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sábado, 7 de agosto de 2021

"El fantasma y la señora Muir" - R.A. Dick (Josephine Aimee Campbell Leslie)

 


Hay muchos fantasmas en este libro y en torno a él. Por dónde empezar.

Me apasiona esta historia y absolutamente todo lo que la rodea. Ha sido uno de los primeros libros que he leído tras pasar meses, casi un año, sin apenas leer y sin apenas ser yo (pero por un motivo feliz). Y ha sido un regalo.

"El fantasma y la señora Muir" no se había publicado nunca en castellano. Una búsqueda en la base de datos del ISBN me lo acaba de confirmar, además de sorprenderme al ver que lo han dado de alta con el título algo alterado "El fantasma y la Sra. Muir", ellos sabrán por qué. Esa errata impedirá que otras búsquedas encuentren el libro en esa bbdd si lo intentan, Dick es un apellido demasiado común y buscar truncando solo por él devuelve cientos de resultados. 


Josephine A.C.L.
Pero en realidad R.A. Dick es un pseudónimo, Josephine Aimee Campbell Leslie es el nombre real de la autora de esta hermosa novela. Nació el 8 de junio de 1898 en Wexford, Irlanda y murió el 28 de abril de 1979 (no he encontrado dónde, ni el lugar en el que se encuentra su sepultura). Por motivos machistas evidentes, publicó sus libros bajo un pseudónimo que ocultara su género femenino. Las siglas R.A. corresponden a Robert Abercromby, en homenaje a su padre el capitán irlandés Robert Abercromby Dick Rowley (1866-1898), hijo a su vez de un capitán de division, Robert Horseley Ricketts Rowley (1830-1903). Es invevitable pensar que Josephine se inspirase en las vidas de su padre y su abuelo para crear al Capitán Daniel Gregg, el inolvidable fantasma de la novela que hoy nos ocupa.

Pero hay aun más fantasmas en torno a esta historia.

Esta novela se publicó originalmente en Londres en 1945 y fue la primera de un puñado de novelas de Josephine que siguieron a esta. Enseguida, la 20th Century Fox compró los derechos y en 1947 apareció la película basada en ella. Fue dirigida por Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por Gene Tierney y Rex Harrison con guión de Philip Dunne. Fue rodada en California a pesar de que originalmente la acción se desarrolla en un pequeño pueblo costero del sur de Inglaterra, Whitecliff. Después, se hicieron programas de radio, musicales y otras adaptaciones. Pero si en España conocíamos la existencia de esta historia es en gran medida por la incansable insistencia de Javier Marías recomendándola desde hace décadas.

Así pues, los fantasmas continúan.

El fantasma como personaje literario es una mina de oro inagotable. Y es una de las figuras predilectas de Javier Marías. En 1995 escribió un largo artículo sobre la película para el libro "Écrire le cinéma" (Éditions Cahiers du Cinéma) y ese mismo año apareció en la antología "Vida del fantasma" publicada por El País Aguilar. Una edición preciosa y muy desconocida (supongo que ya difícil de encontrar) con unos grandes márgenes en todas las páginas donde se incluyen pequeños fragmentos procedentes de manuscritos de su autor. Creo que es mi libro de J. Marías más preciado y además contiene una dedicatoria que le debí pedir, no sé, allá por 2014 supongo, cuando Marías aún molaba.

"Vida del fantasma": detalle del interior

Sin embargo, este artículo se popularizó cuando se incluyó en otra antología en 2005, "Donde todo ha sucedido", un precioso libro publicado por Galaxia Gutenberg que recopilaba los artículos más importantes de Javier Marías relacionados con el cine. Durante unas 12 páginas, reflexiona sobre multitud de aspectos de la película, incitando al lector a buscarla irremediablemente: su entusiasmo era contagioso. Otro dato curioso es que la fotografía de cubierta de esta edición se trata precisamente de Gene Tierney en "El fantasma y la señora Muir". Fue incluida en una ristra de postales que regalaron con alguna edición de Debolsillo hace años.


Postales de Debolsillo de hace unos años. Gene Tierney en primer plano, preciosa.


Otro dato curioso es que la recopilación de cuentos "Cuando fui mortal" incluye un cuento final, "No más amores", basado en la historia de Lucy Muir y el fantasma del Capitán Daniel Gregg, los entrañables e inolvidables protagonistas de "El fantasma y la señora Muir". En su cuento, Marías sitúa la acción en Rye, una localidad del sur de Inglaterra no demasiado lejos de Whitecliff, en un claro guiño a la procedencia de su inspiración. La protagonista es la anciana Molly Morgan Muir (la asociación ya es evidente) que también tiene un curioso encuentro con un fantasma, pero no os cuento más, buscadlo y no os defraudará. Es uno de mis cuentos favoritos. Mi gato se apellidaba Morgan Muir por ella. Pero sigamos con las referencias.

Marías ha hecho infinidad de menciones a "El fantasma y la señora Muir" a lo largo de su carrera, pero hay un artículo muy curioso de 2019, "La viuda del fantasma", donde explica cómo ha llegado a establecer una relación epistolar con Lady Mercia Harrison, la viuda de Rex Harrison, el actor que dio vida al Capitán Daniel Gregg.

Una multitud de fantasmas, ¿no es cierto?

Así que por fin he podido leer la novela que precedió a la película que tanto me gusta. He comprobado que se hacen justicia respectivamente. El libro es una delicia, la verdad, a pesar de que las ediciones de Impedimenta nunca me gustan por la fragilidad de los materiales que utilizan para sus cubiertas (la relación calidad-precio es muy mala y tienen una estética desfasada, ñoña y repetitiva que parece que se trate siempre del mismo libro de las insoportables hermanas Brontë), sin embargo en cuanto al contenido he de decir que solo he encontrado dos o tres erratas: con lo mal que se corrige en este país, ya es todo un hallazgo.

He disfrutado mucho reviviendo la historia de la encantadora Lucy Muir y el viejo cascarrabias Daniel Gregg, así como detectando los pequeños matices que se encuentran en la novela pero no en la película y viceversa. Se lee en unas pocas horas y es una delicia, si bien es cierto que para mí tiene un significado mucho más allá del argumento, como he ido desgranando fantasma a fantasma en esta reseña.








miércoles, 25 de abril de 2018

"Estabulario" - Sergi Puertas


Sergi Puertas (Barcelona, 1971) ha publicado novelas y poemarios. En la información sobre el autor que se puede leer en “Estabulario”, Puertas se nos presenta como un artista multidisciplinar: escritor, periodista, poeta, músico y guionista de novela gráfica en la actualidad, además de haber desempeñado su carrera profesional en la industria editorial en el pasado.

El libro que tengo entre manos es una rareza difícil de clasificar, que se divierte provocando en el lector algún que otro dolor de cabeza: la inquietante imagen que ilustra la cubierta (un tótem de estética hindú con máscaras que observan desafiantes) ya vaticina un contenido extraño y desalentador, que en absoluto está reñido con la buena calidad, como veremos a continuación. Las referencias que lo avalan, invitan sin duda a la lectura.


El encanto de lo grotesco

“Estabulario” ha conquistado a la crítica española, y ha sido comparado con Ballard, Lem, Chirbes y Cronenberg, además de con la maravillosa serie británica “Black Mirror”. Con estas referencias es imposible que como mínimo no llame nuestra atención.

Se compone de seis relatos con las temáticas más descabelladas que quepa imaginarse. Por ejemplo, en el primero tenemos un restaurante especializado en cocinar patos, donde los cocineros son budas obesos con el uniforme de carne adherido a su ADN. La narración no es fácil ni amable, sino extraña y un tanto críptica, es fácil perder el hilo. La ciencia ficción juega a mimetizarse con la realidad en este experimento en el que su autor no buscaba fama y sigue extrañado por haber cosechado éxitos, ya que su intención era más bien explorar los límites del cuento como género literario.

El resultado es una compilación en la que Puertas rinde homenaje a los autores que le sirven de inspiración a la vez que trata (a su manera) temas complejos y de actualidad que le inquietan, como la religión, el islamismo, la era de Internet, la sociedad parapetada tras una pantalla, las consecuencias espantosas que se derivan del mal uso de la tecnología, etc. La excusa es escoger una serie de personajes y someterlos a distorsiones de la realidad para ver cómo se comportan, exactamente como ratas en un laboratorio.

Precisamente, la idea del título, según ha comentado el propio autor, surgió a partir de una conversación con un amigo que trabajaba en un animalario o estabulario con ratas de laboratorio. No conocía ese término y le gustó tanto que finalmente sirvió de título a este volumen. A partir de ahí, Puertas tiró del hilo y pensó qué pasaría si le hiciera algo parecido sobre el papel a seres humanos ficticios.


Nuestra canción

El penúltimo cuento y que más me ha gustado, “Nuestra canción”, es tan inquietante y extraño como el resto pero, además, posee una estructura especial que le confiere un ritmo hipnótico, es un cuento que no se puede leer una sola vez, impacta. Es una metáfora con personajes cambiantes, donde se ponen sobre la mesa temas tan maltratados y complejos como el racismo, el machismo, las normas sociales de convivencia, los choques culturales entre personas de diferentes procedencias, la desnaturalización de la vida humana en las ciudades industrializadas, la pérdida de lo esencial, la hostilidad del capitalismo que nos devora, incluso podemos encontrar ecos hacia la contaminación y la destrucción del planeta.

Todo esto en un relato que bien podría ser cantado, y que se configura en pequeñas estrofas encabezadas con colores y números que en cada nuevo punto y aparte sufren metamorfosis al más puro estilo de la manipulación transgénica. En este cuento nos damos cuenta de que quizá no hace falta alterar la realidad para someter a los humanos a situaciones distópicas o extremas para ver cómo reaccionan… sino que, más bien, somos los propios humanos los que hemos sido desnaturalizados, y que ya somos absolutamente incapaces de desenvolvernos y reaccionar con normalidad en un medio perfectamente natural, virgen.

Lo más destacable de “Estabulario” no es tanto su capacidad de encontrar belleza en lo grotesco, ni siquiera lo mejor o peor escrito que esté: es que tiene la valentía de ponernos enfrente un espejo sin la capacidad distorsionadora de un filtro de Instagram, y así, nos brinda el desafío de luchar contra esa realidad que nos incomoda: toda esa mierda que, como sociedad, solemos barrer y esconder bajo el felpudo.

El arte no es arte si no sacude, si no incomoda, si no consigue que salgamos de su influjo habiendo alterado algo dentro de nosotros. La técnica, la belleza, los referentes, las etiquetas, los movimientos, las épocas, los estilos… no son más que excusas. Precisamente “Estabulario” ni tan siquiera se encuentra dentro del estilo propio de la editorial que lo apadrina, Impedimenta, me pregunto si fue una apuesta editorial azarosa (“por si cuela, por si el boca a boca”, etc.), o es que Enrique Redel y su equipo pretenden explorar otros estilos diferentes a aquellos más amables y convencionales a los que nos tienen acostumbrados. Estaré pendiente, esta apuesta me ha cautivado.

A su favor: la valentía de salirse de lo convencional y explorar nuevas formas de hacer literatura siendo atrevido, mordaz, irreverente, grotesco y salvaje. Incomoda al lector y se divierte jugando con su inteligencia, poniéndole contra los límites de sus propias convicciones.

Y, si hay que buscarle alguna pega, requiere un esfuerzo extra de concentración por parte del lector, así que es una buena elección para que los más acomodados se entrenen para escalar hacia otras formas de literatura que se rebelan contra las normas de lo establecido. No apto para cobardes.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Oso – Marian Engel



"Oso" es el ejemplo perfecto de cómo estropear una buena idea. Esta novela es originaria de 1976, y por la información en torno a ella rompí mi habitual recelo hacia la editorial Impedimenta (en los últimos años sólo les había agradecido que editaran a Cartarescu, pero incluso él llegó a saturarme).

"Oso" es una novela corta, de tan sólo 170 páginas, que empieza muy bien: la protagonista principal es una chica solitaria que se dedica a realizar clasificaciones documentales e inventarios, y la novela comienza cuando le encargan trasladarse temporalmente a una casa construida en una remota isla canadiense para inventariar la documentación que allí se encuentra. Una no estudió Biblioteconomía por azar, precisamente: así que me encontré encantada con una historia tan apetecible entre las manos, que además está bastante bien escrita: con frases cortas pero directas e inteligentes, que nada tienen que ver con las frases cortas simples y condescendientes de la literatura para masas.

La protagonista Lou se encuentra viviendo en un lugar al que sólo se puede acceder por barca, en esa casa vieja donde se empiezan a detectar atisbos de abandono. La casa incluye una suerte de mascota, un oso manso encadenado. A pesar de que le indican que debe extremar las precauciones porque se trata de un animal salvaje al fin y al cabo, ella decide hacerse amiga de él, llevarlo de paseo y a bañarse, y finalmente le permite entrar en la casa.

Y ahora voy a destripar el final, sé que no suele gustar conocer el desenlace de las historias (no sé por qué: la información es poder) así que, sí, alerta por spoiler, los espíritus delicados dejen de leer aquí.

La luz matinal era veteada, pajiza, verde, una presencia móvil en las ventanas. La cocina nadaba en una especie de penumbra submarina. Una vez listo el desayuno, se lo llevó fuera, a la escalera de la leñera, para desayunar con luz. Acababa de sentarse cuando descubrió al oso mirándola desde la puerta de su cabaña.

Oso. Allí. Mirando.

Ella también lo miró.

En algún momento de nuestras vidas todos tenemos que decidir si somos o no somos platónicos, pensó. Soy una mujer, estoy sentada en una escalera, como tostadas con beicon. Eso es un oso. No es un oso de peluche, no es el osito Pooh, no es el koala del logotipo de una aerolínea. Es un oso de verdad.

¿Era necesario estropear una novelita tan grata con semejante desenlace? ¿Qué falta hacía que Lou se sintiese atraída sexualmente por el oso, y que, además, llegase a creer que se había enamorado de él? Los últimos capítulos son escenas encadenadas en las que el oso masturba a Lou. Por qué, por qué, por qué. Qué demonios nos han hecho los animales para que no dejemos de inventar nuevas formas de denigrarlos.

Procuró concentrarse en lo externo, en sus fichas, en sus notas. Contempló la biblioteca y  comprendió que para que el trabajo le durase todo el verano tendría que mentir. No le quedaba ni una semana de trabajo real. Podía irse pronto, pero no quería irse.

Quise pensar al principio que se trataba de sueños de la protagonista que se hacían pasar como reales para engañar al lector y luego aclarar las cosas… pero, no. En fin, es una novela extremadamente agridulce, hay fragmentos encomiables pero que se quedan absolutamente deslavazados con el increíble giro que lo enturbia todo. A mí me hubiera gustado saber esto antes de embarcarme tan alegremente en la lectura, eso es todo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

"Nostalgia" - Mircea Cărtărescu



Cuando sus lectores españoles ya sentíamos nostalgia de Cărtărescu, recibimos una nueva dosis de su brillante prosa cegadora. Los relatos largos o novelas cortas que componen “Nostalgia” discurren por la misma senda onírica y deslumbrante que los demás libros de Cărtărescu, un autor encaminado a erigirse junto a las más brillantes plumas de su tiempo: aporta el toque de distinción y originalidad que, junto a una técnica impecable le hacen digno merecedor del premio Nobel, sin lugar a dudas.

Impedimenta se decide por fin a publicar “Nostalgia” tal y como fue concebido en su idioma original, a saber: un extraño y delicioso libro compuesto por un prólogo que contiene el relato “El Ruletista”, otros tres cuentos centrales bajo el título genérico de “Nostalgia” (“El Mendébil”, “Los gemelos” y “REM”) y un epílogo con el cuento “El arquitecto”. Recordemos que la misma editorial ya había publicado hace dos años, huérfano, “El Ruletista” que, aunque dispone de autonomía por sí mismo, es innecesario aislar del resto de relatos tal y como fueron publicados originalmente.


La fase REM de la que no quieres despertar

En el sueño de los humanos existe una fase en la que los ojos se mueven a mayor velocidad y, según indican los estudios científicos, es aquélla en la que más sueños se producen. Son esos momentos los que Cărtărescu reproduce de forma magistral en este cuento, a base de círculos concéntricos formados por escenas que a su vez se componen de imágenes aisladas, retazos de vida real y fantasía entremezclados de los que surge una sinfonía perfecta que sólo puede contemplarse en su totalidad una vez se ha caminado por el borde de cada una de esas esferas perfectas situadas en algún lugar fuera del mundo.

Cada uno de los cuentos que dan forma y entidad a “Nostalgia” brillan con luz propia y pueden disfrutarse y entenderse perfectamente si se leen de forma aislada, pero sin duda es “REM” el relato que se impone sobre el resto, sonriendo pícaro y benevolente desde la perfección de su minúsculo título tan atrayente, con el brillo rojizo del ojo de la araña que observa a su presa desde el centro de su red recién tejida, como un canto de sirena.

“REM” es un relato cuya cadencia es capaz de usurpar el espíritu del lector y tomar las riendas de su voluntad, una habitación de espejos, un recorrido por la Vía Láctea dentro de una burbuja. Nadie como Cărtărescu hasta ahora había sido capaz de plasmar con tanto acierto las cotas de crueldad y de demencia que pueden alcanzar los juegos infantiles que, analizados bajo su particular mirada trastornan al lector consiguiendo que en ocasiones no sepa si está soñando, o si son los niños quienes sueñan.


Íntima nostalgia

La principal aportación de Cărtărescu a la literatura es su original manera de introducirse en el subconsciente, como nadie lo había hecho antes: plantea un mundo onírico y orgánico a partes iguales, desgarrador pero pulcramente detallado, con una precisión casi escatológica y la costumbre de no omitir el más mínimo detalle. Además de entremezclar como un hechicero lo onírico y lo orgánico, lo hace al igual con lo real y lo fantasioso pero también con los miedos atávicos y con los infantiles. Nada escapa a su magia. Se pasea como un vampiro funambulista entre los temas recurrentes que compactan y dan coherencia a su literatura: los recuerdos precisos de la infancia, del mundo del sueño, las prolija composición del cuerpo humano y de los animales, la sexualidad andrógina y la constante confusión y mutación de los seres vivos.

Tal y como ya habíamos leído en sus anteriores libros, en “Nostalgia” también asistimos al hecho de que en su infancia (o en la de alguno de sus poliédricos personajes) le vistieron con ropa típicamente femenina durante unos años, lo que derivó en una obsesión constante que le hizo ser más observador e inquisitivo en lo relacionado con el travestismo y la identidad sexual confusa, a pesar de preferir sexualmente a las mujeres. Otra de sus deliciosas obsesiones son los nacidos bajo el signo de géminis (Cărtărescu nació un 1 de junio). No en vano, algunos de sus personajes son gemelos, o seres que establecen extrañas alianzas a partir de afinidades imposibles, cuyas historias se desarrollan en mundos en los que todo vale, mundos en los que caben todos los mundos.


Cărtărescu  envuelto para regalo

Esta recopilación de cuentos, publicada en Rumanía en 1993, fue la que catapultó a la fama definitivamente a Cărtărescu, aunque en España sus libros no se han publicado de forma ordenada, ni tampoco bajo los mismos sellos editoriales. Fue la editorial Funambulista quien comenzó con “Por qué nos gustan las mujeres” seguido de “Cegador”, hasta que le tomó el relevo la editorial Impedimenta, que se encarga de proporcionaros lentamente el resto de libros de Cărtărescu de los que aún no disponemos en castellano.

En el libro que nos ocupa, hay que destacar el brillante trabajo en la traducción, a cargo de Marian Ochoa de Eribe, quien también se encargó de la traducción de “Lulu” en la misma editorial, publicado en 2011.

Sin embargo, este libro podría haber sido editado sin la presencia implacable de una introducción a todas luces innecesaria: el libro ya tiene una estructura original con un cuento bajo el epígrafe de “prólogo”. Por otra parte, los relatos son lo suficientemente claros como para que nadie haya de presentárselos al lector. En las tapas del libro ya quedaba sobradamente presentado Cărtărescu como autor y era innecesario que Edmundo Paz Sodán, encargado de enmendar la plana al brillante literato rumano, firmase esta cuestionable introducción, encargándose de explicar además en ella, con todo detalle, el mismísimo orden del índice del libro que, como resulta obvio, ya es lo suficiente claro en sí mismo.

En cuanto al aspecto físico del libro, la camisa de papel y las tapas de cartón muy fino, todo ello sin plastificar, conforman un volumen exageradamente endeble que muchos pasan por alto debido a la esmerada presentación de colores e ilustraciones que son la marca de la casa de esta editorial.

Los relatos de este cuento, una vez despojados de todo lo que los envuelve, son increíblemente buenos, piezas de alta literatura. Se diría que es uno de los mejores libros de 2012... por qué no se lo iban a regalar ustedes.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Nuevo libro de Mircea Cărtărescu


En unos días estará a la venta en librerías el último libro de Mircea Cărtărescu editado por Impedimenta. 384 páginas de relatos. No sé si podré esperar.
Más información, aquí.
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