Virginie Despentes es escritora y cineasta, muy conocida en la cultura underground. Nació en Nancy, una localidad francesa, en el año 1969. Uno de sus obras más conocidas es “Fóllame”, una novela que fue llevada al cine, y “Teoría King Kong”, un brillante manifiesto feminista, entre otros títulos. Su falta de inhibición y su calidad literaria son dos de sus puntos fuertes.
“Vernon Subutex I” es la primera parte de una trilogía cuyas segunda y tercera partes aún permanecen sin entregarse a imprenta, según ha declarado la autora. Durante la pasada Feria del Libro de Madrid, en la que Francia fue el país invitado, Virginie Despentes presentó este libro, así que pude conocer algunos datos nuevos sobre su obra y ser víctima de su intensa mirada azul.
Viaje a los bajos fondos
“Vernon Subutex I” es sobre todo un ejercicio de empatía brutal. Virginie Despentes no tuvo un comienzo fácil, muy pronto tuvo que dejar el instituto y buscar un trabajo, y fue víctima de la violencia de la sociedad heteropatriarcal como bien ha narrado en sus ensayos y novelas. Sin embargo, se ha labrado un nombre importante en la literatura y el cine, y vive de ello. Pero no olvida a ese gigantesco segmento de la población para quienes cada día es un ejercicio de supervivencia. Verse atrapado en las calles sin un lugar a donde ir es más fácil de lo que parece, y ser conscientes de esta realidad y no mirar hacia otro lado, nos hace mejores personas.
París es una de esas grandes capitales donde los contrastes sociales se aprecian con mayor virulencia. Es una ciudad rica y ostentosa con un nivel de vida muy alto… para quienes se lo pueden permitir. También es el lugar donde miles de inmigrantes acuden a recoger las migajas de la promesa europea, donde también más se les invisibiliza y conmina en guetos, y donde las incompatibilidades fanáticas y las trifulcas raciales alcanzan cotas de violencia difíciles de digerir.
En París y en muchos otros sitios es muy fácil verse envuelto en la miseria, casi de la noche a la mañana: esto es lo que le sucede al protagonista, Vernon Subutex, quien se ve acosado por las deudas y obligado a cerrar su negocio, mientras poco a poco la miseria le engulle como si de una ciénaga voraz se tratase.
Narración en fotogramas
Con “Vernon Subutex I” no valen excusas: quienes prefieren ver la película antes que leer el libro se darán cuenta de que en esta novela el ritmo es trepidante y las escenas son poderosamente visuales, de modo que parece haber sido escrita para llevarla al cine. Al menos, no cabe la menor duda de que su autora también trabaja para la industria cinematográfica. En cualquier caso, el libro se lee muy deprisa, a pesar de sus más de 300 páginas.
Ve la persiana bajada de la floristería, los tres chavales mamados que avanzan dando tumbos, una silueta tumbada en el banco de una parada de autobús. Los acontecimientos de la noche anterior desfilan por debajo de su cráneo sin suscitar en él la menor reacción. Está apagado. Es un espectador, alguien que se ha colado dentro de sí mismo, un clandestino. Porque al final ha sucedido: el vacío lo ha engullido.
Durante la presentación del libro en Madrid, el público estaba conformado casi exclusivamente por mujeres miembros del colectivo LGTBI, pero un señor mayor con aspecto de estar ahí por casualidad intervino en el turno de preguntas, muy asombrado porque la trama del libro coincidía punto por punto con su vida: también él había tenido en el pasado una tienda de discos que quebró. Lo curioso es que nadie se interesó por saber los detalles, al fin y al cabo el público se había reunido allí para hablar del libro y escuchar a la maravillosa Virginie, a nadie le interesaba ese señor, menos aún si era un mendigo. Una vez más, la ficción captó el interés por encima del mundo real. La ceguera social que transmite la novela se hizo realidad allí sin ensayarlo.
Despentes prometió mantener el ritmo frenético en las siguientes entregas de la novela, que contará entre sus nuevos personajes con un protagonista femenino arrollador: una motera tatuada. Espero leerlo muy pronto.
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