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martes, 13 de mayo de 2014
"Poemas y canciones" - José Antonio Labordeta
Abrió la puerta de su casa para regar las flores del jardín y luego, con aire fatigado, hundió el rostro entre las piedras y lloró amargamente como un niño, por el silencio de las ciudades en aquella hermosa mañana del fin del mundo.
Con pie claro y rostro alegre cavó su tumba y humildemente, sin alharacas, se enterró en ella.
Estaba al fin solo, para siempre.
Echo mucho de menos a José Antonio Labordeta (tras casi cuatro años de ausencia). Profundamente.
A veces la emoción me invade y al cerrar los ojos imagino vivir en un lugar gobernado por Labordeta, José Luis Sampedro y Javier Marías, y durante los breves instantes en los que en mi imaginación tal cosa es posible, soy profundamente feliz, y sonrío.
En estas tres figuras gigantescas y magistrales reconozco autoridad, me inclino, me quito el sombrero y aplaudo hasta que me duelan las manos.
Hoy ya marzo, otra vez, tanto tiempo te has ido
que recuerdo el dolor que te produjo
amar la libertad como la amaste.
José Antonio Labordeta era ante todo una persona buena. Sus poemas son transparentes y a través de ellos tan solo encontramos pureza. Rezuman humildad y nostalgia, sencillez y buenas intenciones. Huelen a lluvia y a tierra mojada.
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Suelo pensar que a él no le gustaría comprobar el estado en el que se encuentra el mundo que abandonó y que ya apenas le recuerda. El refugio, como siempre, sigue estando en los libros.
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domingo, 23 de septiembre de 2012
"La bicicleta del panadero" - Juan Carlos Mestre
“Íbamos por Madrid como si fuésemos por las Rocosas, ángeles con los labios pintados en la limusina de Nietzsche...”
Leer a Juan Carlos Mestre es un acto inspirador, el umbral de una emoción que embriaga. Me gusta imaginar que cuando Mestre escribe, vislumbra un universo de conceptos e imágenes sin tener siquiera la necesidad de cerrar los ojos.
Por eso, traspasar la puerta de su poemario supone aceptar que existen esos otros mundos: descubrirlos no intimida cuando se sigue a un guía experto que utiliza además un castellano tan puro.
476 páginas de imágenes delicadas y maravillosas: frágiles e inocentes unas veces, feroces y crueles otras. Capaces siempre de guiar al lector hacia un mundo mejor, no contaminado, donde lo esencial es aún lo más importante y la mitología, los símbolos, la imaginación y la verdad hacen las veces de política y mercados.
Podemos asegurar que Juan Carlos Mestre es uno de los mejores poetas españoles vivos, un virtuoso de las palabras con el don de volcar su imaginario personal sobre el papel, alguien que hace el mundo más habitable con su arte.
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