Para la publicación de “La vida de los clones”, la editorial Aristas Martínez parece una candidata ideal, puesto que se centra en la publicación de obras que se encuentran en el límite de los géneros. Su ecléctico e inclasificable catálogo contiene libros de poesía, ensayo, novela y cómic.
Empatía VS ser humano
Continuamente da la impresión de que, en su mayoría, el ser humano sólo se moviera por la fuerza de su propia inercia, desarrollando incapacidad para la empatía, desinterés por su propio crecimiento intelectual, poca facilidad para detectar la injusticia y un largo etc. Así, muchas veces se afirma que algunos individuos siguen respirando únicamente porque se trata de una actividad automática.
En literatura, como medio artístico útil para despertar conciencias entre otras funciones estéticas y culturales, se ha usado la desfamiliarización para presentar una realidad que resulte extraña al lector, ante la cual no haya desarrollado aún mecanismos de respuesta y de este modo se enfrente al texto con las barreras mentales deconstruídas. Así por ejemplo, obras que integran el absurdo, exageraciones, esperpento u otros en esa línea, realidades paralelas que suelen tener retazos de fantasía, humor ácido o paralelismos con situaciones conocidas pero que han sido muy tergiversados a propósito para conseguir esa sensación de extrañamiento en el lector.
Esto es lo que tenemos en “La vida de los clones”, una novela en la que al principio cuesta un poco captar el contexto en el que se desarrolla, pero que una vez dentro, absorbe totalmente la atención del lector. A medida que avanza, se hace más patente la intención del autor, que no es otra que denunciar una serie de realidades sociales que todos conocemos, y lo hace a través de la figura de los clones como veremos a continuación.
Clones, privilegios y colectivos opresores
Se podría decir que Miguel Espigado ha volcado en los clones todas las atrocidades que a lo largo de la Historia se han cometido (y aún se cometen en la actualidad) contra colectivos oprimidos como pueden ser esclavos, colectivo LGTBI, indigentes, judíos, mujeres y un larguísimo etcétera… sin olvidar a los animales, que no por pertenecer a otra especie son menos seres vivos que los humanos.
En la realidad paralela que observamos en “La vida de los clones”, la sociedad capitalista ha dado lugar a la creación de criaturas de fantasía, como podrían ser los llamativos peluches de cualquier juguetería infantil a los que se les haya insuflado vida para el goce y disfrute de los humanos. La creación de esta nueva raza da lugar a una amplia problemática que no vamos a desvelar aquí, y a la reacción del ser humano ante esta situación. Milenios de crueldad documentada bien pueden servir como prueba para imaginar cómo sería la respuesta humana en estas circunstancias. Si una de las capacidades del historiador es pronosticar acontecimientos en el futuro basados en la experiencia del pasado, la del literato bien puede ser profetizar aquellas que se den en escenarios imaginados (que, por otro lado, no son más que metafóricos y aplicables por tanto a realidades conocidas).
La ciencia-ficción deconstruida
A nivel técnico, hay que reconocer que la novela es una virguería. No sólo mantiene y defiende sin lagunas una sociedad paralela inventada, poblada por unas criaturas de lo más extravagantes, sino que la redacción es impecable y denota un gran conocimiento de la vida en las grandes ciudades chinas, que es donde se basan los escenarios de la novela.
Su rostro me resultó tan inexpresivo como el de todos esos pekineses que realizan una tarea con tal desapego que ni siquiera parecen aburridos.
Además de la opresión a colectivos como tal, y siguiendo la línea de la denuncia ante injusticias sociales, vemos reflejadas en los clones muchas otras problemáticas que conocemos, tales como la maternidad subrogada, la inmigración, la adopción, la bioética, la explotación reproductiva en animales, el comercio y consumo de cadáveres, etc.
El hombre había frenado las posibilidades de mejorar su especie a través de la selección natural y arrastraría para siempre una enorme cantidad de fallos de diseño genético debido a la naturaleza imperfecta de la evolución natural. Por comparación, los clones podían escalar etapas evolutivas a velocidades increíbles.
Otro punto muy destacable es la configuración de los personajes y las interacciones entre ellos. Tanto el clon que es la voz narradora y protagonista principal, como el resto de personajes que intervienen, son complejos y están bien diseñados. Además de servir de ejemplo de todas las injusticias y casuísticas que hemos comentado antes, también nos sorprenden protagonizando escenas de humor negro, paradójicas o escatológicas, contrapuntos que consiguen crear un tono general en la novela que termina resultando hipnótico.
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