Cuando sus lectores españoles ya sentíamos nostalgia de Cărtărescu, recibimos una nueva dosis de su brillante prosa cegadora. Los relatos largos o novelas cortas que componen “Nostalgia” discurren por la misma senda onírica y deslumbrante que los demás libros de Cărtărescu, un autor encaminado a erigirse junto a las más brillantes plumas de su tiempo: aporta el toque de distinción y originalidad que, junto a una técnica impecable le hacen digno merecedor del premio Nobel, sin lugar a dudas.
Impedimenta se decide por fin a publicar “Nostalgia” tal y como fue concebido en su idioma original, a saber: un extraño y delicioso libro compuesto por un prólogo que contiene el relato “El Ruletista”, otros tres cuentos centrales bajo el título genérico de “Nostalgia” (“El Mendébil”, “Los gemelos” y “REM”) y un epílogo con el cuento “El arquitecto”. Recordemos que la misma editorial ya había publicado hace dos años, huérfano, “El Ruletista” que, aunque dispone de autonomía por sí mismo, es innecesario aislar del resto de relatos tal y como fueron publicados originalmente.
La fase REM de la que no quieres despertar
En el sueño de los humanos existe una fase en la que los ojos se mueven a mayor velocidad y, según indican los estudios científicos, es aquélla en la que más sueños se producen. Son esos momentos los que
Cărtărescu reproduce de forma magistral en este cuento, a base de círculos concéntricos formados por escenas que a su vez se componen de imágenes aisladas, retazos de vida real y fantasía entremezclados de los que surge una sinfonía perfecta que sólo puede contemplarse en su totalidad una vez se ha caminado por el borde de cada una de esas esferas perfectas situadas en algún lugar fuera del mundo.
Cada uno de los cuentos que dan forma y entidad a “Nostalgia” brillan con luz propia y pueden disfrutarse y entenderse perfectamente si se leen de forma aislada, pero sin duda es “REM” el relato que se impone sobre el resto, sonriendo pícaro y benevolente desde la perfección de su minúsculo título tan atrayente, con el brillo rojizo del ojo de la araña que observa a su presa desde el centro de su red recién tejida, como un canto de sirena.
“REM” es un relato cuya cadencia es capaz de usurpar el espíritu del lector y tomar las riendas de su voluntad, una habitación de espejos, un recorrido por la Vía Láctea dentro de una burbuja. Nadie como
Cărtărescu hasta ahora había sido capaz de plasmar con tanto acierto las cotas de crueldad y de demencia que pueden alcanzar los juegos infantiles que, analizados bajo su particular mirada trastornan al lector consiguiendo que en ocasiones no sepa si está soñando, o si son los niños quienes sueñan.
Íntima nostalgia
La principal aportación de
Cărtărescu a la literatura es su original manera de introducirse en el subconsciente, como nadie lo había hecho antes: plantea un mundo onírico y orgánico a partes iguales, desgarrador pero pulcramente detallado, con una precisión casi escatológica y la costumbre de no omitir el más mínimo detalle. Además de entremezclar como un hechicero lo onírico y lo orgánico, lo hace al igual con lo real y lo fantasioso pero también con los miedos atávicos y con los infantiles. Nada escapa a su magia. Se pasea como un vampiro funambulista entre los temas recurrentes que compactan y dan coherencia a su literatura: los recuerdos precisos de la infancia, del mundo del sueño, las prolija composición del cuerpo humano y de los animales, la sexualidad andrógina y la constante confusión y mutación de los seres vivos.
Tal y como ya habíamos leído en sus anteriores libros, en “Nostalgia” también asistimos al hecho de que en su infancia (o en la de alguno de sus poliédricos personajes) le vistieron con ropa típicamente femenina durante unos años, lo que derivó en una obsesión constante que le hizo ser más observador e inquisitivo en lo relacionado con el travestismo y la identidad sexual confusa, a pesar de preferir sexualmente a las mujeres. Otra de sus deliciosas obsesiones son los nacidos bajo el signo de géminis (
Cărtărescu nació un 1 de junio). No en vano, algunos de sus personajes son gemelos, o seres que establecen extrañas alianzas a partir de afinidades imposibles, cuyas historias se desarrollan en mundos en los que todo vale, mundos en los que caben todos los mundos.
Cărtărescu envuelto para regalo
Esta recopilación de cuentos, publicada en Rumanía en 1993, fue la que catapultó a la fama definitivamente a
Cărtărescu, aunque en España sus libros no se han publicado de forma ordenada, ni tampoco bajo los mismos sellos editoriales. Fue la editorial Funambulista quien comenzó con “Por qué nos gustan las mujeres” seguido de “Cegador”, hasta que le tomó el relevo la editorial Impedimenta, que se encarga de proporcionaros lentamente el resto de libros de
Cărtărescu de los que aún no disponemos en castellano.
En el libro que nos ocupa, hay que destacar el brillante trabajo en la traducción, a cargo de
Marian Ochoa de Eribe, quien también se encargó de la traducción de “Lulu” en la misma editorial, publicado en 2011.
Sin embargo, este libro podría haber sido editado sin la presencia implacable de una introducción a todas luces innecesaria: el libro ya tiene una estructura original con un cuento bajo el epígrafe de “prólogo”. Por otra parte, los relatos son lo suficientemente claros como para que nadie haya de presentárselos al lector. En las tapas del libro ya quedaba sobradamente presentado
Cărtărescu como autor y era innecesario que
Edmundo Paz Sodán, encargado de enmendar la plana al brillante literato rumano, firmase esta cuestionable introducción, encargándose de explicar además en ella, con todo detalle, el mismísimo orden del índice del libro que, como resulta obvio, ya es lo suficiente claro en sí mismo.
En cuanto al aspecto físico del libro, la camisa de papel y las tapas de cartón muy fino, todo ello sin plastificar, conforman un volumen exageradamente endeble que muchos pasan por alto debido a la esmerada presentación de colores e ilustraciones que son la marca de la casa de esta editorial.
Los relatos de este cuento, una vez despojados de todo lo que los envuelve, son increíblemente buenos, piezas de alta literatura. Se diría que es uno de los mejores libros de 2012... por qué no se lo iban a regalar ustedes.