Arthur Cravan (1887-1918?) fue su mejor creación (su propio personaje), de cualquier otra manera no seguiría siendo recordado noventa y seis años después de su misteriosa desaparición.
Arthur Cravan |
También hay que decir que ser sobrino de Oscar Wilde y su afición al escándalo ha contribuido a que su fama permanezca. Sin embargo, y a pesar de su escasez, también hay que reivindicar su obra, que vio la luz básicamente a través de Maintenant, su propia revista de literatura.
Si algo puedo decir acerca de los poemas de Cravan es que son irreverentes, anacrónicos, coloridos pero desdibujados, también un tanto kitsch en ocasiones y sin embargo... extremadamente elegantes siempre, profundamente estéticos en cada punto, en cada coma, en cada palabra y en cada pausa. Hasta el gesto que uno hace al girar la página se convierte en refinado mientras lee a Cravan: sus poemas son como una película de Baz Luhrmann. Representan a la perfección lo que al parecer era su propia personalidad, la de un dandy y boxeador inconformista, caprichoso, narcisista presumido y pagado de sí mismo.
PALABRAS
La vida para nada es eso que creéis
una obra muy simple con una historia en todo.
Es más que su pelea a la que se somete
todo y el mal y el bien bajo las mismas leyes.
Cada hora posee un color que se borra
para siempre y no deja más huella que ese pájaro,
el recuerdo quisiera en vano esos colores
reunirlos en un ramo de diversos olores,
el recuerdo tan sólo remueve las cenizas
cuando espera lograr descender al pasado.
No penséis que algún día se os permitirá
que digáis "soy mi amigo", que con vosotros mismos
podáis hacer las paces definitivamente,
seguiréis entregados a vuestras disyuntivas
cuando veáis mañana ignoraréis ayer
os negaréis ya antes de que se haga de día.
Os tenderán los días difuntos sus imágenes
para que leáis vuestras injurias del pasado
y aquellas del futuro turbarán con sus quejas
la belleza que os pinta cada tarde doliente.
Cuando queráis reunir cerca de vuestro pecho
sentimientos dispersos en prados de infortunio
seréis ese pastor sin perro que le ayude
ya no sabréis por qué estáis tristes igual
que no sabréis la hora en que nació la pena.
Exhaustos tras el día, vais a probar la noche,
os alimentará con su vergel oscuro
los árboles nocturnos dan consejos más sabios
que él árbol de la Ciencia el que enseña el pecado
y al que no arrancasteis de su suelo maldito.
Cuando se hagan más pálidas las penas más abruptas
y respiréis el hálito del otoño, el invierno
vendrá con su martillo poderoso a romper
los momentos más dulces, dispersarlos en trozos.
Tendréis que levantaros siempre de vuestro asiento,
ganar otros pesares, caer en otras trampas.
(...)