miércoles, 29 de junio de 2016

El Quijote de Wellesley - Javier Marías


De sobra es sabido que un escritor vivo aún nos puede dar muchos disgustos, por más que los admiremos, o más aún quizá por ese motivo: si de entrada no nos gusta, mal va a defraudarnos, haga lo que haga.

Es el caso de Javier Marías con este libro nuevo. Vaya por delante que Marías es uno de los cuatro grandísimos favoritos de mis estanterías, a saber: junto a J.R.R. Tolkien, Pascal Quignard y José Luis Sampedro.

El Rey de Redonda lleva dándome muchas alegrías desde que descubrí sus libros cuando tenía unos 16 años, ni siquiera puedo recordar cuál leí por primera vez: puede que fuera "Mala índole" en esa pequeña edición antigua y ya inencontrable que conseguí en una librería de viejo mucho tiempo después. Recuerdo que me fascinaban sus artículos de opinión (aún lo hacen, aunque no coincidamos en las opiniones siempre, pero su estilo es difícilmente superable) y que leía las recopilaciones bianuales con un ansia feroz. Cuentos, novelas inolvidables, "Tu rostro mañana" superando todas las expectativas; un premio nacional de literatura rechazado en la cara de un partido político corrupto que desprecia la educación y la cultura... un largo etcétera de momentos imposibles de olvidar. Y quiero dejarlo claro porque hoy vengo a quejarme. "El Quijote de Wellesley" es una tomadura de pelo difícil de digerir. Una estafa editorial oportunista, una decepción para la que a los seguidores más fieles de Marías nada ni nadie nos había preparado: un golpe en pleno rostro del buen gusto, un corte de mangas literario, en fin.

Compro cada libro nuevo de Marías con una ilusión infantil que nunca merma. Me resulta incluso muy difícil reseñar sus libros porque la subjetividad lo invade todo. Pero este Quijote es una estafa. Para empezar, un vistazo a la presentación formal ya presagia el fracaso. A pesar de que el diseño de cubierta es magnífico, el papel es tan grueso que las hojas no se comban, los márgenes son innecesariamente anchos y el resultado es de tan solo 100 páginas: está claro que no había suficiente material para conformar un libro nuevo. En cuanto a este contenido, se trata de los apuntes para dar clases sobre "El Quijote" de Cervantes, en una universidad femenina de Massachussetts (Wellesley), en 1984. Solamente se añade un prólogo actual para la ocasión. ¿Cuál es la excusa? Que en este 2016 se cumple el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, y quizá algún lector de "El Quijote" tenga interés en leer de forma paralela los comentarios de Marías al respecto, para contrastar sus impresiones capítulo a capítulo.

No sé. A mí me huele a chamusquina, a revolver en busca de cualquier cosa en el baúl de los recuerdos, en la papelera de antiguos descartes. Y sé que debería haberme informado convenientemente antes de comprarlo, y no malgastar 15.90€, y también podría ahorrarme esta reseña a la inversa, precisamente las reseñas negativas son las que más interés generan, lo sé y por eso jamás las hago.

Pienso también que "El Quijote de Wellesley" es sólo una triste anécdota en medio de esa obra ingente y magnífica que aún ha de reservarnos muchas sorpresas, pero quería prevenirles. Si quieren hacerme caso pasen página y pese a este calor insoportable, lean (otras cosas).

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