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jueves, 2 de mayo de 2019

"El anzuelo del diablo: Sobre la empatía y el dolor de los otros" - Leslie Jamison (fragmentos)


(…) la pérdida es como un sistema radicular que se extiende y multiplica como un rizoma bajo la superficie de mi vida.

Te imagino en todas las direcciones posibles, y luego vuelvo sobre mis pasos y empiezo a imaginarte otra vez desde cero. A veces me resulta insoportable lo mucho que no sé de ti.

(…) un hombre con larga barba blanca me ofreció un zumo de naranja. Era como el dibujo de Dios que haría un niño. Recuerdo lo mal que me sentó que se negara a darme analgésicos hasta que hubiese comido un puñado de galletas saladas, pero se mostró amable. Su resistencia era una forma de cuidarme. Eso lo noté. Me estaba cuidando.

La empatía es una forma de velar por alguien, pero no es la única, y no siempre es suficiente.

(…) la oración no tiene nada que ver con las probabilidades, sino con el anhelo, con querer a alguien lo bastante para postrarte de rodillas y pedir que se salve. Cuando Dave lloró en esa capilla, no fue por empatía, sino por otra cosa. No se arrodilló para sentir mi dolor, sino para pedir que éste acabara.

El estudio viene a decir que la empatía debería nacer del valor, y no puedo evitar pensar que buena parte de mi empatía nace del temor. Temo que los problemas ajenos me pasen a mí, bien que los demás dejen de quererme si no adopto sus problemas como si fueran míos

Camino entre los jóvenes y sanos y soy más o menos como uno de ellos. Intento no sentir escozor. Intento no preguntarme si siento escozor. Intento saber apreciar mi propia piel. A veces el corazón me late demasiado deprisa, o una larva se instala bajo la piel de mi tobillo, o bebo demasiado, o estoy demasiado delgada, pero todo eso son breves estancias lejos de un reino que por lo general puedo considerar mío, un reino donde estoy bien, donde soy capaz de desear y ser deseada, donde no dudo ni por un instante de que tengo un lugar en el mundo. Pero cuando me marcho de la iglesia baptista de Slaughter Lane no consigo acallar las voces de aquellos que ya no creen encajar en ningún lugar. Paso un día en su reino y me marcho cuando me apetece. Se me antoja una traición salir a tomar el aire.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

"Vegetarianos concienciados: manual de supervivencia" - Lucía Martínez


Leí hace un tiempo la primera entrega de Lucía Martínez en materia de vegetarianismo, “Vegetarianos conciencia”, que llenaba un hueco muy necesario en librerías. Apenas había bibliografía en español con información válida y actualizada que sirviera de manual para un público general interesado por esta opción de vida. Desmontaba falsos mitos nutricionales, informaba con rigor sobre las propiedades de los alimentos y analizaba desde diferentes puntos de vista, todas y cada una de las motivaciones que nos pueden (y deben) llevar a optar por un estilo de vida más consciente, ético, empático, saludable y bien informado.

Así pues, en cuanto me enteré de la publicación de esta segunda parte, fui preparando el boli de tinta dorada para subrayar, porque sabía que iba a ser genial. Y, spoiler: lo fue. Superó con creces mis expectativas.

Esta vez, el contenido no solo es diferente y actualizado, sino que remite al anterior en algunos puntos (y también a su blog, donde el contenido del libro anterior está volcado casi en su totalidad y puede consultarse gratuitamente) pero continúa ampliando y explorando otros aspectos que en la anterior ocasión no tuvieron cabida.

Para empezar, me encanta que haya dedicado tanto espacio y explicado tan bien todo lo referente al auge de los alimentos procesados para veganos y vegetarianos, me explico: tradicionalmente, la población que seguía una alimentación basada en plantas, exenta de animales muertos, tenía una salud muy buena. Su elección, a la mayor parte, les llevaba a informarse bien en cuestiones de nutrición, rechazaban sustancias tóxicas y tenían un estilo de vida activo facilitado también por su buena alimentación (por ejemplo, las malas digestiones y los atracones redirigen al sofá y no a salir a hacer deporte, y es un círculo vicioso). Sin embargo, la industria alimentaria ha detectado el declive en las ventas de cadáveres de animales y se ha puesto a investigar rápidamente para recuperar ese nicho de mercado. Así, empresas lecheras han sacado a la venta bebidas vegetales, o empresas carniceras, hamburguesas o salchichas hechas también con ingredientes de origen vegetal. Parece increíble pero es así.

Esto tiene muchas lecturas. Una de las más graves es que adquiriendo esos productos financias a una empresa sin ética, que cría animales para esclavizarlos, maltratarlos, matarlos y venderlos descuartizados en bandejas de plástico. Aunque lo que estés comprando sean hamburguesas de tofu con berenjena. Y otra cosa tanto o más grave es que sería mejor que te las hicieras en casa porque las que venden hechas tienen añadido un montón de azúcares, almidones, conservantes y todo tipo de aditivos químicos que las hacen de todo menos saludables. La etiqueta veggie de color verde induce a error, no todo lo vegetariano es sano per se. Sobre esta cuestión de los procesados veggies, Lucía Martínez se explaya y no deja lugar a dudas sobre todos los aspectos, desde su visión ética y científica.

Otro tema que no puedo entender es cómo puedes ser vegano o vegetariano y probar cada cosa que sale al mercado “imitando” el sabor, olor, color y textura de la carne, me resulta perturbador. No quiero un filete ni por supuesto nada que me lo recuerde, en el momento que me apetezca morder carne ya me pegaré un mordisco en el brazo o me uniré a una secta de caníbales, de forma que no mate directa o indirectamente a ningún inocente, en fin.

En mi caso, decidir no comer más animales asesinados fue muy sencillo, y si echo la vista hacia estos años atrás, resulta que es una de las mejores (si no la mejor) decisión que he tomado en mi vida. No sólo porque sea algo maravilloso, «gente corriente tomando decisiones extraordinarias», (pág. 188), sino porque suelo equivocarme en todo lo que hago, y esta es una de las pocas cosas de las que sentirme orgullosa. Eso, y mi independencia, que por ser un tanto extrema es probable que del vegetarianismo sea de lo único que no me arrepentiré cuando sea vieja.

A partir de la página 72, tenemos recetas sencillas para tomar como base y echar a volar la imaginación montando platos deliciosos, súper saludables y muy nutritivos. También, muchas ideas para una cesta de la compra económica, sostenible y sana. 

También hay espacio para afrontar las zancadillas con las que nos encontramos cuando salimos a la calle en este mundo carnicero y hostil, qué podemos elegir cuando tapeamos o cómo podemos afrontar el típico menú del día trasnochado y poco atractivo… que además de vegetariano o vegano, sea saludable.

Me he sentido tremendamente identificada hasta la última coma de este libro, excluyendo, puesto que nunca me ha afectado directamente, la parte de la tremenda desinformación a nivel nutricional del personal sanitario de este país, puesto que por suerte no he necesitado que me atiendan nunca en aspectos nutricionales. Únicamente, me sucedió que mi médica de cabecera no sabía que los niveles correspondientes a la vitamina B12 que ofrece la analítica de la Seguridad Social, no están exentos de alteraciones debido a los análogos de la misma, ni que había que realizar un examen específico para determinar en qué valor me encuentro realmente. También, me dijo que si tomaba huevos o lácteos puntualmente, mis requerimientos estarían cubiertos, lo cual no es totalmente cierto (la cantidad necesaria para alcanzarlos, si no me la suplementaba, desplazaría otros alimentos y mi alimentación estaría desequilibrada). Pero no hizo aspavientos y le pareció estupenda mi opción de vida, así que no se lo tengo demasiado en cuenta. Algo que recuerda Lucía Martínez sin descanso, es que para cuestiones de alimentación acudamos siempre a un dietista-nutricionista, que es el profesional más adecuado y con formación específica y actualizada. No porque tenga nada en contra de los médicos, por supuesto, sino por algo tan sencillo como que si te rompes una pierna no acudes al odontólogo. Por eso.

Me encantan las citas que abren los capítulos, me encanta el estilazo y la ironía de Lucía escribiendo, no me gustan demasiado los párrafos con tinta naranja con que se han maquetado algunas partes, me encanta su respeto por la naturaleza y el ímpetu que la empuja a compartir sus conocimientos por el bien común, me encantan también sus compañeros del Centro de Nutrición Aleris y la energía tan bonita que desprenden entre todos, sólo puedo decir, GRACIAS.

miércoles, 14 de febrero de 2018

El amor, tal como yo lo entiendo: libertad, bondad, magia, intensidad, deseo y admiración



Cada libro, un concepto; en cada página, una emoción. Y, para cada uno, una sensación imposible de comprender, si no se siente.

EL AMANTE LESBIANO
José Luis Sampedro


Al igual que sucede con todas las cosas, las preferencias sexuales no vienen marcadas por la sociedad, sino que suelen amoldarse a ella. Quien las determina es la Naturaleza, y todo el mundo sabe que es un error llevarle la contraria. “El amante lesbiano” es la herramienta perfecta para derribar los muros de la ignorancia (si existieran) y cambiar el color del cristal con el que miramos dentro de nosotros mismos: el que usamos para vernos reflejados en otros.
José Luis Sampedro, (padre literario, mago de las palabras, sabio viejo), nos deja escuchar aquí su voz tan templada, poblada de frases cargadas de significados que se multiplican hasta hacerse infinitas. Sexo. Género. Qué son.

“El amante lesbiano” es la libertad.


MOMO
Michael Ende


Momo es la criatura que le recuerda a los niños la enorme importancia de usar la imaginación. Y vivir, muchas veces, dentro de un mundo creado con fantasía. Les enseña a jugar. Es también quien devuelve a los adultos el tiempo que les han robado, arrebatándolo de manos de los hombres grises, unos seres fantasmagóricos, malvados y sin voluntad, cuyo único alimento es el tiempo malgastado de aquellos que se dejaron vencer antes de presentar batalla. Siempre hay que presentar batalla.
Momo se rodea de seres mágicos e inolvidables como el Maestro Hora, la tortuga Casiopea, Beppo Barrendero, Gigi Cicerón… El objetivo vital de Momo parece ser el disfrute de la vida misma, sin artificios. Hay mucho más ahí fuera.

“Momo” es la bondad.


STARDUST
Neil Gaiman


En un lugar lejos de este tiempo, existe un muro que separa dos mundos muy diferentes, y sólo se abre una vez cada nueve años. De un lado, el pueblo de Wall, tradicional, basado en la campiña inglesa; del otro lado, Faerie, un sitio en el que impera la magia, y donde yo juraría que habita Gaiman entre un lago y un árbol blanco.
Tristran Thorn consigue cruzar el misterioso umbral para ir en busca de una hazaña y encuentra lo inesperado. Personajes y situaciones increíbles y maravillosas, mezclados con todos los ingredientes necesarios para hacer un cuento de hadas para adultos absolutamente delicioso y sutil. ¿Quién iba a pensar que las estrellas eran así...?

 “Stardust” es la magia.


DESEO DE SER PIEL ROJA
Miguel Morey


Una de las características del ideal romántico es vivir todo intensamente, ya se trate de acontecimientos alegres o tristes. Así, experimentar la dicha y la amargura llevadas al extremo serán lo único que nos indicará en el lecho de muerte que hemos estado vivos y que hemos sabido aprovecharlo.
La pérdida de alguien muy querido como leitmotiv de la narración, permite a Miguel Morey hacer un recorrido por un sinfín de aspectos vitales de gran importancia, en los que podrá verse reflejado todo aquel que porte un corazón caliente en el pecho. Es una introspección muy sorprendente y un tanto extraña, de una belleza exagerada y con una facilidad pasmosa para enganchar al lector.

“Deseo de ser piel roja” es la intensidad.


RELATO SOÑADO
Arthur Schnitzler


Esta novela aborda las fantasías sexuales desde un punto de vista bastante retorcido y muy novedoso, además, para la época en que fue escrito. Arthur Schnitzler es el padre del monólogo interior, y aquí construye un personaje atormentado por su imaginación y sus propias contradicciones. Consigue que el foco de atención no sea la culminación de las fantasías propiamente dichas, sino el proceso de tormento y dudas, la capacidad de la mente para dibujar situaciones irreales intensificando la desesperación y la angustia.
Fue la chispa que generó la película “Eyes wide shut” (1999). Ambos productos son magistrales, aunque no deben ser comparados. Crean escenarios igual de misteriosos y oscuros, imágenes impactantes y poderosas, difíciles de olvidar.

“Relato soñado” es el deseo.


LA DAMA DE SHALOTT
Alfred Tennyson


Estos poemas, que datan de mediados del s. XIX, suponen un homenaje perfecto a la fascinación por todas las cosas bellas. La Dama de Shalott, melancólico personaje extraído de las leyendas artúricas, es quien inicia el recorrido por el ideario (abstraído y extasiado, abrumado en su contemplación) íntimo y refinado de Alfred Tennyson.
Encantados de acompañar a la dama mientras se desliza por las aguas río abajo, a punto de culminarse su maldición, nos envuelve el ambiente hechizante y mágico de las tierras de Camelot, el mismo que tan bien supo plasmar John William Waterhouse en su cuadro “La Dama de Shalott” (1888), grabado a fuego (níveo, inmaculado, intocable) ya para siempre en nuestras retinas.

“La dama de Shalott” es la admiración.


lunes, 24 de octubre de 2016

Diccionario Sampedro



Se cumplen ya tres años de la irreparable pérdida de José Luis Sampedro (1917-2013), literato, docente, economista y miembro de la Real Academia Española que legó una obra prolija y multidisciplinar en la que su preocupación por el ser humano se aprecia desde una perspectiva múltiple.

Sus herederos han seleccionado una recopilación de textos que definen de forma resumida algunos de los conceptos clave de su obra. Así, un paseo por este “diccionario” sería algo similar a coger al azar sus obras y curiosear entre aquellos fragmentos que otros han subrayado durante su lectura.

Sampedro comprimido
Este volumen encierra las claves principales de la obra del maestro Sampedro, y se presenta bajo una sucesión de 50 términos ordenados alfabéticamente (Agua, Alma, Amistad, Amor, Androginia… y así sucesivamente, hasta llegar al último, Violencia). En cada uno de los apartados, encontramos una selección de citas bibliográficas donde se desarrolla cada uno de los términos en cuestión, de una forma más o menos directa. Los textos proceden tanto de sus novelas como de sus ensayos económicos, charlas y conferencias transcritas, etc.

Así pues, este libro es adecuado para quienes quieran adentrarse de una forma suave en el pensamiento de Sampedro, pero también para sus lectores más incondicionales, puesto que también ellos encontrarán  algunos textos de origen más inaccesible que a lo mejor no conocían. En cualquier caso, es uno de esos libros que conviene tener cerca para poder consultar en un momento dado la opinión de un hombre sabio sobre algún aspecto que nos preocupe o nos interese.

Lucidez y sabiduría
Tal y como se nos indica en este libro, la figura de Sampedro es una de las más respetadas y queridas de la historia reciente de España; y no es para menos. Ha quedado plasmado en su obra y lo transmitía cada vez que hablaba: no sólo se trataba de una persona extremadamente inteligente, formada y muy culta, sino que (y esto es lo que hace que definitivamente brille) era un hombre profundamente bueno. El cariño y la empatía que emanaban de su mirada, son difíciles de explicar con palabras.

Muchos de los términos que aparecen en este “diccionario” se centran en la preocupación de Sampedro por la igualdad, por la importancia de ser quien cada uno realmente es, sin importar las convenciones sociales de cada entorno. Por ejemplo, fue el creador de un término, “Ipsoterapia”, sobre el que merece la pena detenerse: significa ayudar a cada cual a vivir de acuerdo con su ser auténtico y su derecho a realizarse, sin más restricciones que el respeto a los demás.

Sampedro sostenía que los prejuicios y el entorno entorpecían el desarrollo personal de los individuos, y que por eso en muchas ocasiones se complica vivir una vida satisfactoria y plena. También señalaba a las imposiciones morales y religiosas como piedras represoras en el camino de las personas, ya que no sólo entorpecen el progreso, sino también la libre elección de los límites de forma personal por cada individuo, dando por hecho que no se pueden contemplar como aberrantes hechos que existen y se dan en la naturaleza, y que lo que insisten en llamar pecados no es más que la vida misma.

En este sentido, novelas inolvidables como “La vieja sirena” y “El amante lesbiano” son grandes cantos a la libertad individual transgrediendo todos los límites y derribando todas las barreras que la sociedad impone, y viviendo plenamente con el único precepto de no hacer jamás daño a nadie. Leerlos, sin ninguna duda, ayuda a respirar mucho más profundo.

Cuando decimos que “el tiempo es oro”, que es como decir “el dinero es la medida de todas las cosas”, estamos reduciendo todo a lo que da el oro, al dinero, a términos económicos. El tiempo no es oro, el tiempo es vida. Y reducir el tiempo a dinero, es reducir vida a dinero. Equivale a decir “lo que no da el dinero, lo que no vale dinero, no importa, no es vida”, lo cual es un reduccionismo economicista absolutamente aberrante; es confundir una economía de mercado con una sociedad de mercado. Vivimos en una sociedad que da valor a lo que tiene precio en el mercado y no valora lo que no lo tiene.
No soy enemigo del mercado, soy enemigo de que se mercantilice toda la vida humana.
José Luis Sampedro, maestro.

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