jueves, 14 de marzo de 2013

"Animales perdidos" - Vicente Muñoz Álvarez


como rayos que iluminan lo profundo
así quiero que sean mis palabras

como flores adornando un mausoleo
así quiero que sean mis palabras

como estigmas en la carne del creyente
así quiero que sean mis palabras

como sueños de corte de cuchillo
así quiero que sean mis palabras

así quiero
que sean
mis palabras


Poema extraído de Purgatorio, en "Animales perdidos" de Vicente Muñoz Álvarez, editorial Baile del Sol.
Una de las más impresionantes lecturas que he tenido en mucho tiempo.
Enhorabuena al autor, bienvenido a este mar de letras.
 

martes, 5 de marzo de 2013

Nuevo libro de Maite Dono: SOBRAS

La magnífica (y muy intensa) poetisa Maite Dono acaba de ver publicado un nuevo libro: su título es "Sobras", y después de "Circus girl" sólo puedo esperar que sea una lectura espectacular. Maite Dono sabe plasmar a la perfección sobre el papel su concepto estético, que es personalísimo e irrepetible,  si la han leído sabrán por qué.


Hay que decir que la editorial de "Sobras", El Gaviero Ediciones, tiene una distribución un tanto peculiar y puede que en sus librerías resulte complicado recibir ejemplares. Por si acaso, y para aquellos a quienes interese, el libro puede conseguirse en la librería Arrebato de Madrid (C/ Palma nº 21), así como en la web de la editorial, a través de este enlace.

Que ustedes lo sangren y lo disfruten, que se duelan, y que Maite les sacuda por los hombros. Muy fuerte.

Cuchillitas.

lunes, 4 de febrero de 2013

La Dama de Shalott y otros poemas


LXVII

Cuando en mi lecho da un rayo de luna,
yo sé que en lugar donde reposas
junto a esas vastas aguas, al oeste,
una gloria desciende entre las tapias:

When on my bed the moonlight falls,
I know that in thy place of rest
By that broad water of the west,
There comes a glory on the walls:

brilla tu mármol en la oscuridad,
y una llama de plata se desliza
despacio por las letras de tu nombre
y encima de la cifra de tus años.

Thy marble bright in dark appears,
As slowly steals a silver flame
Along the letters of thy name,
And o'er the number of thy years.

Tu gloria mística huye y nada lejos,
de mi lecho la luz desaparece,
y, juntos los aleros de mis ojos,
duermo hasta que las sombras se hacen grises:

The mystic glory swims away;
From off my bed the moonlight dies;
And closing eaves of wearied eyes
I sleep till dusk is dipt in gray:

entonces sé que la niebla ha echado
de costa a costa un velo reluciente,
y en la oscura iglesia, como un fantasma,
centellea tu lápida a la aurora.

And then I know the mist is drawn
A lucid veil from coast to coast,
And in the dark church like a ghost
Thy tablet glimmers to the dawn.


La Dama de Shalott y otros poemas. Alfred Tennyson. Pre-Textos, 2002



The Lady of Shalott
John William Waterhouse
1888

domingo, 3 de febrero de 2013

"El enamorado de la Osa Mayor" - Sergiusz Piasecki


Es imprescindible hablar de las condiciones en que fue escrito este libro y de la leyenda que lo rodea, antes de contar la historia que contiene y explicar por qué es tan especial. Se trata de una historia real: Sergiusz Piasecki (1901-1964) fue encarcelado por delitos derivados de sus actividades como traficante y espía, por lo que fue condenado a la pena de muerte. Durante su reclusión, solicitó material de escritura y escribió una obra maestra titulada “El enamorado de la Osa Mayor”, sin haber recibido ningún tipo de formación literaria en toda su vida. Ahí reside uno de sus principales reclamos.

Este libro no es una autobiografía, pero la vida del protagonista sí contiene multitud de paralelismos con la de su creador. Al parecer, una vez plasmado el punto y final de la novela, Piasecki se la entregó a su carcelero sin darle mayor importancia, y éste, por suerte, la tuvo en consideración e hizo que llegara a manos del juez. Así fue como Piasecki se libró de la pena de muerte y como consiguió poco después, durante un traslado, la ansiada libertad. Su libro se convirtió en un éxito de ventas y él se esfumó sin que se sepa con seguridad dónde se perdió su rastro. Durante ese tiempo de libertad escribió alguna algún otro libro basado en sus vivencias belicosas, y también sátira política.

“El enamorado de la Osa Mayor” es uno de los más hermosos y mejor escritos que he leído nunca. Se divide en tres partes  de hipnóticos títulos: “Bajo las ruedas del carro”, “Por los senderos de los lobos” y “Los fantasmas de la frontera”. Está acompañado por una de las mejores introducciones de la historia de la literatura, donde explica brevemente y con mucha intensidad y vitalismo sus experiencias como contrabandista en la frontera rusa.

El primer capítulo comienza exactamente cuando el protagonista, Władek, se enrola en la primera de sus rutas como contrabandista, con una portadera a cuestas cargada con material para transportar de incógnito y vender al otro lado de la frontera, junto con un grupo de piratas avezados que le sirven de guía y le enseñan las claves del oficio. Con el paso de los meses Władek sufre emboscadas de los soldados rusos, vive al límite, borra de su mente la diferencia entre el bien y el mal y aprende a amar la libertad y la naturaleza de una forma salvaje.

Precisamente este libro es una oda a la libertad. Władek pronto se ve atraído por la fueraza de las estrellas y aprende a amarlas, reconocerlas y dejarse guiar por ellas. Llega incluso a bautizar a cada una de las siete estrellas que conforman la constelación de la Osa Mayor (o Carro Mayor, de ahí el título del primer capítulo). No hay fajo de billetes por los que cambie su vida al aire libre, ni palacio que le resulte más seguro que una guarida en el bosque. Se siente más cómodo rodeado de pájaros, lobos y salteadores de caminos que de ciudadanos en una gran urbe.

La magia proviene tanto del embrujo de la naturaleza como de la forma de pensar de Władek: muestra un camino alternativo y asegura que otra forma de vida es posible. Además, el hecho de ser un libro tan lírico y cuidado contrasta con la historia que cuenta (salvaje, peligrosa, descarnada).

El argumento, trepidante, deja sin resuello al lector, no da tregua. Sin embargo, a la vez el texto está plagado de frases sutiles y delicadas, y descripciones gloriosas. Por todo ello, este libro es pura magia, y una muestra perfecta de literatura de la más alta calidad.

«Camino a través del bosque hacia el sendero que conduce a Zatyczno. En la lejanía, se oyen los suspiros sordos y pesados de los truenos. Se acercan. Se desencadena un viento que corre por las alturas, por las cúspides de los árboles, llenando el bosque de un rumor quejumbroso. Cierra la noche. A duras penas me abro paso entre los árboles. De improviso, un largo relámpago verde cae sobre el bosque. Abajo, casi en las entrañas de la tierra, se oye el trueno que huye hacia las tinieblas en oleadas grávidas... Otro relámpago, ahora amarillo, corta el aire... El tercero, rojo, explota como un fuego de artificio... El cuarto, dorado, se entrelaza con la oscuridad en la lotananza... El quinto, blanco, arranca la noche de la tierra y, durante un rato, puedo ver con toda claridad cada tronco, cada rama, cada hoja... Después, los relámpagos caen a puñados. Se entrecruzan, se esquivan... Uno corre en pos del otro. Derraman torrentes de luz entre los árboles. El aire vibra... Los árboles tiemblan... Un huracán... El viento rompe ramas y derriba árboles. Los relámpagos hacen trizas los pinos, los abetos y los abedules más robustos. El bosque se estremece... »


sábado, 2 de febrero de 2013

Jaime Gil de Biedma y Juan Ferraté: cartas y artículos


"En todo ello quizá influya el rumbo que está tomando nuestro país, que me resulta poco apetecible y que me hace temer que dentro de unos años seré un ante anacrónico. Parece que Epaña, que es un país feudal que no ha tenido feudalismo, y un país burgués que jamás ha hecho la revolución burguesa, se prepara para ser un país neocapitalista sin gran capitalismo. Vamos a la economía de consumo, pero de un consumo mínimo: nuestro porvenir consiste en convertirnos en el menos desarrollado de los países desarrollados. Es decir: adquiriremos nuevas miserias y nuevos defectos sin perder ninguno de los antiguos. Creo que hemos entrado resueltamente por ese camino y ni siquiera la inmediata caída de Franco y un colapso político –cosas, una y otra, casi por completo improbables– nos salvarían ya: el «milagro español» está en marcha y participaremos de la prosperidad europea a escala española; tendremos una prosperidad pequeña, bastante sórdida, pero que permitirá a todo quisque hablar con aire de superioridad de la falta de libertad y la falta de automóviles en las democracias populares.”

Carta de Jaime Gil de Biedma a Juan Ferraté. 6 de abril de 1962.

Ellos lo sabían.

Jaime Gil de Biedma: cartas y artículos. Juan Ferraté. Acantilado, 2009.

domingo, 27 de enero de 2013

Tim Burton por Tim Burton


Este libro es una deliciosa zambullida en el imaginario fantástico del cineasta Tim Burton. Todas y cada una de sus influencias aparecen en este estupendo libro, que es una lectura perfecta para los amantes del cine en general y para los seguidores de Burton en particular. El por qué de la ropa a rayas blancas y negras, los jóvenes solitarios y atormentados o las extrañas relaciones entre padres e hijos están aquí.

En esta edición el texto está ampliado y revisado, por lo que disponemos, entre otros datos interesantes, de una versión más extensa del prólogo de Johnny Depp que aparecía en las primeras versiones del libro. Sin embargo, la película más reciente sobre la cual constan datos es “La novia cadáver” (2005), por lo que se quedan fuera los títulos posteriores como “Sweeney Tood” (2007) o “Alicia en el País de las Maravillas” (2010), entre otros.

Magia, sueños y muñecos raros

Un mundo onírico y desquiciante se presenta en este libro ya desde la cubierta, donde vemos a un Tim Burton meditativo sobre el cual flotan los personajes de sus propios bocetos, tan reconocibles en esos trazos tan finos y quebradizos, representando siempre figuras de aire elegante y algo anticuado que parecen haber salido de una tumba en la que hubieran permanecido encerrados muchos años y que, sin embargo, consiguen ser siempre encantadores.

A lo largo de las páginas del libro, de papel satinado, desfila una fascinante galería de seres extraños en orden cronológico, desde los bocetos y fotografías de sus proyectos más antiguos (“Hansel y Gretel” o el antiguo corto de “Frankenweenie” que acaba de presentar como largometraje hace muy poco) hasta el último que abarca este libro, “La novia cadáver”.


Una de las partes más interesantes es en la que Tim Burton relata su paso por Disney, donde consiguió una beca de formación para animadores y permaneció luego varios años, a pesar de poseer un estilo artístico personal que no encajaba de ninguna manera con el de la compañía. No es un dato que todo el mundo conozca, y resulta curioso. Para Burton supuso una época de aprendizaje de sus propios límites y de reafirmación de su propio estilo. Además, pudo conocer a otros profesionales con los que llegó a entenderse y colaborar tras varios años de haber abandonado Disney.

En este libro Burton explica también la importancia de las influencias literarias en sus películas: a pesar de confesar no haber sido un gran lector desde niño, cuenta que sus preferencias eran los libros del Dr. Seuss y los cuentos de Edgar Allan Poe. Claramente, todo encaja.



Tim Burton y Johnny Depp

Es estupendo que esta maravillosa pareja de extraños llegase a conocerse y se diese cuenta de que debía colaborar unida, porque la genialidad de ambos y su profesionalidad nos han dado frutos inolvidables en forma de imágenes cinematográficas. Es por eso que en este libro el prólogo de Depp es idóneo para preceder al texto en el que toma la palabra Tim Burton, debido al cariño y la complicidad que ambos tienen, tanto en lo personal como en lo profesional, algo que salta a la vista cuando vemos las películas en las que trabajan juntos. De hecho, Depp no aporta apenas datos técnicos sobre el trabajo de ambos en su introducción, sino que se centra en la complicada tarea de explicar con palabras qué siente cuando colaboran, en qué se basa su química y por qué logran tan buenos resultados.

Esta relación ha sufrido críticas desde el comienzo, quizá por lo extravagante de los dos (ya que dan la equivocada imagen de ser caricaturas de sí mismos y quizá por eso llamen más la atención, o despierten más las envidias), o quizá porque casi todo lo que sale bien y triunfa lleva aparejada una inevitable lluvia de animadversiones.


En lugar de recibir una nueva colaboración de ambos con un despectivo “¿Otra vez?”, prefiero exclamar un entusiasta “¡Qué buena noticia!” en cada una de las ocasiones en que esto sucede. Para Depp, trabajar con Burton es “como volver a casa”. Una sensación parecida a la que tenemos sus fans cuando revisitamos sus películas o asistimos a la proyección de las nuevas por primera vez.

No hay que olvidar que Johnny Depp mantiene su propia carrera cinematográfica también al margen de las colaboraciones con Burton, y que precisamente logró una de sus cimas interpretativas en “Piratas del Caribe” (2007) con el personaje de Jack Sparrow. Hay otros actores fetiche en las películas de Burton que también aportan coherencia a su obra, como Helena Bonham Carter, Christopher Lee, Michael Gough o, más recientemente, Anne Hathaway. Si hay química, ¿por qué no repetir?

El niño Tim

La infancia de Tim Burton se ve reflejada en sus películas, donde ha intentado de forma más o menos consciente hacer justicia con su pasado y tomarse su revancha en aquellos asuntos que no salieron bien la primera vez. Por ejemplo, se venga de los cachas de instituto cuando Kim deja a su novio en “Eduardo Manostijeras”; refleja su trauma infantil con los aparatos metálicos para los dientes que rodean toda la cabeza cuando recrea la infancia de Willie Wonka en “Charlie y la fábrica de chocolate”; revive su amor infantil por los perros y reconstruye su visión tenebrosa de una aparentemente tranquilo barrio residencial en “Frankenweenie”; ajusta cuentas con su padre y la pobre relación que mantuvieron en la emotiva “Big Fish” y da forma a su proyecto de juventud “Pesadilla antes de Navidad”, que permanecía oculto en los archivos olvidados de Disney desde hacía años.


Además, ha tenido la inmensa suerte de colaborar profesionalmente con Vincent Price, que fue su padre cinematográfico, una de sus mayores influencias y la figura del mundo del cine a la que más ha venerado desde siempre. Entre otras colaboraciones, es el actor que da vida al padre-inventor de Eduardo Manostijeras.

Tim Burton se crió en una familia normal y tuvo una infancia demasiado pacífica para lo que se podría esperar de una mente tan lúcida e imaginativa como la suya. No obstante, desde muy joven asistía a su cotidianeidad de una forma peculiar, viviéndola a través de un matiz tenebroso, satírico y fantasioso que tan bien supo plasmar luego en sus películas. Sus comienzos más inocentes al mando de una cámara de vídeo se produjeron grabando vídeos caseros con otros niños del barrio usando una cámara de Súper 8.


Sabemos que definitivamente no hay nada artificioso en sus películas cuando descubrimos que siendo muy joven visitaba habitualmente el cementerio cercano a su casa en busca del inspirador sosiego y la inquietante soledad que no conseguía encontrar en otros lugares. De hecho, es curioso que todavía no haya rodado una película de verdadero terror (a pesar de los toques góticos y oscuros que ya son tan característicos y reconocibles), ya que declara que este es su género cinematográfico favorito.

Ha sabido hacer de lo raro algo comercial, de gran acogida por el gran público y no sólo para los freaks. Su eterno ajuste de cuentas con su infancia y sus revisiones de los clásicos que le marcaron de joven hacen desde hace años las delicias de niños y adultos en la oscuridad de las salas de cine: una sonrisa inocente aparece cada vez que sus incondicionales sabemos que un nuevo proyecto se fragua entre las manos de este increíble genio loco.


lunes, 31 de diciembre de 2012

2012, las mejores lecturas

Es inevitable: llegan estos días y es imposible escapar al embrujo del ambiente, el brillo de las luces y sobre todo, a la emoción de la gente (puede que sea la ilusión lo que hace que las sonrisas permanezcan). Las búsquedas de los visitantes ocasionales de estos últimos días eran tan emotivas y enternecedoras (buscaban —buscabais— contenidos mágicos sobre todo, infantiles también, y además con muy buen gusto) que no me he podido negar a hacer un repaso por las lecturas con estrella dorada de 2012. Y son las que siguen, tras algunas dudas y dejando fuera decenas de libros leídos este año.


Grandes gestas: la lectura de "La montaña mágica" de Thomas Mann, viaje perfecto para iniciar un año que realicé a principios de 2011 (dónde están esos días ya). Ya lo comenté por aquí y no quiero repetirme,
pero este libro es magia, es un ascenso a las cumbres de la alta literatura, y que se pose un pájaro negro en mi ventana mientras escribo esto, me asegura en mis palabras. Este año el inicio será con el "Ulises" de James Joyce, que sé que me llevará, al menos, tan lejos como Thomas Mann.


Más libros. Libros de esos que son sencillamente buenos, en este caso de autores muy cercanos en el tiempo a nosotros y de quienes he leído además muchos otros de sus respectivas bibliografías (y lo seguiré haciendo, sin duda): "El Sunset Limited" de Cormac McCarthy, que muchos se han perdido por su absurdo empeño en "no leer teatro". ¿Y qué, si es teatro? Es sencillamente un diálogo, y es una historia magnífica. Magistrales son también "La carretera" e "Hijo de Dios"; "Blonde" de Joyce Carol Oates, que me hizo empezar a adorar de golpe a la autora y a su biografiada, Marilyn Monroe. También brillante "Del boxeo", breve y certero como un puñetazo en la cara; "Las ninfas" de Francisco Umbral, el autor que dijo aquello de que "cultura es el lugar donde los patios se llaman claustros" y que tiene mi respeto incondicional y absoluto, buenísimos también los libros que recopilan sus artículos ("Los placeres y los días", y más); "Nostalgia" de Mircea Cărtărescu, unos cuentos que esperábamos impacientes en castellano. Ya lo avisé en su día, pero hay que estar preparado: son una ida de olla (magistral, eso sí) muy seria que no debe leerse al azar: hay que elegir con cuidado el momento.

Hay otro tipo de libros más o menos inclasificables, que te abren los ojos y que despiertan tu sensibilidad arrancándote la coraza artificial a mordiscos dulces. Palabras que se acomodan de alguna manera y ya te acompañan siempre. Aquí están, cómo no, "La muerte salió cabalgando de Persia" de Péter Hajnóczy, es muy posible que este año lo lea de nuevo, en algún momento; "Deseo de ser piel roja" de Miguel Morey, que (es una anécdota) en Anagrama alguien decidió publicar como "ensayo"; las "Mitologías de W.B. Yeats un libro demasiado especial e íntimo como para comentarlo: pueden tomarse estas palabras escuetas como una recomendación a lo bestia; "El mundo en el que vivo" de Helen Keller, uno de esos libros que de tan vitalista y mágico apenas puedes creer mientras lo estás leyendo, y que no me canso de recomendar a quienes buscan en las palabras impresas motivos para vivir siendo un poco más felices y más fuertes, y que aún no saben que deben huir de los libros que los centros comerciales venden bajo el epígrafe de "autoayuda".


Libros que cambian el color con el que ves la realidad, con el que miras a los demás, con el que te miras por dentro a ti mismo: la "Teoría king kong" de Virginie Despentes, un libro que ya está para siempre unido al "Testo yonqui" de Beatriz Preciado, de quien he leído su obra completa y la recomiendo en bloque. Nunca son suficientes los libros que rompen los lazos con las imposiciones de la sociedad y que atacan con tan buenos argumentos a las ideas rancias enquistadas. Virginie y Beatriz son unas techno-guerreras, unas bio-meigas, y su lucha (sword-lipstick) tiene toda mi admiración y apoyo.



Poesía, la más alta expresión literaria. "La tumba de Keats" de Juan Carlos Mestre, una tarde de invierno en Roma junto a la tumba del poeta cuyo nombre fue escrito en el agua, escuchando las reflexiones que ese lugar y esa presencia le inspiran a Mestre; y, mientras me acompañan como una salmodia los versos sueltos que siempre recuerdo de Isabel García Mellado, cuyos poemas rezaría si algún día hubiese de rezar algo... cambiamos el registro, esto es una inmersión de lleno a la realidad, sin tiempo para ensayarlo y con agua fría: "No hay tiempo para libros: nadie a salvo" de David González, posiblemente uno de sus mejores libros, si no el mejor, y se lo dice alguien que los ha leído todos.

¿Qué? Ah, que no he citado a Javier Marías. Bueno, él siempre está ahí.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Una tienda de sueños


—Si desea ver un sueño, he de dejar la tienda a oscuras —me explicó sosegadamente el hombre, que hizo girar el interruptor, se acercó a una ventana por la que entraba la luz de las farolas de la calle y corrió una cortina.

(...)

—Deseo llevarme este sueño —dije—, y quizá también este otro. ¡Encienda la luz!

(...)

Un mes murmuró al fin, tachando sus cálculos con una raya firme.
Yo me reí en su cara.
Alisándose las solapas, el hombre explicó:
Hablo en serio. Quizá esperaba poder pagar con dinero, pero sepa usted que en ningún sitio se compran con dinero los sueños. Debe pagarlos con tiempo. Los sueños cuestan tiempo; algunos, mucho tiempo. Tenemos un sueño (puedo enseñárselo si quiere) por el que pedimos una vida.

(...)

Aquella tarde caminé de un lado a otro por la ciudad. Los cierres metálicos de los escaparates bajaban con estrépito. Delante de cada tienda tenía un sobresalto, porque temía haber llegado, sin querer, a la que estaba buscando y rehuyendo a la vez.

Otras muchas tardes sufrí el mismo tormento  camino de mi casa, hasta que, un día, decidí poner fin a mis angustias. Volvería a la tienda a preguntar por el sueño y trataría de convencer al hombre de que rebajara el precio que yo no estaba dispuesto a pagar.

O quizá sí lo pagara.

Cuando avisté el edificio en el que sabía que estaba la tienda, ya desde lejos, distinguí un andamiaje que llegaba hasta el tejado. En la acera había baldes de cal y cubos de mortero, y donde antes estaba la oscura tiendecita, llena de paquetes, se veían ahora unas paredes limpias y desnudas. No habían dejado ni el escaparate.



                                                  










Ingeborg Bachmann
Ansia y otros cuentos
Editorial Siruela, 2005

martes, 11 de diciembre de 2012

"El cuervo" - Edgar Allan Poe


Un cuervo en la noche

El cuervo es un cuento en forma de poema que se publicó originalmente en 1845, y que ha pervivido en el tiempo como uno de los mejores textos de Edgar Allan Poe, un autor que ha definido el gusto literario de jóvenes y no tan jóvenes a lo largo de generaciones. 


El poema recrea un ambiente que condensa a la perfección el imaginario de la literatura de Poe y que es capaz de ponernos los pelos de punta con tan solo unas estrofas. Un cuervo se cuela en la habitación de un estudiante solitario en una fría noche de diciembre, posándose elegante y majestuoso y repitiendo la palabra nevermore (nunca más) ante las preguntas que le dirige el joven, que le observa inquisitivo en espera de que la negra figura alada aclare sus incertidumbres.


Influenciado en su creación, entre otros, por el mismísimo Charles Dickens, este poema ha influido a su vez en cientos de escritores, dando lugar a multitud de obras que de otra manera no hubiesen existido, o al menos no de la misma manera. Valga como ejemplo icónico el brillante e inmortal cómic de James O’Barr, The Crow, una historia tan especial como dolorosa por cuya creación debemos dar las gracias a O’Barr y, por su influencia, a Allan Poe cada noche. También el realismo mágico sudamericano de Cortázar y Borges bebe directamente de Poe, así como lo hace el universo lovecraftiano en toda su extensión.


Algo más que un cuadernillo

La edición por la que apuesta Tatanka, algo endeble pero muy económica, quizá sea la más adecuada para esta época en la que un euro de diferencia puede determinar una venta. Además, no hay que olvidar que tan sólo contiene un poema, algo que las editoriales que se arriesgan a publicar solventan incluyendo material gráfico y el texto original en el caso de textos extranjeros, como es el caso. 

Así pues, hay que prestar especial atención a la calidad de la traducción, sobre todo si no es la clásica de un traductor de prestigio, y a la adecuación de las ilustraciones. En este caso, la traducción, de la que se encarga Adolfo Muñoz, respeta el texto original y además añade una breve nota explicativa que aclara cómo la ha realizado, respetando la métrica original y rimando en asonante. Lo único que los defensores más rigurosos de la obra de Poe no perdonarán es que se haya modificado el nombre de la amada del protagonista, llamada Lenore, por el de Soledad, en pos de la métrica de la traducción. Por lo demás, la versión en castellano es estupenda.


También aparece traducido el prólogo de Luis Alberto de Cuenca, por lo que resulta una edición bilingüe bastante rigurosa (faltaría incluir traducida la nota del traductor). En lo que respecta al prólogo, lo cierto es que podría ser más académico, habiendo sido redactado por un experto en literatura gótica. Resulta un tanto irónico y no demuestra un conocimiento profundo sobre la figura de Edgar Allan Poe, por lo que el reclamo de marketing al incluir un prologuista famoso no cumple del todo las expectativas.

En cuanto a las ilustraciones, realizadas por Javier Serrano, reflejan adecuadamente el ambiente que recrea el texto y resultan estilizadas y elegantes, dentro de su simplicidad. Los colores lisos en tonos blanco, negro y rojo sangre son los más identificativos de este tipo de literatura, por lo que estéticamente la edición es impecable. Tratándose de un poema tan profusamente ilustrado a lo largo de la historia, es difícil a estas alturas hacer algo original que destaque, sobre todo teniendo en cuenta que existen grabados del mismo realizados por Gustave Doré, o litógrafos de Édouard Manet, entre muchos otros.

Leer a Poe cuando fuera hace mucho frío y es de noche, es una experiencia que todo buen lector que se precie de serlo debe vivir alguna vez. Así pues, ahora es el momento.

Ilustraciones de Tatanka Books.

domingo, 2 de diciembre de 2012

"Siempre hemos vivido en el castillo" - Shirley Jackson


La escritura de Shirley Jackson es hipnótica y deliciosa; lo que comienza pareciendo una novela muy típica para adolescentes pronto se convierte en un texto raro, diferente a lo habitual, maravillosamente escrito y con una capacidad de enganche que roza lo demente.

Shirley Jackson estaría incluida dentro del selecto grupo de la literatura gótica sureña (entre los más destacados de esta clasificación: William Faulkner, William Gaddis, Joyce Carol Oates –de quien se incluye un estupendo posfacio en esta edición– y Cormac McCarthy), con la salvedad de que ella vivió y desarrolló su carrera en el norte a pesar de proceder de San Francisco, en el sur de los Estados Unidos.

Su obra ha influido en la literatura oscura y de terror, y es referente de autores como Clive Barker, Stephen King, Richard Matheson o Jonathan Lethem. Escribe con una finura muy especial que destaca por las pinceladas de brillantez que se encuentran desperdigadas pero constantes a lo largo del libro.

Esta novela posee un comienzo un tanto desconcertante, con sutiles características que recuerdan a la literatura juvenil, y sólo se comprende mejor a medida que uno avanza en la lectura, aunque se trata de una prosa en ningún caso retorcida: es más, el libro se lee sorprendentemente rápido.

La voz en primera persona de la narradora corresponde a Merricat Blackwood, que vive junto con su hermana Constance y su tío Julian. Uno de los tres asesinó al resto de la familia seis años atrás, pero curiosamente ése no es un asunto imprescindible para que uno se enganche sin remedio a la novela: lo que atrae es lo bien escrita que está, y las referencias que constantemente se hacen al mundo mágico. De hecho, son precisamente ésos los toques de genialidad que otorgan calidad al libro. 

Aunque no se trata clara ni directamente el tema de la brujería, sí se cuenta que en ocasiones Merricat, la protagonista, lleva a cabo algunas liturgias menores que buscan favorecer los asuntos de su día a día. Se trata de pequeños gestos que ha inventado, que únicamente proceden de su instinto y que podríamos considerar rituales de magia simpática. En este sentido, también destacan las apreciaciones de Merricat con respecto a su entorno, como por ejemplo, cuando se asoma al cielo a través de un tejado derruido y dice ver, o creer ver, criaturas aladas sobrenaturales que planean sobre la casa mientras se entregan a sus quehaceres cotidianos; cuando trata de esconderse en el bosque y percibe cómo los árboles forman un círculo que la protegen (en lugar de situarse ella tras unos árboles que ya estuviesen situados formando un corro), o cuando entierra cerca del río la pluma de su tío, que tiene grabadas sus iniciales, para que el agua al pasar siempre cante su nombre.

Es en la descripción de estos momentos cuando las frases se tornan más bellas y la lectura aún más hipnótica, convirtiéndolo en un libro inolvidable.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Madrid, Puerta del Sol, 1 de diciembre


ACTIVIDADES ORGANIZADAS

12 - 13h. Puerta del Sol (Madrid). “La poesía es un arma cargada de futuro”
12 - 17h Desde la Puerta del Sol hasta la plaza 2 de Mayo (Madrid). "Cupones premiados. Poesía sos vos"
13 - 16h. Puerta del Sol (Madrid). "Blogueros contra los recortes sociales"
Desde 13h. Plaza del 2 de Mayo (Madrid).  Jam session
Desde 16h. Puerta del Sol (Madrid). "manifestación po ético. el maratón"

Información extraída del blog unodi; para más información, pinchar aquí.

viernes, 23 de noviembre de 2012

"La mañana es un niño..." - Isabel García Mellado


3.
la mañana es un niño
tú estás loco y yo te amo
nos llega el aire
sabemos conducir por mis rodillas
no hay lugar en el mundo con más montañas azules
que las frases que grabaste
en el retrovisor de mi escotilla
derrumbaremos juntos
todas las frases hechas
"campos de margaritas"
"arroz con leche"
"el fax te ha perdido la pista"
mientras, mi india más morena
se posaba en el mundo













Poema de Isabel García Mellado, extraído de su blog «laotrapequenyita».

domingo, 18 de noviembre de 2012

"Cartas a un buscador de sí mismo" - Henry David Thoreau


En 1848, Henry David Thoreau y Harrison G. O. Blake iniciaron una correspondencia que se mantendría hasta 1861, poco antes de la muerte de Thoreau. Blake recibió parte de la obra de su amigo tras su desaparición y se encargó de prepararla para su publicación.

En éste volumen encontramos las misivas que Thoreau dirigía a su amigo: solamente la que inicia el volumen fue escrita por Blake. Entre los temas principales encontramos la pérdida de bienes materiales en pos de una mayor riqueza espiritual, la búsqueda de lo esencial en la Naturaleza y la mejora de uno mismo como base para modificar el comportamiento ajeno, todos ellos temas recurrentes en la obra de Thoreau.

Sabemos que nos encontramos ante una obra o un autor excepcionales cuando tras su primera lectura sentimos el deseo irrefrenable de buscar más bibliografía al respecto, y es lo que ocurre en este caso. La satisfacción que se siente tras leer estas cartas animan a buscar más textos de Thoreau, como su Desobediencia civil, tan necesaria en estos días inestables.

Antes de empezar a cartearse con Thoreau, G.O. Blake lo hacía con el filósofo Emerson, cuyo estilo de vida y pensamiento difieren bastante de los de Thoreau, a pesar de haber sido amigos en su tiempo. No en vano, Blake conoció a Thoreau a través de Emerson.

En estas cartas, Thoreau responde a Blake instruyéndole sobre aspectos concretos de la vida sobre los que su amigo le había pedido consejo. Por ello, son un fabuloso compendio de recomendaciones vitales para un día a día más enriquecedor, puro y descontaminado. La idea de tener un filósofo de cabecera que responda tus dudas existenciales, por sí sola, me parece maravillosa.

El asunto central sobre el que Thoreau construyó sus teorías es qué ocurre cuando un hombre se enriquece materialmente a cambio de perder su alma. Lo que trata de hacer ver es la importancia de una vida espiritual plena en detrimento de la riqueza material, tan innecesaria en esencia. Busca desprenderse a toda costa de cualquier propiedad inútil para vivir una vida mejor en todos los demás aspectos. Por ese motivo se retiró a vivir al campo, dando la espalda a la sociedad que no le identificaba y negándose a pagar impuestos ni a participar de ninguna otra manera en esa farsa que el hombre había hecho del mundo, y con la que estaba tan en desacuerdo. Esa retirada a la naturaleza es la mayor muestra de compromiso y, sobre todo, de coherencia con respecto a sus propias ideas y teorías. Su amor por la naturaleza se intensificó cuando Thoreau profundizó en el conocimiento de la cultura india norteamericana.

Con respecto a esta huida a los bosques, mientras uno lee estas cartas, a veces, entre los espacios en blanco que hay entre renglón y renglón se puede respirar el olor a tierra mojada, y si se presta atención se pueden escuchar también los sonidos del bosque.

Estas cartas también sirven para reconstruir el día a día de la vida de Thoreau, con retazos de información relativa a los personajes con los que se relacionaba (otros escritores y filósofos, e intelectuales en general), los libros que leía, y sus autores predilectos, que recomendaba continuamente a Blake. Una suerte de diario personal a fragmentos que nos acerca un poco más a este increíble pensador de mediados del XIX cuya obra, hoy se mantiene vigente.

viernes, 9 de noviembre de 2012

"Vidas escritas" - Javier Marías



Alfaguara reedita Vidas escritas, publicado originalmente por la editorial Siruela en 1992, es decir, tras veinte años de su publicación original. Se trata de uno de los libros más personales de Javier Marías, también uno de sus favoritos, ya que cuando lo relee en la actualidad sigue pareciéndole divertido y se siente orgulloso de haberlo escrito: no es para menos.

Los libros de semblanzas de grandes escritores hacen las delicias de los lectores más interesados en las biografías de sus ídolos, puesto que recogen su esencia en esbozos breves que suelen incluir jugosas anécdotas con datos relativos a su personalidad o a sus costumbres y manías. Este recorrido por los favoritos de uno de nuestros mejores escritores españoles no tiene desperdicio, y veinte años después, sigue vigente.


Un precioso homenaje

Algunas de las grandes obras literarias que han pasado a la historia son libros escritos por gigantes de la literatura en los que reflexionaban sobre la vida y la obra de aquellos que les influían y a quienes veneraban. Por ejemplo, los discursos de Lampedusa que ni siquiera fueron escritos para ser publicados y que hoy miles de lectores buscan para conocer la particular visión del autor sobre sus idolatrados Lord Byron o William Shakespeare, o los estudios de Charles Baudelaire sobre Edgar Allan Poe, entre otros.

Javier Marías, autor cuyas obras ya se publican en la colección de clásicos de Penguin, reflexiona aquí sobre William Faulkner, Oscar Wilde, Arthur Rimbaud y muchos otros escritores brillantes, por lo que esta obra es un verdadero lujo para cualquier amante de la literatura con buen criterio. El hecho de dedicar parte de su obra a reflexionar sobre las vidas y el legado de aquellos a quienes venera, es uno de los homenajes más hermosos que pueda imaginarse.


Referencias e influencias

Existen unos pocos autores ya inmortales que son las grandes referencias literarias de Javier Marías, a saber: James Joyce, Thomas Mann y Yukio Mishima, quienes por supuesto tienen cabida en este libro con un capítulo dedicado a cada uno de ellos.

Recordemos que, además, ha sido el traductor al castellano de autores tales como William Faulkner, Joseph Conrad, Isak Dinesen, Robert Louis Stevenson, Vladimir Nabokov, Laurence Sterne, Thomas Hardy y William Butler Yeats, por lo que su conocimiento e implicación en la obra de estos escritores es mucho mayor que la de cualquier otro lector de los mismos. Los ejercicios de traducción de escritores brillantes también han influido en su forma de escribir, mejorándola y afinándola cada vez más. Según él mismo, las traducciones le han enseñado aún más que las lecturas. Gracias a este libro, tenemos el privilegio de asistir a las reflexiones sobre las influencias literarias de un autor que tanto ha influido a su vez en la obra de otros escritores más jóvenes.

Aunque Marías dice no sentirse identificado con ninguno de sus autores predilectos en lo profesional (se muestra demasiado modesto para ello, aún habiendo entrado ya en la categoría de escritores inmortales), sí reconoce sentir especial simpatía por Henry James en lo personal, quizá por relacionarlo con Pere Gimferrer. Conan Doyle también le resulta un personaje muy simpático, por lo caballeroso, y dice sentir especial afinidad por Laurence Sterne, sobre todo después de haberle traducido. En cuanto a formas de ser o manías personales no se identifica tampoco con ninguno en particular: en todo caso, sólo con Conrad, y únicamente en tanto en cuanto ambos han compartido el vicio del tabaco, aunque Marías matiza que al contrario que su autor venerado, él nunca quema las cosas por despiste.


Artistas perfectos

Uno de los últimos apartados del libro, “Artistas perfectos”, se compone de una serie de retratos seguida de un texto en el que los diferentes escritores se suceden casi intercalándose entre ellos: Dickens, Baudelaire, Mark Twain, Thomas Bernhard... seguimos entre los mejores. Este texto procede de la revista El Paseante (número 17). Las fotografías están comentadas en base a aquellos detalles que tras un vistazo rápido a los demás nos pasarían desapercibidos, y que ponen de manifiesto la impresionante capacidad de observación de Marías, capaz de detectar las intenciones más remotas en las expresiones y posturas de los retratados: se habla sólo de rostros y gestos.

Los textos que corresponden al apartado “Vidas escritas” como tal, fue publicado por Siruela en 1992 recopilando la totalidad de los textos, pero originalmente se habían ido publicando entre los números 2 y 21 de la revista Claves de la razón práctica.

El último fragmento del volumen se titula “Mujeres fugitivas” y no se había publicado en el Vidas escritas original: había aparecido ya en otro de sus libros míticos, Literatura y fantasma pero se publicó por primera vez en la revista Woman, a lo largo de varios números en el año 1993. Entre otras cosas, pone en entredicho las ocasiones en las que Marías ha sido acusado de misógino: de serlo, nunca habría hecho unas semblanzas tan respetuosas y cargadas de admiración acerca de la obra de las escritoras que aquí se incluyen, ni sería capaz de hablar con tanta cariño sobre las mujeres siempre.

Vidas escritas se podía encontrar recientemente en las librerías en ediciones de bolsillo tan solo, así que esta nueva edición, que se incluye dentro de la “Colección Javier Marías” que Alfaguara dedica desde hace años a uno de sus mejores autores, es una ocasión inmejorable para conseguirlo, además, en formato normal y con una cubierta que tiene una ilustración impecable: un estupendo comienzo que hace justicia al resto del libro.


jueves, 1 de noviembre de 2012

"Antología de Spoon River" - Edgar Lee Masters


O cómo narrar  la historia de un pueblo a través de las voces de sus habitantes muertos. 
Como si se situase en un rincón apacible del cementerio de un Spoon River ya deshabitado, bolígrafo en mano, Edgar Lee Masters transcribe las biografías de los personajes que vivieron allí.
Cada biografía es un poema que lleva por título el nombre de un personaje. Los poemas, escritos en primera persona a modo de autobiografías exageradamente resumidas, podrían servir también, por su extensión, de epitafio de cada una de las tumbas del cementerio.


Un  coro de voces muertas

La sensación de estar escuchando una única historia coral se ve intensificada por el hecho de que muchas de las semblanzas se enlazan entre ellas, es decir, encontramos a menudo el poema de un personaje que había sido citado en el texto inmediatamente anterior. Así, las historias que nos cuentan —por fuerza tan poco prolijas en detalles— se ven completadas o ampliadas en el poema posterior. Además, sucede que un puñado de personajes concretos son mencionados de forma recurrente a lo largo de los poemas, debido a que mientras estuvieron vivos influyeron de forma decisiva en la historia de muchos de sus vecinos.


Best-seller

El hilo argumental, tan atrayente por ser un tanto tenebroso, se une al hecho de que esta antología es uno de los escasísimos poemarios convertidos en súper ventas en la historia de la industria editorial, y es inevitable sentir interés inmediato por leer este libro, que no defrauda.


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