viernes, 21 de octubre de 2011

"Sueños de bolsillo" - Francesco Spinoglio



“Sueños de bolsillo” es un libro estupendo, honesto y bien escrito. Se trata de una autobiografía, por lo que partimos de ese pacto tácito y casi espiritual entre escritor y lector, en el que el primero expone los hechos de forma que el segundo ha de dar por sentado que son ciertos. En este caso Francesco utiliza la primera persona del singular pero nos habla a través de su alter ego Tommaso, quién sabe si para variar igualmente el resto de nombres de los personajes y no exponer al público la privacidad del resto, o si es para estar más cómodo a la hora de matizar los hechos y contarlos no de la forma en que sucedieron, sino en la que a él le habría gustado que lo hicieran. Qué importa. El resultado es un libro que engancha al lector desde la primera línea, que es directa y ya nos advierte tanto del tono sin afeites de la narración como de la imaginación sin límite del protagonista: “La cosa empezó así: quería ser un zorro. Rojo, a ser posible.”

El carácter soñador y el espíritu de superación del protagonista destacan en algunos de los pasajes más interesantes del libro como por ejemplo, en el que describe los meses en los que aprendió un nuevo idioma y trabajó mientras estudiaba para ahorrar y volver al lugar de vacaciones familiares para seducir a una chica de la que se había enamorado. Este viaje repleto de tintes mágicos finaliza con una noche en la misma habitación de hotel de Staufen donde, según cuenta la leyenda, Fausto vendió su alma al diablo, y sólo por este pasaje el libro ya merece ser leído. Es inolvidable el ambiente glorioso que se crea en torno a la noche, el aullido del viento y las gárgolas de la catedral que el protagonista ve desde la ventana: el lector, por unos instantes al menos, respira la misma niebla.

A todo esto hay que añadir que la edición física del libro es maravillosa: el texto no tiene ni una sola falta o errata, el tamaño y la fuente son los adecuados y el diseño de la cubierta es sobre todo elegante; se incluyen además estupendas ilustraciones en las hojas previas al texto. Eutelequia es una editorial joven que ha empezado pisando muy fuerte y ya se está haciendo un hueco muy importante en el mundo del libro: no le pierdan la pista.

domingo, 2 de octubre de 2011

Sobre la magia de la música.


La melodía continúa, cambia, se transforma, Krito revive las consecuencias  de aquello, la maldición interior pesando en su vida, la destrucción para siempre de su capacidad de amar, y recordándolo abre los ojos, se contempla con realismo implacable, se abraza a sí mismo donde está, se acepta reconciliado... Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme. Y desde lo alto, desde la noche transfigurada por la música, llega al fondo del pozo el bálsamo del arte, despierta la sensatez de la sabiduría, y Krito empieza al fin a estar en paz... Desde ese momento sólo es oído y sentimiento, olvido de los demás, envuelto en música, inundado de música, apacentado en música. Es pájaro, caballo, navegante, planeta. Es corazón latiendo.


Tarda en darse cuenta de que la música ha cesado, de que abajo no hay apenas ruido. Oye crujir la vieja escalera de madera por las cautas pisadas de una muchacha y las más fuertes del tardío cliente que la sigue hasta la yacija. Oye una voz reclamando agua. La vida le envuelve de nuevo y ve al aulista, soltándose la cinta que mantenía los tubos contra su boca.
-Amigo, amigo -le dice suavemente-. ¿Qué haces con el viento en esos tubos? ¿Cómo lo alargas, lo trenzas, lo frenas, lo aceleras, lo haces saltar o doblegar?
El aulista sonríe y tantea hasta encontrar el jarro del que bebe un trago.
-Esta noche te confesaré mi secreto... No soy yo quien lo hace; es el mismo viento que está vivo y ama los tubos estrechos con las repentinas portezuelas que se abren y cierran. Sí, te diré mi secreto. Cuando nací, en Tracia, mi madrina fue una maga de hierbas, como llamamos allá a las mujeres con poderes ocultos, y no me regaló nada. Mis padres se enfadaron, pues habían esperado que me diese la vista sin la que nací, pero ella sabía que aún no era el momento. Fue más tarde, cuando ya me apuntaba la barba. Un día se me acercó en el monte y sopló tres veces en mis dedos. Por eso el viento los reconoce y ellos a él; por eso ellos le llaman y él les obedece.
-Comprendo -dice Krito, mientras piensa de qué triste o alegre historia personal será transmutación defensiva esta leyenda.
-No, no comprendes -continúa Yarko, cambiando su tono ligero en otro melancólico-, porque aún no he terminado. Después de soplar en mis dedos la maga tocó mi corazón con su mano izquierda y me dejó una cicatriz para siempre. Por eso el viento y mis dedos sólo saben tocar como has oído.
Y ahora Krito sí comprende que en la vida de Yarko hubo otra Kalidea. Se acerca al aulista y abraza a su hermano en lo irremediable.


José Luís Sampedro
"La vieja sirena"
Ediciones Destino, 2006

viernes, 16 de septiembre de 2011

"Caribou Island" - David Vann


Caribou Island” es la nueva novela de David Vann, quien el año pasado nos sorprendió con “Sukkwan Island”, una novela en la que un padre y su hijo adolescente, cuya relación está bastante deteriorada, deciden pasar un año viviendo juntos en una cabaña alejada de la civilización. La lucha contra la naturaleza y su propia lucha interna terminan en un desenlace... léanlo. Pues bien. Ahora, en “Caribou Island”, Vann retoma el tema del aislamiento de la civilización y las relaciones interpersonales tormentosas, solo que ahora se centra en el tema de las parejas. En ese tipo de parejas que, en realidad, no se quieren, y que conviven haciéndose daño día tras día.

Retrata a la perfección la desagradable situación de tener una pareja que no te valora ni te quiere de la misma forma, así como el día a día ocultando sentimientos para no empeorar la situación y la sensación de vacío y angustia cuando sabes que el lugar que ocupas en su vida es secundario. Vivir, a sabiendas o con la sospecha de que existe en la vida de tu pareja otra persona que ocupa el lugar que tú deberías llenar. Desde fuera parece fácil decidir que hay que huir, escapar de esa situación, abandonarla. Pero a veces no se tiene otro lugar al que regresar, y entonces uno se queda, sabiendo que la vida siempre será un poco peor. Es una historia devastadora. “Sukkwan Island” también relataba una historia dramática y dolorosa pero, al lado de “Caribou Island”, sería como comparar un suicidio (Sukkwan) a una muerte lenta y dolorosa (Caribou), según mi forma de verlo.

No obstante, es una novela que se sufre disfrutando, o que se disfruta sufriendo, porque propone unas situaciones realmente angustiosas pero está maravillosamente bien escrita. Las novelas de David Vann se han comparado con “The road” de Cormac McCarthy, y aunque parezca exagerado, porque McCarthy es muy bueno, yo estoy de acuerdo, y recomiendo esta novela brutal a todo aquél que se arriesgue a leerla. Espero opiniones.


martes, 13 de septiembre de 2011

"Deseo de ser punk" - Belén Gopegui


Leer "Deseo de ser punk" es una experiencia similar a escuchar una de esas canciones inmortales, desgarradas, salvajes, de las que "no suenan sino que te atraviesan por dentro". Con los ojos cerrados y el volumen muy alto.

Es la voz de una adolescente que no se centra exclusivamente en la revolución hormonal propia de la edad, en los chicos, cotilleos, amigas-barbie y centros comerciales, como es la tónica habitual en las secciones de libro juvenil actual (por no hablar de los elfos-fantasma que luego resultan ser vampiros). Al contrario; recrea a la perfección los pensamientos que todos hemos tenido al atravesar esa etapa de nuestra vida, cuando se buscan con anhelo aquellas cosas que te reflejen e identifiquen: amigos con gustos similares, la ropa, sobre todo la música y la literatura... o lo que es lo mismo, la búsqueda de un código, como lo define Gopegui a lo largo de toda la novela. Teniendo la música rock (referencias continuas a letras de canciones y temas míticos) muy presente en todo momento.

Me ha encantado que el libro me absorbiera ya en las primeras páginas con frases increíblemente bien escritas y cargadas de significado. Luego, cada personaje que aparece es memorable y brillante, si fueran actores en una película diría que todos, sin excepción, han estado tremendos.

Es un libro muy recomendable para adultos porque verán reflejada parte de su propia adolescencia y disfrutarán de literatura de buena calidad, pero también para niños que empiezan a interesarse por novelas que se encuentran a medio camino entre "juvenil" y "adulto", porque a esas edades es muy importante que no estropeen una etapa crucial en sus vidas leyendo textos de más que dudosa calidad como las "Canciones para Paula" por citar sólo un ejemplo, porque habrán errado el camino. Y una pequeña piedra en ese tramo puede suponer el abandono.

Sublime y sorprendente, en definitiva. Seguiré buscando a Gopegui en los estantes. Siguiendo una recomendación altamente fiable, el próximo será "El lado frío de la almohada".


Creo que el rock me está gustando porque vive con la muerte, la sabe.




jueves, 8 de septiembre de 2011

"Una novela francesa" - Frédéric Beigbeder



Frédéric Beigbeder me impresionó con “Windows on the World” y si he de recomendar un libro suyo por supuesto que ese sería el primero, pero también es cierto que “Una novela francesa” me ha parecido un libro bastante bueno y que también recomendaré sin ninguna duda (en segundo lugar, eso sí, detrás de “Windows...”).


En “Una novela francesa”, Beigbeder parte de un hecho reciente y traumático: una detención por consumir droga en la calle. Pasar varias noches encarcelado en celdas que describe como inhumanas le hizo pensar, recordar y recapacitar acerca de su pasado y de ahí surge esta colección de retazos de infancia y anécdotas curiosas. Es llamativo el hecho de que desde las primeras páginas reconoce no recordar apenas nada de su pasado, pero afirma que el hecho de ponerse a escribir sobre ello desencadena de forma mágica su memoria. También, a raíz de esta confesión, se pone en marcha ese pacto entre escritor y lector que siempre existe en los libros pero que se hace más palpable en las autobiografías, algo así como: Voy a contarte mi pasado, pero no será absolutamente verídico, ni completo... tú tampoco podrías recordar a la perfección el tuyo. A la hora de relatar estos fragmentos de su pasado, en ocasiones hace breves referencias literarias y cinematográficas muy interesantes que, para mí, aportan calidad al texto.


Me gusta la escritura de este tipo porque es fresca pero a la vez pausada y elegante, en general tiene mucha empatía con el gran público. Su literatura entretiene y se comprende con facilidad, pero además se disfruta en cada línea de cómo está escrito, y eso para mí, como lectora, cada vez es más importante.


Chloë no ríe cuando le hacen cosquillas en la planta de los pies o en las axilas. Sólo funciona el truco del “bicho que sube y sube”. Mi mano comienza su recorrido en el ombligo y avanza hacia el cuello sobre la punta de los dedos. Cuando se acerca, mi hijita intenta resistirse, se contrae, se retuerce en todas direcciones, aunque no demasiado enérgicamente, dado que espera aquello que teme, desea la tortura que no quiere, y el bichito formado por mis dos dedos continúa trepando hacia su largo cuello de cisne, y pronto llegará a la barbilla... En ese momento, es imposible no derretirse: su risa en cascada es mi medicina, debería grabarla para poderla escuchar una vez tras otra durante la noches de depresión. Si hubiera que definir la alegría de vivir, la felicidad de existir, sería esa explosión de risa, una apoteosis, mi recompensa bendecida, un bálsamo caído del cielo.


La amnesia es una mentira por omisión. El tiempo es una cámara, el tiempo hace desfilar fotografías. El único modo de saber lo que pasó en mi vida entre el 21 de septiembre de 1965 y el 21 de septiembre de 1980 es inventarlo. Es posible que me haya creído amnésico cuando simplemente era un perezoso sin imaginación. Nabokov y Borges vienen a decir más o menos lo mismo: la imaginación es una forma de la memoria.

lunes, 29 de agosto de 2011

vacío


Dejar una vida. Dinamitar todo. No, no todo: dinamitar el metro cuadrado que uno ocupaba entre la gente. Más bien: dejar sillas vacías en las mesas que se compartían con las amistades, no a modo de metáfora, sino en verdad, dejar una silla, volverse un hueco para los amigos, permitir que el círculo de silencio en torno a uno se ensanche y se llene de especulaciones. Lo que pocos entienden es que uno deja una vida para empezar otra.


"Los ingrávidos", Valeria Luiselli

"El libro del cementerio" - Neil Gaiman

         
Desde hace tiempo, en este blog se venera al escritor inglés Neil Gaiman. A partir de leer "Sandman", "Stardust" y "American Gods", y una vez superada la sorpresa inicial, le admiro de forma que en todo momento busco leer todo lo que de él pueda conseguir, sabiendo de antemano que será una maravilla. "El libro del cementerio" se engloba bajo esa definición: sabía que me iba a gustar y por eso tiene más valor que aún así me haya sorprendido tanto. 
Personalmente, me encanta la parte donde Neil cuenta cómo surgió la idea para este libro: 

"(...) Fue mi hijo Michael quien me inspiró este libro. Comencé a pergeñarlo cuando él tenía dos años, viéndolo circular con su pequeño triciclo por entre las tumbas un día de verano. Luego sólo me ha llevado veintitantos años sentarme a escribirlo.
Una vez que me decidí (empecé por el capítulo 4), tan sólo la insistencia de mi hija Maddy, que quería saber qué más pasaba después, me empujó a continuar después de las primeras dos páginas."

El niño protagonista de la novela, Nadie (Nobody) Owens, vive por azares del destino dentro de un cementerio. Son los muertos (y los no-muertos, fabulosos personajes) quienes cuidan de él, por lo que crece aprendiendo los modales y costumbres de épocas pasadas (un aspecto precioso del libro). Su "familia" se compone de personajes muy dispares, originarios de diferentes momentos del pasado, existiendo tanta variedad de personalidades como en el mundo de los vivos, a diferencia de los cuales, los muertos ya no tienen la posibilidad de cambiar nada en sus vidas ya pasadas por lo que, entre otras cosas estupendas, "El libro del cementerio" es un hermoso canto a la vida, una llamada desde el mundo de las sombras, la decadencia, la magia y el olvido a las ganas de seguir aprendiendo, de viajar, soñar, descubrir, investigar, amar... de vivir, en definitiva, apasionadamente.

Se rumorea que falta poco para que esté lista la película basada en el libro: mezclando la parte de acción que tienen muchas escenas junto con la maravillosa estética presente a lo largo de todo el libro y un guión escrito por Neil Gaiman, darían como resultado una película excelente.
Esperando con impaciencia.


domingo, 7 de agosto de 2011

"Luciérnagas" - Ana María Matute


Resulta complicado reseñar a Ana María Matute porque se parte de la premisa de que es una escritora magistral, y el lector curioso que busque en este texto argumentos que le inviten a su lectura, eso ya lo sabe.

Siendo objetiva, hay que resaltar que la historia que aquí se cuenta es muy dramática, no en vano reproduce situaciones de la guerra que Ana María Matute (Barcelona, 1925) pudo sufrir en persona (de hecho, el personaje femenino principal tiene obvias referencias a sí misma): por ejemplo, describe escenas bélicas de gran violencia como bombardeos, disparos, registros o detenciones. Pero, por otra parte, la forma de narrarlo es tan elegante y delicada, posee tanta finura, que el libro se disfruta y engancha. Está plagado de frases extraordinarias que diseccionan de forma muy sutil el alma humana, así como los deseos y anhelos de los protagonistas, es extremadamente refinada y dulce.

El personaje más llamativo es la protagonista principal, llamada Sol (un nombre luminoso en contraposición al realmente suyo, más oscuro, Soledad), es una chica de una sensibilidad y fragilidad muy acusadas que realza aún más, si cabe, el horror de la guerra, por sufrirlo ella, debido a su carácter, de una forma más honda y dolorosa.

Es importante destacar que "Luciérnagas" no se podía encontrar desde hacía mucho tiempo en las librerías, desde que se agotara la antigua edición de Destino, de 1993. Además, es una novela que en realidad data de 1949, pero que fue censurada y se revisó y pubicó en 1955 bajo el título de "En esta tierra". Por eso, esta edición que ahora publica Austral es la única que se podrá encontrar en las librerías. Es una suerte para sus seguidores puesto que no es sencillo encontrar ejemplares de los primeros libros de Ana María Matute, y es una ocasión inmejorable para que quienes no estén familiarizados con su obra la descubran y disfruten con ella. Además, esta edición de Austral, a pesar de ser en formato bolsillo, es muy manejable y cómoda de leer, con un tipo de papel y encuadernación que personalmente, me han gustado mucho.



lunes, 1 de agosto de 2011

"Muerte en Venecia" - Thomas Mann


"Muerte en Venecia" es una deliciosa novela corta que me ha maravillado y gracias a la cual ahora afronto con más ánimo y ganas -y prisa- la tarea de leer "La montaña mágica", del mismo autor.

Releí las primeras páginas hasta encontrar el pulso exacto al discurso del escritor que aparentemente es sencillo y llano pero que contiene gran cantidad de matices (si por algo se reconoce a los grandes literatos es por narrar de forma que la trama pase a un segundo plano). Abundan las descripciones magistralmente detalladas, posee una elegancia y una serenidad difíciles de describir.

El relato trata el encuentro casual entre dos desconocidos: un escritor anciano, viajero solitario, y un adolescente extremadamente bello, y del embelesamiento y fijación del primero hacia el joven, cuando lo descubre. Son especialmente magistrales las descripciones de Mann (1875-1955) acerca del adolescente: transmiten a la perfección su fisonomía y costumbres, que el viejo escritor observa incansable desde que le encuentra, casualmente, en el mismo hostal donde él se aloja.

La gran diferencia de edad entre ambos motiva las reflexiones del protagonista, que da por hecho que cualquier acercamiento a su objeto de deseo es inútil por culpa de su vejez. No obstante, la posibilidad de disimular los estragos del paso del tiempo (cuidados faciales, teñido de cabello, etc.) resaltan un fragmento especialmente bueno del inicio de la novela que en su momento pasa desapercibido por no influir en los acontecimientos del relato pero que ya hacia el final cobra mucho más sentido: es el espanto del protagonista tras observar a un señor mayor intentando aparentar menos años para mezclarse con un grupo de chicos mucho más jóvenes que él.

"Un grupo de jóvenes integraban el pasaje de primera (...): charlaban o reían, complaciéndose en su propia gesticulación, e inclinándose por la borda, lanzaban pullas y remoquetes a sus compañeros que, cartera bajo el brazo, discurrían afanosos por la calle del puerto y amenazaban con sus bastoncillos a los excursionistas. Uno de éstos, vestido con un traje estival de última moda, color amarillo claro, corbata roja y un panamá con el ala audazmente levantada, destacaba entre todos por su voz chillona y excelente humor. Pero en cuanto Aschenbach lo hubo observado con más detenimiento, se percató, no sin terror, de que se trataba de un falso joven. Era un hombre viejo, no cabía la menor duda. Hondas arrugas le cercaban ojos y boca. El opaco carmín de sus mejillas era maquillaje; el cabello castaño que asomaba por debajo del panamá con cinta de colores era una peluca; la piel del cuello le colgaba fláccida y tendinosa; el bigotito retorcido y la perilla se los había teñido; la dentadura amarillenta y completa, que enseñaba al reírse, era postiza, además de barata, y sus manos, cuyos índices lucían anillos con camafeos, eran manos de anciano. Aschenbach se estremeció viéndolo alternar con aquellos muchachos. ¿No sabían, no advertían acaso que era viejo y no tenía derecho a llevar su abigarrada indumentaria de dandy ni a hacerse pasar por uno de ellos? Pues lo cierto es que, con toda naturalidad y como por costumbre, según parecía, lo toleraban en su grupo y lo trataban como a un igual. ¿Cómo era posible algo así?"

lunes, 25 de julio de 2011

"Ven a buscarme" - Javier Marías


Delicioso cuento, primera incursión en la literatura infantil de Javier Marías.







viernes, 22 de julio de 2011

"La vida en llamas" - Luís Alberto de Cuenca


TERROR QUE SALVA

El terror está ahí fuera, donde comienza el mundo
y termina la paz augusta de los libros,
en las espesas sombras de las que se compone
la realidad. Y sólo podemos superarlo
por medio del terror fantástico, ese género
literario que sirve de refugio seguro
frente a las inclemencias del exterior, la llave
que nos abre la puerta del consuelo, la única
barricada posible contra el miedo de ahí fuera.
Y ese terror ficticio no nos atemoriza
ni nos llena de angustia, sino que nos defiende
del otro, del real -de la vida-, y nos salva.


BRUJAS SUICIDAS EN UN BAR

Las brujas. Sus escobas alineadas
en el aparcamiento intergaláctico.
No dejan de beber estas mujeres
torvas, estas mujeres innombrables.
Van cayendo las copas, las botellas,
hasta que al fin las brujas se desploman,
muertas, en el parqué, sin que se inmuten
los cantantes de jazz, los camareros
ni los libros de cócteles que abruman
la barra del local. Las brujas mueren,
entre estertores viles y grotescos,
y nadie se detiene ante sus cuerpos,
aunque sea tan sólo a vomitar
sobre ellos, o a rezar una plegaria
por su eterno descanso. Llega el día
a la luna mediana del planeta
que eligieron las brujas para hacerse
el haraquiri etílico. Las luces
del día, sanguinarias como espadas.
Luces que ciegan a las criaturas
de la noche y trastornan sus espíritus.
En cuanto a las escobas, nadie sabe
para qué sirven, ni le importa a nadie
qué ha sido de sus dueñas.

lunes, 4 de julio de 2011

Impotencia en la era digital.



Estoy harta de comprobar, a través de Histats, que mucha gente (y cada vez más) accede a este blog haciendo en Google búsquedas tipo: “Título / Autor – descargar gratis”. Es evidente que aquí no van a encontrar los archivos digitales que buscan y que si llegan hasta este rincón es por la coincidencia de mis comentarios con los libros que están buscando. Pero resulta descorazonador comprobar, de una forma tangible, como se está perdiendo el gusto por las buenas costumbres y que el placer por tener un libro entre las manos se trunca a la ligera por el de acceder al contenido del mismo de esa forma tan invasiva y fría. A esto hay que añadir el hecho de que no sólo se busca un archivo digital (llegados a este punto de pérdida general del buen gusto que nos rodea actualmente, extensible a todos los ámbitos) sino que se pretende no pagar por ello, adquirirlo gratuitamente: en este contexto, robarlo. Flaco favor para el mundo de la cultura. ¿No les parece suficiente el altísimo grado de analfabetismo e idiotez que asola nuestra sociedad? Para comprobarlo, hagan una prueba que sólo les llevará unos minutos (tantos como puedan soportarlo): enciendan el televisor.

¿Es que quieren ustedes (aquellos que se den por aludidos) terminar de una vez por todas con la industria editorial? Descargando libros en formato digital gratuitamente, se está abogando por el fin de la escritura. (Esto es extensible a la música, cuyo caso es más popular, pero en este blog es la literatura la que nos ocupa y personalmente, absorbe). Ya puede Vd. invertir su dinero en comprar ese horroroso aparato digital, soporte de libros electrónicos, que, si no invierte también en libros, llegará un momento en que sólo se publiquen como novedad los libros de aquellos escritores que quieran regalar su obra.

No acepto el argumento de que los libros son muy caros. Lo son porque desde que el escritor vuelca en ellos su trabajo hasta que el lector se los lleva a casa, hay muchos intermediarios. Pero los 10 euros que en la librería le parecen una exageración se cambian con gusto cada noche por una copa en muchos bares, por poner un ejemplo (cada uno revise su escala de prioridades). Y por suerte aún disponemos de muchas y buenas bibliotecas públicas sin coste añadido para el usuario.
Utilícenlas...

jueves, 23 de junio de 2011

Es una tarde de primavera _ Anne Sexton


Todo aquí es amarillo y todo es verde.
Escucha su garganta, su piel de tierra,
la seca voz de todo lo que pía
vibrando como anuncios.
Las pequeñas criaturas del bosque
portan todas máscaras de muerte
a una cueva estrecha para el invierno.
El espantapájaros se ha secado
los ojos, dos diamantes,
y ha entrado en el pueblo.
El General y el cartero
han quitado sus bultos.
Todo esto ya pasó en otra ocasión
pero aquí no hay nada que esté obsoleto.
Aquí todo es posible.

Por esto
una joven ha dejado caer
sus vestidos de invierno y, de forma
natural, se ha tendido sobre la rama
que cuelga sobre el río en un remanso.
Ella ha sido vertida sobre el brazo,
cuelga sobre las casas de los peces
que entran, salen, nadando en su reflejo
y subiendo y bajando sus piernas de escalera.
Su cuerpo porta nubes hasta casa.
Ella entrevé su cara de agua
en el río donde hombres ciegos
acuden a bañarse a mediodía.
Por esto
la tierra, esa pesadilla de invierno,
ha curado sus llagas  y ha explotado
con vitaminas y pájaros verdes.
Por esto
se retuercen los árboles en sus trincheras
levantando pequeñas copas de lluvia
con dedos sutiles.
Por esto
una mujer de pie junto a su horno
está cantando y cocinando flores.
Todo aquí es amarillo y todo es verde.

Seguramente la primavera permitirá
a una chica desnuda
girar con suavidad bajo su sol
sin que le tenga miedo a su cama.
Ha visto florecer siete
capullos en su verde espejo verde.
Dos ríos confluyen bajo ella.
La cara de la cría se arruga
en el agua y se marcha para siempre.
La mujer es lo único visible
en su belleza animal.
Su preciada y obstinada piel
yace profundamente bajo el árbol de agua.
Todo es, en su conjunto, posible
y también pueden ver los hombres ciegos.


IT IS A SPRING AFTERNOON

Everything here is yellow and green.
Listen to its throat, its earthskin,
the bone dry voices of the peepers
as they throb like advertisements.
The small animals of the woods
are carrying their deathmasks
into a narrow winter cave.
The scarecrow has plucked out
his two eyes like diamonds
and walked into the village.
The general and the postman
have taken off their packs.
This has all happened before
but nothing here is obsolete.
Everything here is possible.

Because of this
perhaps a young girl has laid down
her winter clothes and has casually
placed herself upon a tree limb
that hangs over a pool in the river.
She has been poured out onto the limb,
low above the houses of the fishes
as they swim in and out of her reflection
and up and down the stairs of her legs.
Her body carries clouds all the way home.
She is overlooking her watery face
in the river where blind men
come to bathe at midday.
Because of this
the ground, that winter nightmare,
has cured its sores and burst
with green birds and vitamins.
Because of this
the trees turn in their trenches
and hold up little rain cups
by their slender fingers.
Because of this
a woman stands by her stove
singing and cooking flowers.
Everything here is yellow and green.

Surely spring will allow
a girl without a stitch on
to turn softly in her sunlight
and not be afraid of her bed.
She has already counted seven
blossoms in her green green mirror.
Two rivers combine beneath her.
The face of the child wrinkles
in the water and is gone forever.
The woman is all that can be seen
in her animal loveliness.
Her cherished and obstinate skin
lies deeply under the watery tree.
Everything is altogether possible
and the blind men can also see.




Anne Sexton. Poemas de amor. Linteo Poesía, 2009.



miércoles, 22 de junio de 2011

Madrid, sábado, 25 de junio.


Isabel García Mellado & Irene La Sen
Sábado 25 de Junio a las 22.30h
Café Libertad
C/ Libertad 8
Madrid

viernes, 17 de junio de 2011

"La muerte de Bunny Munro" - Nick Cave


Ocurre con poca frecuencia pero, cuando sucede, es maravilloso: que leas algún libro de un escritor que desconocías, te encante y busques con interés e ilusión otros libros que haya publicado antes. Hace un tiempo tuve la suerte de toparme con uno de esas rarezas infrecuentes y geniales, titulada “Y el asno vio al ángel”, de Nick Cave. No hace falta decir que ahora acabo de leer “La muerte de Bunny Munro” porque la primera me pareció una obra maestra.

“La muerte...” es la historia de un tipo obsesionado con las mujeres, un vie-joven verde, alguien que sólo piensa en sexo, infiel a su mujer constantemente, capaz de encontrar la parte excitante incluso en el cadáver de ella cuando se suicida, un tipo que al quedarse viudo intenta desprenderse de su hijo, alguien totalmente deleznable del que sin embargo no quieres dejar de saber cosas, precisamente por la forma magistral con que está narrado este libro. Nick Cave posee un estilo brutal y único, sólo comparable a su voz y a las letras de sus canciones. Es despiadado y arrogante o eso parece querer aparentar, pero su escritura desprende veracidad y talento, y su pulso narrativo es impresionante.

Leer “La muerte...” sería comparable a ver una película americana, o por algún motivo a mí me ha recordado a eso, a pesar de que la acción transcurra en Inglaterra.

Es, para terminar, un libro que cuenta una historia desagradable que no puedes dejar de leer y que a pesar de ilustrar su cubierta con una fotografía horrible, tampoco puedes dejar de apreciar tener entre las manos, desde un punto de vista bibliófilo y literario.

Nota de la cuarta de cubierta: “Nick Cave vivirá sin duda eternamente porque tiene al diablo aterrorizado.” Rolling Stone.


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