miércoles, 15 de enero de 2014

"El lector" - Pascal Quignard


" Liberalidad de rareza que se reduce a la apariencia de una materia desenrollada u hojeada, canastilla de boda o bien denarios de Dios siempre ennegrecidos y cerrados; que atiende a las necesidades de su munificencia y de la sobrepuja de su miseria gracias al corazón y al cuerpo del lector, igual que ella le despoja y sacrifica, le sustenta e inunda con los trastornos pródigos de la muerte: el libro mantiene en vilo, pone un nudo en la garganta, hace latir excesivamente el corazón, empalidece el rostro o lo hace arder de fiebre, arranca los sollozos vanos, ahonda los rasgos inmóviles del rostro, retuerce el centro del vientre, hincha el sexo, y haciendo caso a todas las emociones y a todos los simulacros hace que el cuerpo se agriete, vaya a la ruina. Hace que se marchite y se estremezca. Tiemble. Que desaparezca.

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