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miércoles, 16 de enero de 2019

"Historia de una mujer plantada" - La Shatunga


Acaba de salir a la venta la “Historia de una mujer plantada”, escrito por La Shatunga.

¿Queréis saber más?

Pues no mováis vuestro culamen del sofá-silla-sillón /barra/ cama resacosa, ¡y seguid viendo el vídeo!

Con esa frase introduce Carmen, conocida como La Shatunga en YouTube, las anécdotas que cuenta en los vídeos de su canal los domingos por la mañana.

Se trata de un canal de humor sin pretensiones, en el que el protagonismo recae sobre las anécdotas absurdas y descabelladas que le pasan a nuestra autora. Es una de esas personas a las que siempre le pasan las cosas, que sabe cómo empieza su día pero nunca cómo va a acabar. Que vive aventuras porque nunca le da la espalda a una ocasión para hacer alguna locura, es decir, que vive la vida porque deja que le pasen cosas.

Su encanto reside en su particular forma de expresarse, alterando las palabras para conseguir que suenen divertidas. También en el hecho de que ella misma se ríe de las situaciones más absurdas y contagia esa alegría con actitud de “por qué no” y “qué más da”, y sobre todo “hemos venido a pasarlo bien, que son dos tardes”.

Aunque en su canal se pueden encontrar vídeos con tutoriales de maquillaje o recomendaciones de productos de cosmética, creo que no son más que excusas para darle forma al mismo y participar de la comunidad de YouTube, donde aporta un soplo de aire fresco y diversión, con humor blanco con cero cantidad de vanidad.

¿A qué viene este libro entonces, es otro libro más de una youtuber? Bueno, en parte sí, para qué lo vamos a negar. Carmen no es escritora y sus anécdotas en este libro son casi una transcripción de lo mismo que te diría hablando.
¿Y...?
Insisto, se trata de un producto sin pretensiones, yo no diría que esto es literatura sino simple entretenimiento en forma de libro. Ojo, mi intención no es menospreciarlo, es describirlo lo más exactamente posible para que nadie se llame a engaño. No es el tipo de libro que consumo, pero fue una grata excepción que me amenizó un viaje en tren el otro día (se lee rapidísimo), me hizo reír y he visto bastantes vídeos de La Shatunga, que me parece buena tía y me cae bien, por eso lo recomiendo, sin más.

Resulta que, durante estos últimos años, cuando iba contando más y más anécdotas en YouTube, le empezaron a preguntar cada vez de forma más insistente si es que no tenía anécdotas de citas amorosas: su ejército de seguidoras quería saber qué pasaba con La Shatunga en esas situaciones, ¿se convertía en una persona seria y aburrida? En absoluto: ella respondía que tenía mil anécdotas de ese tipo pero que se reservaba para el día en que escribiera el libro que se titularía "Historia de una mujer plantada", como así fue, porque a ella le habían dado plantón sus ligues y parejas de las formas más rocambolescas que se pudiera imaginar, y que el día que todo aquello saliera a la luz el libro sería un exitazo.

Hace unos meses, llegó ese día, en el que la editorial Planeta le escribió un e-mail proponiendo que escribiera un libro porque se lo querían publicar. Y aquí lo tenemos.

¿Qué le pasa a La Shatunga en el amor? Que está enamorada de la idea del amor y busca desesperada a alguien que le dé forma, que se ha tragado el mito del amor romántico y se le ha hecho bola. Es una de esas personas que buscan una relación seria en una aplicación de ligar, y que no van de farol. En este sentido, es mejor tomarse este libro como puro entretenimiento sin más, porque si nos paramos a analizar cualquiera de las historias que lo componen, en realidad nos daremos cuenta de que se trata de historias muy tristes, de una mujer que siente la necesidad de completarse con una pareja masculina, o que no se siente reforzada y segura sin una presencia parejil a su lado. No sé. Ella misma admite haber hecho cosas muy absurdas “por amor” (arrastrarse nunca es amor) y en el prólogo avisa de que esas historias, narradas en orden cronológico, son también una prueba del paso del tiempo y de su madurez a lo largo del mismo: pero esas excusas no me convencen.

"A los dos minutos salí de casa con la excusa de que no había comprado leche sin lactosa y no volví nunca más. 
Puede que tras leer esto os alegréis por mí, porque por una vez no me han plantado, no me han dejado esperando durante horas como una tonta esperanzosa, no me han engañado con otra o directamente no han pasado de mí como de la mierda, pero no os confundáis. En realidad, yo no le dejé, Carmen no le dejó, en todo caso quien le dejó fue una tal Eva Nasarre con ojos negros, porque esa era la persona con la que él quería vivir, con la que él quería salir a practicar sus mierda de excursiones deportivas, a la que quería lavar el pelo con sus pociones mágicas y a la que quería presentar a su madre. 
Yo no existía. Yo simplemente había pasado a ser un óvulo fértil en su fantasía.

Creo que Carmen también tenía una idea muy clara en la cabeza, y que a cada chico que conocía le intentaba meter en el molde para localizar qué parte le apretaba o de dónde le quedaba flojo. Y supongo que cada uno tiene su forma de elegir compañía y sabe qué le conviene, pero echo en falta ese dejarse llevar que considero tan necesario. Ella exigía “unos mínimos” que pasaban por una apariencia física muy concreta y unos gustos musicales también muy concretos. Poco más. Y no me parece nada maduro ni fiable: después de leer el libro y ver cómo se desenvuelve en el terreno afectivo, tengo claro que yo no habría querido salir con ella. Su perfil sería uno de esos tan cerrados que entre líneas transmiten que esa persona en realidad está enfadada, y se traduciría en “no quiero pijos ni pedantes ni chonis ni ni ni…”, es decir, un perfil lleno de prejuicios, tabúes o carencias afectivas enquistadas.

Y esto es culpa de esa represión a la que todas estamos sometidas (el femenino también incluye a los tíos: de nada), el control político que supone el sistema monógamo y de la familia clásica y establecida. Solo hay un colectivo muy reducido de personas (se llaman poliamorosos) que viven y se dejan fluir fuera de ese sistema y pueden tener un círculo afectivo compuesto por una persona que les aporte unos valores y cubra unas necesidades, otra persona con otras cosas, y así sucesivamente. Puedes tener, básicamente, una pareja para follar, otra para tener hijos y otra para hablar de Faulkner en pelotas, donde el respeto, la independencia y los cuidados sean la base para que todo funcione. Pero no nos educan en eso. Ya me he vuelto a ir por las ramas. O no.


jueves, 19 de julio de 2018

"Moxie" - Jennifer Mathieu


"Moxie" es una novela feminista para adolescentes, con todas las particularidades de las historias pop norteamericanas pero que, en este caso, sólo se usan como un marco para visualizar la opresión de las mujeres.

La protagonista, Vivian Carter, bien podría ser una de las hermanas Wakefield de “Las gemelas de Sweet Valley”, o Bella de “Crepúsculo”, o cualquiera de tantas y tantas protagonistas femeninas sometidas de las últimas décadas destinadas a un público muy joven... si éstas hubieran sido dotadas de más personalidad y se hubieran resistido a que las absorbiera el sistema, si no hubieran accedido a hacer lo que los demás querían que hicieran.

La acción de "Moxie" se desarrolla en un pequeño pueblo costero del estado de Texas, donde las costumbres parecen inamovibles y de una generación a otra se heredan los tópicos. La jerarquía social en el instituto es tan férrea como siempre vemos en la literatura y en el cine estadounidense (también la realidad es así): sobre un fondo de taquillas metálicas desfilan las animadoras y los deportistas por el centro del pasillo, mientras les observan con una mezcla de desdén y envidia los grupos de chicos y chicas procedentes de familias con nivel adquisitivo más bajo, los y las patitos feos, nerds, queers, darks, racializades, introvertides y un sinfín de casuísticas en las que en mayor o menor medida nos podemos identificar.

“Moxie” aborda la mayoría de terminología y complejidad feminista que cabría esperar para que una novela de este tipo valiera la pena. Cumple con creces. Quizá flojea en algunos momentos, como cuando en la página 40 desperdicia una ocasión de oro para citar a Virginia Woolf, precisamente cuando la protagonista reflexiona sobre la necesidad de disponer de un espacio seguro para crear cosas, y qué pasaría si todas las mujeres compartieran entre ellas esas creaciones. Pero contiene reflexiones muy acertadas en todo momento, mientras asistimos a la evolución de la protagonista, que recorre la senda del feminismo de forma intuitiva desde el inicio, y poco a poco se va fortaleciendo en él de una forma maravillosa.

La manera en que dice la palabra feminista de forma tan relajada, tan natural, me alucina. Claudia asiente con la cabeza y sonríe con educación, pero arquea ligeramente las cejas. He oído a mi madre utilizar la palabra feminista cuando habla con amigas por teléfono. (“En serio, Jane, como feminista, esa película me ha cabreado.”) A las Riot Grrrl les interesaba el feminismo, obviamente, pero hasta este momento en el gimnasio no había pensado en que fueran feministas, sino que pensaba que era un grupo de chicas que molaban mucho y que no estaban dispuestas a aguantar tonterías.

Sin embargo, y mucho más importante, es que a través de todos y cada uno de los veinticinco capítulos se mantiene latente el concepto de sororidad, eso que tanto echo de menos a menudo. La protagonista, Vivvy, siente la necesidad de denunciar de alguna manera todos los abusos de corte machista que se producen en el instituto. No tiene apenas referentes (sólo nociones sobre el pasado rebelde de su madre y algunos grupos musicales compuestos por mujeres guerreras) ni sabe qué medios tiene a su alcance para denunciar lo que considera injusto, pero consigue canalizar esa rabia de una manera creativa e inteligente que ayudará a muchas chicas. Crea un fanzine anónimo que reparte por los baños de chicas del instituto llamando a la acción con pequeños gestos. Rápidamente comprueba cómo se unen a este movimiento muchas chicas, tanto de su entorno como de otros grupos, y también algunos chicos sensibles que no son como la mayoría.


En este sentido, es encomiable la sensibilidad de la autora para plasmar esa hermandad entre mujeres a la que me refería: sin dejar a un lado la superficialidad de la adolescencia, hace crecer a sus personajes por el camino correcto. De forma instintiva, recrean un entorno de feminismo interseccional que da cabida a todas las mujeres sin excepción. Es precioso ver cómo se suman al movimiento “moxie”, a través de diferentes sucesos, chicas de todo tipo: negras y blancas, ricas y pobres, queer y hetero, empollonas y pasotas, etc.


A lo largo del marco de una ventana diminuta junto a la cama de Lucy hay una fila de Post-its amarillos. En cada uno hay una palabra y juntas forman una frase en vertical: EL SILENCIO NO TE PROTEGERÁ. Cuando Lucy ve que lo estoy mirando, me dice que es una cita de un poema de Audre Lorde.


También, a través del chico de quien se enamora Vivvy, tenemos reflejada la complejidad de la figura del muchacho sensible, aliado feminista, cuya educación inevitablemente patriarcal produce a veces roces con las chicas “moxie” que, en lugar de apartarle como un apestado, se toman la molestia de ponerle las gafas moradas y explicarle que la empatía total es más difícil cuando no se ha sufrido la opresión machista en la propia piel. De esta forma, se liman las asperezas y se mantiene al muchacho del lado correcto del movimiento:


Me siento frustrada con él pero también conmigo misma por no ser capaz de encontrar las palabras para explicárselo. Estoy totalmente segura de que no lo hace a propósito, pero Seth es un chico y nunca podrá saber lo que se siente al caminar por el pasillo y saber que te están juzgando por el tamaño de tu culo, o por lo grandes que tienes las tetas. Nunca entenderá lo que se siente al cuestionar ciertas decisiones y tener que pensarte dos veces la ropa que te pones, cómo te sientas o caminas o estás de pie por si no llamas la atención de manera adecuada, o peor aún, por si llamas la atención de manera equivocada. Él nunca sabrá el miedo que da y lo mal que te hace sentir la sensación de que perteneces a algún Monstruo que ha decidido que puede cogerte y tocarte y clasificarte cuando y como quiera.


En el instituto los ataques machistas comienzan con comentarios denigrantes y frases que incitan al odio hacia las mujeres, impresas en las camisetas de los alumnos varones más salvajes. Los profesores lo dejan pasar como una chiquillada sin llamar la atención sobre el asunto ni percatarse de su gravedad. Poco después, se pone de moda una técnica de violencia que consiste en acosar físicamente a las chicas por los pasillos con tocamientos rápidos que los acosadores hacen pasar por no intencionados. Da miedo de verdad porque para ellos es solo un juego, ni siquiera creen que están haciendo algo mal, siguen entendiéndose a sí mismos como buenos chicos, solo quizá un poco más gamberros que el resto. Socialmente y a diario se aceptan también muchos de estos repugnantes gestos, sin valorar que son un delito en sí mismos, y el primer paso para que todo acabe en el cementerio.

Ellas cada vez están más asustadas e indignadas. La medida del instituto, sin embargo, es restringir la vestimenta de las mujeres (sacan de clase aleatoriamente a chicas vestidas con camisetas de tirantes, por ejemplo, o a las que se han desarrollado más rápido que las demás, y les obligan a pasar el resto de la jornada "tapadas" con camisetas gigantes de deporte), denigrándolas hasta el punto de convertir a las víctimas en culpables, haciendo que ellas crean que les provocan, y dando alas a los alumnos machistas para continuar con los ataques.

A partir de aquí la historia continúa cada vez con más chicas, y algunos chicos, sumándose al movimiento feminista (visibilizado en todo momento bajo el término “moxie”), llamando a la acción con reivindicaciones silenciosas pero visibles, hasta llegar a convocar una manifestación pacífica cuando la situación se agrava. Llama la atención que no se diga nada relativo a que las víctimas lo comuniquen en casa, que madres y padres no salgan en defensa del alumnado, y que la falta de apoyo por parte de la dirección del centro no les lleve directamente a denunciar a la policía.

En todo momento se mantiene el tono de perfecta novela juvenil estadounidense (lenguaje, descripción de los diferentes escenarios, costumbres culturales, etc.) y los altibajos en las acciones moxie mantienen viva la emoción de la trama, que en los últimos capítulos se intensifica hasta un final vibrante que mantiene viva la esperanza en las nuevas generaciones, justo lo que yo [no estaba convencida pero] esperaba encontrar en este libro.

Según la OMS, actualmente la violencia contra las mujeres es un problema de salud global de proporciones epidémicas. Mantener una relación de pareja supone un grave riesgo de sufrir agresiones (una de cada tres mujeres mayores de 15 años lo ha sufrido, pero las cifras no recogen la grandísima cantidad de sucesos que no se denuncian); pero basta con poner un pie en la calle para ser objeto de violencia de género, cualquier hombre es susceptible de convertirse en un agresor, no es necesario que pertenezca al entorno de la víctima.

Así que quería saber exactamente qué puede encontrar una persona adolescente en la literatura feminista actual, qué se puede encontrar en las mesas de novedades ahora mismo, porque necesitaba algo a lo que aferrarme para mantener la esperanza en generaciones más jóvenes que la mía. Quería comprobar que todos los esfuerzos no están siendo en vano y que este repunte terrorífico de violencia machista al que asisto a diario, no es más que una última descarga inhumana antes de extinguirse para siempre y de una vez por todas.

―Amiga, ¿qué harías si mañana mismo desaparecieran de la faz de la Tierra todos los hombres?
―Salir a pasear de noche.


Leía este comentario en redes sociales estos días y no se me va de la cabeza. Ser mujer es eso, vivir con miedo CONSTANTEMENTE. Con casco y cazadora, conduciendo en moto, me han llegado a decir por las calles de Madrid: "¡Bonita, ¿cuánto cobras!?" Pero es diario (también es cierto que en otras ciudades no me pasa a esos niveles y con tanta frecuencia: Madrid da asco). Y eso a pesar de los privilegios que supone ser blanca y cisgénero y poder pagar las facturas a fin de mes. Pero cosificación y denigración constante. Así que en cualquier otro caso no quiero pensarlo porque es que, llorar a diario.

Por eso necesitaba este soplo de aire fresco. Enhorabuena Jennifer Mathieu, ojalá todos los adolescentes, todo el mundo dibujando en sus manos corazones y estrellas, siguiendo esta iniciativa maravillosa de visibilización y reconocimiento moxie que recomiendo efusivamente a jóvenes, formadores y tutores.

Ojo a la dedicatoria, gloriosa.

viernes, 30 de marzo de 2018

"La Torre" - Juan Bermúdez Romero, Kaos


“La torre” es una novela juvenil con tintes de fantasía que ofrece un planteamiento muy llamativo: en un extraño mundo apenas explorado, los protagonistas de esta historia tendrán que arriesgar sus vidas para averiguar si lo que les han contado acerca del lugar en el que viven, es fruto de evidencias científicas o más bien, de elucubraciones místicas. Así pues, observamos desde fuera a un grupo que se nos representa muy pequeñito en comparación con la inmensidad del lugar donde se encuentran (un lugar que en la imaginación se hace más grande aún debido a que no saben prácticamente nada sobre su naturaleza).

Es exactamente una metáfora de los humanos explorando el universo. Contamos con muchos descubrimientos científicos pero, sin duda, no con los suficientes, teniendo en cuenta la ingente cantidad de preguntas que aún quedan por resolver. Además, la sociedad se sigue creyendo a pies juntillas cualquier historieta religiosa que dé sentido a su existencia, aunque se fundamente sobre humo. En ese sentido, “La torre” es una historia muy apropiada para que los lectores más jovencitos comiencen a hacerse preguntas que cuestionen su realidad.

Hay un elemento fundamental en “La torre” y son las ilustraciones de su autor: Kaos es conocido desde hace muchos años en redes sociales por su trabajo como ilustrador, también le apasiona contar historias. Es posible que sus argumentos nazcan a raíz de sus ilustraciones, y no al revés. No sé cómo trabaja pero me gusta imaginar que los personajes que dibuja le sugieren las historias a medida que los va trazando, como si se la susurrasen al oído.


En YouTube hace tutoriales sobre ilustración y vídeos relacionados con este tema, pero también publica a veces otros vídeos con contenido diferente… viajes, reflexiones, vídeos musicales, etc. (tiene un canal alternativo llamado Basurero Katastrófico). Yo le conocí a través de su amiga Terafobia (Ana Cerezuela), una chica con una sensibilidad abrumadora que escribió un poemario pequeñito y delicioso del que también os hablé aquí en su momento.

Siguiendo con “La torre”, lo que más me gusta es que es una historia honesta. He visto que algunas opiniones de internautas exigen más profundidad en la psicología de los personajes o más verosimilitud en la trama. Bueno, en este sentido quizá esta novela no vaya a ganar montones de premios literarios, pero en mi opinión tiene muchas más cosas a favor que en contra. La redacción es muy fluida y mantiene un tono homogéneo de principio a fin que añade consistencia a la obra, y las ilustraciones hacen que visualicemos de una forma mucho más orgánica todo lo que se nos cuenta.

A medida que avanza la trama se descubre un poquito más sobre la naturaleza extraña de la torre, los giros en este sentido son muy ocurrentes y divertidos, y es que la cabeza de Kaos debe ser un pozo sin fondo de personajes, arcos argumentales, magia y ocurrencias donde todo es posible. Recuerdo un proyecto de su canal que me encantó, os lo dejo por aquí enlazado porque no tiene desperdicio (no es algo que haya vuelto a ver por YouTube). Era una de esas historias de “elije tu propia aventura” titulada “La taberna”, al final de cada vídeo hay dos opciones donde debes elegir y se te redirige a otro vídeo… y así sucesivamente.

Sobre “La torre”, casi cualquier cosa que cuente sobre su contenido supondría destripar las sorpresas que contiene. Los primeros capítulos sirven para conocer a los protagonistas, que son totalmente diferentes entre sí, y a través de ellos, el extraño mundo vertical en el que viven. Las referencias que se me ocurren para hacer algún paralelismo con respecto al paisaje, es el cuento popular de las habichuelas mágicas (donde un pequeño héroe trepa por una planta que no para de crecer, teniendo la posibilidad de explorar qué hay más allá de su mundo conocido) y las montañas Hallelujah de Avatar (que a su vez parecen inspiradas en las montañas en forma de pilar que hay en el Parque Nacional Zhangjiajie, en la provincia de Hunan, al sur de China) ó las islas flotantes del videojuego Chrono Trigger.

Creo que es un libro estupendo para el debut de este joven artista, y confío en que le seguirán muchos más. Cualquier adulto puede pasar un ratito estupendo en la compañía de sus poco convencionales personajes, pero parece destinado a un público adolescente que aún no esté preparado para novelas más largas y complejas. En cualquier caso, es una buena opción, ya que además la presentación formal está muy cuidada y eso siempre se agradece. 9 de cada 10 libros que leo contienen errores ortotipográficos, y este está dentro del 10% excepcional, así que vaya también desde aquí mi enhorabuena al equipo editorial.

martes, 1 de marzo de 2016

Beowulf - J.R.R. Tolkien tr.


Beowulf es un poema épico anónimo, una epopeya cuyo origen se sitúa entre los siglos VIII y XII, dependiendo de las fuentes que lo han estudiado. Actualmente, el original se encuentra en la British Library de Londres, en un delicado estado de conservación. Fue escrito originalmente en inglés antiguo, en verso aliterativo (que consiste en la repetición de fonemas al principio de las palabras). La editorial Minotauro lo ha incluido en su lujosa colección “Biblioteca Tolkien”, con una cuidadísima y magnífica edición, que incluye comentarios y otros textos originales de Tolkien, además de varias ilustraciones de su autoría.

J.R.R. Tolkien dedicó su vida a la literatura, y además de crear un mundo nuevo en sus libros, creando toda una mitología inglesa, recuperó escritos antiguos mediante la traducción al inglés moderno. Es el caso del relato medieval “Sir Gawain y el caballero verde”, considerado uno de los mejores textos artúricos ingleses: no solo lo tradujo sino que también se encargó de su edición, y podemos decir que gracias a él tenemos hoy día acceso a esta maravillosa obra, cuya edición prologada por Luis Alberto de Cuenca y con traducción de Francisco Torres Oliver podemos consultar aquí.



Una mirada a la literatura del pasado

Resulta muy enriquecedor detenerse por un instante, echar un vistazo hacia atrás y recuperar las obras antiguas. No podemos pretender haberlo inventado todo en el siglo XXI y resulta cada vez más evidente que existe un palpable desapego por todo lo pretérito, como si no fuera precisamente eso lo que nos conforma y sobre lo que caminamos en el presente.

Además, sin una formación clásica es muy difícil formar adecuadamente nuestro criterio. Como sucede en música, pintura y muchas otras disciplinas, una sólida base educativa resulta esencial para comprender en toda su complejidad el arte contemporáneo.

Esta edición de Beowulf no sólo resulta enriquecedora para conocer a fondo más aspectos acerca de la ingente obra de J.R.R. Tolkien, sino que también nos brinda una ocasión perfecta para acercarnos a la literatura épica que se realizaba hace cientos de años.


No solo para filólogos

En este libro encontramos mucho más que la traducción del poema “Beowulf” realizada por Tolkien. Para empezar, tenemos una introducción minuciosa de su hijo Christopher. Como suele suceder en todas las obras de su padre que se encarga de editar, leer sus explicaciones aporta información, pero resulta un tanto tedioso: no sólo explica detalladamente todo el proceso de escritura original y sus propias recuperaciones o transcripciones posteriores, sino que también se encarga de explicar de qué color era el papel original donde su padre escribió cierto tipo de notas al margen con qué tipo de letra y cambio de color en la tinta a partir de cierno número de verso… regando e l texto de la expresión “mi padre” de forma incansable.

Los amantes del universo Tolkien alaban la tarea de Christopher por acercarnos textos que tras la muerte del genio en 1973, se habrían quedado sin publicar, pero es cierto que sus introducciones y comentarios son exageradamente prolijos en detalles.

En cuanto al texto “Beowulf”, se trata de un poema épico narrativo de tiempo muy lento, que narra las aventuras del héroe que da nombre al poema, con un total de 2763 versos. En la primera parte encontramos a un Beowulf más joven que deberá enfrentarse al gigante Grendel y a su madre, una bruja absolutamente temible a quien también conseguirá vencer. Más adelante, y convertido ya en rey de los gautas, deberá librar al pueblo de la amenaza de un fiero dragón.


Un regalo inesperado

En un primer momento, puede parecer que la presentación formal de este libro aprovecha la fama del creador de los hobbits para vender a sus fans un libro que no escribió él, y que “tan solo” tradujo. Pues bien, tras leer el libro con detenimiento nos damos cuenta de que cualquier amante de la literatura épica clásica, y devoto lector de Tolkien, encontrará aquí buenos ejemplos acerca de la influencia que los textos antiguos tuvieron en la creación de la Tierra Media, ya que Tolkien tomó elementos de aquí y allá y conformó con ellos todo un mundo nuevo que sigue inspirando y asombrando a lectores de todas las edades alrededor del mundo.

Pero no sólo eso. También encontramos dos textos (un cuento y un poema narrativo) escritos por Tolkien en relación a las aventuras de Beowulf: “Sellic Spell” (“Un cuento maravilloso”) y “El Lay de Beowulf”.

También en este regalo final interviene Christopher, añadiendo a los textos originales todo tipo de anotaciones añadidas, como por ejemplo las explicaciones sobre su origen, las diferentes versiones que dieron lugar al texto final y, en el  caso de “Sellic Spell”, donde Tolkien se refiere a Beowulf como “Abejalobo”, también se incluye la traducción de este cuento al inglés antiguo, un esfuerzo que realizó Tolkien para dotar al texto de una expresión norteña que no se apreciaba de igual manera en inglés moderno.

Todo esto nos da una idea del ingente trabajo intelectual y filológico del maestro Tolkien, nos sumerge por unas horas en su mundo y nos sigue dando alas para soñar. Por todo ello, lo recomiendo no solo como lectura de entretenimiento o de verano, sino como libro de cabecera a tener muy en cuenta en la biblioteca Tolkien.

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