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jueves, 8 de marzo de 2018

¡Corre! - Santiago Carabias


Baile del Sol es una editorial muy prolífica, a la que apenas me da tiempo a seguir la pista en cuestión de novedades. Da voz a autores desconocidos o noveles, me gusta especialmente su selección poética pero también he descubierto grandes novelas y rarezas gracias a ellos. Es una editorial perfecta para lectores sin prejuicios, ya que ofrece la posibilidad de conocer voces nuevas por las que otras editoriales no están dispuestas a apostar.

En este caso, la obra que nos ocupa es una novela de género negro de Santiago Carabias (Segovia, 1977), un autor cuyo lugar de origen le ha inspirado para enmarcar la trama con un paisaje agreste de fondo. Carabias ha publicado otras dos obras con bastantes años de diferencia entre ambas, desconozco si se dedica a tiempo completo a la labor de escritura. A mí me ha entretenido bastante esta obra que sin embargo creo que no tiene opciones para mantenerse en las mesas de recomendados, ahora veremos por qué.

El único que pasas un buen rato es el lector
Es poco usual encontrar un título que incorpore signos exclamativos o interrogativos. Sin ellos, en este caso, creo que “¡Corre!” también estaría bien (aunque es cierto que así queda claro que se trata de un imperativo, sin exclamaciones podría pasar por presente y cambiaría el sentido), pero compro la idea, me parece divertida: se sale de lo común. Sí incluyen símbolos exclamativos los títulos de algunos libros de "autoayuda", muy exagerados habitualmente en sus diseños de cubierta, o excepciones de otros ámbitos como el tan popular “¿Quién se ha llevado mi queso?”

Dejando a un lado la información de cubierta, pasamos a dar la vuelta al libro y en el resumen se nos indican los ingredientes que le dan forma a la trama: un pueblo dormitorio cercano a la sierra, inquinas entre vecinos, calles solitarias, un perro, un crimen. Pero hay más: dos guardias civiles incompetentes y la promesa de un buen rato de lectura con esta frase definitiva con la que me he partido de risa: “Entre el fugitivo,  que no es precisamente Robinson Crusoe; y los perseguidores, que de sabuesos tienen como mucho las ojeras y el parecido a una salchicha, se desarrolla una historia en la que el único que pasa un buen rato es el lector.”

Honesto y divertido
“¡Corre!” es una novela sin grandes pretensiones. Está escrita de una forma muy fluida, la redacción es muy correcta, todo en ella incita a la lectura rápida. Tiene un comienzo brutal, el asesinato de un pato a sangre fría con todo lujo de detalles (no destripo nada que no suceda en la primera página). Lo que sigue no es mucho más amable, las escenas violentas o de incómoda supervivencia a la intemperie están descritas con detalle. En ese sentido se puede decir que el hilo argumental gira en torno a lo cutre, a los bajos fondos, a explorar el lodo atascado en los recovecos más oscuros del alma humana. Los del alma de un psicópata, en este caso, pero también de quienes se ven envueltos en los acontecimientos y tampoco están libres de maldad e instintos turbios.

Ya digo que a Defoe se le fue de las manos completamente lo de los animales domesticados; pero lo de la película “Naúfrago”, con Tom Hanks al frente, ya sí que es de capítulo aparte. No digo que el gordo Hanks, que empieza siendo un zote para la pesca, la caza y la supervivencia en general, no espabile a fuerza de hambre, y aprenda en unos años a buscarse el sustento; pero es que no se conforma con eso y termina haciéndose una barca con vela abatible, se mete dentista y si hubiera estado un par de meses más en la isla, habría terminado haciendo la declaración de la renta a las iguanas.

Entre Ávila y Segovia
La acción transcurre en zonas de la sierra, en un pueblo dormitorio con poca actividad y un bosque cercano. Este marco enlaza con la austeridad y los colores terrosos con los que imaginamos también a los protagonistas. La dureza del día a día del fugitivo recuerda ligeramente en la sensación de agobio a la novela “Hambre” de Knut Hamsun. Por su parte, el criminal es torpe y básico, pero no tiene mucho más interés. Pero los dos guardias civiles parecen salidos de una película de Pajares y Esteso.

Por un lado, es divertido que sean tan torpes incluso aunque sepamos que esos casos a veces se dan en la realidad entre las fuerzas y cuerpos, etc. Pero, por otro lado, aunque exista incompetencia entre los guardias, es difícil que a un agente que está siendo vigilado por prácticas sospechosas le permitan llevar a cabo una investigación por su cuenta sin detenerle, tampoco es creíble que él solo tome las riendas de una investigación para la que no ha sido designado sin ni siquiera tener recursos para ello, en este sentido se pierde el hilo de la trama, porque resulta muy increíble.

Tampoco es verosímil que ambos guardias averigüen datos clave por ciencia infusa, así como la sucesión de los últimos acontecimientos que dan lugar a un final rocambolesco. Es un corre que te pillo campo a través: ¿divertido para pasar un rato de lectura?, sí, lo es y mucho: pero se hace inverosímil y esto a la fuerza le resta calidad al conjunto.

Hay un paralelismo interesante que he extraído de la lectura, y es el siguiente: el del criminal encerrado en una celda VS el trabajador esclavizado por el sistema que se cree libre pero no puede escapar a su hipoteca, a su trabajo, etc.: falsa sensación de libertad en la que en realidad estamos todos atrapados.

Una lectura entretenida, en fin, que con más tiempo y el respaldo de una buena documentación periodística podría haber brillado mucho más. La recomiendo si quieren pasar un buen rato disfrutando de las irreverencias de los guardias civiles y de unas soluciones argumentales caídas del cielo. Engancha desde el principio y la redacción es muy fluida. Aunque se trata de un thriller tiene momentos de humor y se hace muy entretenido.

martes, 6 de febrero de 2018

Un libro de mártires americanos - Joyce Carol Oates


Esta novela es un descenso a los infiernos. Un viaje a la América profunda donde le pondremos cara al horror y se pondrá a prueba nuestra ética y nuestra resistencia a la violencia más pura y gratuita. Es una lectura de la que no se sale siendo la misma persona: aprenderemos que las contradicciones forman parte de la realidad y que convivimos con ellas, pero no siempre somos conscientes de que están ahí, así como tampoco nos damos cuenta del alcance de nuestras propias convicciones.

Es muy factible terminar esta lectura con unas décimas de fiebre, como sucede con los libros de Nick Cave. Joyce Carol Oates, quien ya nos había deleitado con otras narraciones sórdidas, en esta obra investiga a fondo dos temas controvertidos, complejos y terribles como son el asesinato y el aborto. Puede que tengamos nuestra opinión al respecto pero pocas veces nos habremos parado a pensar durante tanto tiempo y tan a fondo cada asunto como lo haremos leyendo este libro.

Novela río o cuántas páginas dura una vida
Esta larga novela comienza con el desenlace de una tensión que va creciendo entre los trabajadores de una clínica abortista y los manifestantes católicos que pretenden que el centro cierre sus puertas. Tenemos ampliamente expuestas las perspectivas de ambos bandos y resulta inevitable que las preguntas se amontonen y se den codazos entre ellas, independientemente de que ya tengamos una opinión previa y firme al respecto. ¿Es una mujer dueña de su cuerpo? ¿Puede un hombre imponer su opinión sobre un asunto del que jamás será víctima? Los que dicen oír la voz de un dios que les indica el camino a seguir, ¿deberían seguir un tratamiento psiquiátrico? ¿Matar en nombre de la vida… tiene algún sentido?

| Científicos ateos afirmaban que Dios no nos había creado y que, en realidad, los seres humanos descendíamos de los simios. El reverendo Dilts nos dijo con gran vehemencia que se trataba de ideas ridículas sin base en las Escrituras.

Pero hay más. ¿Un feto no deseado es una persona que merece nacer por encima de todo? ¿Incluso aunque la madre haya sido violada, incluso aunque el nacimiento suponga un perjuicio irreparable para la salud física o psicológica de la madre? Más de la mitad de los abortos que se dan a diario en el mundo no tienen garantías higiénicas y sanitarias, y por ello muchas mujeres mueren o sufren de maneras que podrían evitarse, ¿no debería la sociedad avanzar en ese sentido e invertir en políticas que aseguren el bienestar de las ciudadanas? Estas preguntas podrían continuar hasta el infinito.

Existe un acontecimiento inicial, detonante de todo el devenir de la novela, que no quiero destripar para evitar que pierdan interés los posibles lectores: pero sí es necesario aclarar que ese hecho marca irremediablemente el devenir de dos familias que de una u otra manera se quedan estigmatizadas, ya que a partir de ese momento sus vidas se truncan, todo gira de forma inesperada y todo lo que suceda en ellas tendrá la sombra (permanente e imborrable) de la tragedia.

| Siempre existe una tendencia a no ver lo que tus ojos están viendo cuando lo que ves es terrible.

Durante 800 páginas se sigue la evolución de ambas familias y, en el largo proceso para esclarecer los hechos iniciales, surgen asuntos en los que Oates explora sus capacidades para dibujar psicologías maltrechas y también nos enfrenta a la cruda realidad de las contradicciones humanas. Por ejemplo, las de quienes matan para proteger la vida, o las de los católicos que hacen una excepción temporal en sus convicciones cuando el aborto afecta a su círculo más inmediato: la doble moral.

| Aunque estaba casado y era feliz en mi matrimonio y con mis queridos hijos, y aunque estaba decidido a ser ministro de la Iglesia de San Pablo Misionero, me iba de putas con frecuencia en la ciudad de Toledo cuando la debilidad me dominaba.

Calzar otros zapatos entre las líneas
Creo firmemente que la literatura es un vehículo perfecto para ejercitar la empatía, y vivir de alguna manera situaciones que de otro modo jamás se nos pondrían tan a nuestro alcance. Cuando nos enfrentamos a temas tan controvertidos como los que ha seleccionado Oates en esta novela, es fácil tener un primer instinto arrogante y pensar que ya habíamos decidido cuál era nuestra postura personal al respecto.

Precisamente, el logro de la autora en este caso es que ella no se posiciona de forma clara, sino que continuamente está aportando datos y hechos en ambas direcciones, dibujando cada vez más detalles de cada uno de los personajes y de los acontecimientos que se van sucediendo, y así forzar al lector a que explore a fondo sus propias convicciones de una manera visceralmente humana, en el sentido de que no escatima en detalles morbosos, violentos, dolorosos y sangrientos. Con frecuencia me descubría leyendo un pasaje con una mueca de dolor o apretando las mandíbulas sin ser consciente.

| Ya estamos en guerra con el enemigo ateo, hijo mío. Esa guerra no ha hecho más que empezar, pero los enterraremos.

La trama se desarrolla a finales de los años 90 en la ciudad de Ohio. Todos los hechos que se narran son perfectamente realistas, por desgracia, y a día de hoy la sociedad sigue demostrando ser incapaz de madurar tanto como para dejar de enfrentarse unos con otros hasta la muerte, siguiendo las pautas de una ideología del odio que día tras día nos intenta convencer de que el belicismo es inherente al ser humano.

| Éramos niños maleados por el sufrimiento. Éramos niños con corazón de manzana silvestre marchita y sonrisa de calavera. Harías bien, si eras un niño bueno, en apartarte de nuestro camino.

En ningún momento se plantea Oates ser clemente, evita los filtros y las descripciones difuminadas. Va al grano y se regodea también investigando una vez más alguna de sus obsesiones, como el boxeo, algo que deja para el final y que poco a poco cobra más importancia. También hay lugar para los juicios eternos, injustos y parciales, el sistema de justicia estadounidense observado con lupa. En cuanto a la pena de muerte, es un tema que protagoniza algunas de las escenas más retorcidas y monstruosas de todo el libro, es imposible salir de ellas sin que el estómago haya dado un vuelco. Hasta qué punto se puede devolver a otro en la misma medida el mal que ha infligido, o hasta qué punto unos delitos graves pueden llegar a provocar que el individuo que los cometa sea expulsado ya no de la sociedad (algo así como ser desterrado) sino del mundo, a través de la muerte.

Esta novela avanza a golpe de oleaje, agotando momentos que dan lugar a otros y así sucesivamente, siguiendo un orden cronológico. De esta manera, el pasado queda cada vez más lejos y quienes eran protagonistas en la primera parte, al final habrán cambiado los papeles con algunos que eran personajes secundarios al principio. Precisamente la evolución de estos últimos es todo un reto literario y está bastante bien solucionado. Lo que sucede al principio de la novela no sólo afecta a las personas directamente implicadas sino a todo su entorno provocando una ola, este efecto está muy bien plasmado y conseguido.

Edward Hopper
En la imagen de la cubierta se muestra a una mujer sentada en el borde de una cama en actitud pensativa. Con los brazos cruzados, sujeta sus antebrazos y apoya los codos sobre las rodillas. Los pies separados sobre el suelo, firmes, y las piernas recias, tensas, dispuestas a levantar el cuerpo y echar a andar una vez que la decisión haya sido tomada. Porque quiero pensar que la mujer se debate intentando decantarse por una solución a algo que le ha sucedido.

Está vestida con un ligero vestido naranja, y a su espalda descansa un hombre que parece dormir boca abajo, la cara completamente hundida en la almohada, vestido tan solo con un short azul. No muestra su rostro ni nos interesa verlo, lo que haya sucedido entre ellos, le afecta a él tan solo tangencialmente. Quien tiene que decidir es ella, es su integridad física y moral la que está en juego.

Laetitia Molenaar es la autora de esta magnífica ilustración, que he detectado muy inspirada en la obra costumbrista de Edward Hopper, a quien de hecho me he encontrado citado en la página 589 de una forma sutil y precisa, como solo podría hacerlo Oates:

| En mi vida en cuarentena habito siempre en una especie de antesala del crepúsculo, como en un cuadro de Hopper, esa luz débil que se desvanece, la gente moviéndose como maniquíes que apenas parecen respirar, la melancólica tosquedad de un mundo del que no hay escapatoria puesto que el mundo es eso.

La cama, la mujer, el hombre que está pero que no participa, la luz proyectada desde un ventanal que pronto cambiará y que recuerda el inexorable paso del tiempo… todo eso puede ser una alegoría de la encrucijada de la mujer ante un embarazo problemático o no deseado. Quiero resaltar el hecho de que el trabajo de cubierta sea tan bueno, y que haya sido capaz de transmitir tanta información e ilustrar tan bien esta gran novela, después de leerla no puedo imaginar un diseño más apropiado.

¿Es éste el libro más apropiado para que lea una mujer que debe tomar una decisión tan importante en este momento de su vida? Rotundamente no. Es una novela cuyo objetivo principal es el entretenimiento, solo que, como toda buena obra literaria, prepara al lector para enfrentarse a encrucijadas inesperadas que le deparará la vida, y le incita a pensar con mucha más profundidad y desde muchos más prismas sobre asuntos que quizá nunca antes se ha planteado de esa manera, como son en este caso el aborto, la pena de muerte y la grandísima repercusión que pueden tener los actos que llevemos a cabo por impulso.

No solo creo que esta novela es muy recomendable, sino que también pienso que resulta válida tanto para creyentes de cualquier credo, como para agnósticos y ateos, ya que todos ellos, como personas adultas, deben tomar conciencia de la realidad antes de que nadie les diga qué está bien y qué está mal, y someterlo a su propio juicio.

viernes, 21 de septiembre de 2012

"Fiesta" - Ernest Hemingway


Lo lógico sería que ningún lector antituaurino lograse disfrutar de la lectura de “Fiesta”, escrito por un defensor de las corridas de toros que viajaba asiduamente a España con el objetivo principal de asistir a estos eventos del demonio.

Y, sin embargo, ¿qué sucede?

Que la magia de la Literatura toma forma en el papel a manos de un escritor, un genio, capaz de conseguir esa proeza.

La novela no sólo engancha desde el principio, a pesar de que el argumento inicial sean las andanzas alcohólicas poco interesantes de un grupo de amigos más o menos bien avenidos, sino que gracias a lo bien escrita que está, mantiene el interés también mientras relata los encierros y corridas, donde además no escatima en detalles relativos a violencia gratuita ni dolor innecesario.

Su prosa es directa, clara, honesta y de ritmo constante: tranquilo pero imparable. Absorbe al lector sin remedio.

A pesar de ser Hemingway abiertamente taurino y de haber escrito “Fiesta” en honor a los buenos momentos que incomprensiblemente le brindó este espectáculo de los horrores, existen detalles en la novela dirigidos a cuestionarse la necesidad de aplicar violencia extrema en estas... ¿fiestas?

Por ejemplo, se hace referencia a la incultura y carencia de raciocinio de la cuadrilla que acompaña a un torero cuando éste, en conversación privada, ha de responder por qué oculta que sabe hablar inglés, y lo hace señalando al grupo, cuyo solo aspecto y maneras delatan que serían incapaces de comprenderlo. Es el retrato silencioso de una grotesca pandilla de brutos.

En otras ocasiones, varios miembros del grupo de amigos analizan los pros y contras de tal derroche de violencia y de la absoluta carencia de piedad y humanidad que demuestran los salvajes en los encierros. 

La conclusión del lector es que existen personas deshumanizadas que disfrutan con el sufrimiento ajeno.

Y mientras tanto, la magia de la Literatura sigue danzando alrededor de las frases perfectas del genio de Illinois. El hechizo perdura exactamente hasta el punto final.

No hay razón para que la oscuridad haga ver las cosas distintas de cómo se ven cuando la luz está encendida.”

Dejando a un lado la polémica entre seres civilizados y sin civilizar, en esta fabulosa novela Hemingway transporta al lector a su bohemia de los años 20, tan literarios y cinematográficos que desde aquí soñamos perfectos.

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