías se advierte un evidente (y precioso) ritmo poético, la poesía de David González tiende hacia la prosa por la falta de rima en los versos y, sin embargo, posee una fuerza y una cadencia que ya quisieran para sus poemas muchos que se hacen llamar poetas.

Muchas de mis impresiones ya las recoge el prólogo, prolijo y bien documentado, que no se deja (títere con cabeza) por el camino ningún detalle. Una de esas ideas a las que me refiero es que la experiencia de la lectura de este libro es comparable a la de haber visto una película. En cualquier caso, mientras lo lees te fijas con pena cómo cada vez van quedando menos páginas (así que más te vale que echen humo...), que ya lo vas a terminar y que sin embargo por más que lo intentas no eres capaz de leer ni siquiera un poco más despacio, solo quieres más, solo quieres que no se acabe.

No me gusta repetir y esto lo dice todo aquel que comenta la obra de David, y es que es una gran verdad: su poesía es perfecta para todos aquellos que nunca leen poesía. Porque les encantará, en todos los sentidos de la palabra. Y porque no van a encontrar la poesía convencional que esperan.









Cubierta (que no portada) de
la primera edición de "El demonio...".

domingo, 23 de noviembre de 2008

IV


"El hombre sentimental" - Javier Marías. Serbia, ed. EVRO GIUNTI
(Qué bonitas son tantas veces las cubiertas de los libros que nos gustan en ediciones extranjeras).

"Sputnik, mi amor" - Haruki Murakami

En "Sputnik, mi amor" lo más desafortunado es el título. La historia no es demasiado atrayente en sí, pero se agradece la forma en que está redactada (el cómo es siempre más importante que el qué, a mi parecer, en lo que se cuenta).

Los personajes vuelven a ser misteriosos y llenos de conflictos morales difíciles de resolver. La historia es en ocasiones, como en otras obras de Murakami, onírica, reflexiva, en la que los asuntos prácticos y "terrenales" tienen mucha menos importancia que los relativos al mundo de los pensamientos. En esta ocasión, la emotividad se busca haciendo que los personajes muestren lo más íntimo de sí mismos sosteniendo el alma en las manos, mostrándonos sin reparos todas sus dudas, sus miedos, sus secretos y sus limitaciones.

El final vuelve a ser abierto e inesperado ("inesperado" en el sentido de que, como lector, no esperas que acabe justo en ese momento, y lo hace).

Una imagen muy apropiada en el blog de Alfonso Casas.

viernes, 14 de noviembre de 2008

"¡Adelante!" - Charles Bukowski

"¡Adelante!" es una recopilación de poemas que Buk guardaba para que fuesen publicados sólo tras su muerte. Realmente la gran mayoría tienen una carga importante de melancolía, de tristeza y despedida. El mítico alter ego de Buk, Hank, ha dejado ya esa mala vida en la que el alcohol y el mal humor eran los protagonistas: ha triunfado sin dejar nunca de ser él mismo pero su tiempo ya se acaba, y dice adiós.

Su poesía es cruda, real y sin dobleces o adornos, al igual que su prosa, aunque en este caso sería muy interesante leerlo en su idioma original, pienso.

Hay mucho para elegir, vesos sin despercidio, pero por algún motivo una estrofa me ha parecido reveladora. Pertenece al poema: "Un apunte sobre poesía moderna":


"(...) la poesía sigue avanzando lentamente, supongo,

y cuando un mecánico de coches cualquiera

empiece a llevar libros de poesía para leer

a la hora del almuerzo

entonces sabremos que estamos avanzando en

la dirección

adecuada."

Mucha gente nunca lee poesía, -es normal después de que en el colegio te inculquen una idea errónea y parcial de lo que la poesía es-. Pero un buen día te sonríe la suerte y tropiezas con un libro de alguien como David González y esa idea de la que hablaba, cambia. Drásticamente.

Posiblemente uno de los mejores poemas de "¡Adelante!":


Mis gatos

ya sé. ya sé.
son limitados, tienen necesidades
y preocupaciones
distintas.

pero los observo y aprendo de ellos.
me gusta lo poco que saben,
que es
tantísimo.

se quejan pero nunca se
preocupan.
caminan con una dignidad sorprendente.
duermen con una simplicidad directa que
los seres humanos sencillamente no podemos
comprender.

sus ojos son más
hermosos que los nuestros.
y pueden dormir 20 horas
al día
sin vacilar ni sentir
remordimientos.

cuando me siento
bajo de ánimos
me basta con
observar a mis gatos
y me
vuelve
la valentía.

estudio a estas
criaturas

son mis
maestros.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

"El tiempo huye" - Espido Freire


Es siempre un placer reencontrarse con las palabras de Espido Freire. Aunque sea en una relectura, como es el caso ("El tiempo huye" es una pequeña selección de relatos de "Juegos míos"). El título de este pequeño volumen corresponde a uno de esos relatos y, sin embargo, el mejor de todos es sin duda alguna "Nuestra familia". En mi opinión.

Este relato te envuelve en una atmósfera que solo Espido Freire podría crear, muy en la línea de su novela "Irlanda" (no podía pasar por alto esta alusión, es un libro sencillamente genial, no sé cuántas veces puedo haberlo releído y siempre lo he recomendado con fervor). Esa atmósfera a la que me refería podría definirse como mágica, febril, onírica, en la que los personajes muestran una suerte de crueldad romántica sin límites: personajes siempre adolescentes o bastante jóvenes al menos, que no se lo pensarán dos veces antes de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que desean y donde no siempre ganará el mejor, o el bueno.

Me gusta esta autora y me acabo de enterar de que ya hay un nuevo libro de cuentos: "El trabajo os hará libres". Y aun he de hacerme con la segunda parte de "Mileuristas": "La generación de las mil emociones: Mileuristas II".

"La ladrona de libros" - Markus Zusak

Es un libro sorprendente. Pese a tener muchas características en común, no es ni siquiera comparable a "El niño con el pijama de rayas" (me parecía inevitable esta alusión). Ambos se desarrollan en el mismo marco, utilizan personajes infantiles y parecen haber sido escritos para un público adolescente. Pero en "El niño..." no encontraremos originalidad, frescura, ironía, sutileza, personajes bien construídos ni una historia que te atrape desde el principio y consiga que no quieras dejar de seguir leyendo como sin embargo sí ocurre con "La ladrona...".


Desde luego, el narrador y su perspectiva en la historia no podrían haber estado mejor elegidos. Lo descubrirán quienes se animen a leerlo (lo sabrán quienes ya lo hayan hecho).


Las horribles historias de la época nazi (el sufrimiento, la bestialidad, todo aquello que no puede describirse con palabras porque aun no han sido inventadas) son ya conocidas gracias a otras muchas novelas y testimonios de supervivientes, pero M. Zusak, a pesar de no haber estado presente entonces, ha sido capaz de reproducir de alguna forma todo aquello y convertirlo en una historia que al mismo tiempo muestra lo más bajo donde puede llegar el hombre y la belleza de lo que puede llegar a crear si se lo propone.
No creo que este libro pueda hacer quedar indiferente a nadie, aunque tampoco me parece que contenga todos los elementos para conquistar al gran público. Antes que la lágrima fácil, creo que esta historia (ágil y novedosa en cuanto a muchos de sus elementos) lo que busca es entretener y no dejar que tanto horror caiga en el olvido.

lunes, 3 de noviembre de 2008

III

En el mostrador de una biblioteca pública. Por la mañana, un usuario. Es un hombre mayor, pregunta.
-Buenos días.
-Buenos días.
-¿Tienen el libro de la reina, de Pilar Urbano?
-¡Uy, qué va! ¡Pero si lo están presentado todavía! Ese no lo tendremos hasta dentro de un año, por lo menos.
Los bibliotecarios se miran y cruzan una sonrisa de complicidad. El hombre da las gracias y se va.
Y yo me pregunto si era necesario atenderle mal, tan mal.

sábado, 1 de noviembre de 2008

"Al sur de la frontera, al oeste del sol" - Haruki Murakami


Podría definirla diciendo que desde las primeras páginas he continuado leyendo solo por descubrir de qué se trataba el misterio que envolvía a un personaje y que, presumiblemente, se desvelaría hacia el final de la novela. Pero, en contra de todo pronóstico, la novela termina como si nada y sin desvelar la incógnita, quedándote un poco en las mismas y haciendo que te preguntes, ¿y?

No me ha parecido que los personajes tuvieran tantos matices como ocurre en otras novelas de Murakami, y creo que es sobre todo por eso por lo que me ha decepcionado un poco.

jueves, 30 de octubre de 2008

"Veo una voz: Viaje al mundo de los sordos" - Oliver Sacks


Un recorrido por el mundo de los sordos, con multitud de curiosidades y anécdotas, pero sobre todo mucha información acerca de las características de los lenguajes gestuales que emplean. Porque, en contra de lo que pueda creerse, existen al menos tantos como lenguajes hablados.

Está claro que la sordera es una putada. Porque hay tantas cosas buenas que pueden ser escuchadas, y tanto por expresar. Pero, ¿quién no ha deseado alguna vez ser sordo, en alguna situación concreta? ¿Qué hay de los molestos ruidos urbanos (los coches, los vecinos, la música impuesta, mil cosas), de las tonterías que se oyen a todas horas y por todas partes, de...? Ya me entienden. Y es que los tapones para los oídos no existen en balde.

Resulta enriquecedora esta lectura. Como poco, les entrarán ganas de aprender a decir algo en ameslán o a investigar un poco acerca de la seña.

A pesar de lo anterior, el libro resulta en ocasiones un tanto caótico por su forma de estructurar la información.

Por último, y como muestra, un fragmento autobiográfico y brutal sobre el aislamiento al que puede verse sometido alguien sordo cuando no se le presta ninguna ayuda.

"(...) Te dejan fuera de la conversación de la mesa durante la comida. A esto se le llama aislamiento mental. Mientras todos los demás hablan y se ríen, tú estás tan lejos como un árabe solitario en un desierto que abarca todos los horizontes. (...) Tienes sed de contacto. Te ahogas por dentro pero no puedes explicarle a nadie este sentimiento horrible. No sabes cómo hacerlo. Tienes la impresión de que nadie entiende ni se preocupa. (...) Ni siquiera te permiten hacerte la ilusión de que participas (...)

Esperan que aguantes quince años la camisa de fuerza de la lectura de los labios y el control del habla (...) tus padres jamás se molestan en dedicar una hora al día a aprender lenguaje de señas, al menos un poquito. Una hora de veinticuatro que a ti puede cambiarte un período de la vida."

jueves, 23 de octubre de 2008

"La hija de la mujer de la limpieza" - James Stephens


Publicada en su día por entregas, "La hija de la mujer de la limpieza" es algo así como un cuento de hadas en el Dublín de finales del siglo XIX.

No resulta muy difícil entender y sentir pronto cierta simpatía por Mary Makebelieve, protagonista, junto con su madre, de esta historia. Digamos que, ignorante dentro de su mundo de fantasía (de ahí "Makebelieve"), Mary se encontrará de pronto con un hombre en su casa pidiéndola en matrimonio, sin tener ella poco o nada que ver en esa historia. La respuesta de la madre al caballero no tiene desperdicio, para mi gusto es el momento cumbre de la novela y, como muestra, un fragmento:

"(...) Claro, sólo soy una mujer de la limpieza y ¿qué importa lo que yo pueda pensar o si estoy de acuerdo o no en algo? ¿Es que no se me paga por mi trabajo? ¿Qué más se puede pedir en este mundo? En cuanto a eso de irme a vivir con usted cuando se case, ha sido muy amable por su parte el decírmelo; pero no es de esas cosas que yo quiera hacer, porque si usted me daba igual siendo un desconocido, no me va a caer mejor porque sea el marido de mi hija. Disculpará que le diga una cosa, señor, pero ya que hablamos, lo mejor es la sinceridad, y es lo siguiente: que usted nunca me gustó y nunca me gustará y preferiría ver a mi hija casada con cualquier otro antes que con usted. Pero, claro, yo no debería hablar de esto; ¿no es asunto de Mary? Y ella lo resolverá con usted muy bien, de eso no hay duda. Ya tiene mucha práctica en tomar decisiones, al igual que usted, y no me vendría mal aprender de ella."

"(...) -No se te pide que te cases con cualquiera, hija mía, -repuso la señora Makebelieve-, sino con alguien concreto, con este caballero que está aquí y cuyo nombre, por cierto, no conozco. ¿Tú sabes cómo se llama?
-N
o -contestó Mary.
-Me llamo... -empezó a decir el policía.
-No importa, señor -le dijo la señora Makebelieve-. ¿Quieres casarte con este caballero, Mary?
"


martes, 21 de octubre de 2008

"Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar" - Luis Sepúlveda


Fábula de una sensibilidad extrema -que no sensiblería del estilo de esas historias hechas para conmover, de supuesta "autoayuda"-, es esta una historia delicada, humana, sencilla, por cuyas páginas encontramos mucha poesía en prosa.

Si alguna vez escuchan hablar a Luis Sepúlveda comprenderán por qué se les hace raro pensar que esta historia podría haberla escrito otro.

Altamente recomendable para cualquiera, en cualquier lugar y a cualquier hora del día. Sobran las palabras.

http://es.youtube.com/watch?v=0pB8qCNQ1pc&feature=related

"El contrabajo" - Patrick Süskind


"El contrabajo" es un monólogo breve, rápido, preciso y ¿cómo decirlo? muy sutil.

Al más puro estilo de P. Süskind (léase: "La paloma"). Los suyos son personajes un tanto extraños, se podría decir atormentados siempre por alguno u otro motivo que, aunque aparentemente parezcan corrientes, su mundo interior es muy rico en contradicciones, miedos, dudas...

Un contrabajista reflexiona acerca de la importancia de su trabajo y sobre las características del instrumento que toca. En su caso, haberse enamorado de la cantante soprano de la orquesta es lo que le moverá a hacer algo insospechado que romperá su rutinaria monotonía y que, desafortunadamente, queda más allá del final del libro, es decir: no se desvela.

domingo, 19 de octubre de 2008

II

sábado, 18 de octubre de 2008

"El ladrón de libros y otras bibliomanías" - Nuria Amat

Amat fue una de las autoras más nombradas a lo largo de mi carrera. Bibliófila confesa, a lo largo de este volumen muestra su absoluta pasión por el mundo del libro, junto con anécdotas curiosas de personajes afectados por la misma ¿enfermedad? En ocasiones, puede que sí lo sea.

Las reflexiones, sin embargo, también se ocupan de la llegada de las nuevas tecnologías y de cómo han afectado a la gestión de la información.

Personalmente, prefiero la primera parte, mas romántica y dedicada al libro tradicional como objeto de deseo, ya que aunque no recuerdo haber robado jamás un libro, es algo que desde siempre me ha atraído, tanto por dentro como por fuera (en contra de lo que se suele decir de los bibliotecarios), por lo que puedo identificarme fácilmente con cualquier bibliófilo que se precie.

viernes, 17 de octubre de 2008

"Las cinco personas que encontrarás en el cielo" - Mitch Albom


Es uno de esos libros que se leen por querer descubrir qué tienen para que tanta gente los busque y hable de ellos, pero que luego decepcionan, o al menos no descubres en ellos nada.

Se trata del relato de la vida de un hombre contado de una forma distinta a la tradicional, ya que como excusa se toma su muerte y posterior viaje por el cielo.

Lo que se pretende transmitir en general es que ningún hecho es aislado sino que todo lo que hagamos tendrá relación con lo que luego les pase a los demás, y viceversa. Es decir, se pretende inculcar algo así como un estilo de vida (lo que otros llamarían religión). Tanto la estructura con la historia en sí parecen hechas para aludir constantemente a la sensibilidad del lector, quizás a su posible lágrima fácil. No sé. Que cada uno lo interprete a su manera. En mi opinión, es pretendidamente sensiblero. O a lo mejor es que simplemente no encajan conmigo este tipo de historias.

miércoles, 15 de octubre de 2008

"La secta de los egoístas" - Eric-Emmanuel Schmitt


Una novela de intriga enmarcada en un ambiente filosófico. Corta, rápida y precisa. Cualidades de la que adolecen muchos otros libros que ocupan páginas y páginas que igualmente podrían ahorrarse.

Los egoístas, en el sentido empleado en la novela, son un grupo de filósofos que hacen de una forma de vida la febril convicción de que ellos mismos son el creador, lo absoluto, el todo... y que lo demás, lo que ven, el mundo entero, no es más que una ilusión creada por y para sí mismos, todo surge de su voluntad. ¿Cómo rebatir esa afirmación? Como poco, da que pensar.

La trama se centra en la historia del creador de esta escuela de pensamiento, un hombre que bien podría ser tachado como loco y todos tan tranquilos.

Lo mejor es el final, sorprendente y muy bien traído, un broche final en el más amplio sentido de la palabra.

I

"El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" - Oliver Sacks


Este libro te hace pensar en cosas tan importantes y que sin embargo no solemos tener en cuenta: el control sobre el propio cuerpo, la capacidad para la memoria, para realizar cálculos, para reconocer rostros fácilmente... ya que se explican casos de gente que carece de esas y otras facultades.

El título es muy descriptivo: un hombre con una extraña anomalía neurológica se iba a poner el sombrero y cuando lo fue a coger, estaba intentando en realidad coger a su mujer para ponérsela en la cabeza.

Me ha llamado mucho la atención un caso real de una especie de "Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", un hombre enfermo que se medica durante los días laborales y el fin de semana disfruta de su enfermedad sin medicamentos.

Además de explicar los síntomas y detallar las curiosidades de cada uno de los casos expuestos, también se explican las causas médicas que los motivan, algo así como las explicaciones que se dan en “El exorcista” de Blatty, (también se comentan otros casos similares reales) lo que impide que el libro se convierta en una simple sucesión de historias curiosas.

Como muestra, un fragmento:

“(...) El «secreto» de Shostakovich, se decía (lo decía un neurólogo chino, el doctor Dajue Wang), era la presencia de una esquirla metálica, un fragmento de bomba móvil, en su cerebro, en el cuerno temporal del ventrículo izquierdo. Al parecer Shostakovich se mostraba muy reacio a que le extrajesen aquella esquirla: desde que tenía alojado allí el fragmento, decía, cada vez que inclinaba la cabeza hacia un lado podía oír música. Tenía la cabeza llena de melodías (siempre distintas) de las que se servía luego para componer. Al parecer los rayos X indicaron que el fragmento se movía cuando Shostakovich movía la cabeza, que presionaba en el lóbulo temporal musical cuando se inclinaba, y producía así una infinidad de melodías de las que se servía luego el talento de Shostakovich.”

"La interminable historia de Nory" - Nicholson Baker

Es este un librito curioso que no se disfruta por la calidad de su prosa sino, más bien, por el mensaje que transmite en cada página. Una vez que te acostumbras a que casi todo el tiempo se encuentren faltas de ortografía y de redacción (como si lo hubiese escrito un niño) se hace de lo más ameno. Además, estas erratas hacen que parezca más real, que te creas mejor la historia.

Lo que a un niño se le puede pasar por la cabeza, es infinito. Y las deducciones filosóficas que Nory efectúa encierran en la mayoría de los casos mucha razón.

Es imposible no recordar el ambiente de tu propio colegio, las relaciones que se establecen entre los niños de la clase, el miedo por la noche, las excursiones con los padres, tu mejor amigo/a, la sensación que producía el que un profesor te otorgara una muy buena nota, o cuando mandaba callar a la clase...

Desde las primeras páginas se le coge cierto cariño a Nory. Es uno de esos libros a los que regresas a continuar la lectura con agrado cuando tienes un rato.

Como muestra, un fragmento.

"(...) Al que sumergieron no fue a Hércules. Nory aprendió el nombre correcto en otra clase de clásicos: Aquiles. La madre de Aquiles estaba disgustada porque Aquiles no era completamente inmortal, así que lo sumergió de cabeza en la laguna Estigia. La laguna Estigia llevaba de los Vivos a los Novivos, en otras palabras, a los Muertos. Lo sujetó apretando fuerte por la parte de atrás del pie, encima del talón. <>, se preguntaba Nory. <<¿No habría muchas posibilidades de que se escurriese del todo?>>

Se imaginaba a un bebé desnudo colgando de una pierna, terriblemente asustado, con la cara roja, encendida de gritar, dando patadas tremendas con la otra pierna. El agua fría le haría boquear desesperadamente al pobecito y se le metería directamente por la nariz, puesto que tendría los agujeros para arriba. El agua en los senos nasales puede doler de verdad. Si la diosa quería de verdad a su hijo, tendría que haberse metido ella en el agua y luego coger a la criatura por la cintura de la orilla, boca arriba, con una mano a cada lado, e ir metiéndolo y cuando las manos de ella le estuvieran cubriendo la piel, cuando ya casi flotase, podría soltar una mano durante un segundo, luego cogerlo, luego solta la otra mano, y luego cogerlo. También había que tener cuidado de mantener la cabeza para arriba. El tobillo no era, ni un sitio práctico ni seguro para sujetar a un niño recién nacido."

miércoles, 8 de octubre de 2008

"Tsugumi" - Banana Yoshimoto


En la línea de mis lecturas orientales, seguimos con "Tsugumi", de Banana Yoshimoto.

Es una novelita corta sobre la historia de Tsugumi, una chica enferma con un carácter bastante irascible. Se lee muy rápido (la corta extensión y el gran tamaño de la letra también influyen, claro) y aquí también encontramos esa especie de paz oriental en los personajes de la que hablaba en "Kafka en la orilla".

Me ha recordado un pooco a "Irlanda", de Espido Freire (uno de mis libros de cabecera) pero salvando las distancias, claro. Es también la historia de una chica muy jovencita, un poco histérica, rodeada de un ambiente tranquilo y normal, etc.

Sin mucho más que destacar, me quedo con un extraño final en el que la narradora asegura habernos engañado durante toda la historia, ya que está escrito en primera persona por la prima de Tsugumi, María, y finaliza hablando la propia Tsugumi diciendo eso. Es raro, no aporta nada. Un guiño sin mucho sentido. ¿He de suponer que es la historia de la propia autora? ¿O qué? Tampoco así tendría mucha importancia.

Próxima lectura... Arlington Park, supongo.

"Kafka en la orilla" - Haruki Murakami


Me gustó bastante "Tokio blues", que se adecuaba tanto a mis apetencias orientales en ese momento, que ya tenía ganas de hacerme con un ejemplar de cualquier otro título de Murakami. Fue "Kafka en la orilla" el elegido, supongo que en parte porque tenía la imagen grabada del mostrador de la Fnac donde no hacía más que reponerlo.
No me ha gustado tanto como "Tokio blues" aunque tampoco se puede decir que me haya aburrido leyéndolo. Es una historia atrayente, dividida en capítulos en los que al principio se distinguen dos (y hasta tres) historias diferentes en cada uno, lo que hace que no te aburras y guardes el interés por conocer cómo sigue "la otra historia..." y así sucesivamente, hasta que al fin se unen en una sola.
Lo peor es que tiene ciertos elementos fantásticos que aluden demasiado a la imaginación, que impiden que me lo termine de "creer" del todo mientras leo.
Pero es entretenido y, al igual que en "Tokio blues", los personajes están envueltos en un halo de tranquilidad (¿oriental?) que hacen agradable la lectura. Por su bondad, la profundidad de sus pensamientos y sobre todo por el prisma a través del cual ven la vida, tan original.
Es recomendable. Seguiré leyendo a Murakami, y a otros autores orientales.
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