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miércoles, 10 de julio de 2019

"Lo que se puede contar" - David González


Hay un espacio en uno de los estantes de mi biblioteca con más de diez libros de David González. Le he leído desde que era una adolescente que apenas empezaba la universidad, he acudido a muchos de sus recitales, a presentaciones de sus libros, nos hemos cruzado e-mails desde 2009, he reseñado sus libros sin descanso*, le he seguido de cerca a través de amigos y conocidos, incluso fui mecenas durante una temporada que habilitó un blog de pago, “Todo lo demás son palabras”. Recordar a David González es para mí, también, recordar una época de mi vida, ya que le conocí a través de una persona que también, y sin querer, me llevó a otras y después pasaron muchas cosas (que llegan al día de hoy). Pero le había perdido la pista en estos últimos años.

Se ha escrito mucho sobre la poesía maldita de David González. Compruebo que sigue siendo el mismo y que su poesía sigue también siendo la misma, no sé si esto me reconforta o me decepciona. Me gustaría explicarme bien. De alguna manera siento que se agotan todas esas anécdotas de vida que nutren su maravillosa poesía de no ficción (como él mismo la define). Y que en este libro sus textos contienen lo que fue, es decir, lo que ya sabemos unido a su día a día en el presente, que es un tanto desolador: la pobreza se empeña en perseguirle de cerca a dentelladas, la relación con su familia sigue siendo un desastre y su vida amorosa es devastadora. Pero crece el número de lectores que reivindican su obra y que le dan voz a través de la radio, en reseñas de blogs literarios, en tesis doctorales en la universidad, también hay un documental sobre su figura, se puede ver aquí:


“Para mí la poesía, y voy a decirlo claramente, es como un sol que sale de noche. La poesía debe iluminar los rincones oscuros del alma.”

Me pregunto si habría preferido encontrarme a un David González reinventándose a sí mismo y explorando nuevas formas de utilizar su talento, que es mucho. Creo que su capacidad de transmitir es algo innato, así como la facultad para denunciar lo injusto. De lo que nadie puede acusarle es de no haber compuesto una obra original, porque personalidad le sobra, a él y a sus libros. Si habéis tenido la oportunidad de escucharle alguna vez en vivo, sabréis de qué hablo.

Reivindicar la poesía de David González en estos tiempos en que la poesía se ahoga, es quitarle un poco del lastre de la pseudo-poesía de la apariencia, de poetas con morritos, de sombreritos de ala estrecha, de juegos de palabras que no son poesía, de frases (que no son versos) impresas en los pasos de cebra de Madrid: la pseudo-poesía de la Generación Encantada que ya señalaba con desencanto David allá por 2015, y que cada vez es más ruidosa y sinvergüenza. La poesía es cuando no tienes miedo, y cuando no tienes miedo dices la verdad: verdad y David González van de la mano.

Si en la tapa del primer volumen de El lenguaje de los puños aparece Joe Louis, el boxeador predilecto de mi abuelo Luis, la idea que tenía pensada, una idea creativa que me hacía muchísima ilusión poder llevarla a cabo, era que en el segundo volumen fuese Cassius Clay, púgil favorito de mi padre, quien diera la cara desde la portada, lugar que ocuparía en el tercero Evander Holyfield, mi campeón, mientras que en el cuarto y último volumen, mis propios puños te machacarían el rostro desde la cubierta. Esta era la idea, sí, pero como con tantas otras cosas en mi vida tengo que joderme y renunciar a ella por razones técnicas y económicas, y juntar los volúmenes 2, 3 y 4 en un solo libro que reúne los artículos críticos, y los poemas que en ellos se mencionan, que se han escrito sobre mi poesía en prensa e internet durante el periodo comprendido entre los años 2001 y 2013. De este modo, los críticos son también, sin ellos saberlo, los antólogos de este tocho de más de quinientas páginas, en una edición limitada a tan solo 78 ejemplares.

“Lo que se puede contar” es una colección de poemas autobiográficos y narrativos, que dejan poco lugar a la imaginación. Se trata de la séptima entrega del ciclo “Los que viven conmigo”. Es lo más cercano a diario personal con forma de poesía que he leído en mucho tiempo, pero este siempre fue el estilo de David. Su poesía es dura y cruda, dolorosa y auténtica, sucia y cruel de tan realista.

Sin embargo, David es alguien que parece escurrírsenos entre los dedos. Lleva mucho tiempo molestándose cada vez que alguien le pide que se cuide y después de tantos años esa maldición no parece ser ninguna broma: no es un artificio para vender, un aura de misterio o una excusa para ir de duro: es real. Mientras escribo esto, leo un artículo on-line de 2016 donde hablaba de un suicidio pasivo, de dejarse morir, de muchas drogas y de problemas con las autoridades: se quejaba de tener pocos lectores a pesar de tener decenas de libros en el mercado y haber sido traducido a varios idiomas.

Su obra está exageradamente dispersa en multitud de editoriales y algunos de sus títulos ya son imposibles o casi imposibles de conseguir. No sé. Tenía una amiga que ironizaba con el hecho de perderle la pista a alguien y encontrarle después de los años “debajo de la misma farola”. Criticaba duramente la falta de ambición, el estancarse, la mediocridad. Y estoy de acuerdo sólo en el sentido de que es cierto que nadie regala nada… pero también lo es que poner toda la energía en una sola cosa que nunca funciona, o no como a ti te gustaría, definitivamente no es una buena opción. Pero es que hay gente que literalmente no sabe cómo hacer, o no puede hacer las cosas de otra manera.

Creo que lo que me ha pasado con este poemario es que he percibido que más allá del mensaje vitalista que siempre transmitía David (y que, de alguna manera, también está aquí), me ha dado la sensación de que son los poemas de alguien que ha tirado la toalla, y por eso me ha dejado descorazonada leerlos. Quizá había olvidado que la poesía de David te rompe literariamente la nariz de un derechazo cada vez que abres alguno de sus libros por cualquier página.

Uno de los recuerdos más bonitos que atesoro es que, en sus e-mails, David siempre se despedía así:

Tu amigo, David González, con un abrazo fuerte y solidario, agradecido.



*Haciendo click sobre la etiqueta “David González” que aparece justamente aquí debajo, se puede acceder directamente a todos los textos sobre David que hay en este blog, desde el año 2008. Ha llovido desde entonces…

Estaré sorteando un ejemplar de este libro en mi perfil de Instagram (@marapsara) hasta el 15 de julio, ¡participa!

lunes, 28 de octubre de 2013

lunes, 4 de junio de 2012

"Magia para lectores" - Kelly Link


Magia para lectores es una recopilación de cuentos que realmente hechiza e ilusiona: historias dentro de otras historias, mundos perfectos que caben dentro de un bolso de mano, experiencias oníricas con tintes mitológicos, príncipes azules que reciben su justo castigo, parajes que sólo son un reflejo, princesas que se alzan majestuosas... bienvenidos a la fantasía.

Quienes han leído estos cuentos comparan la literatura de Kelly Link con la de Neil Gaiman o J.K. Rowling y son comparaciones que me parecen bastante acertadas, sobre todo para que quienes aún no la conozcan puedan hacerse una idea aproximada; no obstante, para mi gusto, especificaría un poco más: es comparable con Gaiman en tanto en cuanto la realidad mágica que trata en los cuentos contiene a veces elementos propios de la mitología, o remiten a ella, pero de una forma simbólica, no tan patente y clara como hace el genial escritor británico; y con respecto a J.K. Rowling, podríamos compararla teniendo en cuenta que los textos tienen fragmentos de literatura juvenil (aunque sin duda son más recomendables para un público ya adulto), y porque se trata igualmente de una magia muy bien llevada a la narración, fluida y siempre coherente. Sin embargo, Kelly Link es mucho más tenebrosa narrando de lo que Rowling alcanza a serlo en Harry Potter, también es más retorcida y menos clara. De hecho, algunos de los cuentos incluidos en Magia para lectores confunden porque giran repetidamente sobre sí mismos, y se alargan a través de más y mas páginas avanzando a un ritmo quizá demasiado lento.

Hay dos cuentos que son gloriosos, los mejores de todo el volumen: se trata de "El bolso de las fadas" y de "Camelia, Azucena, Azucena, Rosa". 
"El bolso de las fadas" es una impresionante historia donde se nos pide que no creamos nada de lo que se nos va a contar. Se trata del caso de un poblado entero que, ante la inminencia de un ataque de asaltadores, decidió trasladarse a un mundo creado dentro de un bolso de mano de color negro, custodiado por una de las habitantes que prefería quedarse fuera. El tiempo transcurre de forma diferente dentro y fuera del bolso, ambos mundos se comunican y hasta aquí voy a contar.
"Camelia, Azucena, Azucena, Rosa" es un cuento que me maravilla por varios motivos: por el tema que trata y por el pulso narrativo y la estructura de los elementos que componen el texto. Es la historia de un hombre que muere y desde el lugar extraño en el que se encuentra intenta rellenar con esfuerzo las enormes lagunas que se han formado en su memoria con respecto a la vida que acaba de abandonar. Todo ello presentado casi como una canción, con estructuras y fragmentos que se van repitiendo de forma periódica, delicada y sutil que de veras encandila (intercala el discurso del muerto reciente con el de un narrador omnisciente, en cursiva, y añade frases que se van repitiendo y preguntas que tienen su propia melodía). "Camelia, Azucena, Azucena, Rosa" es un cuento tétrico, mágico, inclasificable y con una carga simbólica muy fuerte, sin embargo es una de las historias de amor más bonitas que recuerdo haber leído nunca.

Añadiría también el cuento "Viajes con la Reina de las Nieves" porque es un precioso homenaje a la literatura fantástica juvenil y a los primeros cuentos mágicos que escuchamos cuando éramos niños. También, "El fantasma de Louise", un estupendo relato donde aunque varios personajes se llamen igual jamás se pierde el hilo de la narración, y donde Kelly Link juega magistralmente al despiste con el lector.

Por lo visto, éste es el primer libro de Kelly Link publicado en España, aunque en Estados Unidos existen al menos otros dos más. Cuando vi por primera vez este libro en la mesa de novedades de las librerías, hace meses, su título me jugó una mala pasada y pensé que sería uno de esos libros que tanto detesto, que desde el principio buscan la conmiseración del lector aludiendo de forma clara al hecho de leer. Me explico. Ese tipo de libros que sólo buscan enganchar a esas personas que creen que por leer mucho se es un bicho raro único en el mundo, o cuanto menos, una especie en peligro de extinción. Libros que no van más allá, y que casi nunca cuentan realmente nada. Por eso agradezco tanto que me sacaran de mi error. Leerlo ha sido una experiencia preciosa, y volveré sobre él.

Como ya dije por ahí estos días: a partir de ahora, en alerta por si encuentro el bolso de las fadas.

Realmente, magia.

viernes, 30 de marzo de 2012

"No hay tiempo para libros: Nadie a salvo" - David González


David González no necesita presentación: ni prólogos, ni introducciones. Sus poemas son siempre mucho más claros y directos de lo que ningún texto con ese propósito pueda serlo jamás: son directos, crudos, desnudos, feroces, crueles cuando es necesario, tiernos en ocasiones, técnicamente encomiables, limpios. Sinceros.

El poeta asturiano utiliza la poesía como género para expresar su verdad, a través de vivencias y pensamientos. Muchos podrán imitarle pero su estilo fresco y puro es muy difícil de lograr. Ocurre que David tiene una personalidad propia, que resulta obvio que no es sólo fachada: no imita a nadie, no necesita eso para crearse un personaje a través del cual dar una imagen falsa, como le ocurre a muchos otros. Su estilo llega al lector de esa forma tan poderosa precisamente porque es auténtico y puro.

Este poemario analiza los mismos temas que aparecen sin cesar a lo largo de toda la obra poética de David: los mismos temas que han marcado su vida. A saber: la violencia, la calle, las drogas, la cárcel, la pobreza, la humildad y la propia poesía como vía de escape a todo eso.

Por último, hay otra cosa que me hace pensar que este libro es brillante y redondo: al final de cada poema, hay una frase, una cita siempre muy breve, procedente de otros libros y canciones, que de alguna manera continúan el poema al tratar el mismo tema que éste: estas citas nos dan también pistas acerca de las influencias externas del poeta, ofrecen una vuelta más de tuerca a la idea inicial del poema y resultan enormemente enriquecedoras.


el salto

en saltar de un tejado

a otro:

en eso consistía la apuesta:

en saltar de un tejado

a otro:

del tejado podre de una fábrica
de escamas y esqueletos de pez al

tejado impecable del mesón del chino:

era un tejado a dos vertientes:
sobre el caballete, en fila india:
alfonso, el hijo del de la imprenta:
pedro, el de la calle atocha:
rufino, el hermano del rata:
horacio, en el saliente:
y yo: el más pequeño de todos:

era un salto gutural: generacional:
desde una altura considerable además:
suficiente como para romperse la crisma
y dejar la vida contra los cristales de botellas ro
tas:
clavos con tétanos: y astillas de las tablas
que medraban, como la mala hierba,
en los adoquines del callejón que discurría
entre la fábrica y el mesón:
alfonso y pedro se echaron atrás:
dicho de otro modo: les entró la cagalera:

horacio, rufino y yo saltamos:

alfonso tiene mujer y dos hijos:
pedro también: mujer y dos hijos:

horacio saltó del caballete

al caballo

y la palmó de sobredosis hace siglos:
cuando yo apenas empezaba a drogarme:

luego de pegarle el tirón al bolso,
rufino saltó por encima de la anciana,
a la que hizo caer por las escaleras:
el ataúd ya la esperaba abajo: en el portal:

la última vez que coincidí con él,
en la segunda galería de la cárcel provincial,
hace de esto veintitrés, veinticuatro años,
aún estaba pagando por aquella muerte:

lo que trato de explicarte es lo siguiente:

aunque entonces no fuésemos conscientes de ello:
horacio, rufino y yo: los tres que saltamos,
calculamos mal la distancia y nos precipitamos
al vacío:



la caída libre
es caer, pero al menos es libre:
margaret atwood



sal

Musa pone copas
7 días a la semana
en la sal:
desde las 02.00 h
hasta el cierre:
a eso de las 12.00 h:

y no tiene nada:

david escribe poemas
7 días a la semana
en su escritorio:
desde las 06.00 h
hasta el cierre:
a eso de las 21.00 h:

y no tiene nada tampoco:

aparte de deudas:
Musa & david
no tienen nada de nada:

ni casa propia:
ni coche:
ni hijos:
ni tarjetas de crédito:
ni vacaciones:

en realidad:
y esto es lo más jodido:
Musa & david
ni tan siquiera
se tienen ya

el uno

al otro:


¿acaso nos figurábamos hace años que
nos convertiríamos en esto:
djuna barnes

lunes, 17 de enero de 2011

"Guarida de un animal que no existe" - Leopoldo María Panero

Descubro la literatura de un escritor que no había leído nunca pese a conocer su nombre y haberlo asociado siempre a un buen poeta; escucho con asombro su historia (gracias) y leo su “Guarida de un animal que no existe”, donde me sorprenden poemas aparentemente surgidos del más profundo inconsciente, plagados de imágenes tremendas, duras y contundentes.

Esperaré por ti en el ojo del huracán

el Diablo, dios del Trueno y de la Lluvia,

dejará caer su odio.

Muere en la ausencia el ciervo

y su mirada queda vagando

carcomida por los dientes de la página.

La selva, atrapada en el ojo del tigre,

resplandece en la perfecta simetría del poema

–en el tigre de mis ojos

en el labio de la página

adonde llego demasiado tarde.


Me encanta.


Sigo con los "Poemas del manicomio de Mondragón", hay algo a lo largo del libro que sitúa a tus pies en el centro del patio de un manicomio. Éstos son poemas más antiguos, las palabras se enlazan con más coherencia (pero no sé si ésa es la palabra). Igualmente, son poemas realmente oscuros, mente atormentada... Transmite emociones que quiero sentir, destellos en los que me reconozco, sé que seguiré buscando sus libros.



Danza en la nieve

mujer maldita

danza hasta que tus pies

descalzos sangren,

el Sabbath ha empezado

y en las casas tranquilas

de los hombres

hay muchos más

lobos que aquí.

Luego de bailar toca

la nieve: verás que es buena.

y que no quema tus manos

como la hoguera

en que tanta belleza

arderá algún día.

Partiendo de los pies

hasta llegar al sexo

y arrasando los senos

y chamuscando el pelo

con un crujido como de

moscas al estallar en la

vela.


Así arderá tu cuerpo

y del Sabbath quedará

tan sólo una lágrima

y tu aullido.



"...quedará tan sólo una lágrima y tu aullido." ... ¿no es extraordinario?

sábado, 2 de octubre de 2010

En el mostrador de la biblioteca (otra vez).

Si algo me entusiasmaba del regreso a las aulas tras los largos veranos eran los listados de lecturas obligatorias (así como el olor del papel de los libros nuevos, del plástico transparente que los cubría, la expectación ante un cambio tras la monotonía veraniega, el temblor ante un nuevo curso lleno de baches y pruebas que debería superar para salir indemne, las reuniones tras la salida de clase, los juegos, los muchachos...) Por eso, asisto impávida a la conversación que tiene lugar ante el mostrador de la biblioteca de mi barrio:

-Búscame éste -ordena una Señora al bibliotecario-. Después, comenta a su amiga (vecina?, cuñada?, madre compañera de espera a la puerta del colegio?). Es que es una tontería comprarlo. Luego lo leen una vez y ahí se queda muerto de risa.

Me callo. Pero me dan ganas de gritarle.
Señora, no hace falta que mienta, prefiere tomarlo en préstamo y ahorrarse el importe en la librería. No mienta, insisto, es lícito y las bibliotecas están ahí para algo...
Y no se engañe, Señora, los libros no mueren de risa en las estanterías sino que permanecen vivos, latentes, hasta que una mano les da una nueva oportunidad algún día.
Y no se ofenda, Señora, pero los libros que obligan a leer, para bien o para mal, siempre se recuerdan, si su hijo es mínimamente sensible gustará de tenerlos a mano cuando cumpla más años.
Y no se enfade, Señora, pero más le valía a Vd. seguir las recomendaciones de los maestros de sus hijos porque el libro que lleva en la mano, insisto Señora no se enfade -y al igual que a Vd.- más le valía quedarse riéndose en un estante. Y, se me olvidaba. Señora, por dios. Cierre el pico. Esto es una biblioteca.

Cal y arena.

Mi hermana
me da la gran noticia

estoy embarazada,
vas a ser tío

y tras la euforia,
los gritos y los besos

no puedo remediar
recordar que no estás,
darme cuenta de que
no vas a conocerlo,
darme cuenta de que
no podemos
compartir esta noticia
contigo

porque no me vale lo de
desde donde esté, él se alegra.

Sólo siento que te echo de menos.

Aprovecho para darte la noticia
Papá, vas a ser abuelo

y no te preocupes,
ya me encargaré yo
de que se sienta orgulloso
de ser tu nieto.



sábado, 25 de septiembre de 2010

MENTIRAS.

*
Ha buscado durante semanas por las barras de los bares la respuesta. Sin resultado. ÉL es su única esperanza. ÉL le acomodará a SU lado. Allí sí será feliz.

Por eso se coloca junto a la vía del tren y cuando, los ojos cerrados, lo escucha llegar, avanza.

Amarás a Dios sobre todas las cosas.

*
Ha caído de un andamio y su hijo, 14 años 15, los ojos secos, rojos, escucha de labios de una vecina la frase que ya no le ha de abandonar:

-Dios lo quiso para sí.

Ahora

ya tiene

un culpable.

No tomarás el nombre de Dios en vano.

*
6:10 de la mañana. Polígono en las afueras de una pequeña ciudad, la luz de neón y una discoteca. Ocurre tras litros de alcohol por la garganta. Un empujón responde a un roce al pasar, después vienen los insultos. Y al final, el brillo de las navajas resplandece bajo la luz de la luna. El brillo de la sangre.

Ya se escucha,

a lo lejos,

la ambulancia.

Santificarás las fiestas.

*
Nunca tuvo ningún hermano, nunca le faltó calor, cariño, nunca le faltó de nada. Si no tuvo algo más fue porque no lo quiso. Pero mamá y papá desaparecen un día, un accidente, un golpe de volante, un golpe de mala suerte. Un golpe. Contra el cristal. Y una voz en el móvil le transmite entre sollozos la noticia.
-Aquí está -no lo puede evitar pensar, él no lo quiso, no se le debe tener en cuenta.-

Ya

tengo

la herencia.

Honrarás a tu padre y a tu madre.

*
Ha ocurrido un accidente, y se encuentran a muchos metros bajo el mar. Las bombas de oxígeno no están igualadas, pero se pueden compartir. Esperar y cederle tu oxígeno a otro. Escapar y dejar al herido sin aire. (Pero la luz del sol se adivina tan apetecible, allí arriba).
Y escapa.

No matarás.

*
3:00 de la mañana, conduce despacio, hastiado, alargando el momento de llegar al domicilio familiar. Recreándose en el sinsentido que es su vida, en su falta de agallas para acometer con elegancia una nueva. Una sirena de neón le invita a cambiar el rumbo. Esta noche ya se ha gastado mucho dinero en alcohol y es raro, pero aun le queda un poco,

aún

no se ha gastado

el sueldo del mes.

No cometerás actos impuros.

*
Es de día, es una ciudad tranquila, es una calle comercial y está abarrotada de gente. Pero pasa todo tan deprisa, en unos segundos le han roto el corazón, se han llevado su serenidad, le han lastimado el hombro, se han llevado su intimidad, su cuaderno, su dinero y su alegría, para el resto de la tarde. Su pulso a un ritmo normal, su fe en los seres humanos. Y les ha dado igual, todo ha salido bien.

Han conseguido

robarle

el bolso.

No robarás.

*
Ha cometido un error de bulto, un desliz de principiante. Todavía no se explica cómo puede haber pasado, en todo caso ya es demasiado tarde para enmendarlo.

-¿Quién ha dejado esto así, quién lo ha hecho, cielo santo? Nos llevará horas arreglarlo y ha de presentarse urgente, solo tenemos un día. ¿Quién ha sido el inútil? Le voy a...

-Señor, el nuevo. Pero no se preocupe Vd. que

yo,

si quiere,

lo arreglo.

No levantarás falsos testimonios ni mentirás.

*
Sólo pueden ser amigos, pero sólo quieren ser amantes. Y los dos son buenos chicos. Y aún así. Ocurre.

No pueden

dormir

por las noches.

No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

*
Su amiga ha salido a la puerta del bar, solo un minuto, para hablar por teléfono. Y ella se ha quedado sola ante el café. Una pareja a su lado recoge sus cosas, se levantan, salen. Han olvidado, junto a una servilleta, un móvil.

Aún no han terminado de atravesar la puerta y ella ya ha deseado guardarlo en el bolso. La sangre ilumina su rostro, el pulso se le acelera. Pero no sabemos, al final, qué ha hecho.

Qué tontería.

No codiciarás los bienes ajenos.


jueves, 23 de septiembre de 2010

"Todos los caballos del rey" - Michèle Bernstein


"Todos los caballos del rey" es una rareza, una historia encantadora y delicada, muy sutil, sobre una pareja en la Francia de los '50 y su forma de entender el amor y de vivirlo. ¿Por qué no permitimos libertad a nuestras parejas? ¿Por qué no nos la permiten ellas? ¿Por qué nos sentimos tan inseguros siempre? (¿Por qué no hacer en cada momento sólo lo que se desea?)

Hay que entender este relato en el tiempo y lugar en que está escrito, en el ambiente político y cultural y sobre todo en las motivaciones de la autora para escribirla (se explica en el prólogo, buscaba financiación para la Internacional Situacionista). Pero a mí esto no me interesa tanto, hay que tener en cuenta que para bien o para mal, soy una romántica (yo no lo quise, no se me debe tener en cuenta).



(...) Cuando Gilles y yo nos fuimos, ellas seguían tocando, pero Gilles había quedado con Carole para la tarde del día siguiente.

Qué placer, ya cansada y un poco bebida, encontrarte, como en la canción, con una amplia cama blanca y dormir en ella con el chico del que estás enamorada. Por lo demás, también esa canción nos la había cantado la niña aquella, la de la felicidad para siempre jamás de un amplio lecho blanco, en cuyo centro es tan hondo el río que todos los caballos del rey podrían beber juntos. Éramos felices y estábamos muy enamorados. Enamorados de nosotros, enamorados de Carole, enamorados de una forma un tanto inconcreta; y, en verdad, era lo que tocaba entonces.

-¿Estás contento? -le pregunté a Gilles.

Asintió con la cabeza y me rodeó el cuello con el brazo. Yo también estaba contenta.

-¿Te gusta? -añadí.

Recibí la misma respuesta afirmativa. Era lógico. Porque, en fin, si a Gilles hubieran dejado de gustarle las mismas chicas que a mí, eso nos habría aportado un elemento de distanciamiento.



Geneviève y Gilles son una pareja en principio, hasta podría decirse, que convencional. Pero a veces se enamoran de otras personas, y a veces se enamoran a la vez de otras personas. Estas historias se van sucediendo y al final ahí están, ella y él, de nuevo. Por qué no serán las cosas así. En el mundo real, quiero decir. Por qué serán las cosas tan difíciles siempre.

XXIV

Mientras escribo algo en el metro para este blog, una señora escribe a su vez algo a mi lado. Ni siquiera había reparado en su presencia, pero ahora me fijo en lo que está escribiendo (mientras cubro, disimuladamente, lo mío).
Y leo.

Huevos
Cables
Suavizante ropa

Lo guarda y yo salgo del vagón y corro a encerrarme en un pozo con un bate de béisbol dentro. Una vez más, ha ocurrido: he depositado mi fe en un ser humano y

me he

trizado

los dedos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Jump!


El chaval abre decidido su portal, da un paso más, y ya está en la calle. Su corazón, ya desbocado, late aun con más fuerza. Your eyes tell me how you love me, can feel it in your heart beat. I know you like what you see. Cruza corriendo, el semáforo en rojo, la calle. Tras un ibiza también rojo que desprende la misma melodía que retumba en sus oídos. Hold me, I'll give that you need. Wrap your love around me. You're so excited, I can feel you getting hotter, oh baby. Pero él, no lo sabe.

Atraviesa un parque, un paseo, otra calle. Adelanta a un viejo, a un niño, a un perro. I'll take you down, I'll take you down. Adelantaría a su sombra, si pudiera. Tan sólo quiere ir más rápido.

Baja corriendo las escaleras. Adelanta a una señora, a un vigilante de seguridad, a un borracho. Adelantaría a su sombra, si pudiera. Tan sólo quiere ir más rápido. Where no one's ever gone before. En un gesto rápido, frío, fluido, introduce el billete en la máquina y la atraviesa sin detenerse un instante. And if you want more, if you want more. More, more, more...

Tras él, su mano recoge fugaz el billete. Uno, dos, tres tramos de escaleras. Y de tres en tres. De dos en dos, de una en una. Bajaría de un salto todas a la vez, si pudiera. Jump for my love. Jump in and feel my touch. Tan sólo quiere ir más rápido.

Alcanza el andén cuando el tren ilumina los botones en las puertas, frena. Ya está dentro. I know my heart can make you happy. Y el tren vuela, vuela, vuela. Atraviesa como un rayo la ciudad bajo tierra pero el chaval, en realidad, los ojos cerrados, sobrevuela los tejados. A su lado, una chica escucha la misma melodía que retumba en sus oídos when you are next to me, oh I come alive (su pie en el suelo del vagón, las yemas de sus dedos en la barra vertical, sus ojos cerrados, su cabeza inclinada hacia atrás, siguen el ritmo). Pero él, no lo sabe.

Your love burns inside. Feels so right.

Tres más, dos más, ahora sí, una menos. Y el tren, frena.

Sube las escaleras. De dos en dos, de tres en tres. Subiría de golpe todas a la vez, si pudiera. Tan sólo quiere ir más rápido. Por sus venas fluye, veloz, la sangre. Desbocada. Jump if you want to taste my kisses.

El aire fresco al fin golpea sus mejillas sonrosadas. Y la ciudad, la ciudad, recibe su impulso con un espectáculo de luz, multitud, color y brillo. In the night then... jump, jump, jump! Atraviesa calles, esquiva personas. Dribla entre automóviles. Jump, you know my heart can make you happy. Y un sonido inconfundible le indica que la batería del mp3 se ha agotado. Ahora ya se para, ahora ya ha llegado. Extiende su mano. In the night then jump, jump for my love. Ahí vienen.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Tiempo de Ibuprofeno. Manténgase fuera del alcance de los niños.

Sinónimos, antónimos, negaciones, afirmaciones, deseos, encuentros. Línea 4. Urquinaona. Exclamaciones, musicalidad, jolgorio, animación, mezcla de culturas. Línea 1. Plaza Cataluña. Preposiciones, onomatopeyas, interrogaciones, apuntes, dudas, amistades. Línea 3. Zona Universitaria. Maletas, prisas, nervios, decisiones, despedidas, bienvenidas. Línea 5. Sants. Historia, admiración, gentío, fotografías, comentarios. Línea 2. Sagrada Familia. Brisa, risas, juegos, cervezas, terrazas, adjetivos. Línea 4. Barceloneta. Sentimientos, esperas, risas, llantos, nacer, renacer, acontecimientos. Línea 1. Hospital de Bellvitge.
Vagones cargados de vida.

domingo, 15 de agosto de 2010

[...]

A veces me quedo

sin palabras.


sábado, 7 de agosto de 2010

Entrevista en Radio Alternativa a David González (fragmento)

« A mí me fastidian mucho los poetas que escriben solamente al amor, o al desamor, ¿no? o a la naturaleza. Además, no hace falta... hasta un ciego lo ve: miras la naturaleza, se está destruyendo todo, entonces ¿a qué estáis cantando, a qué pajaritos, a qué arbolitos, a qué hostias si se está todo destruyendo?
Cantáis al amor: número de divorcios en España al año... ¡no sé cuántos son!, número de cornudos y cornudas, a montones, o sea, estáis contando una mentira. Entonces, joder, hay más temas que el amor, hay otros temas, temas más cotidianos, temas que afectan a la gente que se levanta por la mañana para ir a trabajar a las seis de la mañana, gente que tiene que ir a comprar el pan y la leche, no sé... (...) Si tú perteneces a una clase social alta, y eres poeta, deberías escribir sobre esa clase social alta, sobre lo que conoces, ¿no? Sobre tu realidad. Con lo cual, yo conocería tu realidad. Ahora, si me estás contando peliculitas, encima, en rima y métrica, que esto ya está súper superado, sobre el amor, tío... pues mira, yo lo siento mucho, pero paso. »

Escucha la entrevista completa, ¡aquí!

Y, siguiendo con David, y ya para terminar, nadie debe perderse este vídeo tan chulo de "El demonio te coma las orejas":


viernes, 6 de agosto de 2010

"La flor púrpura" - Chimamanda Ngozi Adichie


Hace poco vi, aquí, un vídeo del discurso de esta señorita en Oxford, 2009, y me maravilló su forma de hablar, el punto de vista tan interesante que daba a las cosas que decía, y sus ojos (no necesariamente en ese orden) así que me pareció que lo más sensato sería buscar sus libros.

Aunque C.N.A. es nigeriana, estudió en EE.UU. desde los 19 años y fue allí donde comprendió hasta qué punto África es una gran desconocida para el resto del mundo. Por ejemplo, a su compañera de habitación en la universidad le resultaba muy extraño que Chimamanda hablase tan bien inglés (o que no mostrase un aspecto desnutrido y enfermizo, supongo). Otro ejemplo es el de un alumno norteamericano que tras leer su novela interpretó que todas las familias nigerianas sufrían los mismos dramas que sus protagonistas (la respuesta de ella: "I told him that I had just read a novel called American Psycho...", no tiene desperdicio).

La flor púrpura no es autobiográfica, aunque se pueda pensar en un principio por haber nacido la autora en el mismo lugar que la protagonista, proceder como ella de una familia de clase media-alta y estar narrado en primera persona.

La novela gira en torno a la inestabilidad política de Nigeria y a los peligros que conlleva el fanatismo por cualquier religión, poniendo como ejemplo a un padre de familia que, aunque ayuda económicamente a sus vecinos, viste con las mejores telas a su mujer e hijos (y viven en una casa estupenda), hace donaciones (a veces incluso anónimas) y por supuesto no descuida su cita diaria con la misa, ¡ay! no se lo piensa dos veces antes de darle una paliza a su mujer, o a su hijo, o a su hija, en todo momento en nombre de un dios (por supuesto) en el que por algún motivo ha decidido creer... supongo que no confiaba en que, sin esa ayudita externa, su sano juicio (llámalo sentido común, llámalo sensatez, o llámalo equis) fuera suficiente para ser una buena persona.

Aunque este personaje es capaz de aparecer y provocarnos arcadas, también tenemos a Kambili, su hija, que nos cuenta su historia desde el principio deleitándonos con su timidez, su dulzura y su capacidad de observación y regalándonos frases tan deliciosas como ésta cuando, ya lejos del yugo opresor de su padre, se enamora de un sacerdote (enamora... realmente existen tantas formas de querer a una persona que, en fin):

«Me habría gustado decirle lo cálida que me resultaba su presencia allí y que mi color favorito había pasado a ser el tono marrón rojizo de su piel.»

Cada uno lo interprete a su manera.

domingo, 1 de agosto de 2010

Por mis venas fluye la sangre de Mickey Mouse.

Soy un dibujo animado. Por mis venas fluye la sangre de Mickey Mouse. Vivo atrapado en una realidad de dos dimensiones y nada me gustaría más que poder caminar en círculos. Todo es plano, nada es aprehensible en este lado de la pantalla. Quisiera poder acariciarte pero al tacto eres tan fría y anodina como el cristal. Como yo. Recorro mi superficie con los dedos y las yemas se me resbalan.

No hay nada más allá.

Tan solo una continuación de este escenario liso que en cada píxel cambia de color.

Pero debo seguir mostrando mi sonrisa.

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