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martes, 31 de diciembre de 2019

2019, mis lecturas favoritas


Prefiero pensar que el año, el ciclo, termina el 31 de octubre. Sin embargo, como en casi todo, las costumbres de la masa se imponen, y es mejor mirar al infinito y suspirar profundamente aceptándolo, que plantar cara y nadar contracorriente. Pierdo mucha energía nadando contracorriente.

Aunque no lo he hecho siempre, por este mar de letras hay algunos resúmenes de lecturas a finales de diciembre. Lo hice, por ejemplo, en 2012 y 2013, también en 2016 y 2017. Otros años supongo que no encontré ningún motivo para revisar mi lista de libros leídos y elegir los mejores. Estoy revisando esas listas antiguas y me sigue encantando la de 2013, que fue un año de mierda pero leí muy bien, supongo que el universo quiso compensarme. Yuhu.

Comencemos con 2019. Vayamos al mes de enero, cuando tuve una suerte tremenda y por motivos de trabajo viajé hasta Cádiz, alargando mi estancia por mi cuenta gracias a lo bien que me encontraba allí. Se cumplían 10 años de una experiencia muy agridulce en aquella ciudad, y sentí que se cerraba un círculo de una forma muy material, por decirlo de alguna manera. Además, precisamente aquellos días estaba leyendo un ensayo magnífico, "El orden del tiempo" de Carlo Rovelli y, como comentaba en la reseña que escribí poco después sobre el mismo, "Es un auténtico privilegio aprender sobre el funcionamiento intrínseco del tiempo en una ciudad donde parece haberse detenido: o, al menos, donde la experiencia de la cadencia de su transcurso poco tiene que ver con la vivida en otros lugares. Cádiz." Anagrama rompía con el negro impecable de la Colección Argumentos, que tantas alegrías me ha dado, y se lanzaba con un diseño alternativo para la publicación de este ejemplar tan precioso, por dentro y por fuera.

Poco después, en el mes de marzo, llegaba a mis manos otra lectura muy especial tras una visita a una librería también muy especial, Mujeres & Compañía del barrio de Ópera (Madrid). El fondo, siempre tan cuidado, aguarda maravillosas sorpresas cargadas de feminismo, sorodidad y buenas vibraciones. Y, por supuesto, mucha calidad literaria. "Rotundamente negra" de Shirley Campbell Barr no brilla tanto por su técnica como por su increíble capacidad de transmitir sentimientos y experiencias. Este libro es un grito desgarrador, un fuerte puñetazo sobre la mesa, toda una declaración de intenciones. Me encanta. En su día la recomendé por aquí.

Curiosamente, en esa misma visita a la librería me llevé otra de las lecturas más memorables del año, "Mary Poppins: magia, leyenda, mito" de María Tausiet. Aprendí mucho esos meses sobre la relación tan estrecha entre la magia y Pamela Travers, la creadora del personaje de Mary Poppins. Travers fue íntima de mi adorado W.B. Yeats, a quien seguí la pista por Irlanda hace tres años.

La lectura de "Magia" (editorial Interzona) proyectó aún más luz sobre estos autores y sobre lo que el estudio de la magia supuso para ellos. Este precioso librito de Yeats lo encontré visitando la estupenda Feria del libro político de Madrid, que se viene celebrando los últimos años en los recintos de Matadero, una feria tan desconocida como estupenda y recomendable. Estad atentos al primer fin de semana de abril de 2020, con un poco de suerte se volverá a celebrar.

Los que me lean con frecuencia, conocerán mi debilidad por Sharon Olds. En abril de 2019 (un mes que me cambió el rumbo) conseguí este libro editado en Buenos Aires y no tan fácil de conseguir por aquí (ni por supuesto tan económico): "La materia de este mundo", de Sharon Olds. Por suerte se trata de una edición muy buena y es estupendo comprobar que se la cuida en algunas editoriales, lo digo por la edición de mierda que cierta editorial se marcó con "Odas". ¿Habéis escuchado alguna vez eso de "zapatero a tus zapatos"? Pues sastre, a tus trajes, tu aguja y tus hilos, pero por favor deja las letras. Subí por aquí un poema genial que extraje de este volumen.

A partir de abril todo cambió, pero seguí leyendo mucho porque hay cosas que nunca cambian. Leí mucho sobre los Shelley y compañía, amplié mi colección sobre el grupo de Villa Diodati y creció mi admiración por Mary Shelley gracias a la magnífica biografía escrita por Fiona Sampson, "En busca de Mary Shelley". Escribí una larga reseña con mucha información sobre el libro.

El 28 de julio, un día y 205 años después de que Mary y Percy se fugaran y realizaran el viaje de seis semanas por Europa, nos fuimos a recorrer las Tierras Altas de Escocia: la tercera vez para mí, la primera acompañada. Poco después, en septiembre, tuve la gran suerte de poder recorrer y explorar el barrio londinense donde creció Mary, el cementerio donde Mary Wollstonecraft estuvo enterrada y en el que Percy y Mary se declararon amor eterno.

Durante los últimos meses del año, me empapé de información sobre otra pareja tan mítica como literaria, Patti Smith y Robert Mapplethorpe. Conocía la obra fotográfica de él y había leído algunos poemarios de ella, pero nunca me los había tomado tan en serio.


Leí "Éramos unos niños"de Patti Smith, una biografía de los años de creación y crecimiento que pasaron juntos, eso sí, un tanto edulcorada. Para mí, Patti es ante todo una poeta, una creadora que expresa con palabras (incluso sus canciones muchas veces son narradas o susurradas, y su voz desde luego que no es la de una cantante melódica). Este libro es sobre todo una ducle declaración de amor y la plasmación de una historia que fue pero que a la vez nunca pudo ser, también es la prueba de que las relaciones no tienen que ser convencionales para atravesar cualquier obstáculo y marcar para siempre a sus protagonistas.

La nota realista de esta relación la pondría Patricia Morrisroe con "Robert Mapplethorpe", una biografía que es un trabajo de investigación en
profundidad y cuya lectura disfruté muchísimo. Morrisroe se entrevistó con muchas de las personas que conocieron a Robert y que vivieron de cerca esa explosión de creatividad, originalidad y autodestrucción por la que su nombre pasó a la historia. Este libro no contiene ni una pincelada de ese lirismo de Patti, todo lo contrario: no pretende mostrar solo una cara de la vida de Robert sino todas ellas, muchas de ellas no tan buenas. Su despotismo, el engreimiento propio de una estrella carente de humildad y empatía, el maltrato que proporcionó a sus parejas, la cantidad de veces que contagió el VIH a sabiendas, etc., todo está aquí y por tanto la polémica está servida.

Entre octubre y noviembre se proyectaron muchas películas de contenido LGTBI en la Cineteca y pude ver el biopic "Mapplethorpe" dirigido por Ondi Timoner (2018). Contiene muchos momentos memorables de la vida del artista pero también faltan muchos otros, y al igual que en "Éramos unos niños" de Patti, está bastante dulcificado y las anécdotas más terribles están suavizadas o directamente obviadas.

Siguiendo la estela de esta pareja, termino diciembre sumida en la lectura de "Augurios de inocencia", el último poemario de Patti Smith que este año ha sido traducido y editado en España, como siempre, por Lumen.

¿Cuáles han sido vuestros favoritos?, ¿coincidimos en algunas lecturas? ¿También termináis el año leyendo incansablemente...?


sábado, 30 de marzo de 2019

"Mary Poppins: Magia, leyenda, mito" - María Tausiet



Este libro me ha devuelto una antigua ilusión: la que surge durante la lectura de las primeras páginas de un libro, cuando descubres que es tan perfecto que te prometes leerlo muy lento memorizando cada letra, para que dure el mayor tiempo posible. Esa emoción me ha durado hasta la última página. Ha sido un privilegio toparme con Tausiet y redescubrir a Mary Poppins bajo una perspectiva que jamás hubiera imaginado.

¿Alguien conoce a la verdadera Mary Poppins?
¿Quién se podía imaginar que detrás de un personaje popular infantil se escondieran tantos enigmas? Ni siquiera se conoce a Mary Poppins por la saga de libros escritos por Pamela Travers. De hecho, de los 8 que la componen, solamente se han traducido y publicado los dos primeros en España. Todos conocemos a Mary Poppins por esa antigua película de Disney y por los productos que se derivaron de ella. Pero era una Mary Poppins adapatada y reformulada que, aunque se basaba completamente en los libros, también mezclaba, quitaba y ponía… así pues, no, no la conocemos bien.

El polémico acuerdo entre Pamela Travers y Disney se plasmó en la película “En busca de Mr Banks”, como bien me recordó la genial librera de “Mujeres y compañía” (C/ Unión 4, Madrid). 


Tráiler de la película de Disney "Al encuentro de Mr. Banks" (2013)

Travers era muy reacia a modificar aspectos de este personaje al que había dedicado toda su vida: según Tausiet, una de las ambiciones de la autora a la hora de configurar a Mary Poppins fue que supusiera el resultado de la suma de los polos opuestos que eran su madre y su padre. Además, y en palabras de Travers, a quien no le gustaba responder a preguntas personales en las entrevistas…:

p.152 “Mientras tanto, si lo que buscáis son hechos autobiográficos, Mary Poppins es la historia de mi vida”.

Tráiler de la película de Disney "Mary Poppins", 1964

Mitología y magia en Mary Poppins
El objeto de este libro es analizar los principales asuntos mágicos en la saga de Mary Poppins y establecer paralelismos con mitos, leyendas e historias antiguas donde existen referencias a los mismos hechos. Así como también poner de relieve todas aquellas ocasiones donde Mary Poppins hace alusión a cuestiones que nada tienen que ver con lo cotidiano y que pasarían por alto al público infantil al que en principio estaban dirigidas estas historias.

Pamela Travers fue amiga de escritores con profundos intereses en las historias mágicas, y así lo plasmaron en sus obras, como es el caso del irlandés William Butler Yeats. Además, la escritora estudió durante toda su vida mitología céltica, folclore irlandés y británico, narrativa tradicional australiana y sudafricana, hinduismo y taoísmo, entre otros.

Su personaje, Mary Poppins, tiene la capacidad de hacer el pasado presente, o de convertir el presente en magia. Representa una forma de estar en el mundo con actitud abierta de curiosidad confiada. Su nombre proviene de la expresión inglesa pops-in, que significa aparecer. Sus idas y venidas siempre están relacionadas con la meteorología, hace alusión a “vientos” que la llevarán o la traerán de vuelta, así como a “puertas” invisibles para el resto de mortales, y que atravesará cuando estén abiertas. Me ha gustado especialmente este fragmento en el que se analiza su naturaleza con el fin de intentar contextualizar a la brillante institutriz dentro de alguna categoría mágica, si eso tiene sentido…

p.30 No es un ángel ni un demonio, una santa o una bruja, ni mucho menos un fantasma. Si a algo podría asemejarse sería a una musa griega, por su carácter inspirador, o a un hada de la tradición celta, por la labor de mentora que ejerce con los niños que están a su cuidado.

A lo largo de la trama, existen multitud de motivos religioso-folclóricos tradicionales, que juguetean con el día a día de la casa de la familia para la que trabaja Mary Poppins como institutriz: pinceladas de mitología griega y céltica, de la Biblia, de los cuentos de hadas, antiguos relatos europeos y textos clásicos de la literatura hindú.

El bolso sin fondo y otras cuestiones mágicas
Por ejemplo, su inolvidable bolso sin fondo, del que extraía utensilios a cual más inimaginable, aparece con similares características en “La vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne, y el mito de la bolsa inagotable se plasmó en historias por toda Europa a partir del siglo XV. El bolso no es un elemento en absoluto accidental, puesto que también se pueden establecer paralelismos con las filosofías orientales y la conveniencia de vaciarse o desposeerse interiormente. En una charla, le preguntaron sobre el particular a Travers y respondió que sí existía esa relación puesto que en todo relato zen hay siempre un objeto que contiene un secreto. Ese secreto sería el contenido inaudito del bolso de Mary Poppins, que se mantiene sin embargo oculto a ojos de quienes no están bendecidos con la gracia de la magia.

Y así, muchos ejemplos más, como los objetos que se hacen materiales procedentes de los sueños o la comunicación con el Más Allá a través de la quema de mensajes escritos en papeles, a fin de que el humo los lleve por el aire hasta su destino: una práctica habitual durante la alta Antigüedad y la Antigüedad clásica. Aunque bien mirado, en las tiendas esotéricas de mi barrio es probable que estas prácticas se sigan llevando a cabo hoy en día, a tenor de los irreverentes utensilios que exhiben en los escaparates: si tienen un estante dedicado a exponer velas de todos los colores con forma de gigantes falos, escribir un deseo para a continuación quemar el papel y que empiece la magia, me parece una nimiedad. También es cierto que Whatsapp funciona fatal, who knows.

Es habitual que Mary Poppins hable de forma que nunca diga todo, que juegue al despiste y no se explique, que sea críptica y contradictoria. Además, hace numerosas menciones a la imposibilidad de expresarse sólo con palabras, a la cualidad de lo indecible. Esto también me resulta familiar.

Supercalifragilisticoespialidoso
Por supuesto, también hay lugar para explicar el origen y la polémica sobre la palabra supercalifragilisticoespialidoso, que se incorporó al Oxford English Dictionary en 1986. Es interesantísimo. Sobre todo la cita de Mary Poppins animando a los niños a pronunciar la palabra al revés, algo común en el marco de la filosofía oculta cuando se trata de recitar hechizos basados en textos sagrados, cometiendo sacrilegio. Algo que también está presente en las letras de canciones de bandas míticas de las últimas décadas, como The Doors, Led Zeppelin o The Beatles: sus seguidores afirman que leyendo al revés algunas de sus canciones, se escuchan letras nuevas con otros significados (Tausiet no cita la música en su ensayo, es cosa mía, que me animo en cuestión de oscuridades).

Es palpable la capacidad intelectual de Tausiet y aunque algunos conceptos se repiten ligeramente en ocasiones, esto no resta calidad al libro, que en algún fragmento llega a analizar paralelismos con la obra de William Blake y William Wordsworth, haciendo alarde de un vasto bagaje cultural ante el que no cabe más remedio que quitarse el sombrero. Incluso hay una reproducción de “La danza de las esferas” de Doré, yo no sé qué más necesitáis para correr a compraros el libro.

Para terminar, me fascina el asunto de los extremos y de las contradicciones (en la literatura, pero también y sobre todo en mi día a día), y en este libro hay varias ocasiones en las que se estudian estos fenómenos en relación al tratamiento que sobre los mismos se da en Mary Poppins. Me ha resultado especialmente esclarecedor este párrafo:

p. 133 Frente al famoso principio de no contradicción, según el cual nada puede ser y no ser al mismo tiempo, las historias de Mary Poppins demuestran que los contrarios no son tales. Más allá de lo verdadero y lo falso, así como del bien y el mal, la institutriz ofrece casi siempre una dimensión inesperada que integra los extremos.

Sólo por eso ya es maravillosa. La opción fácil es la tibieza. La polémica y bruta, la que se posiciona en uno de los dos extremos. Pero la única de verdad inteligente siempre está en pensarlo las veces que sea necesario hasta conseguir que los extremos convivan, así como convertir la radicalidad en un feliz viaje a la raíz de las cuestiones. Y posicionarse fuera de ello, observando, como flotando desde lejos. Ya os podéis imaginar ligeramente lo que es vivir dentro de esta cabeza.

…Chim chiminey, chim chiminey
Chim chim cheree!


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