A Isabel García Mellado
que cabe en una gota
y queda sitio todavía
para un manojo de espuma
un jardín japonés de nostalgias
una selva de poemas
de amor y de dolor
de besos y mamadas
y una sonrisa que hasta gardel envidiaría.
Es tan pequeña
que cabe en un cuaderno
y sobra espacio
para una voz de microscopio
que te toca las estrellas más ocultas
dos secretos
que nunca cuenta a na
die
y un sendero de vasitos de vino
que va besando de a poco
y por eso los envidian.
Es tan pequeña
que cabe en una mano
y caben todavía
esos suspiros de papel
que no se escapan
todas sus palabras de arena
que se explayan
y una pinacoteca de miradas
que sólo se puede visitar
en días o noches señalados.
Es tan pequeña
que cabe en una lágrima
y en esa lágrima cabe
casi todo lo que importa
aunque a ella
no le importe demasiado.
Es tan pequeña
como una gota
y ahora va por la vida
tierna y desafiante
con otra gota dentro.
Memorias circulares del hombre peonza.
Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2010.
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