jueves, 23 de junio de 2011

Es una tarde de primavera _ Anne Sexton


Todo aquí es amarillo y todo es verde.
Escucha su garganta, su piel de tierra,
la seca voz de todo lo que pía
vibrando como anuncios.
Las pequeñas criaturas del bosque
portan todas máscaras de muerte
a una cueva estrecha para el invierno.
El espantapájaros se ha secado
los ojos, dos diamantes,
y ha entrado en el pueblo.
El General y el cartero
han quitado sus bultos.
Todo esto ya pasó en otra ocasión
pero aquí no hay nada que esté obsoleto.
Aquí todo es posible.

Por esto
una joven ha dejado caer
sus vestidos de invierno y, de forma
natural, se ha tendido sobre la rama
que cuelga sobre el río en un remanso.
Ella ha sido vertida sobre el brazo,
cuelga sobre las casas de los peces
que entran, salen, nadando en su reflejo
y subiendo y bajando sus piernas de escalera.
Su cuerpo porta nubes hasta casa.
Ella entrevé su cara de agua
en el río donde hombres ciegos
acuden a bañarse a mediodía.
Por esto
la tierra, esa pesadilla de invierno,
ha curado sus llagas  y ha explotado
con vitaminas y pájaros verdes.
Por esto
se retuercen los árboles en sus trincheras
levantando pequeñas copas de lluvia
con dedos sutiles.
Por esto
una mujer de pie junto a su horno
está cantando y cocinando flores.
Todo aquí es amarillo y todo es verde.

Seguramente la primavera permitirá
a una chica desnuda
girar con suavidad bajo su sol
sin que le tenga miedo a su cama.
Ha visto florecer siete
capullos en su verde espejo verde.
Dos ríos confluyen bajo ella.
La cara de la cría se arruga
en el agua y se marcha para siempre.
La mujer es lo único visible
en su belleza animal.
Su preciada y obstinada piel
yace profundamente bajo el árbol de agua.
Todo es, en su conjunto, posible
y también pueden ver los hombres ciegos.


IT IS A SPRING AFTERNOON

Everything here is yellow and green.
Listen to its throat, its earthskin,
the bone dry voices of the peepers
as they throb like advertisements.
The small animals of the woods
are carrying their deathmasks
into a narrow winter cave.
The scarecrow has plucked out
his two eyes like diamonds
and walked into the village.
The general and the postman
have taken off their packs.
This has all happened before
but nothing here is obsolete.
Everything here is possible.

Because of this
perhaps a young girl has laid down
her winter clothes and has casually
placed herself upon a tree limb
that hangs over a pool in the river.
She has been poured out onto the limb,
low above the houses of the fishes
as they swim in and out of her reflection
and up and down the stairs of her legs.
Her body carries clouds all the way home.
She is overlooking her watery face
in the river where blind men
come to bathe at midday.
Because of this
the ground, that winter nightmare,
has cured its sores and burst
with green birds and vitamins.
Because of this
the trees turn in their trenches
and hold up little rain cups
by their slender fingers.
Because of this
a woman stands by her stove
singing and cooking flowers.
Everything here is yellow and green.

Surely spring will allow
a girl without a stitch on
to turn softly in her sunlight
and not be afraid of her bed.
She has already counted seven
blossoms in her green green mirror.
Two rivers combine beneath her.
The face of the child wrinkles
in the water and is gone forever.
The woman is all that can be seen
in her animal loveliness.
Her cherished and obstinate skin
lies deeply under the watery tree.
Everything is altogether possible
and the blind men can also see.




Anne Sexton. Poemas de amor. Linteo Poesía, 2009.



miércoles, 22 de junio de 2011

Madrid, sábado, 25 de junio.


Isabel García Mellado & Irene La Sen
Sábado 25 de Junio a las 22.30h
Café Libertad
C/ Libertad 8
Madrid

viernes, 17 de junio de 2011

"La muerte de Bunny Munro" - Nick Cave


Ocurre con poca frecuencia pero, cuando sucede, es maravilloso: que leas algún libro de un escritor que desconocías, te encante y busques con interés e ilusión otros libros que haya publicado antes. Hace un tiempo tuve la suerte de toparme con uno de esas rarezas infrecuentes y geniales, titulada “Y el asno vio al ángel”, de Nick Cave. No hace falta decir que ahora acabo de leer “La muerte de Bunny Munro” porque la primera me pareció una obra maestra.

“La muerte...” es la historia de un tipo obsesionado con las mujeres, un vie-joven verde, alguien que sólo piensa en sexo, infiel a su mujer constantemente, capaz de encontrar la parte excitante incluso en el cadáver de ella cuando se suicida, un tipo que al quedarse viudo intenta desprenderse de su hijo, alguien totalmente deleznable del que sin embargo no quieres dejar de saber cosas, precisamente por la forma magistral con que está narrado este libro. Nick Cave posee un estilo brutal y único, sólo comparable a su voz y a las letras de sus canciones. Es despiadado y arrogante o eso parece querer aparentar, pero su escritura desprende veracidad y talento, y su pulso narrativo es impresionante.

Leer “La muerte...” sería comparable a ver una película americana, o por algún motivo a mí me ha recordado a eso, a pesar de que la acción transcurra en Inglaterra.

Es, para terminar, un libro que cuenta una historia desagradable que no puedes dejar de leer y que a pesar de ilustrar su cubierta con una fotografía horrible, tampoco puedes dejar de apreciar tener entre las manos, desde un punto de vista bibliófilo y literario.

Nota de la cuarta de cubierta: “Nick Cave vivirá sin duda eternamente porque tiene al diablo aterrorizado.” Rolling Stone.


jueves, 16 de junio de 2011

Poemas de la locura / El hombre elefante - Leopoldo Mª Panero

A la psiquiatría

A ti, castigo del espíritu
rindo este poema vencido ya
nada más nacer, como una espiga
para violar a una mujer -Faulkner-
¡oh! terror de la penitencia para rezar
una vez más de rodillas al espanto
como a un ser sin canto y sin espuma
cerca del lago en que como elefantes
beben los días
cerca del lago en que mueren los elefantes
sabiendo el secreto de su muerte
-un aviador irlandés prevé su muerte-
-Yeats lo dijo-
¡oh! turba philosophorum, alquimistas
que beben de mi orina y de mis ojos
¡oh! cruz, arquetipo del espanto
donde ya todos los terrores nombran mi frente.



I have a sin of fear-
JOHN DONNE

Mi único pecado es haber muerto
es estar toda mi vida pendiente de la oscuridad
del terrible sueño de la muerte
en donde vampiros picarán en mi frente
ya hecha para nada, perfecta culminación
de una situación sin piedad
de un reino sin espíritu
en donde escribo el poema moviendo mis faldas.



No estoy contento de mí mismo
he incumplido la tarea de ser yo
he faltado a las normas del colegio
y no besaré ya más el culo de un gato
andaré ahora entre monos
como en el Laoconte de los monos
belleza perfecta hecha para ser sólo
el novio único de la nada.

martes, 17 de mayo de 2011


Las letras se escapaban por las ventanas, las calles se inundaron de palabras que resquebrajaban el pavimento. La biblioteca había entrado en erupción.

"Aranmanoth" - Ana María Matute


"Hijo mío, no ames como aman los humanos".

A veces es muy aconsejable (y a veces se hace imprescindible) dejarse llevar por la fantasía, abandonando los límites de la realidad y aceptando con naturalidad todo lo que nos encontremos más allá de esas fronteras.

Por eso, Aranmanoth es un oasis para refugiarse de la tonalidad gris y opresiva del mundo real, una historia fantástica para adultos a medio camino entre el cuento largo y la novela corta. Una delicia, en todo caso.

Ambientación medieval, un hada de agua, un caballero y un niño cuya existencia se encuentra dividida entre la naturaleza humana y la fantástica... ¿qué más se necesita para dejarse llevar?

No obstante, y a pesar de que en principio se trata de un cuento fantástico, es importante saber trasladar esta historia a nuestro mundo para constatar que en el fondo es una crítica social brutal que, envolviéndolo todo en ese halo fantástico, deja patente la injusticia que supone que la crueldad y la maldad sean más fuertes que la ilusión y la alegría de quienes no hacen daño a los demás y sólo quieren ser felices. En contraprestación, aquellos que se alimentan de dolor, jamás podrán tener la sensación de sentirse queridos, y ese (casi nada) es su castigo.


jueves, 5 de mayo de 2011

...nazgûl


(...) Y se vio entonces que era una criatura alada: un ave quizá, pero más grande que cualquier ave conocida; y parecía desnuda, pues no tenía plumas. Las alas enormes eran como membranas coriáceas entre dedos callosos;  hedían. Una criatura acaso de un mundo ya extinguido, cuya especie, escondida en montañas olvidadas y frías bajo la luna, había sobrevivido incubando en algún nido horripilante esta progenie última y maligna. Y el Señor Oscuro la había adoptado, alimentándola con carnes putrefactas, hasta que fue mucho más grande que todas las otras criaturas aladas; y como cabalgadura la había entregado a su servidor. Descendió, descendió, y luego, replegando las palmas digitadas, lanzó un graznido ronco, y se posó de pronto sobre Crinblanca, y le hincó las garras encorvando el largo cuello implume.

El Señor de los Anillos: III El Retorno del Rey, J.R.R. Tolkien

jueves, 7 de abril de 2011

martes, 5 de abril de 2011

"Los enamoramientos" - Javier Marías

La nueva novela de Javier Marías, "Los enamoramientos", sigue la estela de la prosa perfecta a la que nos tiene acostumbrados: después de haber escrito joyas como "Mañana en la batalla piensa en mí", "Tu rostro mañana" o "Corazón tan blanco", el listón no puede estar más alto. Es ya muy difícil mejorar, quiero decir.

Estamos ante el que probablemente sea el mejor escritor vivo en lengua castellana -mucho más reconocido fuera que dentro de España-. Como lectora me siento afortunada y feliz de poder disfrutar de este genio en vida -lo que supone la posibilidad de esperar con ilusión y ganas cada vez un nuevo trabajo suyo, o los artículos de opinión semanales- y de poder apreciar su literatura en el mismo idioma en el que originalmente está escrita.

Al igual que sus otras novelas, “Los enamoramientos” no está repleta de acontecimientos y por lo tanto lo de menos es saber qué pasa, Javier Marías no necesita eso. Él extiende al máximo el instante, analiza con precisión y sin prisa cada detalle dotando a sus palabras del ritmo, la musicalidad, la rima interna y la genialidad que constituyen su sello personal.

La literatura de Marías (aparte de ser maravillosa) es un reflejo fiel de la vida: sus narradores no son omniscientes, como no lo podemos ser nunca nadie. Ellos asisten a los acontecimientos, forman parte de ellos, actúan en consecuencia... pero no pueden saber nunca, por ejemplo, qué piensan los demás, o qué hacen cuando no están delante de ellos: esto solo pueden suponerlo. La trama, por tanto, es un elemento secundario, un mero tablero o escenario en el que interactúan los personajes; ni siquiera se trata de desvelarlo todo (quién es el asesino, qué pareja se forma o cuál acaba rota, cuáles son las causas de los hechos) sino más bien, de mostrar las motivaciones que impulsan a actuar a los personajes; la incongruencia entre lo que decimos o hacemos y los pensamientos más íntimos que permanecen ocultos. Nada es totalmente blanco ni negro y al final a uno le configuran las circunstancias en las que se va viendo envuelto.

En esta novela volvemos a encontrar personajes que ya conocemos por otros relatos, son los mismos que protagonizan escenas en otras novelas o cuentos: para los lectores de Marías esto es un regalo, y es un detalle que hace que al leer uno u otro libro tengamos siempre la sensación de estar ante una misma obra inmensa. Personalmente, me ha gustado reencontrar a Ruibérriz de Torres y volverlo a imaginar en niki, aunque fuera otra su indumentaria; o a Luisa (Alday, esta vez); o descubrir al personaje al que curiosamente ha decidido llamar Javier (Javier Díaz-Varela).

En esta ocasión, la novedad reside en el hecho de que la voz narradora es femenina (María Dolz): se trata de una novedad porque los personajes a los que Marías hace hablar en primera persona siempre son hombres, salvo en uno de sus cuentos, “Menos escrúpulos”, donde la protagonista y narradora es una mujer que se presenta al casting de una película pornográfica por estar necesitada de dinero.

También en esta novela están presentes las largas digresiones, un elemento muy característico y reconocible en la literatura de Javier Marías, quizá el principal escollo para que muchos lectores se alejen de sus libros alegando perderse, o no entenderlo: como decía antes, ellos solo quieren saber qué pasa, y quién es al final el malo.

Que aparezca ahora esta novela es un alivio tras la posibilidad de que no fuera a escribir más, o que pasara al menos mucho tiempo antes de un nuevo trabajo, tras haber finalizado “Tu rostro mañana”; y sobre todo, es un regalo.


(...) Era como si hubieran adquirido la costumbre de darse un respiro juntos, antes de ir a sus respectivos trabajos, tras poner fin al ajetreo matinal de las familias con hijos pequeños. Un rato para ellos, para no desprenderse el uno del otro en medio del trajín y charlar animadamente, me preguntaba de qué hablaban o qué se contaban –cómo es que tenían tanto que contarse, si se acostaban y levantaban juntos y se mantendrían al día de sus pensamientos y andanzas-, su conversación sólo me alcanzaba en fragmentos, o en palabras sueltas. En una ocasión le oí a él llamarla “princesa”.

viernes, 1 de abril de 2011

"The Crow" - James O'Barr


"Un día perderás todo lo que tienes. Nada te preparará para ese día. Ni la fe, ni la religión... nada. Cuando muera alguien a quien amas. Conocerás el vacío... sabrás lo que es estar completamente solo. Nunca olvidarás y nunca perdonarás. Los solitarios no suelen hablar de una manera tan íntima y tan exhaustiva como lo hace James O'Barr en este libro. Así que, por lo menos, aprende del cuervo esta lección: piensa en lo que puedes perder."

John Bergin (de la Introducción).



viernes, 25 de marzo de 2011

"Stardust" - Neil Gaiman y Charles Vess


Stardust es una novela escrita por Neil Gaiman e ilustrada por Charles Vess en cuyas páginas habitan seres atemporales, envueltos por una capa de fantasía, magia, irrealidad y sueño. Se trata de una historia de amor con todos los componentes del cuento clásico pero dirigida al público adulto.

El universo de Gaiman es maravilloso y único, un mundo paralelo en el que a muchos nos gustaría habitar (por eso sus obras tienen ese componente evasor tan necesario en los tiempos que corren), situado entre el Reino de Faerie y la campiña inglesa, ambos divididos por un muro infranqueable que sólo permite el paso una vez cada nueve años; además, la narración es extraordinaria, la escritura de Gaiman posee un altísimo valor literario.

Las ilustraciones de Vess, por otra parte, son un complemento perfecto a la narración; se intercalan y se enlazan con el texto por lo que Stardust es, además, un gran trabajo de maquetación.


miércoles, 23 de marzo de 2011

tenía la mirada ensoñada...

(...) Tenía la mirada ensoñada y diáfana, y muy alegres los labios, irónicos afectuosamente. Bromeaba mucho, no dejó atrás los usos de sus juveniles años, nunca estuvo en condición de hacerlo. Una vez me dijo por qué me quería, con esos labios: "Porque me gusta verte leer el periódico mientras desayuno, más que nada por eso. Veo en tu cara cómo ha amanecido el mundo y cómo amaneces tú cada mañana, que eres en mi vida el representante principal del mundo. El más visible con diferencia". Esas palabras regresan inesperadamente, al oír el timbre y la dicción idénticos, y al ver la sonrisa tan comparable. Y entonces uno sabe enseguida que de esta mujer madura que acaban de presentarle bien puede fiarse, absolutamente. Sabe que no le hará mal, o al menos no sin avisarle.

Javier Marías Tu rostro mañana I, Fiebre y lanza.

viernes, 18 de marzo de 2011

CIELO

mirando el cielo

me digo que es celeste desteñido (témpera
azul puro después de una ducha helada)

las nubes se mueven

pienso en tu rostro y en ti y en tus manos y
en el ruido de tu pluma y en ti
pero tu rostro no aparece en ninguna nube!
yo esperaba verlo adherido a ella como un
trozo de algodón enyodado dentro de tela adhesiva
sigo caminando

un cocktail mental embaldosa mi frente
no sé si pensar en el cielo o en ti
y si tirara una moneda? (cara tú seca cielo)
no! tu ser no se arriesga y
yo te deseo te de-se-o!
cielo trozo de cosmos de cielo murciélago infinito
inmutable como los ojos de mi amor

pensemos en los dos

los dos tú + cielo = mis galopantes sensaciones
biformes bicoloreadas bitremendas bilejanas
lejanas lejanas

lejos

sí amor estás lejos como el mosquito
sí! ese que persigue a una mosquita junto
al farol amarillosucio que vigila bajo el
cielo negrolimpio esta noche angustiosa
llena de dualismos


Alejandra Pizarnik, Poesía, (1955-1972)

martes, 8 de marzo de 2011

"El valle de los avasallados" (L'avalée des avalés) - Réjean Ducharme


Pocas sensaciones son -literariamente hablando- tan placenteras como conseguir un libro que de antemano sabes que va a encantarte: que forma ya parte de tus favoritos aún antes de haberlo leído.

Conocí "El valle de los avasallados" a través de "Léolo", increíble película de Jean-Claude Lauzon en la que se cita el libro en varias ocasiones.

(...) Aparecemos al final de un callejón sin salida. Estamos perdidos, muy perdidos, pero que muy muy perdidos. Me río como una loca. ¿Qué podría temer? Todo esto es solo fingir al fin y al cabo. Todo esto está tan lejos del fin del mundo. Todo esto es a su vez tan loco. El coche negro que nos sigue muy despacito tiene en el techo una luz roja giratoria. Es la policía. ¡Corramos! ¡Corramos, Christian! Al menos finjamos.

-¿Adónde vais?
-¡Uno se descubre cuando le dirige la palabra a una dama!

Los policías nos dicen que no tienen malas intenciones. Necesitan nuestra dirección.

-Nuestra dirección, señores, es: Señor y Señora Hombre, Planeta Tierra, Sistema solar, El Infinito. ¡Quítense pues sus sombreros, groseros!

Hay una atmósfera maravillosamente templada en el automóvil, maravillosamente agradable. Hace tan agradable como en una noche de agosto. Estoy cansada, pálida, despavorida, estropeada. Hay algo entre mí y la tibieza del auto; como una capa. Llevo una gruesa capa de frío, de noche, de balastro, de petróleo. Mis manos completamente tiesas, completamente secas por arriba y por abajo se sienten desarraigadas del cielo y de la tierra. Yo misma me recuerdo a un pez que, completamente húmedo aún de mar, forcejea sobre la arena. Me apoyo contra Christian, me acurruco, le pido que coloque su brazo alrededor de mí. Cierro los ojos. El hombro de Christian es un madero en el fondo de una cala.

Es una novela hermosa y lírica en cuanto a su forma, destaca por la facilidad con que el autor juega continuamente con el lenguaje para contar la historia difícil y oscura de Bérénice Einberg.



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