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domingo, 2 de enero de 2022

"Cuando lo sugerente se hace evidente" - Aldo Linares


 

Hay algo a la par hermoso y agotador al reflexionar sobre lo intangible. Lo que Aldo me transmite es la idea de un artesano que moldea figuras, que amalgama filosofía, poesía y certezas para dar forma a lo que no se ve, pero es. El resultado (esas figuras) son la representación de pensamiento, arte y memoria.

Aldo también me transmite dulzura, ilusión, emoción apenas contenida, educación o formas (que de tan perdidas, advertirlas de nuevo en alguien resulta extraño), comedimiento, infinita curiosidad, buen gusto y una sensibilidad a flor de piel, o a raudales.

Busco a Aldo en las redes después de que sus intervenciones en Cuarto Milenio me resulten cada vez más demasiado espaciadas, tras darme cuenta también de que su energía atraviesa la pantalla y entreveo en sus gestos, en sus palabras y sus miradas una verdad, una inocencia y una sencillez que me agradan. Resulta evidente que la participación de Aldo en los programas añade a estos un extra de misterio y fascinación de las que ningún otro colaborador es capaz. A excepción, claro está, de Paloma Navarrete: todas sus intervenciones son historia desde el momento que se emitieron.

Encuentro su canal de YouTube y me gusta encontrar momentos tranquilos para escucharle hablar con ese sosiego tan personal, con su brillo tan especial en los ojos (en esa chispa se encuentra la emoción inocente y pura del niño que fue y que es porque vive en él) buscando la verdad y dándole forma a la belleza. A través de conversaciones con otras personas a las que admira y de las que pretende aprender, generando un diálogo enriquecedor del que podamos beneficiarnos muchas otras personas al otro lado de la pantalla. 

Algo en esos vídeos hace que mi memoria vuele a mi antiguo salón de hace 4 o 5 casas, invadido por fantasmas que se divierten contando historias de humanos. Presencias espectrales porque si estiras el brazo no eres capaz de tocarlos, porque cuando los necesites nunca estarán, porque se divertirán a tu costa, porque te robarán energía y objetos que nunca recuperarás. Te dejarán una herida abierta, preguntas sin respuesta y mucho dolor.

Se dice que los espíritus son tal y como fueron cuando estaban vivos: pasar al otro lado no nos hará peores, o mejores, lo que somos ahora seguirá. Incluso las personas más sensibles e inteligentes (o especialmente ellas) son a menudo engañadas.

En este libro tanto en la palabra escrita como en los espacios entre líneas se encuentran las respuestas (o preguntas que llevan a otras preguntas que a veces son en sí mismas respuestas). Aldo relata sus experiencias paranormales (sucesos que la ciencia aun no es capaz de explicar) desde que era niño, en una suerte de biografía a través del misterio. 

Algunos pasajes resultan extremadamente intensos y evocadores. Uno de ellos relata un viaje con amigos a la zona andina, cuando Aldo todavía vivía en Perú. Tras una excursión por una montaña encontraron a un grupo de personas sentadas en círculo que les invitaron a unirse a ellos: la reunión giraba en torno a una mujer mayor que hablaba en quechua. Tuvieron la gran suerte y el honor de participar en un rito ancestral de culto a la Tierra y esto hizo que se derribasen sus certezas urbanitas y en menos de hora y media solo fuimos nuestros nombres (pág. 104).

Es necesario leer el relato, de varias páginas y rico en detalles, en palabras de Aldo para comprender toda su inmensidad y significado. La lectura me trae sin querer el recuerdo de otro círculo también ritual e iniciático, de cuya circunferencia me excluí a consciencia. Era una noche de San Juan y en el momento de juntar todas las tazas de barro en el centro, una puerta se cerró en el piso superior dando un fuerte portazo. Era un dúplex con todas las ventanas cerradas en ese momento y sin posibilidad de corrientes u otras explicaciones científicas que le dieran sentido terrenal a ese fuerte golpe, que al recordarlo ahora aún me resuena. Hay otros acontecimientos en mi vida que recuerdo muy claros y para los que no he conseguido encontrar explicación física pero que sencillamente son, no me los cuestiono porque nunca he considerado que las energías que los generaron tengan algo que ver conmigo.

Antes de la experiencia andina, Aldo cita El Arte es Magia y la Magia es Arte liberado (pág. 98), lo que indefectiblemente me lleva a Alan Moore y su tan especial “Ángeles fósiles”. Su lectura me aclaró muchas preguntas y me generó evidencias que aún me sirven.

Otra referencia literaria muy clave que encuentro entre estas páginas es a Leopoldo María Panero (pág. 61), cuya letra temblorosa y ya ilegible, escrita pocos meses antes de morir, se encuentra para siempre plasmada en algunos libros de la biblioteca de nuestra casa. Es curioso que mientras leía “Cuando lo sugerente se hace evidente”, y a las pocas páginas de su mención, una amiga me lo recordara, hablando por chat sobre libros y locura. Es posible que las casualidades no existan.

El gusto selecto de Aldo se explaya en la música, el libro incluye la referencia a una lista de canciones de Spotify un tanto tenebrosa e inquietante, y suspiro ante la fotografía de sus antiguas entradas a conciertos de Depeche Mode, Nick Cave, The Cure… (pág. 138). Su relación con la música es muy especial, me gusta cómo describe uno de sus más preciados recuerdos en el que, siendo niño y en la cocina de la casa familiar durante el desayuno, tenía ocasión de escuchar algunos de sus programas de radio favoritos y hallaba una fuga hacia lugares que no veía pero que existían: las canciones (pág. 41).

Con respecto a esa “fuga”, me he sentido muy reflejada en los pasajes que describen su traslado a Madrid, siendo muy joven. La misma ciudad que me acogió con su espectáculo de luz, multitud, color y brillo cuando tenía la misma edad que tenía Aldo cuando aterrizó allí, él proveniente eso sí, de mucho más lejos. Salí hacia mi habitación y, con la luz apagada, me metí en la cama hasta quedarme dormido, viendo la maleta sin cerrar a un lado. Era mi vida al descubierto (pág. 123) (…) me hallé sacando cosas de la maleta en un barrio que no conocía, dentro de una ciudad totalmente desconocida al otro lado del mundo. Si bien no lo estaba, no podía evitar saberme individualmente solo (pág. 131). Madrid sigue acogiendo a Aldo mientras que para mí nunca fue apenas algo más que un amago de hogar, por fortuna encontré arrullo a orillas del mar cuando aceptar irme fue más sencillo que negarme.

Cuando Aldo relata una investigación con algunos integrantes de La Escóbula de la Brújula y del Grupo Hepta, describe a Piedi con su máquina de fotos entrando en una cueva por un estrecho túnel y, ensoñado o sugestionado, Aldo la imagina avanzando en días pretéritos haciendo el recorrido con una antorcha (pág. 180) Leer este pasaje automáticamente me devuelve recuerdos de la multitud de viajes que he realizado los últimos años por diferentes países acompañada tan solo por una mochila, fascinándome especialmente ante los solitarios castillos totalmente en ruinas que encontré en varias exploraciones por Escocia y que me transportaban instantáneamente al pasado creyendo poder ver la cotidianeidad, sus gentes, las texturas y los olores. 

La sugestión nos expone en gran medida, de forma que puede resultar peligroso. Como bien dice Aldo un poco más adelante, tomar conciencia de que estás lejos de tu campo base te produce dos cosas: o te desorienta al máximo o te ayuda a redefinir tu eje (pág. 190). Conozco la sensación de buscar perderse intencionadamente, o encontrar placer en ello cuando no estaba de forma fehaciente entre los planes del viaje. La desubicación es clave para volver a encontrarse cuando se viaja pretendiendo que los momentos y los lugares pasen por una, no solo para que una pase por ellos.


Por eso me gusta mucho esta fotografía que tomé del libro de Aldo sobre el pozo votivo fundacional de L’Almoina de la antigua ciudad de Valentia: un lugar excavado previamente al inicio de la construcción de la ciudad y donde se enterraron restos de un ritual para asegurar la prosperidad de lo que allí en torno se iba a construir. Se consideraba una puerta abierta al mundo del más allá y se abría solo tres días al año, en los cuales podía atravesarlo alguna presencia no deseada. Es la conexión perfecta entre el bullicio frívolo del presente con el recogimiento mísitico del pasado. "Cuando lo sugerente se hace evidente" también es conexión, reflexión, apertura.

Este libro bien supone la experiencia de un viaje, el de una persona tan especial como es Aldo Linares y en cuyas páginas he podido encontrar multitud de ecos en los que verme reflejada y por supuesto, disfrutar y enriquecerme, sentir vértigo y regocijarme. Creo que puede servir a muchas personas con intereses y conexiones en la misma frecuencia. Si algo me gusta es descubrir la esencia y personalidad en seres especiales que se dejan ver, sin duda en este libro es algo que se encuentra a mares y se disfruta.

Parafraseando la habitual y hermosa despedida de Aldo, que es una seña de su identidad… que todo os sea propicio.


viernes, 29 de mayo de 2020

"Días en blanco" - José Luis Sampedro


Cuando supe que Plaza & Janés iba a publicar un volumen con la poesía completa de José Luis Sampedro, no me lo podía creer. Es uno de esos regalos de vida que una ya no espera: el maestro murió en abril de 2013 y de eso han pasado ya siete años (quién lo diría: es verdad que el tiempo vuela). ¿Por qué ahora? Y, sobre todo: ¿por qué no en vida? Las fechas que acompañan a los poemas indican que los más recientes fueron escritos en el ya lejano 1985. Hasta 2013, ¿acaso no hubo tiempo y oportunidades de publicarlas? Es obvio que sí, lo que también parece indudable es que el autor nunca las consideró dignas de ser publicadas. Entonces, ¿por qué los herederos de su obra deciden ahora sacarlas a la luz, a pesar de que esto contradiga visiblemente la voluntad de su legítimo autor? Según Olga Lucas, porque de lo contrario las habría destruido en vida:

"Las obras que de verdad no se desean [sic] que vean la luz tras el fallecimiento, no se dejan ahí, al albur de lo que decidan los demás. Salvo en caso de muerte repentina en edad temprana, resulta difícil entender que un autor conserve manuscritos hasta el final de sus días, si está seguro de que no deben ser publicados. (...) Los estudiosos y seguidores de la obra de José Luis Sampedro deben conocerla".

Es cierto que me siento afortunada de tener este libro entre las manos. Pero a la vez me sobrevuela la duda del oportunismo editorial y el dilema ético me reconcome. La excusa de que el autor las guardó con demasiado cuidado para no querer publicarlas me parece floja, más aún cuando se contradice explicando que tuvo ofertas editoriales firmes "cuando ya era conocido y admirado...". A pesar de mis reticencias, el libro ya está conmigo y no voy a evitar perderme entre sus páginas.

José Luis Sampedro era un hombre muy sencillo a pesar de ser una eminencia en áreas muy diversas del conocimiento, así como una mente adelantada a su época y profundamente bondadosa y libre. Así son sus textos poéticos: naturales, sinceros, inocentes. Extasiados ante una naturaleza que observa sin descanso y con reverencia. También anota pensamientos recurrentes acerca del amor (casi siempre ensoñado, no vivido), en general encontramos grandes celebraciones por la existencia de cosas muy pequeñas. Contemplación y recuerdo de caricias, el susurro de voces revividas, un adiós entre las manos, niños jugando, la primera sonrisa, etc.

He tenido la sensación de que la primera parte (que corresponde al ciclo de la Guerra Civil española) es un poco más débil, literariamente hablando. Probablemente esté condicionada por la ordenación cronológica de los textos, que en este caso me han parecido pruebas de escritura, desahogos muy sencillos, quizá incluso el resultado de una técnica de "calentamiento" antes de ponerse a escribir prosa, que es el formato en el que se sentía cómodo y se había profesionalizado. También, pareciera a veces cuaderno de viajes e impresiones a vuela pluma, da la impresión de ser escritos in situ cuando la inspiración desencadena un pensamiento, o viceversa.

Hay una obsesión por la primavera durante todas sus fases vitales. El inverno es observado como una opresión, un enemigo al que hay que soportar inevitablemente, a disgusto. La primavera, en cambio, es la plenitud, la felicidad.

Se trata en general de poemas muy descriptivos, prosa poética del instante, en ocasiones. Personalmente prefiero una poesía que comience con versos llanos y de pronto se transforme en palabras vertiginosas, casi surrealistas, oníricas, con tintes épicos. Pero estos poemas no parece que traten de impresionar a nadie, simplemente son el testimonio de la palabra sincera de su autor, diría incluso la prueba de su nobleza. En esa sencillez he encontrado pruebas de su buen hacer literario, con perlas como este fascinante "yo no le digo al mar que el viento es siempre verde en la rama del sauce" (p.133):


[A veces]

A veces,
quisiera ser humilde: solo cosa pequeña.
Pluma de golondrina o caracola.
Algo limpio y menudo, para toda una vida
sin dolor, sin problemas.

Por eso, yo no le digo al mar
que el viento es siempre verde en la rama del sauce.
Yo no le digo al mar
que hay ríos entre árboles.

No le digo que el agua
es a veces espejo
de unos seres tan tiernos, tan sencillos,
como ala de paloma, como mano de niño.


Quizá sea casualidad, no lo sé, pero el poema de la página 128, por donde abrí por casualidad el libro la primera vez, se ha convertido en mi favorito de lejos. Pertenece al ciclo de Melilla en 1938, un año en plena Guerra Civil española, y sin duda evoca los horrores de la guerra y es una profunda, terrible y hermosa reflexión sobre la muerte. "Has muerto, niño, como lo querías. Ya pueden apagarse las estrellas..."


[Niño. La muerte prematura]

1.
¿Qué visiones terribles presenciaste en el mundo
que te quedó la boca tan llena de ceniza,
niño?

Viste de pronto
                      ¿qué?
¿La espalda de la luna?
¿Tu alma entre las manos de los hombres?
¿Viste la decadencia de tus alas?
¿Por qué esa prisa, di, por qué esa prisa
de quererte morir?

Solamente querías
morir, morir. Igual que si temieras
que todo fuera próximo a caerse
sin que tuvieras tiempo de morir.
¡Morir aprisa, aprisa! Que se muere
lo bello antes que yo.

Has muerto, niño, como lo querías.
Ya pueden apagarse las estrellas.
¡Y gracias por haber brillado tanto
y tan bien, mientras él
vivía y las contaba!

2.
¿Qué ángel te reveló todo el secreto?
¿Tenías alas más blancas que los otros?
¡Tan blancas, sí, sin duda,
que al conocer de pronto los reveses,
te quisiste morir!
Tan blancas, que no pudo ser posible
el verlas marchitarse y caer sus plumas
como pétalos viejos.
Tan blancas que por eso fue preciso
enseñarte de golpe como una desgarradurael secreto mortal.

Y, ¿para qué vivir, si lo sabías?
Si sabías que tan solo se vive
para morir, y todo lo demás
es una interrupción, es un obstáculo.
Perdiste
la fuerza de vivir, que es el querer
vivir.

Pero aún me maravilla
cómo pudiste verlo así: tan fácil,
tan claro. Inapelable.

Solo así pudo ser. Toda tu vida
se volvió contra ti.
Y tu pulso latió para morir
solamente. Y tus músculos
le decían un sí, con sus esfuerzos
a la próxima muerte.
Tus labios se secaban, en la angustia
de repetir tu profesión de muerte.
Yo me quiero morirSin llegar a morir tan deprisa
como querías.

3.
Ya has muerto, niño, como querías.
Como querías, sí. Pero
                                   ¿Acertaste?
Ese mismo secreto que tú sabes
lo aprendí yo también, pero despacio.
Rompiendo con los dientes la amargura
de esa sabiduría.

Tú no me entenderías. Pero el mundo
no es nada solamente hecho de blanco.
No es nada, si no sabes
que solo en el dolor somos hermanos
los hombres con los vientos y los mundos.
No es nada si no sabes
que nada es tan igual como un pájaro muerto
al puñito crispado de tu afán de morir.

¿Acertaste? Es posible que la vida no sea
sino compensación a los que no tenemos
las alas tan excelsas.
Y así no somos dignos de morir enseguida.

Dejando a cada cual el dilema moral por la conveniencia o no de esta obra póstuma, cualquier lector incondicional de Sampedro puede estar de enhorabuena, si deja a un lado los prejuicios éticos y se decide por la lectura. Personalmente, considero que incorporo una pequeña joya atemporal a mi biblioteca, mientras me permito emocionarme una vez más recordando el instante en que tan cariñosamente cogió mis manos entre las suyas aquella feria del libro de hace ya tantos años, en otra vida.

sábado, 30 de marzo de 2019

"Mary Poppins: Magia, leyenda, mito" - María Tausiet



Este libro me ha devuelto una antigua ilusión: la que surge durante la lectura de las primeras páginas de un libro, cuando descubres que es tan perfecto que te prometes leerlo muy lento memorizando cada letra, para que dure el mayor tiempo posible. Esa emoción me ha durado hasta la última página. Ha sido un privilegio toparme con Tausiet y redescubrir a Mary Poppins bajo una perspectiva que jamás hubiera imaginado.

¿Alguien conoce a la verdadera Mary Poppins?
¿Quién se podía imaginar que detrás de un personaje popular infantil se escondieran tantos enigmas? Ni siquiera se conoce a Mary Poppins por la saga de libros escritos por Pamela Travers. De hecho, de los 8 que la componen, solamente se han traducido y publicado los dos primeros en España. Todos conocemos a Mary Poppins por esa antigua película de Disney y por los productos que se derivaron de ella. Pero era una Mary Poppins adapatada y reformulada que, aunque se basaba completamente en los libros, también mezclaba, quitaba y ponía… así pues, no, no la conocemos bien.

El polémico acuerdo entre Pamela Travers y Disney se plasmó en la película “En busca de Mr Banks”, como bien me recordó la genial librera de “Mujeres y compañía” (C/ Unión 4, Madrid). 


Tráiler de la película de Disney "Al encuentro de Mr. Banks" (2013)

Travers era muy reacia a modificar aspectos de este personaje al que había dedicado toda su vida: según Tausiet, una de las ambiciones de la autora a la hora de configurar a Mary Poppins fue que supusiera el resultado de la suma de los polos opuestos que eran su madre y su padre. Además, y en palabras de Travers, a quien no le gustaba responder a preguntas personales en las entrevistas…:

p.152 “Mientras tanto, si lo que buscáis son hechos autobiográficos, Mary Poppins es la historia de mi vida”.

Tráiler de la película de Disney "Mary Poppins", 1964

Mitología y magia en Mary Poppins
El objeto de este libro es analizar los principales asuntos mágicos en la saga de Mary Poppins y establecer paralelismos con mitos, leyendas e historias antiguas donde existen referencias a los mismos hechos. Así como también poner de relieve todas aquellas ocasiones donde Mary Poppins hace alusión a cuestiones que nada tienen que ver con lo cotidiano y que pasarían por alto al público infantil al que en principio estaban dirigidas estas historias.

Pamela Travers fue amiga de escritores con profundos intereses en las historias mágicas, y así lo plasmaron en sus obras, como es el caso del irlandés William Butler Yeats. Además, la escritora estudió durante toda su vida mitología céltica, folclore irlandés y británico, narrativa tradicional australiana y sudafricana, hinduismo y taoísmo, entre otros.

Su personaje, Mary Poppins, tiene la capacidad de hacer el pasado presente, o de convertir el presente en magia. Representa una forma de estar en el mundo con actitud abierta de curiosidad confiada. Su nombre proviene de la expresión inglesa pops-in, que significa aparecer. Sus idas y venidas siempre están relacionadas con la meteorología, hace alusión a “vientos” que la llevarán o la traerán de vuelta, así como a “puertas” invisibles para el resto de mortales, y que atravesará cuando estén abiertas. Me ha gustado especialmente este fragmento en el que se analiza su naturaleza con el fin de intentar contextualizar a la brillante institutriz dentro de alguna categoría mágica, si eso tiene sentido…

p.30 No es un ángel ni un demonio, una santa o una bruja, ni mucho menos un fantasma. Si a algo podría asemejarse sería a una musa griega, por su carácter inspirador, o a un hada de la tradición celta, por la labor de mentora que ejerce con los niños que están a su cuidado.

A lo largo de la trama, existen multitud de motivos religioso-folclóricos tradicionales, que juguetean con el día a día de la casa de la familia para la que trabaja Mary Poppins como institutriz: pinceladas de mitología griega y céltica, de la Biblia, de los cuentos de hadas, antiguos relatos europeos y textos clásicos de la literatura hindú.

El bolso sin fondo y otras cuestiones mágicas
Por ejemplo, su inolvidable bolso sin fondo, del que extraía utensilios a cual más inimaginable, aparece con similares características en “La vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne, y el mito de la bolsa inagotable se plasmó en historias por toda Europa a partir del siglo XV. El bolso no es un elemento en absoluto accidental, puesto que también se pueden establecer paralelismos con las filosofías orientales y la conveniencia de vaciarse o desposeerse interiormente. En una charla, le preguntaron sobre el particular a Travers y respondió que sí existía esa relación puesto que en todo relato zen hay siempre un objeto que contiene un secreto. Ese secreto sería el contenido inaudito del bolso de Mary Poppins, que se mantiene sin embargo oculto a ojos de quienes no están bendecidos con la gracia de la magia.

Y así, muchos ejemplos más, como los objetos que se hacen materiales procedentes de los sueños o la comunicación con el Más Allá a través de la quema de mensajes escritos en papeles, a fin de que el humo los lleve por el aire hasta su destino: una práctica habitual durante la alta Antigüedad y la Antigüedad clásica. Aunque bien mirado, en las tiendas esotéricas de mi barrio es probable que estas prácticas se sigan llevando a cabo hoy en día, a tenor de los irreverentes utensilios que exhiben en los escaparates: si tienen un estante dedicado a exponer velas de todos los colores con forma de gigantes falos, escribir un deseo para a continuación quemar el papel y que empiece la magia, me parece una nimiedad. También es cierto que Whatsapp funciona fatal, who knows.

Es habitual que Mary Poppins hable de forma que nunca diga todo, que juegue al despiste y no se explique, que sea críptica y contradictoria. Además, hace numerosas menciones a la imposibilidad de expresarse sólo con palabras, a la cualidad de lo indecible. Esto también me resulta familiar.

Supercalifragilisticoespialidoso
Por supuesto, también hay lugar para explicar el origen y la polémica sobre la palabra supercalifragilisticoespialidoso, que se incorporó al Oxford English Dictionary en 1986. Es interesantísimo. Sobre todo la cita de Mary Poppins animando a los niños a pronunciar la palabra al revés, algo común en el marco de la filosofía oculta cuando se trata de recitar hechizos basados en textos sagrados, cometiendo sacrilegio. Algo que también está presente en las letras de canciones de bandas míticas de las últimas décadas, como The Doors, Led Zeppelin o The Beatles: sus seguidores afirman que leyendo al revés algunas de sus canciones, se escuchan letras nuevas con otros significados (Tausiet no cita la música en su ensayo, es cosa mía, que me animo en cuestión de oscuridades).

Es palpable la capacidad intelectual de Tausiet y aunque algunos conceptos se repiten ligeramente en ocasiones, esto no resta calidad al libro, que en algún fragmento llega a analizar paralelismos con la obra de William Blake y William Wordsworth, haciendo alarde de un vasto bagaje cultural ante el que no cabe más remedio que quitarse el sombrero. Incluso hay una reproducción de “La danza de las esferas” de Doré, yo no sé qué más necesitáis para correr a compraros el libro.

Para terminar, me fascina el asunto de los extremos y de las contradicciones (en la literatura, pero también y sobre todo en mi día a día), y en este libro hay varias ocasiones en las que se estudian estos fenómenos en relación al tratamiento que sobre los mismos se da en Mary Poppins. Me ha resultado especialmente esclarecedor este párrafo:

p. 133 Frente al famoso principio de no contradicción, según el cual nada puede ser y no ser al mismo tiempo, las historias de Mary Poppins demuestran que los contrarios no son tales. Más allá de lo verdadero y lo falso, así como del bien y el mal, la institutriz ofrece casi siempre una dimensión inesperada que integra los extremos.

Sólo por eso ya es maravillosa. La opción fácil es la tibieza. La polémica y bruta, la que se posiciona en uno de los dos extremos. Pero la única de verdad inteligente siempre está en pensarlo las veces que sea necesario hasta conseguir que los extremos convivan, así como convertir la radicalidad en un feliz viaje a la raíz de las cuestiones. Y posicionarse fuera de ello, observando, como flotando desde lejos. Ya os podéis imaginar ligeramente lo que es vivir dentro de esta cabeza.

…Chim chiminey, chim chiminey
Chim chim cheree!


miércoles, 18 de enero de 2017

"El rey de los trasgos", de Angela Carter (fragmentos)

(...)

Encontré al rey trasgo sentado en un tocón cubierto de hiedra, devanando a todos los pájaros del bosque con un carrete diatónico de sonido, una nota alta, otra baja; una llamada tan dulce y penetrante que acudieron alegremente y a empellones. El claro estaba lleno de hojas secas, algunas de color miel, algunas de color escoria y algunas de color tierra. Él parecía hasta tal punto el espíritu del lugar que no me extrañó que el zorro apoyara el hocico, sin miedo alguno, en su rodilla. La luz marrón del final del día desaguaba en la húmeda y densa tierra; todo en silencio, todo inmóvil, y el frío olía a la noche que ya se acercaba. Cayeron las primeras gotas de una tormenta. En el bosque no hay más refugio que la casita del rey trasgo.
Así fue como entré en la soledad embrujada de pájaros de aquel ser, que encierra a sus cosas aladas en jaulas tejidas con mimbre para que le canten.

(...)

La blanca luna que flota sobre el claro ilumina fríamente la tranquila escena de nuestros abrazos. Qué dulcemente deambulo o, más bien, solía deambular cuando era la hija perfecta de las praderas del verano; pero entonces al año cambió, la luz se volvió más clara y yo vi al delgado rey trasgo, alto como un árbol, con pájaros en las ramas, que me atrajo hacia él con su lazo mágico de música inhumana.
Si encordara ese viejo violín con tu pelo, podríamos bailar juntos al son de la música mientras la exhausta luz del día zozobra entre los árboles; tendríamos mejor música que los agudos cantos nupciales de las alondras apiladas en sus bonitas jaulas mientras el techo cruje por el peso de los pájaros que tú has atraído mientras nos arrojamos a tus misterios profanos bajo las hojas.
Me desviste hasta mi desnudez plena, esa piel de satén aperlada color malva, como un conejo desollado; luego me vuelve a vestir en un abrazo luminoso que me circunda por completo, como si fuera de agua. Y derrama hojas secas sobre mí, como al arroyo en el que me he convertido.













La cámara sangrienta
Angela Carter
2014, Editorial Sexto Piso
Enlace aquí

viernes, 16 de septiembre de 2016

Tras los pasos de W.B. Yeats

Detalle de una puerta del castillo, Dublín, Irlanda

Fui a Irlanda para encontrar el rastro de W.B. Yeats, o esa fue la excusa. Hay muchos otros escritores nacionales de los que los irlandeses se sienten extremadamente orgullosos: James Joyce, Bram Stoker, Oscar Wilde, Bernard Shaw y muchísimos, muchísimos otros a los que yo ni siquiera conocía y que conviven en el Dublin Writers Museum (18 Parnell Square, Dublin) en un encantador edificio georgiano del siglo XVIII.

Allí se encuentran, por ejemplo, pases de mano de las obras de teatro de Wilde cuyo enorme éxito disfrutó en vida, anotaciones del puño y letra de los autores, objetos personales y primeras ediciones de las obras más emblemáticas, como esta de Drácula ante la cual me quedé sin aliento.

Primera edición, de "Drácula" de Bram Stoker
Pases de mano originales y ediciones antiguas de las obras de Oscar Wilde (1)
Pases de mano originales y ediciones antiguas de las obras de Oscar Wilde (2)
Pero volvamos a Yeats. La familia del escritor procedía de Sligo, una pequeña localidad de la costa oeste de Irlanda, y allí todo tiene su impronta. La moderna galería de arte The Model expone continuamente series de pinturas originales de Jack, el hermano de Yeats, y la entrada es gratuita. Junto al río y la oficina de turismo se encuentra un pequeño museo dedicado exclusivamente a la memoria del escritor, el Yeats Memorial Building, la entrada es asimismo gratuita y expone algunos retratos del autor, ediciones antiguas de sus libros autografiados por él mismo y algunas cartas y otros objetos que han sobrevivido al paso del tiempo.

Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (1)
Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (2)
Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (3)
Busto de Yeats, un tanto siniestro
Posee también una pequeñísima librería donde sin embargo se pueden adquirir algunas joyas editadas con un gusto exquisito, una cafetería con los poemas de Yeats escritos a modo de mural en las paredes, y una terraza encantadora con vistas al río. La visita es absolutamente recomendable.

Estatua de Yeats, de dudoso gusto, en las calles de Sligo, Irlanda
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (1)
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (2)
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (3)

Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (4)

Yeats estaba tan enamorado de su tierra que escribió un poema, "Under Ben Bulben", en el que hablaba del lugar donde querría que estuviese situada su tumba por el resto de los tiempos, bajo el monte Ben Bulben en la parroquia de Drumcliff. Así pues, aunque murió en Francia en 1939, sus restos fueron repatriados a Irlanda años más tarde (existe controversia al respecto, no está claro que realmente esto se llevase a cabo). Y allí está.

La lápida de Yeats con el famosísimo epitafioCast a cold Eye On Life, on Death. Horseman, pass by! 

Under Ben Bulben

(…)
Under bare Ben Bulben’s head
In Drumcliff churchyard Yeats is laid.
An ancestor was rector there
Long years ago, a church stands near,
By the road an ancient cross.
No marble, no conventional phrase:
On limestone quarried near the spot
By his command these words are cut:
Cast a cold eye
On life, on death.
Horseman, pass by!

Estas palabras confirman mi opinión acerca de los cementerios, lugares de un valor incalculable por los que conviene pasear de cuando en cuando porque están llenos de energía positiva que te llena de ganas renovadas de seguir viviendo.

Aunque murió en Francia en 1939, los restos de Yeats fueron trasladados hasta este lugar siguiendo sus deseos. Drumcliff es ahora un pequeño lugar que atrae a curiosos, una capilla pequeña y humilde rodeada de un precioso cementerio de tumbas ya viejas, una tiendecita-café a pocos metros y nada más: la presencia del Ben Bulben cercano presidiendo todo.

La visita puede completarse visitando el lago Glencar, cuya impresionante cascada sorprende al llegar (está oculta por la vegetación y se accede por un camino que se aleja del lago). Este sitio sirvió de inspiración al poeta para escribir uno de sus poemas más representativos, Stolen Child. Si tienen suerte, su guía lo recitará con la solemnidad y musicalidad que solo los irlandeses, al más puro estilo hobbit, pueden otorgarle a un poema: su gusto y su facilidad para transmitir historias es maravilloso, y allí se hace palpable.

Cascada junto al lago Glencar, Sligo, Irlanda
The Stolen Child

(…)
Where the wandering water gushes
From the hills above Glen-Car.
In pools among the rushes
That scarce could bathe a star.
We seek for slumbering trout
And whispering in their ears
Give them unquiet dreams:
Leaning softly out
From ferns that drop their tears
Over the young streams.
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a feary, hand in hand,
For the world’s more full of weeping than you can understand

En Sligo también está enterrada la madre de Bram Stoker, pero el acceso al lugar está prohibido y sólo pude imaginarla: si se hubiera tratado de la tumba del escritor, saben los leprechauns que me hubiera atrevido a saltar la verja a medianoche armada con una linterna y la cámara de fotos.

Los escritos de Yeats están plagados de referencias feéricas, en más ocasiones he citado el maravilloso volumen “Mitologías” que publicó hace unos pocos años la editorial Acantilado, aunque también se pueden encontrar otras ediciones de estos cuentos de hadas de tradición oral transcritos por Yeats. Estas historias siempre tienen un componente divertido por lo irreal, pero a la vez solemne y respetuoso puesto que todos estamos hechos de las historias que nos han dado forma, y en el caso de Yeats había algo profundamente real en los cuentos que había escuchado desde niño.

Lago Gill rodeado de niebla y montes, Sligo, Irlanda
Es cierto que leer mucho llega a desarmarte ante la difícil tarea de discernir entre realidad y ficción llegado el caso. Predisposición, sugestión, hechizo, embeleso: puede explicarse de cualquiera de estas formas pero uno se queda atónito cuando la Naturaleza se impone, y entonces se entiende que a partir de ese entorno se hayan dado forma durante siglos a las historias y a las criaturas feéricas más inexplicables.

Cliffs of Moher, Doolin, Ireland
Los acantilados de Moher, las geométricas formaciones rocosas de las costas, los montes planos erosionados, la vegetación exuberante, los lagos con oleaje, las islas encantadas, los pueblos plagados de locales con música tradicional en directo y, cómo no, la amabilidad infinita y las ganas de reír que habitan en los ojos de los irlandeses.

Formaciones rocosas geométricas en los alrededores de Doolin, con los acantilados al fondo
Hay una cita de Oscar Wilde, que se encuentra en la desgarradora obra “De Profundis”, y que dice así:
Society, as we have constituted it, will have no place for me, has none to offer; but Nature, whose sweet rains fall on unjust and just alike, will have clefts in the rocks where I may hide, and secret valleys in whose silence I may weep undisturbed. She will hang the night with stars so that I may walk abroad in the darkness without stumbling, and send the wind over my foot prints so that none may track me to my hurt: she will cleanse me in great waters, and with bitter hebs make me whole.

Pues bien, un mural con un precioso poema de Yeats que no conocía, me hizo recordarlo de pronto desde el primer verso, e instantáneamente se convirtió en mi favorito y de alguna manera le dio sentido a todo:

The Song of Wandering Aengus

I went out to the hazel Wood,
Because a fire was in my head,
And cut and peeled a hazel wand,
And hooked a berry to a thread:
And when white moths were on the wing,
And moth-like stars were flickering out,
I dropped the berry in a stream
And caught a little silver trout.

When I had laid it on the floor
I went to blow the fire aflame,
But something rustled on the floor,
And some one called me by my name:
It had become a glimmering girl
With apple blossom in her hair
Who called me by my name and ran
And faded through the brightening air.

Though I am old with wandering
Through hollow lands and hilly lands,
I will find out where she has gone,
And kiss her lips and take her hands;
And walk among long dappled grass,
And pluck till time and times are done
The silver apples of the moon,
The golden apples of the sun.

Retazos de Yeats también en la playa de Strandhill, Sligo, Irlanda

De todas las fotografías en este post: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2016 

viernes, 19 de junio de 2015

"Ángeles fósiles" - Alan Moore


Tenemos entre manos una obra de uno de los genios más brillantes –y oscuros a la vez– que conocemos, Alan Moore. El autor de “V de Vendetta”, “From Hell”, “Watchmen” o “Promethea” tiene algo importante que decir sobre la magia y sobre el arte, de modo que cuando terminemos de leer “Ángeles fósiles” sepamos por qué ambos pueden llegar a ser lo mismo.

Es una gran suerte que los lectores más exigentes, cultos y amantes de lo extraño puedan contar con la editorial La Felguera. Qué sería de ellos sin esas presentaciones de libros atípicas por las calles de Madrid a la luz de la luna, ese gusto por los envíos de libros con regalo adjunto de utensilios raros, ese afán por rescatar del olvido los textos más controvertidos, contraculturales y oscuros que uno pueda imaginarse… Bienvenidos a un éxito más. Con ustedes, el genio: Alan Moore.

Que alguien encienda la luz

Vamos a adentrarnos en las catacumbas de lo maldito, en el baúl de lo olvidado, en el pasillo de los libros prohibidos, en el recuerdo de otro tiempo en el que la filosofía oculta significaba otra cosa. Y quién mejor para darnos la bienvenida que Servando Rocha, mientras nuestros ojos se acostumbran a las pupilas dilatadas.

Servando nos explica con calma y elegancia cómo empezó todo: cómo el cristianismo arrasó los encantadores cultos paganos más antiguos, de qué herramientas se sirvieron para convencer sembrando el terror… y de cómo fueron surgiendo otras corrientes (ocultas y siempre perseguidas) que seguían la estela de los ritos antiguos y entendían la vida de otra forma: cómo muchas veces todas esas otras maneras de hacer las cosas derivaron en la alquimia y la búsqueda de la piedra filosofal. Y en qué ha terminado por convertirse el ocultismo en nuestros días.

La introducción es magnífica, sobria y contenida; es el discurso del profesor cultivado que sabe transmitir sus conocimientos y del que sus alumnos sospechan (están seguros) que acumula mucha más información de la que les proporciona: quizá no es el lugar, quizá no es el momento… quizá ya deba tomar la palabra Alan Moore.


Y la oscuridad se hizo

Resulta obvio que Alan Moore sabe muchísimo más sobre filosofía oculta de lo que expone en este libro. De hecho, no se puede ser un simple curioso y escribir algo así, dando tantas ideas y aportando tanta luz a la materia como él hace. Es más, a lo largo del libro Alan Moore se luce continuamente haciendo una exposición ágil y rápida de referencias cultas sobre la materia, oportunas y realmente divertidas. Párrafos repletos de citas a autores y a sus obras, a la manera de chistes privados entre ocultistas, lectores y expertos: es delicioso.



Se trata de un libro muy especial que está dirigido a un público realmente amplio, aunque a primera vista no lo parezca. Por un lado, no profundiza demasiado en asuntos ocultistas, eso queda para otros libros; y, por otro, enfoca de forma directa la magia al mundo del arte, precisamente para abrir esa rama del conocimiento a nuevos formatos y posibilidades, por lo que el público que puede disfrutar y aprovechar este libro, es enorme y muy variado.

Alan Moore deja muy claro que a día de hoy la magia está de capa caída, que las formas tradicionales de manejarla están desfasadas y que poco a poco está condenada a desparecer, al menos tal y como la conocemos, si no hacemos algo por evitarlo.

Otra puntualización importante es que, pese a todos los esfuerzos que se han hecho durante décadas, la magia (como el psicoanálisis, por ejemplo), no es una ciencia, ya que sus resultados no pueden probarse en un laboratorio. Así pues, afirma que una ubicación urgente dentro del arte insuflaría vida a la magia y la dotaría del prestigio del que, a día de hoy, nos guste o no, carece. Es una bonita forma de pasar su testigo a las nuevas generaciones, con este grito de auxilio cargado de buenas ideas.


Antecedentes de este libro

“Ángeles fósiles” fue escrito para la revista de corte ocultista “Kaos”, pero la publicación desapareció antes de que este texto viera la luz. Su propia naturaleza parecía condenarlo a aparecer desde entonces solamente  en algunas otras publicaciones underground de la misma temática, y se convirtió así en un texto de culto, buscado por muchos curiosos y admiradores que sabían de su existencia.

El rescate hace unos meses por la editorial La Felguera ha supuesto un éxito más en su espectacular catálogo, ya que no sólo el contenido es magistral… es que además han hecho una edición de lujo. Profusamente ilustrada y, como ya adelantábamos al principio, con un prólogo (“El hermoso hechizo de los magos anarquistas”) de Servando Rocha que ilumina y dirige al lector por el sendero correcto.


No podemos dejar que “Ángeles fósiles” se convierta en una obra menor de Alan Moore, porque quizá, quién sabe, este libro cambie el rumbo de las cosas, favoreciendo la inspiración a mucha gente que quizá empiece a crear en otras direcciones, entendiendo la magia como arte y devolviendo de esta forma, (según los deseos de Alan Moore) los poderes chamánicos que los magos tenían al principio.

Y aunque no estemos de acuerdo absolutamente en todo lo que Moore afirma, sí podemos utilizar esta lectura como herramienta para hacernos preguntas que reafirmen o pongan en duda nuestras convicciones acerca de esta materia. Quizá sea hora de dar al traste con toda esa supuesta magia efectista y abrumadora, que llena páginas y publica horóscopos: magia maltratada, como deja claro Alan Moore en este libro. La magia es otra cosa, algo más intenso y precioso, que cada uno debe descubrir por sí mismo. Quizá, como comienzo para profanos,  solo sea la vida, cuando uno decide vivirla de verdad, y no pasar de puntillas por ella, bordeándola.



jueves, 2 de abril de 2015

"Historia de la filosofía oculta" - Alexandrian


Sosteniendo entre ambas manos este libro en profunda reverencia, se aconseja soplar suavemente sobre las tapas para apartar el polvo de siglos de sabiduría de la superficie del mismo. Este libro es una joya para cualquier amante del conocimiento exento de límites mentales, y si bien es cierto que se trata de una historia muy resumida de la filosofía oculta (a pesar de sus más de 600 páginas), es capaz de aclarar numerosos aspectos de las diversas y controvertidas doctrinas del conocimiento oculto.

Antes de empezar, hay que saber que este libro fue escrito por el estudioso surrealista francés Sarane Alexandrian (1927-2009) en 1983. Profundamente influenciado por el dadaísmo, conoció a Raoul Hausmann con tan solo dieciséis años y, posteriormente, trabajó como secretario para André Breton. Era defensor de la filosofía nietzscheana y en 1995 fundó una importante revista llamada “Supérieur Inconnu”, absolutamente influenciada por el surrealismo.

¿Ante qué tipo de conocimiento nos enfrentamos?
Alexandrian expone las explicaciones de las diferentes disciplinas desde un punto de vista objetivo y extremadamente bien documentado, si bien es cierto que en numerosas ocasiones lamenta el exceso de credulidad que demuestran todos aquellos que practican o han practicado las artes oscuras, o quienes sienten miedo de todo ello. Es decir, parte de una postura escéptica. No obstante, demuestra un grandísimo interés en este campo y alaba el esfuerzo y la dedicación de quienes lucharon por defender sus teorías. No es fácil distinguir si juega al engaño con el lector (muy apropiado tratándose de un libro de saberes que es conveniente mantener ocultos a curiosos y no iniciados), o si hace un gran esfuerzo por creer pero su racionalidad se lo impide.

Uno de los conceptos básicos que explica Alexandrian al comienzo de este libro es precisamente el de filosofía oculta. Por qué no ocultismo, o ciencias ocultas. Pues bien, el término “ocultismo” (teoría general de las virtudes ocultas de las cosas), acuñado por Eliphas Lévi, fue creado para generar un movimiento que siguiera al romanticismo y al socialismo. Por su lado, el término “ciencias ocultas” implicaría la eliminación de cualquier atisbo de pensamiento mágico y se centraría tan solo en resultados cuantificables y absolutamente objetivos. Así pues, se elige “filosofía oculta”, y se explica que precisamente Pitágoras, a quien se atribuye el término “filosofía”, también hizo una distinción de dos importantes vertientes de la misma: por un lado, un saber exotérico destinado a los profanos y por otro, un saber esotérico reservado a los iniciados.

La filosofía oculta es de todos los tiempos porque sistematiza el pensamiento mágico que cada uno lleva en sí, lo acepte o lo niegue, lo oculte o lo reprima.

Sagrado, religioso… mágico
Pues bien, la filosofía oculta no es ni más ni menos que una de las ramas más desconocidas de la antropología, y reúne un vasto conjunto de saber que ha sido denostado a lo largo de los siglos a manos de detractores como, fundamentalmente, los círculos religiosos, o también de sectores de la población que fabulaban sobre este tema sin tener siquiera los conocimientos más rudimentarios al respecto, con la única finalidad de engañar al pueblo con trucos efectistas que aún hoy día siguen proliferando por todas partes.

Al igual que los primeros hombres adoraban al sol debido a su absoluto desconocimiento del funcionamiento del planeta y la naturaleza, la filosofía oculta surgió de una manera perfectamente natural para satisfacer una necesidad del espíritu humano, compuesto por el pensamiento mágico (inconsciente) y el pragmático (consciente). Y es que no por ser inconsciente es menos real: precisamente, tal y como nos explica Alexandrian, es el pensamiento mágico el que entra en acción cada vez que se presenta un problema ante el cual el pensamiento pragmático se queda impotente.

Existen multitud de pruebas documentadas de que el conocimiento oculto ha crecido en paralelo al cristianismo, del que en parte fue una contestación, un movimiento que respondía o se enfrentaba al pensamiento y a las creencias cristianas. Pero también fue auspiciado por la Iglesia, durante las intervenciones de los inquisidores encontramos multitud de pruebas. Estos jueces del horror, verdaderos seres deshumanizados, muchas veces eran exageradamente crédulos y miedosos, y su propia alarma incendiaba la imaginación y los temores de la gente, que, influenciada por una sugestión tan fuerte, comenzaba a ver y sentir señales diabólicas donde no las había.

Es curioso que la doctrina cristiana haya pretendido siempre dar al traste con el pensamiento oculto demostrando la superioridad el pensamiento cristiano presentando como argumentos… ¡sus propias historias fantásticas! Partiendo de la base de que creen en algo que no se puede ver, ¿quién puede creerse capaz de tener la facultad de convencer al otro? Resulta sarcástico, si no fuera irónico e indignante.

Un mar de prácticas y doctrinas ocultas
Este estudio se estructura por familias del conocimiento oculto, en vez de seguir una sola línea temporal en orden cronológico que lo aglutine todo. Además de explicar cada concepto, ofrece una biografía muy resumida de los principales estudiosos que destacaron en cada disciplina.

Así pues, comienza desentrañando las características de la Gnosis (cada grupo gnóstico tenía diferencias entre sí pero coincidían en preguntarse dos cosas: por qué existía el mal en el mundo si había un dios al que igual le hubiera dado crear un mundo exento de él, y qué religión sería la buena de todas las existentes, puesto que una tendría razón y el resto se equivocarían: son dos razonamientos maravillosos para reflexionar sobre ellos).

También expone los principios de la Kabbala, que surge después, y que consiste en desentrañar textos sagrados aplicando extrañas fórmulas para extraer el verdadero significado oculto entre líneas.
Y así se extiende a través de siglos absolutamente repletos de jugosos hallazgos en este campo, de la creación de nuevas disciplinas y de la evolución de las más antiguas una vez se van aplicando los nuevos conocimientos descubiertos y contrastados por los estudiosos.

Una de las materias más interesantes sin duda es la de la alquimia, donde se nos explica que durante el larguísimo proceso de investigación para descubrir la piedra filosofal que poseyera la facultad de transformar los materiales, se descubrieron muchos otros hallazgos científicos que se siguen usando a día de hoy y que han sido la base de otras muchas investigaciones. Así, el empeño por desentrañar el misterio más oculto de una creencia que se asienta en pilares mágicos, han surgido además otros descubrimientos que todavía hoy son útiles. Por ejemplo, no todo el mundo sabe que la técnica del baño María la empezaron a utilizar los alquimistas, o que hicieron descubrimientos científicos de los que aún nos beneficiamos: el agua regia, el oropimente, el bórax…, etc., así como la creación de gemas artificiales o complicados procesos químicos aplicables a la industria perfeccionando la tintura de los tejidos y la confección de colores minerales y vegetales.

Este libro debe formar parte ineludible de toda biblioteca caprichosa y culta que se precie. Los diferentes aspectos de la filosofía oculta han sido tan maltratados a lo largo de los tiempos por timadores y fanáticos religiosos, que se tiene una idea totalmente freak y distorsionada de lo que en realidad es. Nada mejor, en todo caso, que acudir a las fuentes adecuadas y descubrir por uno mismo la preciosa información que se nos ofrece en este libro. Sobresaliente alto para la editorial Valdemar, como siempre.

viernes, 18 de julio de 2014

"El océano al final del camino" - Neil Gaiman


No nos vamos a engañar, “El oceáno al final del camino” no es la mejor novela de Neil Gaiman, ni siquiera hará falta dejar pasar el tiempo para que el texto termine de asentarse en los estantes y adquiera su propia personalidad. Pero sí late el imaginario de Gaiman tras cada palabra, y eso para los amantes de su literatura es suficiente. Como una dosis calmante, aunque la sustancia no sea de la mejor calidad (siempre comparando con otras obras del mismo autor) pero calma la ansiedad. 

Gaiman, también en esta ocasión, se erige como el intermediario entre el “aquí” y el “allá” concediéndonos la gracia de asistir a acontecimientos de corte fantástico redactados con su ya habitual fluidez y plagados de conceptos preciosos que debíamos saber. Precisamente en estos días en los que celebro que un día aprendí a volar y no sé cómo explicarlo, leo entusiasmada que Gaiman va más allá y establece la forma de respirar debajo del agua y de aterrizar en el aire. La realidad, tal y como nos han enseñado a interpretarla con las puertas de la percepción cerradas, se desmorona según avanza esta novela, o más bien, se reinterpreta añadiendo elementos a la composición: mundos paralelos en los que las leyes naturales a las que estamos acostumbrados no ejercen ningún poder… lugares y existencias muy antiguas que sólo puede comprender la mente aún pura de un niño.

El componente mágico procede principalmente de tres mujeres (abuela, madre, hija) que viven en una granja y a las que sería demasiado obvio e incorrecto tildar de brujas. Como dice Gaiman en algún momento de la novela, no lo son, el término bruja no las define. Serían las Tres Edades personificadas en las Moiras (mitología griega; Parcas en la romana), puesto que no son diosas pero de alguna manera intervienen, y tienen mucho poder. Ellas son capaces de enfrentarse a los causantes de los extraños sucesos que agitan la paz de la pequeña localidad en la que está situada su enorme y decadente granja. Y un niño, ajeno a cualquier otro mundo maravilloso paralelo, será el protagonista de una historia que con el tiempo recordará o no recordará, o ambas cosas al mismo tiempo.

Precisamente lo que Gaiman establece es que todo puede suceder si sucede dentro de nuestra cabeza: es ahí dentro cuando de alguna manera todo toma forma, luego es real. ¿Por qué no puede caber el océano en un pequeño estanque de jardín? ¿Y quién asegura que nosotros no podemos volar sin alas? Esto es solo el principio.

sábado, 26 de octubre de 2013

Sir Gawain y el Caballero Verde


Hay libros que, por su propia naturaleza, parece que nos llegan directamente de manos de seres mágicos. Sir Gawain y el Caballero Verde es uno de ellos. No en vano, si ha llegado hasta nuestros días ha sido en gran parte gracias a la intervención inestimable de J.R.R. Tolkien, quien precisamente era una criatura procedente de un mundo mágico, perteneciente a una raza que él mismo creó: los hobbits.

En su afán de proveer a Inglaterra de una mitología propia, buscó y estudió cuidadosamente los textos antiguos, convirtiéndose en un experto en leyendas artúricas. Como bien explica Luis Alberto de Cuenca en el genial prólogo de este libro, Tolkien transcribió la leyenda de Gawain (que estaba escrita en forma de poema y con letra del último tercio del s. XIV, por un autor desconocido) al inglés moderno, para que el gran público tuviese acceso y pudiese gozar de ella.

La historia de Sir Gawain acontece por un hechizo de Morgana (supongo que desvelar los pormenores de una leyenda de hace más de seiscientos años es como hacerlo con los hitos de la historia moderna, no se trata de un spoiler pues cualquiera podría, o debería, conocer el desenlace). Morgana, hechicera y hada de las aguas, ejecuta el encantamiento que somete al Caballero Verde, y es a través de éste como se pone a prueba Sir Gawain. El Caballero Verde irrumpe en las celebraciones de Año Nuevo de la corte artúrica y, ante sus requerimientos, es Sir Gawain, sobrino del rey, quien de entre todos los caballeros se ofrece participar en el reto.

Esta decisión le llevará a visitar el territorio del Caballero Verde justo un año después, tal como queda pactado entre ellos. Una vez allí, y sin ser consciente de ello, el honor de Sir Gawain será puesto a prueba a través de la esposa del Caballero Verde, ya que, formando parte del juego, le visita a solas declarándose enamorada de él. Sin embargo, Sir Gawain demuestra su honor negándose a participar en el engaño, que le hubiera convertido en un tipo despreciable y ruin: mantiene su honor y su caballerosidad y solamente acepta de ella un regalo, un pañuelo verde que le protegerá en batalla. Por tanto, su único "desliz" es cometido con el fin de proteger su propia vida, algo que el Caballero Verde fácilmente disculpa y comprende. En sus propias palabras: 

Pero aquí fallasteis un poco, señor, y os faltó lealtad; aunque no os hizo caer la astuta malicia ni el deseo de amor, sino el apego a vuestra vida; cosa que es más disculpable.

Tal y como está configurada la sociedad actualmente, Sir Gawain sería considerado tonto hoy día por negarse a disfrutar de los placeres que le ofreciera cualquier amable señorita. Participar del engaño y traicionar no tendrían ninguna importancia puesto que todo estaría hecho en nombre de los deseos carnales. Sería un triunfador, un machote: es entonces cuando sería un caballero. Aún más, sería ella la tonta si hubiera sido engañada; o un ser despreciable si hubiese sido ella la que traicionase. Si ese hubiera sido el caso. La fabulosa historia de Sir Gawain y el Caballero Verde nos demuestra cómo han cambiado los tiempos, o mejor, cómo se han estropeado las personas.

Además de la finalidad moralizadora, el relato goza de una estética literaria propia de un gigante de las letras, como bien aprecia Luis Alberto de Cuenca en su prólogo. Las descripciones de los lugares y del invierno, momento en que se desarrolla la acción, son sublimes. La acción está sabiamente expuesta intercalando escenas de lucha y acción con otras de recogimiento y paz, manteniendo de ese modo intacta la atención del lector.

En ocasiones es bueno huir del ruido de la actualidad y del bombardeo de la publicidad de los lanzamientos de libros nuevos, que además de ser inabarcables no están asentados en la historia de la literatura y la gran mayoría nacen siendo ya cadáveres llenos de letras. La lectura de las leyendas artúricas es un poco como un regreso a los orígenes, algo muy positivo si se hace cada cierto tiempo, para no perderse de uno mismo.

viernes, 11 de octubre de 2013

A propósito de Pascal Quignard


Pascal Quignard es un literato sublime, de una sensibilidad que impresiona y estremece. Sus textos están marcados siempre con la huella de la delicadeza y las palabras que los forman se unen con un lazo de nota musical.

En todos sus libros late una melodía y una forma de proceder absolutamente personal, original y única, que los convierten en pequeñas obras de artesanía: delicatessen para los lectores que huyen de la literatura más comercial y buscan entre los estantes obras más personales e íntimas, eruditas y muy alejadas de la acostumbrado. 

En los últimos años varias editoriales han apostado por sus libros en España: Galaxia Gutemberg cuenta con varios títulos en su catálogo, pero también se unen al fenómeno Quignard otras como Espasa, Minúscula y la siempre encantadora Sexto Piso. Así, disponemos aquí, por suerte, de una gran cantidad de títulos suyos traducidos al castellano, aunque su obra es especialmente prolija y tener acceso a toda es casi imposible.


La Música

Es la música y la cultura clásica lo que determina la literatura de Quignard. Una de las cosas más importantes que hay que tener presente antes de zambullirse en su obra es que se trata de una de las experiencias literarias más parecidas a escuchar la melodía de una orquesta o, por qué no, de una cascada.

Este escritor procede del seno de una familia de larga tradición musical a nivel profesional. No en vano, desde muy joven se inició en el estudio de la Música y, en concreto, del violonchelo, llegando a fundar el Festival de Ópera y Teatro Barroco de Versailles, en el que ocupó el puesto de director hasta que decidió dejar a un lado la música de forma profesional para centrarse en la literatura.

Siendo niño sufrió fases de autismo y anorexia, trastornos que contribuyeron a que el lenguaje tomase forma dentro de su cabeza de una forma completamente diferente a como lo hubiera hecho de haber gozado de un desarrollo sano y normal. Según él mismo ha declarado, ese silencio forzado fue lo que le llevó hasta la escritura, “pude hacer el siguiente trato: estar en el lenguaje callándome”.

Aunque, como comentaba, en todos y cada uno de sus libros la música tiene un lugar muy especial, quizá sea en “Todas las mañanas del mundo” donde encontramos más elementos en este sentido, puesto que se trata de una pequeña novela que se centra en la historia de una familia compuesta por un maestro de viola, viudo, y sus dos hijas. Su prodigiosa forma de tocar y componer música llega a oídos del rey, quien le reclama para su corte, creándose un conflicto entre la posibilidad de lograr un puesto tan importante y el hecho de abandonar una vida sencilla y plena en la naturaleza y sin apenas contacto con la sociedad. 
Este libro contiene también una pequeña historia de componente sobrenatural (secundaria en la trama, pero muy importante para el conjunto del libro), que se desarrolla de una forma muy fluida y sencilla, sin dramatismo ni efectismo fácil... con la delicadeza propia de un escritor sutil y sabio. Existe una película basada en esta novela, titulada exactamente igual y protagonizada por Guillaume Depardieu.


La mitología, la magia

Enlazando con esas pinceladas de misterio y ensueño, es muy importante destacar la faceta mitológica, clásica y antigua de Quignard. Apasionado por las leyendas y los personajes mitológicos, también ha dedicado parte de su obra a plasmar sus conocimientos en este precioso ámbito de la cultura. Por ejemplo, existe un pequeño libro suyo, un ensayo titulado “El sexo y el espanto”, que hace un recorrido completísimo y muy bien documentado a lo largo de la Historia y la Mitología en cuestiones sexuales y sociales. 

Es uno de esos libros suyos que él denomina “pequeños tratados”, en los que la ficción se mezcla con sus propias reflexiones. La hipnótica frase inicial “Llevamos en nosotros el desconcierto de haber sido concebidos” da paso a cuestiones sociológicas y de costumbres acaecidas en tiempos remotos en materia sexual, que, junto con la introducción de pinturas de arte clásico y personajes extraídos de la mitología, hacen de este libro una obra de consulta además de lectura de entretenimiento y aprendizaje: una auténtica joya, en suma.
Otro de sus libros mágicos imprescindibles es “Butes”. Es un libro cuyo recuerdo hace siempre sonreír, una vez leído: está compuesto de frases inolvidables entrelazadas, que nos llevan directamente al mar, donde nos esperan todos los marineros que se sintieron alguna vez atraídos por la música de las Sirenas... así, Orfeo, Ulises o Jasón navegan y naufragan mientras ellas, aladas, con cabeza de mujer y gargantas sorbrenaturales, cantan.


Me aproximo al secreto. ¿Qué es la música originaria? El deseo de arrojarse al agua.


Butes es también un recorrido por las pasiones humanas (y sobrehumanas, o lo que de sobrehumano habita, quizá, en algunos los hombres, tocados con esa ¿bendición?)

La mitología griega recorre las páginas de este libro con sabor a sal, y los datos académicos se mezclan con las reflexiones más puramente personales de su autor, tal y como comentábamos que sucede en “El sexo y el espanto”, por ejemplo, solo que en “Butes” la parte pulsiva y emocional está mucho más presente.

Humano y antiguo

Otra faceta del Quignard novelista son los relatos centrados en personajes un tanto solitarios, tocados por la huella de la melancolía y con un marcado deje antiguo que los hace irresistibles. En este sentido, tenemos por ejemplo “Las escaleras de Chambord”, novela sobre un comerciante y coleccionista de juguetes antiguos en miniatura, o “Las soledades misteriosas”, que trata de una pareja de hermanos con una relación que va más allá de lo fraternal y hace pensar en un complejo enamoramiento truncado. 

Edouard Furtfooz, protagonista de “Las escaleras de Chambord”, colecciona amores al igual que objetos minúsculos: su forma tan egoísta de proceder produce continuamente un enorme dolor innecesario a las personas que utiliza para sentirse siempre idolatrado... un pensamiento infantil que no logra desentrañar le lleva a guiarse de una forma errante e insana por el mundo, con una sensación de frío permanente propia de quienes han sido abandonados a su suerte y nada hay capaz de ampararles.

En “Las soledades misteriosas” tenemos un personaje femenino que abandona una vida profesional estable para reencontrarse con su pasado y vivir en lo sucesivo de una forma extraña y estancada en esos recuerdos y esa forma de vida. Es un relato, al igual que “Las escaleras de Chambord” ligeramente desquiciado, delicado pero muy inquietante, misterioso e intrigante, que fascina por su rareza y por la forma tan elegante de estar escrito.

Como decía al principio, la obra de Quignard es extensísima, por lo que cualquiera puede ser el título que caiga en sus manos... y cualquiera será perfecto para empezar si aún no le han leído. 
No lo olviden: puede que leerle sea una de las experiencias literarias más parecidas a escuchar la melodía de una orquesta o, por qué no, de una cascada...
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