lunes, 22 de marzo de 2010

"Caín" - José Saramago

Con Caín, José Saramago reinventa, una vez más (como ya hiciera en El Evangelio según Jesucristo) algunos pasajes bíblicos, utilizando a su antojo unos cuantos personajes y hechos destacados, dándoles un punto de vista mucho más terrenal y, por supuesto, totalmente personal. Los acontecimientos principales no son originales (están extraídos de la biblia) pero sí son inventadas las causas que los motivan y las consecuencias que originan.

(...) todavía les quedaba la posibilidad de engendrar un hijo para compensar la pérdida del asesinado, pero qué triste la gente sin otra finalidad en la vida que la de hacer hijos sin saber por qué ni para qué. Para continuar la especie, dicen aquellos que creen en un objetivo final, en una razón última, aunque no tengan ni idea de cuáles son y nunca se hayan preguntado en nombre de qué tiene que perpetuarse la especie, como si fuese ella la única y última esperanza del universo.

Creo que El Evangelio según Jesucristo era una obra mucho más pretenciosa. Caín, siendo divertida y recomendable, no es más que su estela, un intento más claramente comercial que parece escrito para diversión y desahogo del propio autor; no es tan profunda como su predecesora (que a pesar de todo también tenía su buena parte de ironía y crítica).

La nueva imagen de los libros de S., infantil y chillona, es totalmente susceptible de encontrarse situada entre los volúmenes de cualquier sección infantil de libros. Se ha vuelto tan comercial que a través de estas cubiertas solo parece querer destacar de sus compañeros en el mostrador de los más vendidos.

(...) Y qué señor es ese que ordena a un padre que mate a su propio hijo, Es el señor que tenemos, el señor de nuestros antepasados, el señor que estaba aquí cuando nacimos, Y si ese señor tuviera un hijo, también lo mandaría matar, preguntó isaac, El futuro lo dirá, Entonces el señor es capaz de todo, de lo bueno, de lo malo y de lo peor, Así es, Si tú hubieras desobedecido la orden, qué habría sucedido, Lo que el señor suele hacer es mandar la ruina o una enfermedad a quien le falla, Entonces el señor es rencoroso, Creo que sí, respondió abraham en voz baja, como si temiese ser oído, para el señor nada es imposible, Ni un error, ni un crimen, preguntó isaac, Los errores y los crímenes sobre todo, Padre, no me entiendo con esta religión, Haz por entenderte, hijo mío, no tendrás otro remedio.

Es breve, rápida y, lo más importante: en ningún instante pierde el ritmo de la narración. Todo va surgiendo paso a paso, sin prisa pero sin pausa. Algunos de los sucesos versionados están mejor logrados que otros: pero lo que es común a todos ellos es que están cargados de ironía, y no siempre muy sutil. Se pone en entredicho la bondad de dios constantemente. También se hacen preguntas sobre el por qué de muchas de sus decisiones y qué pretendía lograr con ellas. En todo momento, desde un punto de vista humano y extremadamente crítico.

domingo, 21 de marzo de 2010

"La ley de la calle" - Susan E. Hinton

La ley de la calle es una novela muy breve dirigida a un público supuestamente juvenil que sin dar muchos detalles y sin pretender escandalizar o aleccionar, narra una etapa en la vida de un chaval norteamericano en una época de bandas, peleas, alcohol y ese tipo de cosas.

Los personajes son unos chicos muy jóvenes que no tienen más remedio que sobrevivir en el sitio donde les ha tocado nacer. Sus valores son muy limitados y no conocen mucho más allá de las calles de la ciudad por donde deambulan, rebeldes sin causa conocida.

Lo mejor, el lenguaje directo y sin rodeos.

sábado, 20 de marzo de 2010

"Casi la luna" - Alice Sebold

Hace un par de años, cuando aún no había leído nada de A.S., vi este libro en el escaparate de algunas librerías: me llamó la atención, me gustó el diseño de la cubierta, supongo que también el título. Ahora lo leo y nada cambia demasiado, ya que, aparte de la bonita cubierta, lo único que se salva del contenido, a mi juicio, es solo la primera frase:

"A fin de cuentas, matar a mi madre resultó sencillo".

Porque el tema, no siendo ni mejor ni peor, ni bueno ni malo, no está muy bien aprovechado. No se le ha sacado partido, cuando sí daba pie a ello.

Da la impresión de que la historia transcurre a lo largo de semanas, cuando se supone que no ocupa más que un par de días. Avanza en círculos, cambia c-o-n-s-t-a-n-t-e-m-e-n-t-e de pasado a presente (y viceversa). Una vez, dos... están bien, pero hacerlo continuamente, aburre, cansa.

De todas formas, sigues leyendo para averiguar, al menos cómo termina. Pero te vas a quedar igual y, además, con la duda.

Para terminar, hay algo más: y es que si hay algo que me moleste especialmente es no saber a santo de qué venía el título, no le encontré conexión alguna con el texto y esto me parece, en cierto modo, un engaño.

¿Alguien le encontró el sentido?

martes, 16 de marzo de 2010

"Push" - Sapphire


Push es un libro para recomendar en MAYÚSCULAS, una de las historias más bien escritas que he leído. Es un relato dramático, triste, oscuro, sucio... narrado en primera persona. Los personajes son geniales: redondos, como nos explicaban en el instituto. Evolucionan. También la escritura va cambiando, a lo largo del texto. Poco a poco se intercalan poemas, más hacia el final. Es una historia que te abre los ojos, te muestra una realidad paralela sobre la que nunca te paras a reflexionar; hace que de repente valores enormemente todo lo que tienes. Te anima a seguir adelante.

"¿Cómo es posible que siendo tan joven me sienta tan vieja? Tan joven como si no supiera nada de nada, tan vieja como si lo supiera todo."

Aunque prefiero haber leído antes la novela, trataré de buscar y ver la película.

La señora Rain
dice vuelve vuelve vuelve
todo
lo atrás
que puedas acordarte.
¿para qué?, digo yo
de lo que podría acordarme nunca me he olvidado
mamá, papá, el cole
por qué volver a TODO (me gusta esa palabra) ESO
a TODA ESA
a TODA ESA
MIERDA


viernes, 5 de marzo de 2010

"El árbol rojo" - Shaun Tan

Releo "El árbol rojo" en estos días de pesimismo en los que todo el mundo se da cuenta de que la gente, en general, está triste.

Es recomendable leer este libro de ilustraciones (31 x 23.5 cm) en tiempos de desesperanza, en esas mañanas en las que despiertas y “el día empieza vacío de esperanzas” y no sabes “ni dónde estás”.

Está bien, de vez en cuando, recordar que, por malo que sea, todo acaba.