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sábado, 30 de marzo de 2019

"Mary Poppins: Magia, leyenda, mito" - María Tausiet



Este libro me ha devuelto una antigua ilusión: la que surge durante la lectura de las primeras páginas de un libro, cuando descubres que es tan perfecto que te prometes leerlo muy lento memorizando cada letra, para que dure el mayor tiempo posible. Esa emoción me ha durado hasta la última página. Ha sido un privilegio toparme con Tausiet y redescubrir a Mary Poppins bajo una perspectiva que jamás hubiera imaginado.

¿Alguien conoce a la verdadera Mary Poppins?
¿Quién se podía imaginar que detrás de un personaje popular infantil se escondieran tantos enigmas? Ni siquiera se conoce a Mary Poppins por la saga de libros escritos por Pamela Travers. De hecho, de los 8 que la componen, solamente se han traducido y publicado los dos primeros en España. Todos conocemos a Mary Poppins por esa antigua película de Disney y por los productos que se derivaron de ella. Pero era una Mary Poppins adapatada y reformulada que, aunque se basaba completamente en los libros, también mezclaba, quitaba y ponía… así pues, no, no la conocemos bien.

El polémico acuerdo entre Pamela Travers y Disney se plasmó en la película “En busca de Mr Banks”, como bien me recordó la genial librera de “Mujeres y compañía” (C/ Unión 4, Madrid). 


Tráiler de la película de Disney "Al encuentro de Mr. Banks" (2013)

Travers era muy reacia a modificar aspectos de este personaje al que había dedicado toda su vida: según Tausiet, una de las ambiciones de la autora a la hora de configurar a Mary Poppins fue que supusiera el resultado de la suma de los polos opuestos que eran su madre y su padre. Además, y en palabras de Travers, a quien no le gustaba responder a preguntas personales en las entrevistas…:

p.152 “Mientras tanto, si lo que buscáis son hechos autobiográficos, Mary Poppins es la historia de mi vida”.

Tráiler de la película de Disney "Mary Poppins", 1964

Mitología y magia en Mary Poppins
El objeto de este libro es analizar los principales asuntos mágicos en la saga de Mary Poppins y establecer paralelismos con mitos, leyendas e historias antiguas donde existen referencias a los mismos hechos. Así como también poner de relieve todas aquellas ocasiones donde Mary Poppins hace alusión a cuestiones que nada tienen que ver con lo cotidiano y que pasarían por alto al público infantil al que en principio estaban dirigidas estas historias.

Pamela Travers fue amiga de escritores con profundos intereses en las historias mágicas, y así lo plasmaron en sus obras, como es el caso del irlandés William Butler Yeats. Además, la escritora estudió durante toda su vida mitología céltica, folclore irlandés y británico, narrativa tradicional australiana y sudafricana, hinduismo y taoísmo, entre otros.

Su personaje, Mary Poppins, tiene la capacidad de hacer el pasado presente, o de convertir el presente en magia. Representa una forma de estar en el mundo con actitud abierta de curiosidad confiada. Su nombre proviene de la expresión inglesa pops-in, que significa aparecer. Sus idas y venidas siempre están relacionadas con la meteorología, hace alusión a “vientos” que la llevarán o la traerán de vuelta, así como a “puertas” invisibles para el resto de mortales, y que atravesará cuando estén abiertas. Me ha gustado especialmente este fragmento en el que se analiza su naturaleza con el fin de intentar contextualizar a la brillante institutriz dentro de alguna categoría mágica, si eso tiene sentido…

p.30 No es un ángel ni un demonio, una santa o una bruja, ni mucho menos un fantasma. Si a algo podría asemejarse sería a una musa griega, por su carácter inspirador, o a un hada de la tradición celta, por la labor de mentora que ejerce con los niños que están a su cuidado.

A lo largo de la trama, existen multitud de motivos religioso-folclóricos tradicionales, que juguetean con el día a día de la casa de la familia para la que trabaja Mary Poppins como institutriz: pinceladas de mitología griega y céltica, de la Biblia, de los cuentos de hadas, antiguos relatos europeos y textos clásicos de la literatura hindú.

El bolso sin fondo y otras cuestiones mágicas
Por ejemplo, su inolvidable bolso sin fondo, del que extraía utensilios a cual más inimaginable, aparece con similares características en “La vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne, y el mito de la bolsa inagotable se plasmó en historias por toda Europa a partir del siglo XV. El bolso no es un elemento en absoluto accidental, puesto que también se pueden establecer paralelismos con las filosofías orientales y la conveniencia de vaciarse o desposeerse interiormente. En una charla, le preguntaron sobre el particular a Travers y respondió que sí existía esa relación puesto que en todo relato zen hay siempre un objeto que contiene un secreto. Ese secreto sería el contenido inaudito del bolso de Mary Poppins, que se mantiene sin embargo oculto a ojos de quienes no están bendecidos con la gracia de la magia.

Y así, muchos ejemplos más, como los objetos que se hacen materiales procedentes de los sueños o la comunicación con el Más Allá a través de la quema de mensajes escritos en papeles, a fin de que el humo los lleve por el aire hasta su destino: una práctica habitual durante la alta Antigüedad y la Antigüedad clásica. Aunque bien mirado, en las tiendas esotéricas de mi barrio es probable que estas prácticas se sigan llevando a cabo hoy en día, a tenor de los irreverentes utensilios que exhiben en los escaparates: si tienen un estante dedicado a exponer velas de todos los colores con forma de gigantes falos, escribir un deseo para a continuación quemar el papel y que empiece la magia, me parece una nimiedad. También es cierto que Whatsapp funciona fatal, who knows.

Es habitual que Mary Poppins hable de forma que nunca diga todo, que juegue al despiste y no se explique, que sea críptica y contradictoria. Además, hace numerosas menciones a la imposibilidad de expresarse sólo con palabras, a la cualidad de lo indecible. Esto también me resulta familiar.

Supercalifragilisticoespialidoso
Por supuesto, también hay lugar para explicar el origen y la polémica sobre la palabra supercalifragilisticoespialidoso, que se incorporó al Oxford English Dictionary en 1986. Es interesantísimo. Sobre todo la cita de Mary Poppins animando a los niños a pronunciar la palabra al revés, algo común en el marco de la filosofía oculta cuando se trata de recitar hechizos basados en textos sagrados, cometiendo sacrilegio. Algo que también está presente en las letras de canciones de bandas míticas de las últimas décadas, como The Doors, Led Zeppelin o The Beatles: sus seguidores afirman que leyendo al revés algunas de sus canciones, se escuchan letras nuevas con otros significados (Tausiet no cita la música en su ensayo, es cosa mía, que me animo en cuestión de oscuridades).

Es palpable la capacidad intelectual de Tausiet y aunque algunos conceptos se repiten ligeramente en ocasiones, esto no resta calidad al libro, que en algún fragmento llega a analizar paralelismos con la obra de William Blake y William Wordsworth, haciendo alarde de un vasto bagaje cultural ante el que no cabe más remedio que quitarse el sombrero. Incluso hay una reproducción de “La danza de las esferas” de Doré, yo no sé qué más necesitáis para correr a compraros el libro.

Para terminar, me fascina el asunto de los extremos y de las contradicciones (en la literatura, pero también y sobre todo en mi día a día), y en este libro hay varias ocasiones en las que se estudian estos fenómenos en relación al tratamiento que sobre los mismos se da en Mary Poppins. Me ha resultado especialmente esclarecedor este párrafo:

p. 133 Frente al famoso principio de no contradicción, según el cual nada puede ser y no ser al mismo tiempo, las historias de Mary Poppins demuestran que los contrarios no son tales. Más allá de lo verdadero y lo falso, así como del bien y el mal, la institutriz ofrece casi siempre una dimensión inesperada que integra los extremos.

Sólo por eso ya es maravillosa. La opción fácil es la tibieza. La polémica y bruta, la que se posiciona en uno de los dos extremos. Pero la única de verdad inteligente siempre está en pensarlo las veces que sea necesario hasta conseguir que los extremos convivan, así como convertir la radicalidad en un feliz viaje a la raíz de las cuestiones. Y posicionarse fuera de ello, observando, como flotando desde lejos. Ya os podéis imaginar ligeramente lo que es vivir dentro de esta cabeza.

…Chim chiminey, chim chiminey
Chim chim cheree!


martes, 26 de abril de 2016

La canción de la bolsa para el mareo - Nick Cave



Para empezar, aclaremos lo siguiente: este poemario no es un poemario al uso, ni tampoco es tremendamente bueno: pero a los que ya admirasen a Nick Cave por el resto de su carrera artística, seguro que les gustará. Es interesante, o curioso si se prefiere. Y me temo que con Nick Cave no caben términos medios: o le admiras o… le temes (y a los que nos encanta también nos da un poco de miedo).

Nick Cave es un gran compositor de letras y melodías, y su imaginario es tan potente como demuestra en sus discos, o en la espectacular novela de culto “Y el asno vio al ángel”. Pero a este pequeño poemario parece que le falta algo, a pesar de que contenga un buen puñado de imágenes brillantes, e ideas que merecería la pena desarrollar. También está editado con muy buen gusto. Pero da la impresión de que estuviera sin terminar, sin pulir: como si se hubiera entregado a la imprenta demasiado pronto.

La idea de la bolsa para el mareo surgió de una serie de viajes en avión durante una gira: Nick Cave utilizó el papel de estas bolsas para anotar las ideas que se le ocurrían durante los trayectos, y esas mismas anotaciones son las que conforman este pequeño libro, en el que también encontramos reproducciones a color de esas improvisadas libretas.

Hay algo que resulta estremecedor, leyendo el poemario desde la perspectiva de este momento: una idea recurrente que aparece demasiadas veces como para obviarla, dos adolescentes se ponen en peligro en sendos puentes, sin ser conscientes del desenlace fatal que conllevaría una caída desde ese lugar. Al poco tiempo de escribir este libro, uno de los hijos gemelos de Cave, Arthur, murió tras precipitarse por un acantilado en la zona de Ovingdean (Brighton), tras haber consumido LSD, según se publicó meses más tarde.

En la magnífica película documental “20.000 días en la Tierra”, también anterior al accidente, Nick Cave hablaba sobre esta idea y aclaraba que él mismo de pequeño jugaba junto a las vías de un tren, a su paso por un puente. La propia trayectoria de Cave, que también arrastra un pasado marcado por las drogas, parece haber augurado de alguna espantosa manera el infierno familiar que aún le aguardaba, precisamente mientras atravesaba por fin un momento feliz, con una carrera profesional exitosa y una familia que le mantenía alejado de los fantasmas de la religión, de las drogas y de su pasado.


"  Un ángel desplegará las alas y me hablará al oído.

Tienes que dar el primer paso tú solo.

Después el ángel me dará un empujoncito y me enviará hacia lo desconocido.

Tienes que dar el primer paso tú solo.

Avanzo a tientas hacia el borde del mundo.



Por eso, literalmente da vértigo leer este libro ahora. Y aún así, resulta inspirador y  muy brillante en ocasiones, con esos destellos tenebrosos tan propios de Nick Cave. Tanto es así, que si uno ve la película y a continuación lee este libro, o escucha algunas de las canciones… que no se extrañe de que, después, las piernas no le sostengan con toda la firmeza que deberían, o de que la fiebre le aumente unas décimas: esto es el resultado del influjo de Nick Cave, ese hombre cuyo rostro lo conforman otros cien rostros, algunos de los cuales no son humanos.

Nick Cave - foto Rolling Stone, Samir Hussein/WireImage

"  El ayudante del tour manager grita “¡Al escenario!” desde detrás de la puerta y al instante el hielo se derrumba y se derrite y avanzamos por el pasillo y salimos bajo las luces infernales a una atmósfera sofocante, carente de oxígeno. Y mientras ocupamos nuestros lugares en el escenario, invocamos a las nueve musas para que nos ayuden.

Calíope, que ayuda con las baladas épicas,
Euterpe, que ayuda con las canciones tristes,
 Erato, que ayuda con las canciones confesionales,
Clío, que ayuda con los temas antiguos,
Melpómene, que ayuda con las piezas supertrágicas,
Polimnia, que ayuda con las canciones religiosas,
Terpsícore, que ayuda con los temas bailables,
Talía, que ayuda con las canciones divertidas
y Urania, que ayuda cuando la cosa se pone sideral y psicodélica.

Las nueve musas esperan entre bastidores, y cuando las necesitamos, muestran sus acreditaciones y se abren paso a empujones entre los nueve coros de ángeles.

Los serafines, que nos mantienen sexys y espontáneos,
los querubines, que nos impiden hacer cosas demasiado estúpidas,
los tronos, que nos mantienen fuertes y viriles,
las dominaciones, que nos liberan la mente, ¡Adelante!,
los principados, que nos impiden ponernos llorosos y nostálgicos,
las potestades, que nos convierten en pequeños dioses,
las virtudes, que nos mantienen humildes,
los arcángeles, que tratan con los polis,
y los ángeles comunes, que nos mantienen infantiles.

Los invocamos a todos, a todo este ejército de la inspiración, heterogéneo y pendenciero, para que nos infundan con sus rizados bucles las capacidades de combustión y transmutación en el escenario, de modo que podamos empezar, enamorados, y llevar de gira este puto espectáculo.



lunes, 16 de marzo de 2015

"Pánico al amanecer" - Kenneth Cook


"Pánico al amanecer" es una novela que fue editada en España por Seix Barral en 2011. Pero originalmente se publicó en 1961 en Australia por The Text Publishing & Co., y cuando el lector se abre paso entre las primeras páginas una duda le asalta. Pero avancemos.

Esta es la historia de John Grant, profesor en un pueblo perdido de la Australia del oeste. Angustiado por el calor infernal insoportable, imagina sus escasas semanas de vacaciones como un oasis en el horizonte. Pero una mesa de apuestas se cruza en su camino unas pocas horas antes de partir de viaje, y el resto ya pueden ustedes imaginárselo.

Con estos ingredientes y este título, es inevitable que el lector se malicie una comparación, la duda que asalta tras las primeras páginas, como decía: Kenneth Cook (1929-1987) parece haber escrito una novela que circula en paralelo a aquella más antigua de Arthur Schnitzler (1862-1931), "Apuesta al amanecer". Sin embargo, fijándonos un poco más nos daremos cuenta de que la única coincidencia es que ambas novelas toman como tema central el juego y la ingente cantidad de problemas que atormentan a sus personajes por ese motivo. El título original de la novela de Cook es "Wake in Fright" (Despertar en el miedo, o Levantarse aterrorizado, etc.), y puede que el traductor al español (Pedro Donoso) se haya tomado una pequeñísima licencia traduciendo el título de una manera no exactamente literal que, conscientemente o no, hace un gran guiño indisimulado al título de Schnitzler ("Spiel im Morgengrauenen" en el original).

Pero dejemos a un lado estos paralelismos para argumentar por qué es recomendable esta novela. He de reconocer que no tenía ninguna referencia al respecto y que me la recomendó un librero mientras buscaba otro título muy distinto, en una de esas felices casualidades que ocurren cuando se acude a las librerías adecuadas. "Pánico al amanecer" goza de la misma siniestra intensidad que desprenden los libros de Cormac McCarthy, David Vann o Nick Cave, y prometo que no estoy exagerando: Cook es muy sórdido, rematadamente sórdido, pero de veras que es muy bueno. Para mi gusto, y sin querer desvelar nada, debería haber finalizado esta obra de una forma radicalmente diferente: si me prometen el abismo, y no me apartan del camino, el abismo es lo que quiero obtener al final. Tan sólo eso. Aún así todo, con este final inesperado, el libro sigue siendo magnífico.

El sol cegador y la consciencia adormecida por los vapores etílicos nos transportan de inmediato a ese gótico sureño que tan bien representan Vann y compañía. En este caso el escenario es Australia, en todo el esplendor de su asfixiante aridez. De camino a las dulces costas refrescantes de Sidney, acompañar a John Grant en su paseo al borde del abismo, es un auténtico placer para lectores sin problemas de vértigo.

"Alguna vez había oído que no se podía pensar en color: pues se equivocaban. Llega un momento en que la mente se llena de colores, verde, naranja y fuego. Pero no, tampoco era eso: eso era el amanecer. Colores increíbles junto a la línea del horizonte."
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