Tenía algunas dudas acerca del objeto de estudio de este ensayo, cuando empecé a verlo muy recomendado por ahí. Como no sé qué es una mujer, qué lo femenino ni qué la feminidad (aparte de conceptos socialmente aceptados que sin embargo nadie sabe definir con exactitud), me temía un contenido poco fiel o, aún peor, contradictorio, a mis lecturas habituales sobre feminismo, género y teoría queer.
Sin embargo, el objeto del libro no es discernir el mito de la feminidad, sino deconstruir la feminidad como mito (podéis leer las primeras páginas en este enlace), no trata de definir la feminidad sino que se hace preguntas en torno a ella para acotarla, recurriendo a fuentes que van desde Platón a Simone de Beauvoir.
p.13 Como el género, la feminidad es un performativo: se declina. Es un hábito: se incorpora. Es una tradición: se hereda.
En Filosofía, las mujeres, como en todo, van a la cola. A pesar de que hay filósofas, pocas son las que se identifican a sí mismas como tal (en contraposición a la facilidad de los hombres a hacer lo propio como filósofos), y utilizan eufemismos o similitudes tales como "enseño Filosofía" o "doy clases de Filosofía".
p.54 La feminidad: ruta indómita desprovista de conceptos abstractos al mundo concreto de las cosas que pasan. He aquí un tejido palpitante que ahuyenta cualquier metafísica. Dado que la abstracción no consigue atraparla, se hace complicado proponer una teoría general sobre el genio femenino o sobre el lugar de la feminidad. Sin embargo, se puede abordar desde una perspectiva narrativa, desde la discursividad del texto en sus múltiples acepciones y figuras.
Tradicionalmente, la filosofía ha sido un campo misógino, con grandes referentes como Nietzsche, Kant o Schopenhauer, cuyas sentencias violentas y desairadas en contra de la mujer pueblan las redes, podéis comprobarlo haciendo una búsqueda rápida en Google.
"Cenar con Diotima" contiene diez capítulos, un prólogo y un epílogo, pero, ¿dónde está la bibliografía? La echo en falta en un ensayo de esta enjundia, así como un glosario de palabras clave... ay. En cualquir caso, a continuación transcribo un parrafón estupendo para que os entren ganas de leerlo.
p.185 Toda la filosofía contemporánea puede ser definida por la feminidad que la entreteje, aunque, ateniéndonos a los datos, en la mayoría de las universidades no se estudian los textos escritos por mujeres en el sentido de lo que Warren llamó una inclusión más allá del suma y sigue. Liderar esta cuestión se ha convertido hoy en un desafío fundamental: han proliferado en todo el mundo grupos de investigadoras, mujeres que se proponen estudiar el patrimonio perdido del pensamiento femenino a lo largo de la historia, con la finalidad de revertir un canon demasiado establecido.
¿Cómo incide en la práctica de la filosofía encontrarse en la posición históricamente condicionada de ser una mujer que escribe filosofía? Este problema, que podríamos definir como el problema de los márgenes de la tradición filosófica, ha entrado en la especulación filosófica actual pero únicamente del lado de las mujeres. Literalmente y como tal pregunta no queda formulada en el contexto de la enseñanza de la filosofía. ¿Cómo impacta al cuerpo que especula la verdad que le falta? Sin embargo, la ausencia de preguntas sobre el peso de la feminidad en un entorno constitutivamente orientado a formular interrogantes, es decir nacido para ello, resulta paradójico e inexplicable. Los filósofos no saben de las mujeres-filósofas, pero, además, dejan su pregunta sin atacar, en el aire. Algo no se sabe sobre ellas y encima (eso es lo más preocupante) no puede saberse. El enigma de las mujeres filósofas atraviesa la cabeza de los pensadores sin afectarle en un ápice. O más bien inhabilitando su habitual capacidad para pensar.
Busto de Diotima en el patio de la Universidad de Australia Occidental (UWA) Foto original, aquí |