Este libro es sólo una curiosidad, una rareza: ni es el mejor libro de Goethe ni nadie ha dicho que lo sea, no nos llevemos a engaño. Es tan solo que resulta llamativo descubrir hasta qué punto le apasionaban los fenómenos atmosféricos a este grandísimo escritor, que incluso escribía en un diario las variaciones que observaba cada día en el cielo.
Ilustración de Goethe |
El resto de imágenes (o la mayoría) son de Fernando Vicente. Representan cielos cubiertos iluminados con la luz característica de determinados momentos del día y todas incluyen personajes ataviados con trajes de la época, que sitúan la obra en su tiempo y a la vez evocan la lírica de los textos de Goethe.
Ilustración de Fernando Vicente |
Uno de los grandes aciertos de este libro es la imagen seleccionada para la cubierta: el hecho de jugar con una nube en forma de calavera (objeto que nunca se cita en el libro) demuestra el conocimiento del dibujante sobre la obra de Goethe, ya que una imagen tan lírica y tenebrosa al mismo tiempo es absolutamente perfecta para ilustrar la obra del autor de "Faustoª.
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