Mostrando entradas con la etiqueta fuego. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fuego. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de julio de 2016

El fuego escandinavo



Un time-lapse de mis mejillas
mi rubor artificialmente acelerado
el mundo recupera las riendas
tras las cosas que no comprendo

Debo pisar con cuidado hasta que se duerma
lo que habita debajo de este suelo
permanecer en silencio hasta que muera
aquello que sobrevuela los tejados

No tengas miedo, todo va a salir bien

Un ascensor con el aire viciado y sin botones
aquí no hay ángeles subiendo ni bajando
escaleras que conectan con el cielo
ningún dios celta viaja en el último autobús

Hay un bosque, una isla entre dos ríos
sabe mi nombre y quiso que lo supiera
me dio la bienvenida a su manera
algo tan antiguo no puede ser delicado

No importa lo que hayamos hecho
ni quiénes seamos
nos encontraremos
salvajes
a través del tiempo y de las civilizaciones
salvajes
rastreando el humo de hierbas sagradas

La sombra de Tolkien caldea el aire que respiramos
y mi responsabilidad pasea libre por el bosque
y quiero saber por qué
pero la ciencia no tiene respuestas para todo:
aquí no se hace de noche mientras tengas
el fuego escandinavo reflejado en la mirada

Älvkarleö

Mar Báltico
Del texto y las imágenes: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2016

miércoles, 26 de marzo de 2014

La traductora de incendios - Isabel García Mellado


No ha podido llegar esta mañana más a tiempo. Este amanecer.
Un nuevo libro de Isabel García Mellado.
Un enorme y precioso puñado de palabras DE VERDAD.

El libro, aquí


mira su mano y ve que le falta la lluvia

*

nunca sé dónde comienza el momento en que perdonar ya no sirve

*

quieres dejar de odiar a esa persona
con la ruta inventada en un billete falso
y se te olvida andar y andar descalzo
dejar a esa persona en la estación azul y desteñida
corrupta de viajes y luces amarillas polvorientas
bajarte luego tú en otro principio
donde van trenes rojos rodeados de un verde muy intenso
con mañanas enormes e instrucciones precisas
acerca de qué sol vale la pena

*

toda la humanidad en pie se interroga
porque un niño ha hecho una pregunta tan grande
que el sol no se atreve a salir
y han tenido que poner hilos de seda de edificio a edificio (...)

miércoles, 6 de junio de 2012

Adiós a Ray Bradbury


Hoy ha muerto Ray Bradbury, magnífico escritor y Duke of Diente de León del Reino de Redonda. Desde aquí quiero presentarle todo mi respeto porque su magnífica obra, que ya había pasado a la historia, me ha hecho soñar. En concreto, la estupenda novela "Fahrenheit 451", a cuyo dramático futuro parece haber sobrevivido su autor, es una de las mejores novelas que he leído nunca. Esta novela, publicada originalmente en 1953, resulta tan antigua desde nuestra perspectiva de 2012 que casi parece un capricho del tiempo que su autor haya ido a morir justo ahora.

Ahora sí, será para siempre inolvidable. Desde estas aguas salobres le deseamos el más feliz de los tránsitos.

sábado, 28 de enero de 2012

fragmento de "La Montaña Mágica" - Thomas Mann


-No es una ilusión. En invierno los días se alargan y cuando llega el más largo, el veintiuno de junio, a principios de verano, se vuelven a acortar, se van reduciendo mientras se avanza hacia el invierno. Te parece natural, pero si lo consideramos desde otro punto de vista, puede uno sentirse poseído de la angustia del momento y estar dispuesto a agarrarse a cualquier cosa. Es como si el bromista de Till Eulenspiegel dispusiera las cosas de este modo para que a principios del verano el otoño... Uno se siente arrastrado por un círculo con la esperanza de algo que es de nuevo un punto de inflexión. No se hace más que girar. Todos esos puntos de inflexión de que se compone el círculo no tienen extensión, el punto de inflexión no puede ser medido, no hay por tanto rumbo de continuidad, y la eternidad no es una "línea recta", sino un "carrusel".
-¡Basta!
-Fiesta de solsticio -dijo Hans Castorp-. ¡Solsticio de verano! Fiesta de San Juan, los corros, los bailes en torno a las hogueras. Nunca lo he visto, pero parece que es así como los hombres celebraban la primera noche de verano con que comienza el otoño, ese mediodía y esa cúspide anual que empieza luego inmediatamente a descender. Bailan y giran y están alegres. ¿De qué se alegran en su sencillez primitiva? ¿Puedes comprenderlo? ¿Por qué están tan contentos? ¿Porque ya se desciende hacia las tinieblas o porque  se había ido subiendo hasta llegar al instante, al inevitable punto solsticial, la medianoche de verano, la cúspide melancólica en su presuntuoso exceso de fuerza? Lo digo tal como es, con las palabras que se me van ocurriendo. Es un orgullo melancólico y una melancolía orgullosa lo que les hace bailar, lo hacen positivamente por desesperación, si así puede decirse, en honor al movimiento circular y de repetición eterna sobre la línea de dirección en la que todo se repite.
-Yo no puedo decir eso -murmuró Joachim-, haz el favor de no suponer lo que pienso. Creo que te ocupas de cosas muy difusas cuando por las noches permaneces tendido en el balcón.

"La Montaña Mágica", Thomas Mann
Barcelona: Plaza & Janés, 2000.

jueves, 9 de diciembre de 2010




Es esa sensación de vacío, inmensidad, emoción y grandeza (inabarcabilidad) que te invade cuando el pie derecho sigue al izquierdo pero en realidad has avanzado mucho más que un paso.

martes, 23 de noviembre de 2010


la soledad, a veces,
es muy traicionera
no porque te traicione ya que
nunca te prometió
precisamente
compañía

pero
te traiciona
a todo el mundo
le traiciona

alguna vez

ella
solamente llega y llena
de fantasmas tu cabeza
¿cómo los expulsas?
¿cómo los alejas?

menos mal
que tenemos
todavía
el sol
y los paseos
por la playa

menos mal
que en el mundo
hay
todavía
gente

sábado, 16 de octubre de 2010

ayer teñí de color sangre mis sueños.
y no queda nada sagrado que me divierta ya.

sábado, 9 de octubre de 2010

"La niña que amaba las cerillas" - Gaétan Soucy

Mi hermano y yo tuvimos que hacernos cargo del universo, pues una mañana, sin avisar, poco antes del alba, papá entregó su espíritu.


Esta primera frase no es uno de esos comienzos pretendidamente hipnóticos que te animan a seguir leyendo un texto que en realidad no está a su altura. No. Es así todo el tiempo. Por eso este libro es como una pesadilla que me persigue, una imagen que no se va, desde que lo leí por vez primera; a veces, como ahora, he de volver a él.

La voz narradora es la revelación de quien no conoce nada más allá de una casa aislada y el terreno que la rodea, su descubrimiento de un trocito más de mundo, y de su hostilidad. Esa voz extraña es a veces complicada de descifrar pero está tan cargada de intensidad y sensibilidad que resulta hermosa y merece la pena escucharla.


(...) A la pregunta qué hacen las campanas, invariablemente respondía ding, dong, porque no me dejaba sorprender y ésa era la respuesta, pero nunca había hecho relación con las resonancias que llegaban de vez en vez cuando el viento soplaba desde el pinar hacia la casa: siempre había creído que ese ruido nos venía de las nubes, algo como la música que hacen al mezclarse unas con otras o chocando suavemente como vientres hinchados, qué sé yo, pero allí caí en la cuenta de que era desde siempre el tan famoso ding dong de las campanas de la iglesia, ¿cómo podría haberlo adivinado? No hay campanas en el campanario de la capilla de la propiedad, no soy ningún profeta. El descubrimiento me emocionó tanto que, sin esperar ni preguntarme más, me senté como hombre solo en el suelo, me parecía un sonido tan triste que sollocé por la tristeza del sonido, porque él también venía de la tierra y las nubes nada dicen a menos que truenen.


...y mi dificultad para seleccionar pasajes. Transcribiría tantos.


(...) Si mi hermano me mirara así más a menudo, la vida sería igual que un bosque encantado.


Pero no nos vamos a engañar, no se trata de un libro agradable. Es perturbador, inquietante... no es fácil de describir.

Finalmente, mi fragmento favorito. Es posible que incluso pueda recitarlo de memoria:


(...) El abejorro era en realidad una máquina complicada como no se veían en nuestra propiedad, dejando de lado el órgano de tubos que he nombrado con el tema del suplicio de mis pantorrillas. Estaba constituido por dos ruedas, es todo cuanto de ello os puedo decir, y lo montaba un caballero cubierto con casco, que me crea el que quiera, y cuando el caballero descendió el bramido calló, tal como os lo digo. El caballero estaba vestido de cuero de pies a cabeza, y cuando alzó sus gafas y su yelmo, que mantuvo sujetos bajo el brazo, mi corazón dio el salto que dan las ranas cuando se tiran al agua, pues aquél eras tú, mi bien amado, magnífico con el brillo sombrío y resuelto de tu lanza en ristre.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...