Detalle de una puerta del castillo, Dublín, Irlanda |
Fui a Irlanda para encontrar el rastro de W.B. Yeats, o esa fue la excusa. Hay muchos otros escritores nacionales de los que los irlandeses se sienten extremadamente orgullosos: James Joyce, Bram Stoker, Oscar Wilde, Bernard Shaw y muchísimos, muchísimos otros a los que yo ni siquiera conocía y que conviven en el Dublin Writers Museum (18 Parnell Square, Dublin) en un encantador edificio georgiano del siglo XVIII.
Allí se encuentran, por ejemplo, pases de mano de las obras de teatro de Wilde cuyo enorme éxito disfrutó en vida, anotaciones del puño y letra de los autores, objetos personales y primeras ediciones de las obras más emblemáticas, como esta de Drácula ante la cual me quedé sin aliento.
Primera edición, de "Drácula" de Bram Stoker |
Pases de mano originales y ediciones antiguas de las obras de Oscar Wilde (1) |
Pases de mano originales y ediciones antiguas de las obras de Oscar Wilde (2) |
Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (1) |
Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (2) |
Objetos personales de Yeats en el Yeats Memorial Building, Sligo, Irlanda (3) |
Posee también una pequeñísima librería donde sin embargo se pueden adquirir algunas joyas editadas con un gusto exquisito, una cafetería con los poemas de Yeats escritos a modo de mural en las paredes, y una terraza encantadora con vistas al río. La visita es absolutamente recomendable.
Estatua de Yeats, de dudoso gusto, en las calles de Sligo, Irlanda |
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (1) |
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (2) |
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (3) |
Murales con fragmentos de la obra de Yeats en Sligo, Irlanda (4) |
Yeats estaba tan enamorado de su tierra que escribió un poema, "Under Ben Bulben", en el que hablaba del lugar donde querría que estuviese situada su tumba por el resto de los tiempos, bajo el monte Ben Bulben en la parroquia de Drumcliff. Así pues, aunque murió en Francia en 1939, sus restos fueron repatriados a Irlanda años más tarde (existe controversia al respecto, no está claro que realmente esto se llevase a cabo). Y allí está.
La lápida de Yeats con el famosísimo epitafioCast a cold Eye On Life, on Death. Horseman, pass by! |
Under Ben Bulben
(…)
Under bare Ben Bulben’s head
In Drumcliff churchyard Yeats is laid.
An ancestor was rector there
Long years ago, a church stands near,
By the road an ancient cross.
No marble, no conventional phrase:
On limestone quarried near the spot
By his command these words are cut:
Cast a cold eye
On life, on death.
Horseman, pass by!
Estas palabras confirman mi opinión acerca de los cementerios, lugares de un valor incalculable por los que conviene pasear de cuando en cuando porque están llenos de energía positiva que te llena de ganas renovadas de seguir viviendo.
Aunque murió en Francia en 1939, los restos de Yeats fueron trasladados hasta este lugar siguiendo sus deseos. Drumcliff es ahora un pequeño lugar que atrae a curiosos, una capilla pequeña y humilde rodeada de un precioso cementerio de tumbas ya viejas, una tiendecita-café a pocos metros y nada más: la presencia del Ben Bulben cercano presidiendo todo.
La visita puede completarse visitando el lago Glencar, cuya impresionante cascada sorprende al llegar (está oculta por la vegetación y se accede por un camino que se aleja del lago). Este sitio sirvió de inspiración al poeta para escribir uno de sus poemas más representativos, Stolen Child. Si tienen suerte, su guía lo recitará con la solemnidad y musicalidad que solo los irlandeses, al más puro estilo hobbit, pueden otorgarle a un poema: su gusto y su facilidad para transmitir historias es maravilloso, y allí se hace palpable.
Cascada junto al lago Glencar, Sligo, Irlanda |
(…)
Where the wandering water gushes
From the hills above Glen-Car.
In pools among the rushes
That scarce could bathe a star.
We seek for slumbering trout
And whispering in their ears
Give them unquiet dreams:
Leaning softly out
From ferns that drop their tears
Over the young streams.
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a feary, hand in hand,
For the world’s more full of weeping than you can understand
En Sligo también está enterrada la madre de Bram Stoker, pero el acceso al lugar está prohibido y sólo pude imaginarla: si se hubiera tratado de la tumba del escritor, saben los leprechauns que me hubiera atrevido a saltar la verja a medianoche armada con una linterna y la cámara de fotos.
Los escritos de Yeats están plagados de referencias feéricas, en más ocasiones he citado el maravilloso volumen “Mitologías” que publicó hace unos pocos años la editorial Acantilado, aunque también se pueden encontrar otras ediciones de estos cuentos de hadas de tradición oral transcritos por Yeats. Estas historias siempre tienen un componente divertido por lo irreal, pero a la vez solemne y respetuoso puesto que todos estamos hechos de las historias que nos han dado forma, y en el caso de Yeats había algo profundamente real en los cuentos que había escuchado desde niño.
Lago Gill rodeado de niebla y montes, Sligo, Irlanda |
Cliffs of Moher, Doolin, Ireland |
Formaciones rocosas geométricas en los alrededores de Doolin, con los acantilados al fondo |
Society, as we have constituted it, will have no place for me, has none to offer; but Nature, whose sweet rains fall on unjust and just alike, will have clefts in the rocks where I may hide, and secret valleys in whose silence I may weep undisturbed. She will hang the night with stars so that I may walk abroad in the darkness without stumbling, and send the wind over my foot prints so that none may track me to my hurt: she will cleanse me in great waters, and with bitter hebs make me whole.
Pues bien, un mural con un precioso poema de Yeats que no conocía, me hizo recordarlo de pronto desde el primer verso, e instantáneamente se convirtió en mi favorito y de alguna manera le dio sentido a todo:
The Song of Wandering Aengus
I went out to the hazel Wood,
Because a fire was in my head,
And cut and peeled a hazel wand,
And hooked a berry to a thread:
And when white moths were on the wing,
And moth-like stars were flickering out,
I dropped the berry in a stream
And caught a little silver trout.
When I had laid it on the floor
I went to blow the fire aflame,
But something rustled on the floor,
And some one called me by my name:
It had become a glimmering girl
With apple blossom in her hair
Who called me by my name and ran
And faded through the brightening air.
Though I am old with wandering
Through hollow lands and hilly lands,
I will find out where she has gone,
And kiss her lips and take her hands;
And walk among long dappled grass,
And pluck till time and times are done
The silver apples of the moon,
The golden apples of the sun.
Retazos de Yeats también en la playa de Strandhill, Sligo, Irlanda |
De todas las fotografías en este post:
© Todos los derechos reservados - Mar López, 2016
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