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sábado, 31 de mayo de 2014

"Spleen de París; Pequeños poemas en prosa" - Charles Baudelaire


Hay ritmo más allá de la rima, y hay Baudelaire más allá de "Las flores del mal". "Spleen de París" es una colección de cincuenta textos breves en prosa lírica, que es el resultado de privar de la rima y de métrica al poeta. Baudelaire, aunque no fue el precursor, sí tuvo el éxito necesario para poner de moda este estilo e influir en la obra de otros autores como Rimbaud, Artaud o Cortázar.

XXXVII - Los favores de la Luna

La Luna, encarnación del capricho, se asomó a tu ventana mientras dormías en la cuna y se dijo: "Esta niña me gusta".
Y bajó blandamente su escalera de nubes y atravesó sin hacer ruido los cristales. Luego se posó sobre ti con la tierna suavidad de una madre y derramó sus colores sobre tu rostro. Tornáronse entonces verdes tus pupilas y cobraron tus mejillas su palor extremo. Fue contemplando a esta singular visitante como tus ojos se agrandaron misteriosamente, y tan dulcemente apretó tu garganta que desde entonces y para siempre guardas deseos de llorar.
Entretanto la Luna, exaltante de júbilo, inundaba la estancia entera con una especie de atmósfera fosforescente, de luminosa ponzoña, y toda esa luz viviente pensaba y decía: "Por siempre te hallarás bajo el influjo de mi beso. Será bella a mi manera. Amarás cuanto yo amo y cuanto me ama a mí: el agua, las nubes, el silencio y la noche; el inmenso y verde mar, el agua informe y multiforme, el lugar en donde no estés, el amante que no conocerás, las flores monstruosas, los perfumes que llevan al delirio, los gatos que se arroban sobre los pianos y que gimen como mujeres, con voz rauca y dulce".
"Y te amarán mis amantes, te cortejarán mis cortesanos. Reinarás sobre los hombres de ojos verdes cuyas gargantas también apreté en mis caricias nocturas, sobre aquellos que aman el mar, el mar inmenso, tumultuoso y verde, el agua informe y multiforme, el lugar en donde no están, la mujer que no conocen, las flores siniestras, semejantes a incensarios de alguna religión ignota, los perfumes que nublan la voluntad y los animales salvajes y voluptuosos, emblemas de su locura."
Y por eso, maldita adorable niña mimada, estoy aquí postrado a tus pies, buscando en tu persona toda el reflejo de la terrible Deidad, de la fatídica madrina, de la nodriza que envenena a todos los lunáticos.


XXXIII - Embriagaos

Hay que estar siempre ebrio. Todo se reduce a eso, es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándolos hacia el suelo, debéis embriagaos sin cesar.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os plazca. Pero embriagaos.
Y si alguna vez os despertáis en la escalinata de un palacio, tumbados sobre la verde hierba de una cuneta o en la lóbrega soledad de vuestro cuarto, menguada o disipada ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, preguntad qué hora es: y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj os contestarán: "¡Es hora de embriagarse!" Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

"Los paraísos artificiales" - Charles Baudelaire


"El vino exalta la voluntad, el hachís la aniquila. El vino es apoyo físico, el hachís es un arma para el suicidio. El vino hace al hombre bueno y sociable. El hachís lo aísla."

"Los vicios del hombre, por muy llenos de horror que uno los suponga, encierran la prueba (¡aunque sólo sea en su infinita expansión!) de su afán de infinito; lo que pasa es que se trata de un afán que a menudo se equivoca de camino."

"En efecto, todo hombre que no acepte las condiciones de la vida vende su alma. Es fácil comprender la relación que existe entre las creencias satánicas de los poetas y las criaturas vivas que se han consagrado a los excitantes. El hombre ha querido ser dios y, de pronto, ahí lo tenemos, en virtud de una moral incontrolable, caído a un nivel más bajo que el de su naturaleza real. Es un alma que se vende al detall."

"Después de todas esas consideraciones es realmente superfluo insistir sobre el carácter inmoral de hachís. Que yo lo compare al suicidio, a un suicidio lento, a un arma siempre ensangrentada y siempre aguzada, ningún espíritu razonable encontrará nada que oponer. Que lo asimile a la magia, a la brujería, las cuales quieren, operando sobre la materia y mediante arcanos cuya falsedad o eficacia nada prueban, conseguir un dominio prohibido al hombre o permitido sólo a quien es considerado digno, ningún alma filosófica lo podrá censurar."

"¿Añadiré que el hachís, como todos los placeres solitarios, vuelve al individuo inútil para los hombres y a la sociedad superflua para el individuo, empujándole a admirarse sin cesar a sí mismo y precipitándole día tras día hacia el abismo luminoso donde admira su rostro de Narciso?"









Los paraísos artificiales.
Charles Baudelaire. Alianza editorial, 2011

viernes, 26 de julio de 2013

"Edgar Allan Poe" - Charles Baudelaire


Poder leer lo que un escritor de prestigio universal pensaba acerca de otro al mismo nivel, cuando uno admira a ambos, es como asistir a un encuentro entre ambos en otra esfera.

Charles Baudelaire reflexiona acerca de la literatura y la persona de Edgar Poe, en una serie de textos en los que se refleja por un lado la delicadeza de la escritura de Baudelaire y la admiración (es casi palpable) que sentía por Poe.

Edgar Allan Poe nació en Baltimore en 1813. (...) Si alguna vez el espíritu del romance —¡espíritu siniestro y tempestuoso!— presidió un nacimiento, sin duda presidió el suyo.

Según Baudelaire, lo que dio prestigio a Poe desde el principio fue su originalidad, gracias a esa forma de escribir tan característica, personal y novedosa con que redactaba sus relatos. También hace hincapié en aspectos como la persecución incansable de la belleza, el gusto por al rima y la introducción de elementos matemáticos (muy importantes en la vida de Poe) en su literatura. El tipo de temas que trataba y su propio magnetismo personal (un halo misterioso en torno a su nombre perdura mucho tiempo después de su muerte), lograron que conociera la fama internacional, ya imperecedera. Este libro también contiene interesantes datos y anécdotas sobre la vida de Poe, y algunas descripciones sobre su trabajo y sobre el arte de la poesía en general, que resultan estremecedoramente bellas...

Es ese admirable, ese inmortal instinto de lo bello el que nos lleva a considerar la tierra y sus espectáculos como un compendio, como una correspondencia del Cielo. La sed insaciable de todo lo que está más allá, y que revela la vida, es la más viva prueba de nuestra inmortalidad. Es a la vez con la poesía y a través de la poesía, con la música, como el alma vislumbra los esplendores situados más allá de la tumba; y, cuando un exquisito poema lleva las lágrimas al borde de los ojos, esas lágrimas no son la prueba de un exceso de gozo, antes bien son el testimonio de una irritada melancolía, de una súplica de los nervios, de una naturaleza exiliada en lo imperfecto que querría adueñarse de inmediato, en la tierra misma, de un paraíso revelado.

Simplemente por estas reflexiones de Baudelaire sobre la poesía (independientemente de los comentarios acerca de Poe) hacen del libro una obra espectacular y hermosa. Se trata de textos extraídos de diferentes publicaciones, recopilados para la ocasión, pero igualmente tienen coherencia y fluidez. Una pequeña obra, secundaria por la tipología, pero esclarecedora y muy, muy agradable, en todo caso.

martes, 23 de octubre de 2012

"Dibujos y fragmentos póstumos" - Charles Baudelaire


En esta recopilación se reúnen bocetos y notas realizados por Charles Baudelaire que permanecían inéditos en España hasta el momento: así, el legado del ilustre escritor francés se completa y por ello estamos de enhorabuena. Mundialmente conocido como poeta a pesar de haber publicado sólo un poemario (“Las Flores del Mal”), Charles Baudelaire, gran amante y conocedor del arte en todas sus formas, es una figura clave en la historia cultural francesa, acaso universal.

El material aquí recogido procede de ediciones francesas y de colecciones privadas: los cuadernos de Charles Baudelaire pasaron a manos de sus amigos en el momento de su muerte, y ellos se encargaron de reunirlos para publicar su contenido, aunque algunos se perdieron o desordenaron sin remedio. En ocasiones, eran también sus amigos quienes se afanaban en apuntar sus aforismos para que no se perdieran en el olvido. Gracias a estos esfuerzos, podemos tenerlos todos juntos ahora entre las manos.


Dibujos

Aparecen al comienzo del libro y son un total de 39 láminas con bocetos, retratos y letra manuscrita, de gran interés documental e, incluso, grafológico. Hay una serie de autorretratos que captan a la perfección los rasgos nobles del escritor, que ya conocíamos gracias a las fotografías que se conservan (una de las más bonitas, que presenta a un Baudelaire bastante joven a gran tamaño, es la encargada de abrir este volumen), pero también rostros de mujeres y de otros personajes, con diferente grado de detalle. 

Era un enamorado del arte en todas sus expresiones, y no sólo se dedicó a plasmar sus ideas a través de palabras, sino que también acostumbraba a realizar dibujos que, lamentablemente, nunca vio publicados en vida y que sólo han visto la luz gracias a estos cuadernos recuperados y a colecciones privadas que han cedido parte de su material para su publicación póstuma.

La imagen en Baudelaire es imprescindible, tanto en su vida como en su obra. Nombre inevitable en el listado de celebridades adscritas al movimiento –categoría- dandi. Incluso en sus últimos años, arruinado ya y hastiado, cuidaba su atuendo hasta el detalle, aún sin disponer de recursos económicos. Vestía de forma impecable y, se dice, olía siempre maravillosamente.


Fragmentos

Quizá sea este apartado el más interesante del libro, por resultar más esclarecedor en lo concerniente a sus opiniones sobre muchos temas y sobre algunos personajes de su tiempo. Pero no sólo tenemos una colección impecable de aforismos: entre los textos más interesantes encontramos los ensayos de redacción de un posible prefacio a “Flores del mal” que finalmente nunca vio la luz: en ellos (hay varios intentos, similares pero con algunas diferencias). En ellos, él mismo explica la intención primigenia que derivó en la escritura del famoso poemario, unas claves que resuenan en nuestros oídos como voces de ultratumba, como un secreto a través del tiempo con el que ya nadie contaba. Como un regalo inesperado.

Otro texto delicioso es aquél en el que resume en unos pocos puntos principales los hitos que marcaron su vida y que no tienen desperdicio. Comienza con “Infancia: viejo mobiliario, Luis XVI, Antiguos, Consulado, Pasteles. Sociedad siglo XVIII” y termina con la pretensión de escribir sobre la influencia de la literatura en su vida: “Prosa y en la Poesía. ¿Qué es la Poesía? ¿Qué es la Prosa? De la relación perpetua, simultanea, del ideal con la vida.”

De estos fragmentos se desprende una de las claves más importantes del escritor, y es que dedicaba muchas horas del día a la escritura, lo que no es tan habitual entre quienes se dedican a la literatura como cabría esperar. Baudelaire tenía oficio: no sólo era un genio con multitud de ideas brillantes sino que dedicaba todo su esfuerzo a darles forma, como un artesano, y ése es el motivo de que obtuviese unos resultados tan magníficos, como poeta pero también como ensayista, crítico y traductor, facetas menos conocidas pero no por ello menos importantes (desde aquí recomendamos la lectura de sus ensayos dedicados a la obra de Edgar Allan Poe, así como las traducciones de sus relatos).


Intimidad

Es inevitable cuestionarse el derecho a la intimidad de Baudelaire tras leer de reojo, asomándonos disimuladamente, estas notas y bocetos que, recordemos, su autor nunca realizó con la intención de ser publicados. Por más que adoremos conocer más datos sobre su obra y poder completar así su imaginario, ya tan lejano, si nos situamos en su pellejo nos asalta la duda sobre la cuestionable moralidad de curiosear entre sus “chuletas” o anotaciones privadas. ¿Acaso el pudor se pierde cuando uno muere? 

Los grandes artistas que se convierten en mitos acaban siendo investigados en todos los aspectos de su paso por el mundo: cada ínfimo detalle de sus vidas es relevante para sus seguidores, y reconstruir con fidelidad su paso por el mundo es el reto al que se enfrentan los biógrafos. 

Entre los fragmentos más pudorosos encontramos anotaciones en pequeños textos del tipo “fundirlo, quizá, con antiguas notas”: apuntes que cualquiera de nosotros hacemos en un momento dado pero que leídos en estas circunstancias provocan ternura. En este sentido, también son interesantísimos los largos listados de posibles títulos para nuevas novelas, cuentos y obras de teatro que estaban en preparación.

Edición de lujo en todos los sentidos y con un contenido como caído del cielo: tras la apertura de una introducción informativa y esclarecedora de Ernesto Kavi, tenemos una prolija colección de material inédito. Un libro, como su autor, completamente impecable, que recomiendo sin ningún género de duda.



Charles Baudelaire


martes, 14 de agosto de 2012

XIX. La giganta


Antaño, cuando la Naturaleza en su impulso pujante
diariamente concebía criaturas monstruosas,
yo hubiese querido vivir con una giganta joven,
igual que un gato voluptuoso a los pies de una reina.

Me hubiera gustado ver cómo florecía su cuerpo
junto a su alma y así libre crecer en terribles juegos;
y adivinar si su corazón incubaba sombrías llamas
en las tinieblas húmedas de sus ojos;

hubiese querido recorrer tan magníficas formas,
trepar por las vertientes de sus rotundas rodillas,
y también, en estío, cuando malsanos soles

la obligaban a tumbarse, cansada, en el campo,
me hubiese gustado dormirme apaciblemente a la sombra de sus senos,
dormir como una aldea tranquila al pie de una montaña.



La Géante

Du temps que la Nature en sa verve puissante
Concevait chaque jour des enfants monstrueux,
J'eusse aimé vivre auprès d'une jeune géante,
Comme aux pieds d'une reine un chat voluptueux.

J'eusse aimé voir son corps fleurir avec son âme
Et grandir librement dans ses terribles jeux;
Deviner si son coeur couve une sombre flamme
Aux humides brouillards qui nagent dans ses yeux;

Parcourir à loisir ses magnifiques formes;
Ramper sur le versant de ses genoux énormes,
Et parfois en été, quand les soleils malsains,

Lasse, la font s'étendre à travers la campagne,
Dormir nonchalamment à l'ombre de ses seins,
Comme un hameau paisible au pied d'une montagne.


Charles Baudelaire
"Las flores del mal"
"Les fleurs du mal"

Ilustración de Luís Miguel López Soriano

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