"After dark" es algo así como un guión cinematográfico en el que realmente "no pasa nada", solo unos pocos personajes desfilan ante el lector, que puede conocerlos a través de lo que hacen en una sola noche. No puede decirse que tenga un inicio, un nudo y un desenlace (de ahí lo de "no pasa nada"). Solo son escenas en las que esos personajes se entrecruzan entre sí a lo largo de toda la noche, quizá por primera y última vez.
Como muestra, un pasaje emotivo: se trata de una escena que recuerda una de las protagonistas, en la que aparece su hermana, de quien se siente totalmente distanciada.
(...) "Cuando iba al parvulario, un día Eri y yo nos quedamos atrapadas dentro del ascensor de casa. Creo que fue por culpa de un terremoto. A medio camino, el ascensor sufrió una fuerte sacudida y se detuvo. Al mismo tiempo, se apagaron las luces y nos quedamos completamente a oscuras. Del todo. En serio. Ni siquiera podía verme la mano. (...) A causa del pánico, yo me quedé paralizada. Como si me hubiera convertido en un fósil vivo. No podía mover un solo dedo. Me costaba respirar, no podía emitir ningún sonido. Eri me llamaba, pero yo me sentía incapaz de responderle. (...) A mí me pareció terriblemente largo, pero es posible que no lo fuera tanto. Pero ya fueran cinco o veinte minutos, la duración del tiempo en sí misma no cuenta. Lo que importa es que Eri me estuvo abrazando todo el rato en medio de la oscuridad. Además, el suyo no era un abrazo normal. Era tan estrecho, tan fuerte, que parecía que nos fuéramos a fundir las dos en un solo cuerpo. Ella no aflojó la presión ni un momento. Como si pensara que, en cuanto nos separáramos, ya no podrímos volver a reecontrarnos jamás en este mundo."
(...) "Cuando iba al parvulario, un día Eri y yo nos quedamos atrapadas dentro del ascensor de casa. Creo que fue por culpa de un terremoto. A medio camino, el ascensor sufrió una fuerte sacudida y se detuvo. Al mismo tiempo, se apagaron las luces y nos quedamos completamente a oscuras. Del todo. En serio. Ni siquiera podía verme la mano. (...) A causa del pánico, yo me quedé paralizada. Como si me hubiera convertido en un fósil vivo. No podía mover un solo dedo. Me costaba respirar, no podía emitir ningún sonido. Eri me llamaba, pero yo me sentía incapaz de responderle. (...) A mí me pareció terriblemente largo, pero es posible que no lo fuera tanto. Pero ya fueran cinco o veinte minutos, la duración del tiempo en sí misma no cuenta. Lo que importa es que Eri me estuvo abrazando todo el rato en medio de la oscuridad. Además, el suyo no era un abrazo normal. Era tan estrecho, tan fuerte, que parecía que nos fuéramos a fundir las dos en un solo cuerpo. Ella no aflojó la presión ni un momento. Como si pensara que, en cuanto nos separáramos, ya no podrímos volver a reecontrarnos jamás en este mundo."
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