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domingo, 12 de junio de 2016

Gatos ilustres - Doris Lessing


Con los gatos no suele haber término medio: o se les ama, o no se es capaz de empatizar con ellos. Este es un libro para quienes disfrutan abandonándose en su contemplación, aprecian su compañía y celebran cada encuentro inesperado con alguno de su especie. También, quizá, para aquellos curiosos interesados en pasear durante unas horas por su inaprensible mundo. En cualquier caso, su lectura es una gozada.

Se trata de un libro sincero y generoso que no oculta la parte más salvaje y descarnada del mundo animal, pero que tampoco se regodea en ella: cuenta tanto el lado más amable como el más brutal centrándose en las vidas y anécdotas de los muchos gatos que acompañaron a la escritora desde su infancia: un amago de biografía que se centra exclusivamente en ellos, desde su punto de vista siempre vigilante y casi a ras de suelo.

Este libro se publicó por primera vez en 1967, en Londres, bajo el título “Particularly Cats”. Quizá no sea el más popular de todos los que conforman la extensa bibliografía de Doris Lessing, pero sí es una rareza muy apreciada por lectores exquisitos.


No pretende ser bonito y no lo es, no se regodea en el lirismo. Precisamente por eso me ha parecido un buen libro: es honesto, en absoluto pretencioso. Los humanos aparecen tan en segundo plano que pasan a ser casi anecdóticos, Lessing no trató de reconstruir su propia biografía a través de los gatos que la conformaron desde que nació.

A pesar de ser un libro de hace casi medio siglo, es posible que muchos lectores no lo conozcan (ni siquiera los más gateros), y su título puede inducir a confusión: en un primer instante se puede pensar que se trate de un ensayito que recorra la Historia de la Literatura a través de los gatos más destacados, pero no. Solamente se hace una mención a “La gata” de Colette en un momento dado.

En España, este libro se publicó en 1986, a cargo de la editorial Laia, en una edición de la que apenas quedan un puñado de ejemplares en librerías de segunda mano. Así pues, esta ocasión es perfecta para hacerse con él y disfrutar además de las ilustraciones de Joana Santamans, lo convierten definitivamente en una edición magnífica: la mezcla de rotulador y acuarela da lugar a unos gatos que transmiten toda la energía y majestuosa presencia que los caracteriza.


martes, 12 de noviembre de 2013

"El juego de las nubes" - J. W. Goethe


Este libro es sólo una curiosidad, una rareza: ni es el mejor libro de Goethe ni nadie ha dicho que lo sea, no nos llevemos a engaño. Es tan solo que resulta llamativo descubrir hasta qué punto le apasionaban los fenómenos atmosféricos a este grandísimo escritor, que incluso escribía en un diario las variaciones que observaba cada día en el cielo.

Ilustración de Goethe
Pertenece a la colección de libros ilustrados de la editorial Nórdica, y por tanto incluye algunas imágenes: unas pocas, bocetos muy sencillos, fueron realizadas por el propio Goethe, han sido extraídas de las páginas de sus cuadernos de anotaciones y fueron realizadas entre 1816 y 1820.

El resto de imágenes (o la mayoría) son de Fernando Vicente. Representan cielos cubiertos iluminados con la luz característica de determinados momentos del día y todas incluyen personajes ataviados con trajes de la época, que sitúan la obra en su tiempo y a la vez evocan la lírica de los textos de Goethe.

Ilustración de Fernando Vicente
Puede parecer que la observación de los sucesos atmosféricos era un entretenimiento lírico y relajado pero va mucho más allá, puesto que Goethe se interesaba tanto por estos asuntos que llegó a investigar leyendo los libros de especialistas de aquella época, y esto se aprecia en el segundo apartado de este libro, titulado "Ensayo de meteorología": cita sus lecturas y denomina a cada tipo de nube por su nombre exacto.

Uno de los grandes aciertos de este libro es la imagen seleccionada para la cubierta: el hecho de jugar con una nube en forma de calavera (objeto que nunca se cita en el libro) demuestra el conocimiento del dibujante sobre la obra de Goethe, ya que una imagen tan lírica y tenebrosa al mismo tiempo es absolutamente perfecta para ilustrar la obra del autor de "Faustoª.

jueves, 12 de septiembre de 2013

"A contrapelo" - Joris-Karl Huysmans


La decadencia está prohibida en tu mente.
HdS

Joris-Karl Huysmans es el pseudónimo del francés Charles Marie Georges Huysmans (1848-1907), funcionario del gobierno francés y crítico de arte además de ser el escritor que dio forma al movimiento decadentista de finales del siglo XIX. En esta magnífica novela, Huysmans se desdobla y da voz al excéntrico personaje Des Esseintes, que según todo apunta estaría basado en sus mismos gustos y convicciones personales.

En una novela sin apenas argumento, la brillantez de los personajes debe bastar para que tenga éxito y no se pierda en el olvido: en este caso un solo personaje consigue captar toda la atención del lector, puesto que su espíritu inconformista y rebelde, al igual que sus convicciones acerca de la sociedad en la que se ha visto obligado a vivir son tan novedosas para su época y están tan bellamente expuestas por Huysmans que hacen de la lectura de esta novela un auténtico placer para los sentidos.

El caso de Des Esseintes parte de la eterna frustración del hombre sensible y culto, que no encuentra semejanzas con el resto de individuos de su alrededor y busca consuelo en las supuestas bondades de épocas pasadas, a pesar de no haberlas vivido en persona.

(...) cuando un hombre de talento se ve obligado a vivir en una época prosaica y estúpida, el artista, incluso sin darse cuenta de ello, se siente atraído y obsesionado por la nostalgia de otras épocas. (...) Evoca recuerdos  de seres y de cosas que no ha conocido personalmente, y llega un momento en el que se evade violentamente  de la cárcel de su siglo y vaga, con toda libertad, por otra época con la cual, como última ilusión, le parece que hubiera encontrado una mayor armonía.

Pero Des Esseintes no es ningún artista, su relación con el arte se basa en consumirlo, no en producirlo. El sentimiento de irrealidad o de no pertenencia lo mitiga buscando su propio reflejo en autores con las mismas inclinaciones, cuyas obras le producen un placer solitario pero intenso y suficiente para calmarse. Si bien esta novela es un recorrido acerca de sus gustos más o menos extraños, la mayoría de los capítulos se centran en cuestiones literarias, haciendo del libro un auténtico ensayo que recorre una buena parte de las mejores obras de la literatura, desde los clásicos latinos a las obras contemporáneas francesas. Los autores en los que encuentra mayor reflejo en ese sentimiento de orfandad con respecto a la época en la que vive son Flaubert, Goncourt, Zola y Baudelaire, siendo el último a quien recurre más a menudo en busca de sosiego, como si de una droga de tinta y magia se tratase.

-¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué pocos libros existen que merezcan la pena de volver a ser leídos! -suspiró Des Esseintes, mientras miraba a su criado que bajaba del escabel donde había estado encaramado y que se apartaba para permitirle abarcar de un vistazo todas las estanterías.

Uno de los pasajes donde se puede observar al Des Esseintes más caprichoso es en el que ordena cubrir de oro y piedras preciosas el caparazón de una tortuga viva, con el fin de conseguir un equilibrio armónico a una alfombra con cuyas tonalidades no termina de sentirse satisfecho. Precisamente el decadentismo se caracteriza por encontrar la belleza al invertir las normas de lo convencional, rompiendo con las costumbres del naturalismo imperantes hasta el momento.

Qué lejos estoy del suelo
donde he nacido.
Inmensa nostalgia invade mi pensamiento.

Por lo demás, Des Esseintes no es más que un hombre caprichoso e insatisfecho que vive de forma acomodada gracias a la herencia familiar. Al no encontrar entretenimiento ni siquiera en los círculos más eruditos del París de su época, decide adquirir una mansión alejada en lo posible de la civilización, durmiendo de día y viviendo de noche, tan solo con la presencia callada y tranquila de sus fieles sirvientes.

(...) Des Esseintes conservó los dos viejos criados que habían cuidado de su madre. (...) Como la mujer debía pasar a veces por delante de la casa para dirigirse a un cobertizo donde se encontraba la leña, quiso que su sombra no le molestara al atravesar ante los cristales de sus ventanas, por eso mandó confeccionarle un vestido en falla flamenca, con cofia blanca y una amplia capucha negra, como llevan todavía en Gante las beguinas. La sombra de esta cofia pasando ante él, en el atardecer, le producía una impresión de algo monacal y le hacía recordar esos pueblos silenciosos y devotos, esos barrios recónditos, aislados y escondidos en algún rincón de una activa y bulliciosa ciudad.

Como curiosidad, "A contrapelo" es la novela que en "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde, Lord Henry Wotton entrega a Dorian Gray llevándolo a su total perdición.

Además de ser una novela importantísima que influyó en escritores coetáneos y posteriores, se trata del recorrido extasiado de un amante del arte, sutil y refinado, escrito con mucho cuidado y precisión, uno de esos libros que te llevan a otros muchos libros.

Y al verme tan solo y triste
cual hoja al viento
quisiera llorar, quisiera morir
como Kurt Cobain de sentimiento.

Existe alguna razón por la que Huysmans no dejó terminar sus días en apacible y contemplativo sosiego a su personaje Des Esseintes, introduciendo ya al final de la novela un acontecimiento que impone obligado fin a su vida tal y como la había configurado hasta el momento.

Joris-Karl Huysmans

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