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sábado, 21 de noviembre de 2020

"Cuando la sociedad es el tirano" - Javier Marías



Lo que tenemos aquí son noventa y seis artículos reunidos en un solo volumen; se publicaron por primera vez entre febrero de 2017 y enero de 2019 en el suplemento dominical El País Semanal: la recopilación es de mayo de 2019. Es decir, la ya clásica compilación de artículos de Javier Marías en Alfaguara, que se publica de forma más o menos bianual.

Antes, las compraba todas. Cada dos años tenía cita inapelable en la librería aun cuando a menudo fuera leyendo los artículos recién publicados por internet. Los que me seguís desde hace mucho tiempo u os habéis tomado la molestia de leer mis reseñas viejas (hoy en día es viejo todo lo que proceda de la semana pasada, sino aún menos tiempo) sabéis que desde aproximadamente los 15 años he sido una lectora aplicada y voraz de la obra de Javier Marías. He reseñado más de diez de sus libros y referencias a muchos otros han aparecido con frecuencia en mis artículos del blog. Le he escuchado en conferencias y presentaciones, he acudido a por su firma en muchas ferias del libro cuando vivía en Madrid, alguna vez he compartido en mis redes sociales fotografías de la apelotonada zona de la biblioteca de casa donde se amontonan sus libros. 

Pero nada dura eternamente y creo que está bien que así sea. Tras la decepción que sufrí con “El Quijote de Wellesley” (una obra que como ya expliqué, me pareció un oportunismo editorial y una tremenda tomadura de pelo, qué dinero malgastado) un buen día dejé de consumir sus artículos semanales porque empezaban a oler a chamusquina. 

Creo que el artículo-gota que colmó el vaso de mi paciencia fue precisamente uno de los que se incluyen en este recopilatorio, “Más daño que beneficio”. En él, el eterno candidato al Nobel se lamentaba de que se recomendase y alabase la obra de una autora que a su gusto no está a la altura de otras de su mismo género. Creo que la gente lee sin descanso pseudo-literatura de muchísima peor calidad y sin embargo esto no parece inquietarle. Me da mucha pena que la cargase contra la encantadora Fuertes porque su obra va mucho más allá de cuentos para niños o unos pocos poemas para adultos: Gloria Fuertes consiguió que la gente la quisiera (¿quizá esto le da rabia y cierta envidia a un autor que a medida que cumple años se hace más antipático a sus lectores?, me pregunto). Su capacidad de transmitir, su personalidad, traspasaban las páginas y las pantallas, era reconocible, original y única. 

Es más, en su caso, el hecho de que escribiera mejor o peor no es la cuestión: es el mensaje de su obra y el hecho de que durante toda su vida sufriera una múltiple represión por ser mujer, lesbiana, artista. Que Javier Marías carezca de la sensibilidad para ver más allá de la calidad objetiva de su obra, es otro tema. Como lo es el hecho de que deje que los demás recomendemos a quien nos dé la gana, al igual que él recomienda a Jane Austen y las hermanas Brontë sin que corramos a vociferar a la Plaza de la Villa hacia sus balcones lo cursi, mentecato, manido, rancio, arcaico y con olor a naftalina que resultan hoy en día estas recomendaciones. Personalmente, desconfío mucho de las personas que no toman café y leen a las hermanas Brontë.

Si a Fuertes se la reivindica ahora, como a muchas otras, es porque durante muchísimos años aciagos se las silenció, y no es porque hubiera una conspiración de hombres en su contra que no afectaron a las autoras que sí gozan de la aprobación de Marías y pudieron ver su obra publicada en vida. Creo que es aquí donde más se le ve el plumero, en esta frase fatídica: “En realidad son legión las mujeres llenas de inteligencia y talento, a las cuales ninguna «conspiración» de varones ha estado interesada en ningunear (pág. 77). Lo que le molesta a Marías, está claro, no es Gloria Fuertes: es el feminismo.

Y digo esto porque quizá noventa y seis son demasiados artículos para que en casi todos haya una mención directa o indirecta a las molestias que sufre Javier Marías a causa de las feministas vociferadoras. No sé sobre qué corrientes o qué autoras feministas ha leído, si es que lo ha hecho, y si se ha enterado de algo. Se centra mucho en las feministas “gritonas” o de redes sociales que poca gente con sentido común soporta, pero es que el mismo sentido común nos debe indicar que no las hagamos ni caso. Defiende Marías que en las “olas” previas a esta supuesta cuarta actual, las feministas eran seres de luz que consiguieron grandes logros, y me gustaría decirle que en todas las épocas hay gritones y mentecatos, al igual que obras sin ningún valor literario, pero que precisamente toda esa bazofia no trasciende, no pasa a la historia, por eso no nos llega. Solo sabemos de los logros que se consiguieron y de las obras que supervivieron durante generaciones y nos han llegado.

Creo que Javier Marías es lo suficiente inteligente y más para saber todo esto, pero hay algo que le molesta por una masculinidad, quizá, mal gestionada. Quizá no sea capaz de disimularlo porque le pueda la rabia. Y me da mucha pena que vaya a pasar a la historia por un viejo cascarrabias a causa de su incontinencia en estos artículos cargados de bilis y mala baba, después de las grandes obras que ha legado al mundo, la verdad. Diría que no le reconozco, pero es que todos cambiamos.

No hace falta tener las mismas opiniones en todo para llevarse bien e intercambiar puntos de vista. Quizá sí es imprescindible tener los mismos valores, no estoy segura. Pero es que precisamente eso es lo que propicia el crecimiento, la diferencia: si nos refugiamos en las voces que nos dan la razón en todo, jamás saldremos de nuestro pequeño caparazón de verdades absolutas y de profecías autocumplidas. 

Todo esto me ha recordado un episodio del pasado que en realidad sigo teniendo muy presente. Hace años una amiga me dejó por whatsapp. Este detalle mezquino me sirvió para amortiguar el golpe, que en su día fue fuerte. Aún a menudo la echo de menos y me gusta ver por redes que le sigue yendo muy bien con sus novelas. La he recordado estos días, una vez más, porque Marías menciona en uno de estos artículos el caso de “la Manada” que motivó que esta persona quisiera salir de mi vida. Marías argumenta en su artículo que no puede saber qué pasó exactamente en aquel portal y que por tanto sobraban las voces de miles de mujeres que durante un sinfín de manifestaciones gritaban “yo sí te creo”: que había que dejarlo en manos de la justicia.

En su día, ofrecí a mi antigua amiga mi punto de vista, ya que lo que pasó en ese portal de hecho estaba grabado en buena parte (por los mismos violadores: vídeos que más tarde les sirvieran para vanagloriarse de su funesta y cavernícola hazaña con el resto de salvajes colegas), así como el transcurso de la Manada con su víctima desde la plaza donde empezaron a hablar, hasta el portal donde finalmente sucedió la violación, pasando por los lugares donde fueron preguntando si había habitaciones libres (durante estas fiestas psicópatas y muy crueles, centradas en el maltrato animal, el ayuntamiento instala cámaras de vigilancia por las calles: es lógico, nada bueno puede salir de una concentración de bárbaros además, borrachos). Me leí en su día hasta las diferentes declaraciones que se filtraron a la red, no sé por qué me empapé tanto del caso, siendo tan repugnante todo. En fin, a mi amiga le molestó que yo dijera que creía que fue una violación aún a pesar de no haber presenciado los hechos en el portal y ser incapaz de saber, en fin, la realidad del caso. 

Marías aboga por dejar la resolución en manos de la justicia y creo que es aquí donde se equivoca. Fui a las manifestaciones precisamente para apoyar el movimiento con mi presencia y que se creara jurisprudencia a raíz de esta violación en grupo: me parece increíble que Marías no mencione la auténtica raíz de este asunto, que fue la diferencia existente entre las acepciones de los términos “abuso” y “violación” para la justicia de este país. Esas connotaciones hacen que una sentencia resulte muy diferente precisamente debido a esas importantes connotaciones.

Supongo que cuando algo no te afecta, es fácil mirar para otro lado y ser poco cauto alzando la voz sin una necesaria reflexión previa. Ya me he extendido suficiente como para continuar ahora reflexionando sobre la cosificación, la sexualización y el acoso que sufrimos las mujeres por el mero hecho de vivir con una asignación de género determinada desde que nacemos, en un sistema binarista y cruel donde el otro género goza de privilegios y hegemonía sobre el nuestro. Es que esto me llevaría a despotricar contra el binarismo y así no acabamos nunca. Creo que tardaré mucho, si lo hago, en volver a Marías.



martes, 6 de febrero de 2018

Un libro de mártires americanos - Joyce Carol Oates


Esta novela es un descenso a los infiernos. Un viaje a la América profunda donde le pondremos cara al horror y se pondrá a prueba nuestra ética y nuestra resistencia a la violencia más pura y gratuita. Es una lectura de la que no se sale siendo la misma persona: aprenderemos que las contradicciones forman parte de la realidad y que convivimos con ellas, pero no siempre somos conscientes de que están ahí, así como tampoco nos damos cuenta del alcance de nuestras propias convicciones.

Es muy factible terminar esta lectura con unas décimas de fiebre, como sucede con los libros de Nick Cave. Joyce Carol Oates, quien ya nos había deleitado con otras narraciones sórdidas, en esta obra investiga a fondo dos temas controvertidos, complejos y terribles como son el asesinato y el aborto. Puede que tengamos nuestra opinión al respecto pero pocas veces nos habremos parado a pensar durante tanto tiempo y tan a fondo cada asunto como lo haremos leyendo este libro.

Novela río o cuántas páginas dura una vida
Esta larga novela comienza con el desenlace de una tensión que va creciendo entre los trabajadores de una clínica abortista y los manifestantes católicos que pretenden que el centro cierre sus puertas. Tenemos ampliamente expuestas las perspectivas de ambos bandos y resulta inevitable que las preguntas se amontonen y se den codazos entre ellas, independientemente de que ya tengamos una opinión previa y firme al respecto. ¿Es una mujer dueña de su cuerpo? ¿Puede un hombre imponer su opinión sobre un asunto del que jamás será víctima? Los que dicen oír la voz de un dios que les indica el camino a seguir, ¿deberían seguir un tratamiento psiquiátrico? ¿Matar en nombre de la vida… tiene algún sentido?

| Científicos ateos afirmaban que Dios no nos había creado y que, en realidad, los seres humanos descendíamos de los simios. El reverendo Dilts nos dijo con gran vehemencia que se trataba de ideas ridículas sin base en las Escrituras.

Pero hay más. ¿Un feto no deseado es una persona que merece nacer por encima de todo? ¿Incluso aunque la madre haya sido violada, incluso aunque el nacimiento suponga un perjuicio irreparable para la salud física o psicológica de la madre? Más de la mitad de los abortos que se dan a diario en el mundo no tienen garantías higiénicas y sanitarias, y por ello muchas mujeres mueren o sufren de maneras que podrían evitarse, ¿no debería la sociedad avanzar en ese sentido e invertir en políticas que aseguren el bienestar de las ciudadanas? Estas preguntas podrían continuar hasta el infinito.

Existe un acontecimiento inicial, detonante de todo el devenir de la novela, que no quiero destripar para evitar que pierdan interés los posibles lectores: pero sí es necesario aclarar que ese hecho marca irremediablemente el devenir de dos familias que de una u otra manera se quedan estigmatizadas, ya que a partir de ese momento sus vidas se truncan, todo gira de forma inesperada y todo lo que suceda en ellas tendrá la sombra (permanente e imborrable) de la tragedia.

| Siempre existe una tendencia a no ver lo que tus ojos están viendo cuando lo que ves es terrible.

Durante 800 páginas se sigue la evolución de ambas familias y, en el largo proceso para esclarecer los hechos iniciales, surgen asuntos en los que Oates explora sus capacidades para dibujar psicologías maltrechas y también nos enfrenta a la cruda realidad de las contradicciones humanas. Por ejemplo, las de quienes matan para proteger la vida, o las de los católicos que hacen una excepción temporal en sus convicciones cuando el aborto afecta a su círculo más inmediato: la doble moral.

| Aunque estaba casado y era feliz en mi matrimonio y con mis queridos hijos, y aunque estaba decidido a ser ministro de la Iglesia de San Pablo Misionero, me iba de putas con frecuencia en la ciudad de Toledo cuando la debilidad me dominaba.

Calzar otros zapatos entre las líneas
Creo firmemente que la literatura es un vehículo perfecto para ejercitar la empatía, y vivir de alguna manera situaciones que de otro modo jamás se nos pondrían tan a nuestro alcance. Cuando nos enfrentamos a temas tan controvertidos como los que ha seleccionado Oates en esta novela, es fácil tener un primer instinto arrogante y pensar que ya habíamos decidido cuál era nuestra postura personal al respecto.

Precisamente, el logro de la autora en este caso es que ella no se posiciona de forma clara, sino que continuamente está aportando datos y hechos en ambas direcciones, dibujando cada vez más detalles de cada uno de los personajes y de los acontecimientos que se van sucediendo, y así forzar al lector a que explore a fondo sus propias convicciones de una manera visceralmente humana, en el sentido de que no escatima en detalles morbosos, violentos, dolorosos y sangrientos. Con frecuencia me descubría leyendo un pasaje con una mueca de dolor o apretando las mandíbulas sin ser consciente.

| Ya estamos en guerra con el enemigo ateo, hijo mío. Esa guerra no ha hecho más que empezar, pero los enterraremos.

La trama se desarrolla a finales de los años 90 en la ciudad de Ohio. Todos los hechos que se narran son perfectamente realistas, por desgracia, y a día de hoy la sociedad sigue demostrando ser incapaz de madurar tanto como para dejar de enfrentarse unos con otros hasta la muerte, siguiendo las pautas de una ideología del odio que día tras día nos intenta convencer de que el belicismo es inherente al ser humano.

| Éramos niños maleados por el sufrimiento. Éramos niños con corazón de manzana silvestre marchita y sonrisa de calavera. Harías bien, si eras un niño bueno, en apartarte de nuestro camino.

En ningún momento se plantea Oates ser clemente, evita los filtros y las descripciones difuminadas. Va al grano y se regodea también investigando una vez más alguna de sus obsesiones, como el boxeo, algo que deja para el final y que poco a poco cobra más importancia. También hay lugar para los juicios eternos, injustos y parciales, el sistema de justicia estadounidense observado con lupa. En cuanto a la pena de muerte, es un tema que protagoniza algunas de las escenas más retorcidas y monstruosas de todo el libro, es imposible salir de ellas sin que el estómago haya dado un vuelco. Hasta qué punto se puede devolver a otro en la misma medida el mal que ha infligido, o hasta qué punto unos delitos graves pueden llegar a provocar que el individuo que los cometa sea expulsado ya no de la sociedad (algo así como ser desterrado) sino del mundo, a través de la muerte.

Esta novela avanza a golpe de oleaje, agotando momentos que dan lugar a otros y así sucesivamente, siguiendo un orden cronológico. De esta manera, el pasado queda cada vez más lejos y quienes eran protagonistas en la primera parte, al final habrán cambiado los papeles con algunos que eran personajes secundarios al principio. Precisamente la evolución de estos últimos es todo un reto literario y está bastante bien solucionado. Lo que sucede al principio de la novela no sólo afecta a las personas directamente implicadas sino a todo su entorno provocando una ola, este efecto está muy bien plasmado y conseguido.

Edward Hopper
En la imagen de la cubierta se muestra a una mujer sentada en el borde de una cama en actitud pensativa. Con los brazos cruzados, sujeta sus antebrazos y apoya los codos sobre las rodillas. Los pies separados sobre el suelo, firmes, y las piernas recias, tensas, dispuestas a levantar el cuerpo y echar a andar una vez que la decisión haya sido tomada. Porque quiero pensar que la mujer se debate intentando decantarse por una solución a algo que le ha sucedido.

Está vestida con un ligero vestido naranja, y a su espalda descansa un hombre que parece dormir boca abajo, la cara completamente hundida en la almohada, vestido tan solo con un short azul. No muestra su rostro ni nos interesa verlo, lo que haya sucedido entre ellos, le afecta a él tan solo tangencialmente. Quien tiene que decidir es ella, es su integridad física y moral la que está en juego.

Laetitia Molenaar es la autora de esta magnífica ilustración, que he detectado muy inspirada en la obra costumbrista de Edward Hopper, a quien de hecho me he encontrado citado en la página 589 de una forma sutil y precisa, como solo podría hacerlo Oates:

| En mi vida en cuarentena habito siempre en una especie de antesala del crepúsculo, como en un cuadro de Hopper, esa luz débil que se desvanece, la gente moviéndose como maniquíes que apenas parecen respirar, la melancólica tosquedad de un mundo del que no hay escapatoria puesto que el mundo es eso.

La cama, la mujer, el hombre que está pero que no participa, la luz proyectada desde un ventanal que pronto cambiará y que recuerda el inexorable paso del tiempo… todo eso puede ser una alegoría de la encrucijada de la mujer ante un embarazo problemático o no deseado. Quiero resaltar el hecho de que el trabajo de cubierta sea tan bueno, y que haya sido capaz de transmitir tanta información e ilustrar tan bien esta gran novela, después de leerla no puedo imaginar un diseño más apropiado.

¿Es éste el libro más apropiado para que lea una mujer que debe tomar una decisión tan importante en este momento de su vida? Rotundamente no. Es una novela cuyo objetivo principal es el entretenimiento, solo que, como toda buena obra literaria, prepara al lector para enfrentarse a encrucijadas inesperadas que le deparará la vida, y le incita a pensar con mucha más profundidad y desde muchos más prismas sobre asuntos que quizá nunca antes se ha planteado de esa manera, como son en este caso el aborto, la pena de muerte y la grandísima repercusión que pueden tener los actos que llevemos a cabo por impulso.

No solo creo que esta novela es muy recomendable, sino que también pienso que resulta válida tanto para creyentes de cualquier credo, como para agnósticos y ateos, ya que todos ellos, como personas adultas, deben tomar conciencia de la realidad antes de que nadie les diga qué está bien y qué está mal, y someterlo a su propio juicio.

miércoles, 29 de junio de 2016

El Quijote de Wellesley - Javier Marías


De sobra es sabido que un escritor vivo aún nos puede dar muchos disgustos, por más que los admiremos, o más aún quizá por ese motivo: si de entrada no nos gusta, mal va a defraudarnos, haga lo que haga.

Es el caso de Javier Marías con este libro nuevo. Vaya por delante que Marías es uno de los cuatro grandísimos favoritos de mis estanterías, a saber: junto a J.R.R. Tolkien, Pascal Quignard y José Luis Sampedro.

El Rey de Redonda lleva dándome muchas alegrías desde que descubrí sus libros cuando tenía unos 16 años, ni siquiera puedo recordar cuál leí por primera vez: puede que fuera "Mala índole" en esa pequeña edición antigua y ya inencontrable que conseguí en una librería de viejo mucho tiempo después. Recuerdo que me fascinaban sus artículos de opinión (aún lo hacen, aunque no coincidamos en las opiniones siempre, pero su estilo es difícilmente superable) y que leía las recopilaciones bianuales con un ansia feroz. Cuentos, novelas inolvidables, "Tu rostro mañana" superando todas las expectativas; un premio nacional de literatura rechazado en la cara de un partido político corrupto que desprecia la educación y la cultura... un largo etcétera de momentos imposibles de olvidar. Y quiero dejarlo claro porque hoy vengo a quejarme. "El Quijote de Wellesley" es una tomadura de pelo difícil de digerir. Una estafa editorial oportunista, una decepción para la que a los seguidores más fieles de Marías nada ni nadie nos había preparado: un golpe en pleno rostro del buen gusto, un corte de mangas literario, en fin.

Compro cada libro nuevo de Marías con una ilusión infantil que nunca merma. Me resulta incluso muy difícil reseñar sus libros porque la subjetividad lo invade todo. Pero este Quijote es una estafa. Para empezar, un vistazo a la presentación formal ya presagia el fracaso. A pesar de que el diseño de cubierta es magnífico, el papel es tan grueso que las hojas no se comban, los márgenes son innecesariamente anchos y el resultado es de tan solo 100 páginas: está claro que no había suficiente material para conformar un libro nuevo. En cuanto a este contenido, se trata de los apuntes para dar clases sobre "El Quijote" de Cervantes, en una universidad femenina de Massachussetts (Wellesley), en 1984. Solamente se añade un prólogo actual para la ocasión. ¿Cuál es la excusa? Que en este 2016 se cumple el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, y quizá algún lector de "El Quijote" tenga interés en leer de forma paralela los comentarios de Marías al respecto, para contrastar sus impresiones capítulo a capítulo.

No sé. A mí me huele a chamusquina, a revolver en busca de cualquier cosa en el baúl de los recuerdos, en la papelera de antiguos descartes. Y sé que debería haberme informado convenientemente antes de comprarlo, y no malgastar 15.90€, y también podría ahorrarme esta reseña a la inversa, precisamente las reseñas negativas son las que más interés generan, lo sé y por eso jamás las hago.

Pienso también que "El Quijote de Wellesley" es sólo una triste anécdota en medio de esa obra ingente y magnífica que aún ha de reservarnos muchas sorpresas, pero quería prevenirles. Si quieren hacerme caso pasen página y pese a este calor insoportable, lean (otras cosas).

domingo, 21 de septiembre de 2014

"Así empieza lo malo" - Javier Marías


La nueva novela de Javier Marías estará por fin disponible en las librerías este martes 23 de septiembre.
El autor será entrevistado esta misma noche en el programa "Página 2" de la 2 de TVE, acerca del contenido de la inminente publicación en este otoño que no podía empezar mejor.

martes, 7 de mayo de 2013

22 de mayo, nuevo libro de Javier Marías: "Tiempos ridículos" (Alfaguara)


Alfaguara anuncia para el próximo día 22 de mayo la publicación de un nuevo recopilatorio de artículos de opinión de Javier Marías, como viene siendo habitual aproximadamente cada dos años desde hace tiempo. Se titulará "Tiempos ridículos" y en él podremos encontrar los últimos noventa y seis textos publicados en El País Semanal cada domingo.

El artículo que da inicio a esta colección es "Isabel monta a Fernando", un texto especialmente brillante sobre cuestiones gramaticales llevadas al extremo (y al error estrepitoso) por algunos colectivos bastante histéricos. Entre otros artículos inolvidables, "Noventa y nueve patadas y media", aunque podría seguir hasta enlazarlos todos, me temo.

22 de mayo, no lo olviden, anoten el recordatorio con tinta dorada y brillante, si les parece. Nos vemos entre sus páginas.

viernes, 9 de noviembre de 2012

"Vidas escritas" - Javier Marías



Alfaguara reedita Vidas escritas, publicado originalmente por la editorial Siruela en 1992, es decir, tras veinte años de su publicación original. Se trata de uno de los libros más personales de Javier Marías, también uno de sus favoritos, ya que cuando lo relee en la actualidad sigue pareciéndole divertido y se siente orgulloso de haberlo escrito: no es para menos.

Los libros de semblanzas de grandes escritores hacen las delicias de los lectores más interesados en las biografías de sus ídolos, puesto que recogen su esencia en esbozos breves que suelen incluir jugosas anécdotas con datos relativos a su personalidad o a sus costumbres y manías. Este recorrido por los favoritos de uno de nuestros mejores escritores españoles no tiene desperdicio, y veinte años después, sigue vigente.


Un precioso homenaje

Algunas de las grandes obras literarias que han pasado a la historia son libros escritos por gigantes de la literatura en los que reflexionaban sobre la vida y la obra de aquellos que les influían y a quienes veneraban. Por ejemplo, los discursos de Lampedusa que ni siquiera fueron escritos para ser publicados y que hoy miles de lectores buscan para conocer la particular visión del autor sobre sus idolatrados Lord Byron o William Shakespeare, o los estudios de Charles Baudelaire sobre Edgar Allan Poe, entre otros.

Javier Marías, autor cuyas obras ya se publican en la colección de clásicos de Penguin, reflexiona aquí sobre William Faulkner, Oscar Wilde, Arthur Rimbaud y muchos otros escritores brillantes, por lo que esta obra es un verdadero lujo para cualquier amante de la literatura con buen criterio. El hecho de dedicar parte de su obra a reflexionar sobre las vidas y el legado de aquellos a quienes venera, es uno de los homenajes más hermosos que pueda imaginarse.


Referencias e influencias

Existen unos pocos autores ya inmortales que son las grandes referencias literarias de Javier Marías, a saber: James Joyce, Thomas Mann y Yukio Mishima, quienes por supuesto tienen cabida en este libro con un capítulo dedicado a cada uno de ellos.

Recordemos que, además, ha sido el traductor al castellano de autores tales como William Faulkner, Joseph Conrad, Isak Dinesen, Robert Louis Stevenson, Vladimir Nabokov, Laurence Sterne, Thomas Hardy y William Butler Yeats, por lo que su conocimiento e implicación en la obra de estos escritores es mucho mayor que la de cualquier otro lector de los mismos. Los ejercicios de traducción de escritores brillantes también han influido en su forma de escribir, mejorándola y afinándola cada vez más. Según él mismo, las traducciones le han enseñado aún más que las lecturas. Gracias a este libro, tenemos el privilegio de asistir a las reflexiones sobre las influencias literarias de un autor que tanto ha influido a su vez en la obra de otros escritores más jóvenes.

Aunque Marías dice no sentirse identificado con ninguno de sus autores predilectos en lo profesional (se muestra demasiado modesto para ello, aún habiendo entrado ya en la categoría de escritores inmortales), sí reconoce sentir especial simpatía por Henry James en lo personal, quizá por relacionarlo con Pere Gimferrer. Conan Doyle también le resulta un personaje muy simpático, por lo caballeroso, y dice sentir especial afinidad por Laurence Sterne, sobre todo después de haberle traducido. En cuanto a formas de ser o manías personales no se identifica tampoco con ninguno en particular: en todo caso, sólo con Conrad, y únicamente en tanto en cuanto ambos han compartido el vicio del tabaco, aunque Marías matiza que al contrario que su autor venerado, él nunca quema las cosas por despiste.


Artistas perfectos

Uno de los últimos apartados del libro, “Artistas perfectos”, se compone de una serie de retratos seguida de un texto en el que los diferentes escritores se suceden casi intercalándose entre ellos: Dickens, Baudelaire, Mark Twain, Thomas Bernhard... seguimos entre los mejores. Este texto procede de la revista El Paseante (número 17). Las fotografías están comentadas en base a aquellos detalles que tras un vistazo rápido a los demás nos pasarían desapercibidos, y que ponen de manifiesto la impresionante capacidad de observación de Marías, capaz de detectar las intenciones más remotas en las expresiones y posturas de los retratados: se habla sólo de rostros y gestos.

Los textos que corresponden al apartado “Vidas escritas” como tal, fue publicado por Siruela en 1992 recopilando la totalidad de los textos, pero originalmente se habían ido publicando entre los números 2 y 21 de la revista Claves de la razón práctica.

El último fragmento del volumen se titula “Mujeres fugitivas” y no se había publicado en el Vidas escritas original: había aparecido ya en otro de sus libros míticos, Literatura y fantasma pero se publicó por primera vez en la revista Woman, a lo largo de varios números en el año 1993. Entre otras cosas, pone en entredicho las ocasiones en las que Marías ha sido acusado de misógino: de serlo, nunca habría hecho unas semblanzas tan respetuosas y cargadas de admiración acerca de la obra de las escritoras que aquí se incluyen, ni sería capaz de hablar con tanta cariño sobre las mujeres siempre.

Vidas escritas se podía encontrar recientemente en las librerías en ediciones de bolsillo tan solo, así que esta nueva edición, que se incluye dentro de la “Colección Javier Marías” que Alfaguara dedica desde hace años a uno de sus mejores autores, es una ocasión inmejorable para conseguirlo, además, en formato normal y con una cubierta que tiene una ilustración impecable: un estupendo comienzo que hace justicia al resto del libro.


martes, 9 de octubre de 2012

Rueda de prensa de "Mala índole"

Javier Marías en la rueda de prensa de presentación de "Mala índole: cuentos aceptados y aceptables" y de la reedición de "Vidas escritas", acompañado de Pilar Reyes.

Esta mañana se presentaban mediante una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los nuevos libros de Javier Marías que Alfaguara ha publicado estos días, a saber: los cuentos escogidos para su recopilación en "Mala índole: cuentos aceptados y aceptables" y las semblanzas de algunos de los escritores venerados por Marías en una estupenda reedición de su ya mítico "Vidas escritas". 

Ambos libros verán publicada su correspondiente reseña en el Mar de Tinta en los próximos días y, como siempre, también en estas aguas saladas, donde se reflejarán las sabias palabras sobre la Literatura que esta mañana el autor nos dedicó a los asistentes. Como siempre, un honor, y un placer.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Nuevo libro de Javier Marías: "Mala índole"


Alfaguara publica "Mala índole: Cuentos aceptados y aceptables", un libro que pretende recopilar las páginas que Javier Marías le ha dedicado al cuento, reuniendo para ello la casi totalidad de los cuentos que hasta ahora han visto la luz en diferentes recopilaciones independientes, como "Mientras ellas duermen" y "Cuando fui mortal". En "Mala índole...", encontraremos también cuentos ya imposibles de localizar, ni siquiera entre las librerías de viejo, por lo que este libro, por tanto, puede ser ya considerado un tesoro.

Según Javier Marías:

"Dado lo poco que he frecuentado el noble arte del cuento en los últimos tiempos, es posible que ya no escriba más y que lo que aquí se ofrece acabe siendo la totalidad aceptada y aceptable de mi contribución al género."

Desde estas aguas saladas cruzamos los dedos para que estas palabras no se hagan realidad: deseamos un Marías incombustible que siga apostando por la brevedad y la intensidad del cuento. Recordemos que tras la publicación de "Los enamoramientos" también declaraba sus intenciones de dejar a un lado la novela (consideraba "Tu rostro mañana" una obra que ya no podría superar) y sin embargo en posteriores declaraciones comentó brevemente, casi en voz más baja, que existía una nueva idea para una novela que empezaba a tomar forma sin que él mismo supiese dónde iba a llevarle. 

Continúe, por favor, Don Javier....

A la vez, se reedita "Vidas escritas", sin cambios. Este fabuloso libro de breves semblanzas de otros escritores míticos es ya un volumen imprescindible en las bibliotecas de los seguidores de Javier Marías, así como de cualquier lector apasionado de la literatura y de las vidas casi siempre fascinantes de los literatos.

Octubre de novedades literarias y en las calles, hojas secas.
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