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jueves, 11 de julio de 2024

Un poema de "La cierva implacable", de Ana Castro


PRIMERA CONVERSACIÓN CON LOKI


No puedo volver, ¿verdad? A mi línea temporal.

Me temo que yo tampoco, aunque a veces
[desearía saber
si algo podría haber sido diferente en la
[que era mi casa.

No disfruto haciendo daño. No disfruto.

Tampoco yo.
Esto no es venganza o redención.

Lo hago porque tengo que hacerlo. Tuve que hacerlo.

Escribo para recordar, como Kate Millet.
Lo escribo porque sucedió.
Tuve que alejarme de lo que me dañaba.

Es el truco elaborado y cruel conjurado por los débiles para infundir miedo.

Es lo que hacemos para sobrevivir:
cargamos todo el dolor dentro
y seguimos.

Un villano.

Una cierva,
superviviente implacable.

 
"La cierva implacable", Ana Castro. Editorial Almuzara, 2023


sábado, 5 de octubre de 2019

sueño


La luz de aquella ciudad era blanca,
caminaba con esa sensación
de los primeros viajes,
cuando no hay quehaceres aún.
La mañana se deslizaba
ligera y fácil.

Entré en la catedral,
había allí una oscuridad silvestre,
húmeda y fresca,
olía a hojas mojadas,
se oía
un culebreo de animales
cálidos y pequeños.

Subí al altar, quité
la imagen de la virgen,
me puse yo, desnuda,
a mirar desde allí,
a la ciudad,
a la luz y a vosotros.
Los ojos ya
pura contemplación,
la mente poseía
la cadencia del mundo,
la de los pájaros
en el aire.

Y yo sólo miraba,
y era mamífera y era agua,
y era pequeña y era eterna.
Y detrás de la puerta, estaba el mar.









poema extraído del libro "Libérame Domine"
de Gracia Aguilar Almendros
Editorial Pre-Textos
2017


jueves, 23 de mayo de 2019

como Alicia corriendo detrás


Te apareciste

No te acercaste

ni entraste sin llamar

Te apareciste

A pocos centímetros de mi cara

de repente

Como una virgen salvífica de sonrisa infinita

y esa luz preciosa y brillante alrededor,

agitando orgulloso una botella en alto

para que todos la vieran

una de aquellas botellas con un mensaje dentro

que Shelley lanzaba al mar

Y dentro estaba escrito mi nombre

En las palmas de tus manos

estaba escrito mi nombre

En las paredes de aquel bar

y al otro lado de los espejos

siempre estuvieron escritos

como Alicia corriendo detrás

de nuestros nombres


Del texto: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2019

martes, 9 de abril de 2019

LAMENTO [La niña interior nº 3]


La niña que vive en mí
ha venido a refugiarse en mi regazo
el desconsuelo.

Ha pintado láminas de acuarela y luego
alguien le ha roto
alguien le ha explotado una pompa de jabón
alguien
el corazón
la carita surcada de churretones negros,
azules, grises, rojos.

Sus límites desbordados
y yo sin una palabra
sabia
a mano para consolarla.

Con esa mezcla de vergüenza y miedo
queriendo hacer estallar su estómago
su dolor trepando por mi espina dorsal
ramificándose.

Le digo que suelte las piezas rotas
que las enterremos juntas
en la orilla del río de Madrid.

Le digo que no es sano caminar
detrás de alguien que deambula
o tratar de alcanzar a alguien
que corre en la misma dirección.

La niña que vive en mí
no quiero decirle
que un día buscará estos dolores
no quiero que sepa
cuando la única manera de conseguir
cuando creer morir sea
la única manera de sentirse viva.


Del texto y la imagen: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2019

jueves, 21 de marzo de 2019

"Rotundamente negra" - Shirley Campbell Barr




Me niego rotundamente
a negar mi voz
mi sangre y mi piel
y me niego rotundamente
a dejar de ser yo
a dejar de sentirme bien
cuando miro mi rostro en el espejo
con mi boca
rotundamente grande
y mi nariz
rotundamente hermosa
y mis dientes
rotundamente blancos
y mi piel
valientemente negra.
Y me niego categóricamente
a dejar de hablar
mi lengua, mi acento y mi historia
y me niego absolutamente
a ser de las que se callan
de las que temen
de las que lloran
porque
me acepto
rotundamente libre
rotundamente negra
rotundamente hermosa.


Rotundamente negra y otros poemas
Shirley Campbell Barr
Colección Torremozas
Ediciones Torremozas

viernes, 10 de noviembre de 2017

PREGÚNTALE A LA NIÑA




Pido disculpas por si hay algún adulto en la sala.

He pretendido encerrar el misterio de la vida en una caja de certezas,
llenado páginas de tinta con palabras en blanco
intentado entender por escrito todo aquello que me aterraba.

Me he creído la voz traicionera del miedo
y se ha convertido en algo real,
he soñado en 4K las historias
que inventaba en la vigilia para atormentarme.

Luego he tenido que inventar un modo de deshacer
las manos que me apretaban los pulmones,
rezado a Hécate en voz alta para que se hagan polvo,
para que se pare el mundo y la magia me acune en sus brazos,
que me bendiga la noche y yo desaparezca en ellos.

Ahora sé que debo preguntar a la niña por cada nueva gamberrada,
dejo que haga ruidos guturales de placer cuando estamos solas,
encontramos tesoros siguiendo nuestra intuición,
conocemos los atajos por el camino de Swann
reconstruimos nuestro hogar junto a cada lugar donde encontramos agua.

Permito que baile y que cante, que se dé besos en el espejo,
que corra descalza y que ría como una india piel roja salvaje.
Hemos explorado lo que hay al otro lado del miedo
escuchado entre árboles nuestra música favorita,
devenido juntas la misma tierra húmeda que pisamos,
vestidas de negro expuestas al sol,
vestidas completamente de negro absorbiendo toda la luz,
absorbiendo toda la maldita luz que ya estaba antes dentro de nosotras.


Del texto y la imagen: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2017


miércoles, 11 de octubre de 2017

QUIÉRETE UN POCO, JODER


Te quiero no nos compromete a nada,

pero calienta el corazón y tira hacia arriba

de los hilos que sostienen las comisuras de los labios.

Simplemente informa de una realidad,

como haría el periodismo objetivo si existiera.

Hace que le pongamos un plato a la belleza en la mesa

y que nos sintamos abrazados a distancia.

Te quiero jamás debería implicar

arrojar todo Disney sobre la cabeza de nadie.

Te quiero no debería ser tabú.

Amar tu identidad no debería ser tabú.

Amar a otre independientemente de su identidad,

no debería ser tabú.

Amar y no follar no debería ser tabú

y follar sin amar no debería ser tabú.

Ya sé que el amor no tiene nada que ver con este insomnio.

Conozco mi lugar en la lista de prioridades,

lo sé todo sobre el egoísmo y las verdades a medias,

tengo la mano sobre el picaporte de la puerta de atrás.

Me enjuago los ojos y leo en el espejo:

quiérete un poco, joder, quiérete un poco.


Del texto: 
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2017

miércoles, 28 de agosto de 2013

OCD (Obsessive Compulsive Disorder) - Neil Hilborn



The first time I saw her...
Everything in my head went quiet.
All the tics, all the constantly refreshing images just disappeared.
When you have Obsessive Compulsive Disorder, you don’t really get quiet moments.
Even in bed, I’m thinking:
Did I lock the doors? Yes.
Did I wash my hands? Yes.
Did I lock the doors? Yes.
Did I wash my hands? Yes.

But when I saw her, the only thing I could think about was the hairpin curve of her lips..
Or the eyelash on her cheek.
the eyelash on her cheek.
the eyelash on her cheek.
I knew I had to talk to her.
I asked her out six times in thirty seconds.
She said yes after the third one, but none of them felt right, so I had to keep going.
On our first date, I spent more time organizing my meal by color than I did eating it,
or fucking talking to her...
But she loved it.

She loved that I had to kiss her goodbye sixteen times or twenty-four times or if it was Wednesday.
She loved that it took me forever to walk home because there are lots of cracks on our sidewalk.
When we moved in together, she said she felt safe,
like no one would ever rob us because I definitely locked the door eighteen times.
I’d always watch her mouth when she talked.
When she talked.
When she talked.
When she talked.
When she talked.

When she said she loved me, her mouth would curl up at the edges.
At night, she’d lay in bed and watch me turn all the lights off..
And on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off,
and on, and off.

She’d close her eyes and imagine that the days and nights were passing in front of her.
Some mornings I’d start kissing her goodbye but she’d just leave cause I was
just making her late for work...
When I stopped in front of a crack in the sidewalk, she just kept walking...
When she said she loved me her mouth was a straight line.
She told me that I was taking up too much of her time.
Last week she started sleeping at her mother’s place.
She told me that she shouldn’t have let me get so attached to her; that this whole thing was a mistake, but...
How can it be a mistake that I don’t have to wash my hands after I touched her?

Love is not a mistake, and it’s killing me that she can run away from this and I just can’t.
I can’t – I can’t go out and find someone new because I always think of her.
Usually, when I obsess over things, I see germs sneaking into my skin.
I see myself crushed by an endless succession of cars...
And she was the first beautiful thing I ever got stuck on.
I want to wake up every morning thinking about the way she holds her steering wheel..
How she turns shower knobs like she's opening a safe.
How she blows out candles.
Blows out candles.
Blows out candles.
Blows out candles.
Blows out candles.
Blows out…

Now, I just think about who else is kissing her.
I can’t breathe because he only kisses her once — he doesn’t care if it’s perfect!
I want her back so bad...

I leave the door unlocked.
I leave the lights on.


La primera vez que la vi…
todo en mi cabeza se silenció.
Todos los tics, todas las ideas recurrentes desaparecieron.
Cuando tienes Trastorno Obsesivo Compulsivo en realidad no tienes momentos en silencio.
Incluso en la cama estoy pensando.
¿Cerré las puertas? Sí.
¿Me lavé las manos? Sí.
¿Cerré las puertas? Sí.
¿Me lavé las manos? Sí.
Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de horquilla de sus labios.
O la pestaña en su mejilla.
La pestaña en su mejilla.
La pestaña en su mejilla.

Sabía que debía hablar con ella.
La invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella dijo que sí después de la tercera,
pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien, así que tenía que seguir adelante.
En nuestra primera cita,
pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.
Pero le encantó.

Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era miércoles.
Le encantaba que me tomase todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en el suelo.
Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18 veces.
Yo siempre veía su boca cuando hablaba.
Cuando hablaba.
Cuando hablaba.
Cuando hablaba.
Cuando hablaba.

Cuando me dijo que me amaba, su boca se curvaba hacia arriba en los bordes.
Por la noche, ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas, 
y encenderlas, y apagarlas.

Ella cerraba los ojos e imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme pero ella se iba sólo porque la estaba haciendo llegar tarde al trabajo.
Cuando me detenía en las grietas del suelo, ella seguía caminando.
Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me dijo que le estaba ocupando demasiado tiempo.
La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
pero… ¡¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?!
El amor no es un error, y me está matando que ella pueda huir de esto y yo no pueda.

No puedo.
No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Normalmente, cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes introduciéndose en mi piel.
Me veo a mí mismo atropellado por una infinita línea de coches.
Y ella fue la primera cosa hermosa en la que me he estancado.
Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo mueve la llave de la ducha como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas.
Cómo sopla las velas.
Cómo sopla las velas.
Cómo sopla las velas.
Cómo sopla…

Ahora sólo pienso en quién estará besándola.
Me deja sin respiración que la pueda besar una sola vez. ¡A él no le importa si es perfecto!
Deseo tanto que vuelva, que…

Dejo la puerta abierta.
Dejo las luces encendidas.

Este es el poema que Neil Hilborn, un joven estadounidense que ha causado furor en las redes sociales con su interpretación, presentó a la final del concurso "2013 Rustbelt Regional Poetry Slam". Su actitud, emotiva y divertida, añadida a la temática del poema (amor y trastorno psicológico) aportan luminosidad y frescura al panorama poético actual. Y su fuerza, sobre todo su fuerza...

lunes, 4 de febrero de 2013

La Dama de Shalott y otros poemas


LXVII

Cuando en mi lecho da un rayo de luna,
yo sé que en lugar donde reposas
junto a esas vastas aguas, al oeste,
una gloria desciende entre las tapias:

When on my bed the moonlight falls,
I know that in thy place of rest
By that broad water of the west,
There comes a glory on the walls:

brilla tu mármol en la oscuridad,
y una llama de plata se desliza
despacio por las letras de tu nombre
y encima de la cifra de tus años.

Thy marble bright in dark appears,
As slowly steals a silver flame
Along the letters of thy name,
And o'er the number of thy years.

Tu gloria mística huye y nada lejos,
de mi lecho la luz desaparece,
y, juntos los aleros de mis ojos,
duermo hasta que las sombras se hacen grises:

The mystic glory swims away;
From off my bed the moonlight dies;
And closing eaves of wearied eyes
I sleep till dusk is dipt in gray:

entonces sé que la niebla ha echado
de costa a costa un velo reluciente,
y en la oscura iglesia, como un fantasma,
centellea tu lápida a la aurora.

And then I know the mist is drawn
A lucid veil from coast to coast,
And in the dark church like a ghost
Thy tablet glimmers to the dawn.


La Dama de Shalott y otros poemas. Alfred Tennyson. Pre-Textos, 2002



The Lady of Shalott
John William Waterhouse
1888

martes, 11 de diciembre de 2012

"El cuervo" - Edgar Allan Poe


Un cuervo en la noche

El cuervo es un cuento en forma de poema que se publicó originalmente en 1845, y que ha pervivido en el tiempo como uno de los mejores textos de Edgar Allan Poe, un autor que ha definido el gusto literario de jóvenes y no tan jóvenes a lo largo de generaciones. 


El poema recrea un ambiente que condensa a la perfección el imaginario de la literatura de Poe y que es capaz de ponernos los pelos de punta con tan solo unas estrofas. Un cuervo se cuela en la habitación de un estudiante solitario en una fría noche de diciembre, posándose elegante y majestuoso y repitiendo la palabra nevermore (nunca más) ante las preguntas que le dirige el joven, que le observa inquisitivo en espera de que la negra figura alada aclare sus incertidumbres.


Influenciado en su creación, entre otros, por el mismísimo Charles Dickens, este poema ha influido a su vez en cientos de escritores, dando lugar a multitud de obras que de otra manera no hubiesen existido, o al menos no de la misma manera. Valga como ejemplo icónico el brillante e inmortal cómic de James O’Barr, The Crow, una historia tan especial como dolorosa por cuya creación debemos dar las gracias a O’Barr y, por su influencia, a Allan Poe cada noche. También el realismo mágico sudamericano de Cortázar y Borges bebe directamente de Poe, así como lo hace el universo lovecraftiano en toda su extensión.


Algo más que un cuadernillo

La edición por la que apuesta Tatanka, algo endeble pero muy económica, quizá sea la más adecuada para esta época en la que un euro de diferencia puede determinar una venta. Además, no hay que olvidar que tan sólo contiene un poema, algo que las editoriales que se arriesgan a publicar solventan incluyendo material gráfico y el texto original en el caso de textos extranjeros, como es el caso. 

Así pues, hay que prestar especial atención a la calidad de la traducción, sobre todo si no es la clásica de un traductor de prestigio, y a la adecuación de las ilustraciones. En este caso, la traducción, de la que se encarga Adolfo Muñoz, respeta el texto original y además añade una breve nota explicativa que aclara cómo la ha realizado, respetando la métrica original y rimando en asonante. Lo único que los defensores más rigurosos de la obra de Poe no perdonarán es que se haya modificado el nombre de la amada del protagonista, llamada Lenore, por el de Soledad, en pos de la métrica de la traducción. Por lo demás, la versión en castellano es estupenda.


También aparece traducido el prólogo de Luis Alberto de Cuenca, por lo que resulta una edición bilingüe bastante rigurosa (faltaría incluir traducida la nota del traductor). En lo que respecta al prólogo, lo cierto es que podría ser más académico, habiendo sido redactado por un experto en literatura gótica. Resulta un tanto irónico y no demuestra un conocimiento profundo sobre la figura de Edgar Allan Poe, por lo que el reclamo de marketing al incluir un prologuista famoso no cumple del todo las expectativas.

En cuanto a las ilustraciones, realizadas por Javier Serrano, reflejan adecuadamente el ambiente que recrea el texto y resultan estilizadas y elegantes, dentro de su simplicidad. Los colores lisos en tonos blanco, negro y rojo sangre son los más identificativos de este tipo de literatura, por lo que estéticamente la edición es impecable. Tratándose de un poema tan profusamente ilustrado a lo largo de la historia, es difícil a estas alturas hacer algo original que destaque, sobre todo teniendo en cuenta que existen grabados del mismo realizados por Gustave Doré, o litógrafos de Édouard Manet, entre muchos otros.

Leer a Poe cuando fuera hace mucho frío y es de noche, es una experiencia que todo buen lector que se precie de serlo debe vivir alguna vez. Así pues, ahora es el momento.

Ilustraciones de Tatanka Books.

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