jueves, 24 de febrero de 2011

"Doctor Pasavento" - Enrique Vila-Matas



"Doctor Pasavento" narra los pasos de un escritor obsesionado con la idea de la desaparición tras la figura, ya mítica, de Robert Walser, que le llevan a cambiar de residencia constantemente en su afán por no ser hallado (o de saberse al fin buscado por alguien) y a visitar los lugares por los que se sabe que Walser pasó algún día, como el manicomio donde vivió y el lugar exacto en el que cayó muerto en la nieve.
Aunque en el momento de su visita no hubiera nieve y un sencillo tiesto con flores hiciera las veces de conexión simbólica con el escritor muerto.

Cambiar la tinta por el lapicero, soplar sobre lo escrito para borrarlo, hacer de las letras sobre el papel sólo algo evanescente. Que ni siquiera permanezca el surco de la punta mal afilada; que no pueda leerse al trasluz tampoco; que no quede absolutamente nada.
Ir borrándose poco a poco y que el cuerpo pierda consistencia a los ojos de los demás. Pasar desapercibido y que al cruzarse te golpeen sin mirar. Ser inapreciable a solas o rodeado de una multitud, no ser nada.
(Me pregunto por qué no).

martes, 8 de febrero de 2011

miércoles, 2 de febrero de 2011

Desierto; Poemas, vol. 2 - Jim Morrison

Aeropuerto.
Mensajero en forma de soldado.
Lana verde. Allí estaba,
fuera del avión.
Una nueva verdad, demasiado horrible para soportar.
No había la menor señal de ella
en ninguno de los antiguos signos
o símbolos.
La gente se miró,
en el espejo, ojos
de niños.
¿Por qué había ocurrido?
No había escapatoria
posible.
Una verdad demasiado horrible para mencionar.
Sólo un suelto quejido vomitado
podía formar sus oscuros interiores.
Sólo unos pocos pudieron mirar
su rostro con calma.
La mayoría de la gente cayó instantáneamente
bajo su lerdo terror amable.
Esperaron la reacción de los tranquilos
pero vieron sólo una verde
chaqueta militar.
¡Arrepiéntete!
Ninguna de las viejas Cosas funcionó.


lunes, 31 de enero de 2011

"Cosas que los nietos deberían saber" - Mark Oliver Everett

Se trata de una original biografía del líder de la banda EELS, escrita en tono de humor con un trasfondo trascendental que al principio pasa desapercibido pero que va ganando importancia a medida que se suceden las anécdotas que conforman sus recuerdos.

Mark se presenta a sí mismo como el típico niño rebelde que detesta ir a clase y pasa su juventud rodeado de drogas y malas compañías, hasta que consigue hacerse un hueco en la industria musical y grabar algunos discos.


Su discurso lo conforman frases cortas y muy rápidas, directas al grano y exentas de eufemismos, por lo que se trata de una lectura cómoda y muy dinámica.

Para mi gusto, el libro mejora a partir de la mitad aproximadamente, cuando una serie de tragedias familiares cambian por completo la forma que tiene Mark de vivir y de ver la vida; realmente, en esos capítulos da una lección sobre la posibilidad de sobreponerse a la desgracia y seguir adelante pese a todo buscando la parte buena en cada detalle de nuestra existencia.

Personalmente, prefiero sin duda el libro a su música, pero resulta muy curioso escuchar sus discos tras leer el por qué de cada uno de ellos y las anécdotas que se ocultan detrás de las letras de sus canciones.

Como muestra, un fragmento de uno de los acontecimientos más devastadores:

(...) Debía yo de tener doce años cuando un avión se estrelló en nuestro vecindario. Aquella noche estaba solo en casa, sentado en la alfombra de color vómito del salón viendo What's Happening en la tele. A través de las cortinas empezó a relumbrar una luz anaranjada. Luego oí una especie de aullido cada vez más cercano y ensordecedor. De repente hubo una enorme explosión de sonido. La casa tembló como si la hubiese sacudido un terremoto (experiencia que he tenido años más tarde). Las ventanas temblaron y Tut chillaba sin parar. Como vivíamos tan cerca de Washington DC, pensé que estábamos siendo bombardeados.

Tut subió corriendo las escaleras para esconderse y yo fui tras él con el corazón en la boca, sin saber muy bien qué estaba haciendo. Volví a bajar las escaleras y encendí la radio de radioaficionado que mi padre tenía en la repisa de la cocina, pero entonces se me ocurrió que quizá la casa estuviese ardiendo y que mejor sería salir a la calle.

Salí descalzo a la calle intentando entender qué estaba sucediendo, lo mismito que el programa que había estado viendo por la tele. Me acerqué corriendo a la enorme columna de humo recortada por las llamas y las luces de emergencia contra el cielo nocturno, y a mi paso vi asientos y ceniceros y cuerpos desmembrados y desperdigados por todo el vecindario. Una casa había quedado demolida por completo, y cerca de allí había varios cadáveres tendidos en el parque. Cuando mis pies descalzos tocaron el asfalto aceleré y pensé en toda esa gente que hacía un instante estaba viva y ahora estaba muerta, y en lo muy vivo que me sentía en ese momento.

martes, 25 de enero de 2011

*

Con un grito terrible el Balrog se precipitó adelante; la sombra se hundió y desapareció. Pero aun mientras caía sacudió el látigo, y las colas azotaron y envolvieron las rodillas del mago, arrastrándolo al borde del precipicio. Gandalf se tambaleó y cayó al suelo, tratando vanamente de asirse a la piedra, deslizándose al abismo.

–¡Huid, insensatos! –gritó, y desapareció.

lunes, 24 de enero de 2011

lunes, 17 de enero de 2011

"Guarida de un animal que no existe" - Leopoldo María Panero

Descubro la literatura de un escritor que no había leído nunca pese a conocer su nombre y haberlo asociado siempre a un buen poeta; escucho con asombro su historia (gracias) y leo su “Guarida de un animal que no existe”, donde me sorprenden poemas aparentemente surgidos del más profundo inconsciente, plagados de imágenes tremendas, duras y contundentes.

Esperaré por ti en el ojo del huracán

el Diablo, dios del Trueno y de la Lluvia,

dejará caer su odio.

Muere en la ausencia el ciervo

y su mirada queda vagando

carcomida por los dientes de la página.

La selva, atrapada en el ojo del tigre,

resplandece en la perfecta simetría del poema

–en el tigre de mis ojos

en el labio de la página

adonde llego demasiado tarde.


Me encanta.


Sigo con los "Poemas del manicomio de Mondragón", hay algo a lo largo del libro que sitúa a tus pies en el centro del patio de un manicomio. Éstos son poemas más antiguos, las palabras se enlazan con más coherencia (pero no sé si ésa es la palabra). Igualmente, son poemas realmente oscuros, mente atormentada... Transmite emociones que quiero sentir, destellos en los que me reconozco, sé que seguiré buscando sus libros.



Danza en la nieve

mujer maldita

danza hasta que tus pies

descalzos sangren,

el Sabbath ha empezado

y en las casas tranquilas

de los hombres

hay muchos más

lobos que aquí.

Luego de bailar toca

la nieve: verás que es buena.

y que no quema tus manos

como la hoguera

en que tanta belleza

arderá algún día.

Partiendo de los pies

hasta llegar al sexo

y arrasando los senos

y chamuscando el pelo

con un crujido como de

moscas al estallar en la

vela.


Así arderá tu cuerpo

y del Sabbath quedará

tan sólo una lágrima

y tu aullido.



"...quedará tan sólo una lágrima y tu aullido." ... ¿no es extraordinario?

lunes, 3 de enero de 2011

"Jakob Von Gunten" - Robert Walser

Kraus es un caballero de pies a cabeza. Su verdadera época es la Edad Media, y es una lástima que no tenga a su disposición el siglo XII. Es la encarnación de la fidelidad, la diligencia y el altruismo discreto y desinteresado. Sobre las mujeres no tiene juicio alguno, se limita a venerarlas. ¿Quién recoge del suelo lo que deja caer la señorita y se lo alcanza con la rapidez de una ardilla? ¿Quién sale corriendo a hacer cualquier recado? ¿Quién carga la cesta de la compra de la maestra? ¿Quién friega la escalera y la cocina sin que haga falta ordenárselo? ¿Quién hace todo esto sin pedir siquiera que se lo agradezcan? ¿Quién está tan deliciosa y poderosamente contento de sí mismo? ¿Cómo se llama? Ah, yo lo sé. A veces me gustaría que Kraus me pegase, pero ¿acaso podría pegar alguien como él? Kraus sólo quiere lo bueno, lo justo. Y estoque digo no es una exageración. Jamás tiene malas intenciones. Sus ojos son aterradoramente bondadosos. ¿Qué puede desear un personaje así en un mundo como éste, adiestrado y programado para vivir de la garrulería, el engaño y la vanidad? Al observar a Kraus uno siente, sin quererlo, hasta qué punto la modestia se halla irremisiblemente perdida en este mundo.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

2010. Las mejores lecturas.

Hago este repaso ahora aunque a pesar de las fechas nada en realidad termine ni comience nada, el calendario también se lo inventaron los hombres. Pero la tradición se impone y mientras da la casualidad (pero no hay casualidades) de que en las últimas semanas todo se equilibra en mi balanza, pienso en las lecturas que este año marcaron en rojo algunos días de mi calendario o que, incluso, cambiaron mi forma de ver y también (y cómo) de vivir mi vida.
Como el año pasado, no seguiré un orden cronológico ni cualitativo pero tampoco, una vez más, será aleatorio.
Pocos días después de mi cumpleaños, seleccionar un número entre tres supuso, entre otras cosas, que se desplegara un abanico de lecturas, que unos autores llevaran rápidamente a otros, que se tendieran puentes maravillosos entre vida y libros, música y personas, encuentros y conexiones.

Leí "Tic tac, toc toc" de Isabel García Mellado (Peque Nyita) que me atrapó con un prólogo sorprendente y con tesoros como éste:

ella es redonda
como la curva de su cuerpo
y tranquila como el agua
porque ella es agua
que te observa como el tiempo
porque es redonda
de minutos que recogen el silencio
para nombrarla princesa del misterio
sólo en los ojos que aprendieron a mirarla
porque ella es agua
y como el agua va pasando
o como el tiempo que se desliza por tu espalda
y es tan redonda
y es tan perfecta como una duda
tan dolorosa por sincera
que nadie más que un niño podría contestarla
y es cuerpo es suave es tibia es agua es tiempo es duda
y es una playa que se ocupa del invierno
y es tan redonda como todo lo que abarca
sin darse cuenta
y es tan perfecta como esa duda
que nunca he visto en otra gente
y tan redonda como todo lo que falta
porque ella es agua
porque es tiempo
porque es duda que me aclara las heridas cuando sangran
y es tan redonda y es tan perfecta y es tan exacta
que nunca encuentro una manera de contarla


Y, poco después de ponerse a la venta, devoré "Cómo liberar tigres blancos" la confirmación de una poeta buenísima, brutal, sincera y poderosa, que fue capaz de tenerme en vilo desde el primer hasta el último poema.

Hace dos o tres meses me reencontré con "La niña que amaba las cerillas", de Gaétan Soucy, una extraña narración desde la locura de la que surge un texto onírico y hermoso aunque, dejando a un lado lo formal, cuente una historia dramática repleta de imágenes grotescas y monstruosas. Es, sencillamente, una joya (que me persigue y a la que al final siempre regreso).

También fue muy especial conocer a Tarjei Vesaas y su "Palacio de hielo", la historia de una amistad juvenil rota entre la nieve y el frío, con una forma de narrar tan buena que consigue que deje de importarte, por momentos, la historia que te cuenta. Se disfruta en cada frase del orden y de la elección de las palabras, de su cadencia. (Pero eso, también ocurre en todos y cada uno de los libros de los que he hablado antes: por eso son tan especiales).

Nieva sin cesar
sobre puentes silenciosos.
Puentes que nadie conoce.


Hacía tiempo que quería leer "Circus girl" de Maite Dono, poeta y cantante (una voz realmente extraordinaria). En los poemas lo vuelca todo, sin pudor: como te encandila, te horroriza. Como más o menos ya expliqué en su día, sientes el filo helado de su cuchillo mientras te acaricia. Hace poco tuve la suerte de escucharla en directo y realmente fue un placer.

Uniendo otra vez literatura y voz, no podría excluir "Y el asno vio al ángel", de Nick Cave, tremendo en las dos vertientes... Si se escucha con atención "Into my arms" o, es igual, cualquiera de sus canciones, no es difícil imaginar cómo será su literatura: salvaje, demoledora, brutal... y apabullantemente buena. Supe que, además (entre otros...) lo recomendaba Javier Marías (tenía que nombrarlo) y tuve que hacerme con un ejemplar enseguida. El comienzo, fabuloso:

Tres grasientos hermanos cuervos giran, picos arriba, cortando una circunferencia en el cielo magullado y revuelto, trazando órbitas rápidas y oscuras a través de las espesas hinchazones de humo.
Durante mucho tiempo la tapadera del valle estuvo clara y azul, pero, ahora, por Dios que ruge. Desde donde estoy tumbado las nubes parecen prehistóricas y vomitan enormes bestias sin rostro que se enroscan y mueren, así, sin más, allá arriba.
Y los cuervos: siguen aleteando, siguen girando, sólo que ahora más cerca... más cerca... más cerca de mí.
Estos astutos cuervuchos son pájaros de muerte. Me han estado haciendo sombra toda la vida. Sólo ahora puedo cobrarlos. Con los ojos.

Finalmente (y no añadiré más títulos, ha de ser una lista muy especial) "Reencuentro" de Fred Uhlman me pareció una nouvelle muy buena, tanto en la narración, muy delicada, como en la historia en sí, llamativa y diferente a las novelas ambientadas en la Alemania nazi habituales.


Feliz lectura (hasta el año que viene, un placer, etc., etc., etc...).

martes, 28 de diciembre de 2010


Imagínate que viajamos en el mismo tren y no nos vemos, no nos vemos.

jueves, 23 de diciembre de 2010

jueves, 9 de diciembre de 2010

"Circus girl" - Maite Dono

HAY nieve fresca en la nevera
Para cenar
Hay nieve fresca
Y unas gotas de sangre
En la botella de cristal
Que antes era del aceite
De oliva
Hay nieve fresca para cenar
Y unos muslos fríos en la cama
Esperando
Esperando

[...]

Las palabras de Maite Dono te abordan acariciándote con la calidez de un aliento o de una brisa y, mientras tanto, recorren con su bisturí tu piel sin que lo notes. Y comienza a sangrar la herida abierta y recta. Es entonces cuando también sientes el frío.

Se trata de al menos dos voces ante las que sencillamente no se puede permanecer impasible. Te hablan en tonos diferentes, una suerte de Dr. Jekyll y Mr. Hyde que, juntos, consiguen transmitir todo el dolor y toda la belleza.

Mi padre sangraba como un jodido cerdo

Y mi madre gritaba como una jodida histérica

Y yo los miraba perdidos

Y nada podía hacer salvo masturbarme

Madrid, viernes, 10 de diciembre.

SIGUE

Sigue
anda calle arriba y sigue
y abandónate a la lluvia
que cae y limpia los malos recuerdos
que diluye los malos tragos
con los puños cerrados dentro de los bolsillos
y los labios apretados por la rabia
pero sigue.
Sigue
aunque la perra vida te deje marcasplas heridas cicatrizan
y sigue con tu paso rápido
tanteando a la gente que viene en sentido contrario.
Sigue
aunque duela sigue
aunque no tenga que ver con la cordura
pero sigue y mira.
Sigue
porque sabes que merece la pena
porque todo a su tiempo
todo en su lugar
y tú en el centro de todo.
Sigue
que en tus pulmones hay aire
y en tus venas vida.
Y sigue
la calle se abre ante ti
nada puede alterar este estado de poder absoluto
y miras las marcas
tus antiguas heridas
y lo comprendes
en el fondo, y siempre,
fueron pocos y cobardes.
Sigue
cada vez aligerando más tu paso
y en un momento
en una décima de segundo
te detienes
miras al cielo y extiendes tus brazos
abres enteramente tus manos
y tu boca crea la profunda línea de una gran sonrisa.
Sigue.
Y sonríe
porque sabes que en una sonrisa
aunque breve como una gota de lluvia
está toda la belleza del mundo.

Otras vanidades. Dani Sanguino: Endymion, 2008.
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