sábado, 27 de octubre de 2012

Novedad de Ya lo dijo Casimiro Parker


Las cántigas, de Óscar Martín Centeno.
Incluye el poema inédito Je suis le diable.
Colección Libre-Libro, ilustrado por María Espejo.
Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker
ISBN: 978-84-939270-4-2

Más información, aquí.

martes, 23 de octubre de 2012

"Dibujos y fragmentos póstumos" - Charles Baudelaire


En esta recopilación se reúnen bocetos y notas realizados por Charles Baudelaire que permanecían inéditos en España hasta el momento: así, el legado del ilustre escritor francés se completa y por ello estamos de enhorabuena. Mundialmente conocido como poeta a pesar de haber publicado sólo un poemario (“Las Flores del Mal”), Charles Baudelaire, gran amante y conocedor del arte en todas sus formas, es una figura clave en la historia cultural francesa, acaso universal.

El material aquí recogido procede de ediciones francesas y de colecciones privadas: los cuadernos de Charles Baudelaire pasaron a manos de sus amigos en el momento de su muerte, y ellos se encargaron de reunirlos para publicar su contenido, aunque algunos se perdieron o desordenaron sin remedio. En ocasiones, eran también sus amigos quienes se afanaban en apuntar sus aforismos para que no se perdieran en el olvido. Gracias a estos esfuerzos, podemos tenerlos todos juntos ahora entre las manos.


Dibujos

Aparecen al comienzo del libro y son un total de 39 láminas con bocetos, retratos y letra manuscrita, de gran interés documental e, incluso, grafológico. Hay una serie de autorretratos que captan a la perfección los rasgos nobles del escritor, que ya conocíamos gracias a las fotografías que se conservan (una de las más bonitas, que presenta a un Baudelaire bastante joven a gran tamaño, es la encargada de abrir este volumen), pero también rostros de mujeres y de otros personajes, con diferente grado de detalle. 

Era un enamorado del arte en todas sus expresiones, y no sólo se dedicó a plasmar sus ideas a través de palabras, sino que también acostumbraba a realizar dibujos que, lamentablemente, nunca vio publicados en vida y que sólo han visto la luz gracias a estos cuadernos recuperados y a colecciones privadas que han cedido parte de su material para su publicación póstuma.

La imagen en Baudelaire es imprescindible, tanto en su vida como en su obra. Nombre inevitable en el listado de celebridades adscritas al movimiento –categoría- dandi. Incluso en sus últimos años, arruinado ya y hastiado, cuidaba su atuendo hasta el detalle, aún sin disponer de recursos económicos. Vestía de forma impecable y, se dice, olía siempre maravillosamente.


Fragmentos

Quizá sea este apartado el más interesante del libro, por resultar más esclarecedor en lo concerniente a sus opiniones sobre muchos temas y sobre algunos personajes de su tiempo. Pero no sólo tenemos una colección impecable de aforismos: entre los textos más interesantes encontramos los ensayos de redacción de un posible prefacio a “Flores del mal” que finalmente nunca vio la luz: en ellos (hay varios intentos, similares pero con algunas diferencias). En ellos, él mismo explica la intención primigenia que derivó en la escritura del famoso poemario, unas claves que resuenan en nuestros oídos como voces de ultratumba, como un secreto a través del tiempo con el que ya nadie contaba. Como un regalo inesperado.

Otro texto delicioso es aquél en el que resume en unos pocos puntos principales los hitos que marcaron su vida y que no tienen desperdicio. Comienza con “Infancia: viejo mobiliario, Luis XVI, Antiguos, Consulado, Pasteles. Sociedad siglo XVIII” y termina con la pretensión de escribir sobre la influencia de la literatura en su vida: “Prosa y en la Poesía. ¿Qué es la Poesía? ¿Qué es la Prosa? De la relación perpetua, simultanea, del ideal con la vida.”

De estos fragmentos se desprende una de las claves más importantes del escritor, y es que dedicaba muchas horas del día a la escritura, lo que no es tan habitual entre quienes se dedican a la literatura como cabría esperar. Baudelaire tenía oficio: no sólo era un genio con multitud de ideas brillantes sino que dedicaba todo su esfuerzo a darles forma, como un artesano, y ése es el motivo de que obtuviese unos resultados tan magníficos, como poeta pero también como ensayista, crítico y traductor, facetas menos conocidas pero no por ello menos importantes (desde aquí recomendamos la lectura de sus ensayos dedicados a la obra de Edgar Allan Poe, así como las traducciones de sus relatos).


Intimidad

Es inevitable cuestionarse el derecho a la intimidad de Baudelaire tras leer de reojo, asomándonos disimuladamente, estas notas y bocetos que, recordemos, su autor nunca realizó con la intención de ser publicados. Por más que adoremos conocer más datos sobre su obra y poder completar así su imaginario, ya tan lejano, si nos situamos en su pellejo nos asalta la duda sobre la cuestionable moralidad de curiosear entre sus “chuletas” o anotaciones privadas. ¿Acaso el pudor se pierde cuando uno muere? 

Los grandes artistas que se convierten en mitos acaban siendo investigados en todos los aspectos de su paso por el mundo: cada ínfimo detalle de sus vidas es relevante para sus seguidores, y reconstruir con fidelidad su paso por el mundo es el reto al que se enfrentan los biógrafos. 

Entre los fragmentos más pudorosos encontramos anotaciones en pequeños textos del tipo “fundirlo, quizá, con antiguas notas”: apuntes que cualquiera de nosotros hacemos en un momento dado pero que leídos en estas circunstancias provocan ternura. En este sentido, también son interesantísimos los largos listados de posibles títulos para nuevas novelas, cuentos y obras de teatro que estaban en preparación.

Edición de lujo en todos los sentidos y con un contenido como caído del cielo: tras la apertura de una introducción informativa y esclarecedora de Ernesto Kavi, tenemos una prolija colección de material inédito. Un libro, como su autor, completamente impecable, que recomiendo sin ningún género de duda.



Charles Baudelaire


miércoles, 17 de octubre de 2012

"Nostalgia" - Mircea Cărtărescu



Cuando sus lectores españoles ya sentíamos nostalgia de Cărtărescu, recibimos una nueva dosis de su brillante prosa cegadora. Los relatos largos o novelas cortas que componen “Nostalgia” discurren por la misma senda onírica y deslumbrante que los demás libros de Cărtărescu, un autor encaminado a erigirse junto a las más brillantes plumas de su tiempo: aporta el toque de distinción y originalidad que, junto a una técnica impecable le hacen digno merecedor del premio Nobel, sin lugar a dudas.

Impedimenta se decide por fin a publicar “Nostalgia” tal y como fue concebido en su idioma original, a saber: un extraño y delicioso libro compuesto por un prólogo que contiene el relato “El Ruletista”, otros tres cuentos centrales bajo el título genérico de “Nostalgia” (“El Mendébil”, “Los gemelos” y “REM”) y un epílogo con el cuento “El arquitecto”. Recordemos que la misma editorial ya había publicado hace dos años, huérfano, “El Ruletista” que, aunque dispone de autonomía por sí mismo, es innecesario aislar del resto de relatos tal y como fueron publicados originalmente.


La fase REM de la que no quieres despertar

En el sueño de los humanos existe una fase en la que los ojos se mueven a mayor velocidad y, según indican los estudios científicos, es aquélla en la que más sueños se producen. Son esos momentos los que Cărtărescu reproduce de forma magistral en este cuento, a base de círculos concéntricos formados por escenas que a su vez se componen de imágenes aisladas, retazos de vida real y fantasía entremezclados de los que surge una sinfonía perfecta que sólo puede contemplarse en su totalidad una vez se ha caminado por el borde de cada una de esas esferas perfectas situadas en algún lugar fuera del mundo.

Cada uno de los cuentos que dan forma y entidad a “Nostalgia” brillan con luz propia y pueden disfrutarse y entenderse perfectamente si se leen de forma aislada, pero sin duda es “REM” el relato que se impone sobre el resto, sonriendo pícaro y benevolente desde la perfección de su minúsculo título tan atrayente, con el brillo rojizo del ojo de la araña que observa a su presa desde el centro de su red recién tejida, como un canto de sirena.

“REM” es un relato cuya cadencia es capaz de usurpar el espíritu del lector y tomar las riendas de su voluntad, una habitación de espejos, un recorrido por la Vía Láctea dentro de una burbuja. Nadie como Cărtărescu hasta ahora había sido capaz de plasmar con tanto acierto las cotas de crueldad y de demencia que pueden alcanzar los juegos infantiles que, analizados bajo su particular mirada trastornan al lector consiguiendo que en ocasiones no sepa si está soñando, o si son los niños quienes sueñan.


Íntima nostalgia

La principal aportación de Cărtărescu a la literatura es su original manera de introducirse en el subconsciente, como nadie lo había hecho antes: plantea un mundo onírico y orgánico a partes iguales, desgarrador pero pulcramente detallado, con una precisión casi escatológica y la costumbre de no omitir el más mínimo detalle. Además de entremezclar como un hechicero lo onírico y lo orgánico, lo hace al igual con lo real y lo fantasioso pero también con los miedos atávicos y con los infantiles. Nada escapa a su magia. Se pasea como un vampiro funambulista entre los temas recurrentes que compactan y dan coherencia a su literatura: los recuerdos precisos de la infancia, del mundo del sueño, las prolija composición del cuerpo humano y de los animales, la sexualidad andrógina y la constante confusión y mutación de los seres vivos.

Tal y como ya habíamos leído en sus anteriores libros, en “Nostalgia” también asistimos al hecho de que en su infancia (o en la de alguno de sus poliédricos personajes) le vistieron con ropa típicamente femenina durante unos años, lo que derivó en una obsesión constante que le hizo ser más observador e inquisitivo en lo relacionado con el travestismo y la identidad sexual confusa, a pesar de preferir sexualmente a las mujeres. Otra de sus deliciosas obsesiones son los nacidos bajo el signo de géminis (Cărtărescu nació un 1 de junio). No en vano, algunos de sus personajes son gemelos, o seres que establecen extrañas alianzas a partir de afinidades imposibles, cuyas historias se desarrollan en mundos en los que todo vale, mundos en los que caben todos los mundos.


Cărtărescu  envuelto para regalo

Esta recopilación de cuentos, publicada en Rumanía en 1993, fue la que catapultó a la fama definitivamente a Cărtărescu, aunque en España sus libros no se han publicado de forma ordenada, ni tampoco bajo los mismos sellos editoriales. Fue la editorial Funambulista quien comenzó con “Por qué nos gustan las mujeres” seguido de “Cegador”, hasta que le tomó el relevo la editorial Impedimenta, que se encarga de proporcionaros lentamente el resto de libros de Cărtărescu de los que aún no disponemos en castellano.

En el libro que nos ocupa, hay que destacar el brillante trabajo en la traducción, a cargo de Marian Ochoa de Eribe, quien también se encargó de la traducción de “Lulu” en la misma editorial, publicado en 2011.

Sin embargo, este libro podría haber sido editado sin la presencia implacable de una introducción a todas luces innecesaria: el libro ya tiene una estructura original con un cuento bajo el epígrafe de “prólogo”. Por otra parte, los relatos son lo suficientemente claros como para que nadie haya de presentárselos al lector. En las tapas del libro ya quedaba sobradamente presentado Cărtărescu como autor y era innecesario que Edmundo Paz Sodán, encargado de enmendar la plana al brillante literato rumano, firmase esta cuestionable introducción, encargándose de explicar además en ella, con todo detalle, el mismísimo orden del índice del libro que, como resulta obvio, ya es lo suficiente claro en sí mismo.

En cuanto al aspecto físico del libro, la camisa de papel y las tapas de cartón muy fino, todo ello sin plastificar, conforman un volumen exageradamente endeble que muchos pasan por alto debido a la esmerada presentación de colores e ilustraciones que son la marca de la casa de esta editorial.

Los relatos de este cuento, una vez despojados de todo lo que los envuelve, son increíblemente buenos, piezas de alta literatura. Se diría que es uno de los mejores libros de 2012... por qué no se lo iban a regalar ustedes.

sábado, 13 de octubre de 2012

"72 demonios" - Javier Gato


STOLAS

Solo la nieve sabe
la grandeza del lobo
la grandeza de Satán
LEOPOLDO MARÍA PANERO

Solo la nieve sabe
las cruces frías que siembran la náusea,
los ojos de pescado absortos
en la espiral diluida en la sombra
y que tiemblan de escarcha.

Pero el lobo no habla
cuando la sangre frena la risa
ante el estruendo de látigos de hielo.
Cuando los miembros se hacen barro
que ni las moscas lamen
y se derraman del cuerpo hecho
témpano
solo sopla
furioso,
cárdeno,
el silencio.


PHENEX

Yo fui la mujer que sintió  gusanos
abriéndose en flor entre mis ojos
cuando el frío me traspasó una lágrima.
Siguió un camino de orugas agrias
hasta el campo plomizo de mi neurosis
y allí transformó en arañas mis recuerdos.

Hoy me siento ante unas paredes muertas.
He olvidado sonidos, comisuras.

Nadie sabe del silencio del Tártaro.


Javier Gato
"72 demonios"
El Cangrejo Pistolero, 2012.-

jueves, 11 de octubre de 2012

"Manifiesto contrasexual" - Beatriz Preciado


En un mundo normal no haría falta dedicar esfuerzos a escribir tesis como ésta. Sin embargo, en éste tan contaminado y mojigato, libros como el de Beatriz Preciado sirven para derribar barreras que alguien construyó algún día muy lejano (puede que la primera piedra se colocase en la noche de los tiempos), y gracias a eso ver un poco más lejos desde el sitio en el que nos encontramos. Pueden llamarlo abrir los ojos, quitarse la venda, abrir la mente... como quieran.

En un mundo normal, no haría falta reivindicar el derecho del ser humano a decidir cómo quiere llamarse y cómo entiende su sexualidad primero con respecto a sí mismo y después con quienes le rodean. Tampoco sería lógico definirse en base a los gustos sexuales, ¿por qué todo ha de girar en torno al sexo y a las preferencias de cada uno en este sentido? No es lo habitual, y por eso sigue habiendo mucha gente en contra, pero realizar un cambio de sexo y/o de género no debería tener más trabas administrativas que cualquier otra cirugía estética, sin entrar en los diversos aspectos psicológicos que derivan en ambas.

Estas teorías parten de romper con lo que tradicionalmente se entiende como masculino o propio del hombre y femenino o propio de la mujer. Eso, ya no vale, o no debería valer. Reducir la masculinidad o la feminidad a unos órganos concretos que nos acompañan desde el nacimiento no debería condicionar la vida de ningún ser humano: no se me ocurre nada más injusto, y sin embargo más real e implantado en esta sociedad, tan retrasada y vulgar en éste como en tantos otros temas.

Según Beatriz, no hay células masculinas ni femeninas, y a los recién nacidos se les asigna el sexo por lo que se aprecia visualmente al nacer, sin realizar análisis cromosómicos o genéticos. Esto debería darnos mucho que pensar, y debería derribar muchas barreras a quienes a estas alturas aún las carguen sobre sus hombros.

El contrato contrasexual que se propone en “Manifiesto contrasexual” (Anagrama, 2011) no está exento sin embargo de limitaciones, y por eso es complicado estar completamente de acuerdo con él. Pese a que esta lucha me parece imprescindible y muchos aspectos los comprendo bajo el mismo punto de vista, creo que no es conveniente “volver” a limitar la sexualidad humana precisamente por no estar de acuerdo con los límites que están actualmente establecidos. ¿No sería mejor luchar para borrarlos todos? 

La revisión a la teoría sexual que se propone en este libro es ideal para quienes no estamos satisfechos con las explicaciones que del mundo se nos dan desde que nacemos: imposiciones que no por ser antiguas llevan implícita la verdad intrínseca de todas las cosas. El lenguaje, por sus propias características, resulta siempre escaso y limitado y por tanto, etiquetar cada una de las realidades supone siempre delimitarlo con barreras. Volviendo al plano sexual, suelen ser las minorías quienes buscan un nombre que les defina (o es el resto del mundo quien se los asigna, normalmente partiendo de insultos que buscan excluirles con crueldad), cuando precisamente son esos grupos quienes se desvían de la supuesta “normalidad” rompiendo así sus propios límites (o, mejor, los límites de la sociedad). En la actualidad, una persona con inclinaciones heterosexuales no suele tener que explicarse ni definirse, y sin embargo otra con preferencias homosexuales o de cualquier otro tipo, sí suele tener que hacerlo (aunque creo que, precisamente, no debería hacerlo, fuera de la necesidad de entenderse a sí mismo nombrándose de alguna manera que dé sentido a su realidad... y aquí volvemos a las imposiciones sociológicas y a la necesidad imperativa de escapar a ellas). 

¿Por qué limitar esa fuga de la normalidad impuesta, que es ya un canto a la libertad por sí misma? Designarse a uno mismo en cualquier ámbito vital, limita el campo de acción, si uno es coherente entre lo que piensa-dice y lo que lleva a cabo en su día a día, (que ese ya es otro tema). Y matizar el lenguaje ya disponible para asociarlo a cada punto de vista particular, es entrar en una espiral semántica que no conduce al entendimiento: inventemos los términos que nos designan sin lugar a dudas o, mejor aún, evitemos nombrarlo todo.

En el discurso de Beatriz Preciado, la homosexualidad y la heterosexualidad no son entidades naturales, sino construcciones sociales y políticas: uno no nace siendo esto o aquello: según sus investigaciones, esas entidades se crearon hace relativamente poco tiempo, en la medicina de finales del siglo XIX, con la finalidad principal de normalizar la heterosexualidad y patologizar la homosexualidad: se crearon para regular el sistema que une sexo y reproducción. No deberíamos tener esa amnesia histórica, es un error muy común que juega en nuestra contra en todos los aspectos de la vida (en política, se usa ya como herramienta de control de masas): por eso es importante partir de la individualidad para conseguir un conocimiento más completo y universal, no podemos quedarnos con lo que quieran contarnos a saber por qué intereses. Si la inquietud parte de uno mismo, y estudia, e investiga, si lee sin descanso, obtendrá sus propias conclusiones y tendrá una versión única, individual, y original de las cosas, una voz propia. Ésa me parece a mí que es la única lucha que verdaderamente importa, y se puede extrapolar a todo.

El discurso de Beatriz Preciado se aplica a tantos aspectos de la sexualidad, es tan completo y tan interesante que invita a buscar toda su bibliografía y a escuchar su voz en los vídeos que circulan por la red. Una mente preclara la suya, con la que ayudar a construir nuestra particular versión de este mundo en el ámbito sexual, pero no sólo: también en lo social y en lo psicológico.

martes, 9 de octubre de 2012

Rueda de prensa de "Mala índole"

Javier Marías en la rueda de prensa de presentación de "Mala índole: cuentos aceptados y aceptables" y de la reedición de "Vidas escritas", acompañado de Pilar Reyes.

Esta mañana se presentaban mediante una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los nuevos libros de Javier Marías que Alfaguara ha publicado estos días, a saber: los cuentos escogidos para su recopilación en "Mala índole: cuentos aceptados y aceptables" y las semblanzas de algunos de los escritores venerados por Marías en una estupenda reedición de su ya mítico "Vidas escritas". 

Ambos libros verán publicada su correspondiente reseña en el Mar de Tinta en los próximos días y, como siempre, también en estas aguas saladas, donde se reflejarán las sabias palabras sobre la Literatura que esta mañana el autor nos dedicó a los asistentes. Como siempre, un honor, y un placer.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Nuevo libro de Javier Marías: "Mala índole"


Alfaguara publica "Mala índole: Cuentos aceptados y aceptables", un libro que pretende recopilar las páginas que Javier Marías le ha dedicado al cuento, reuniendo para ello la casi totalidad de los cuentos que hasta ahora han visto la luz en diferentes recopilaciones independientes, como "Mientras ellas duermen" y "Cuando fui mortal". En "Mala índole...", encontraremos también cuentos ya imposibles de localizar, ni siquiera entre las librerías de viejo, por lo que este libro, por tanto, puede ser ya considerado un tesoro.

Según Javier Marías:

"Dado lo poco que he frecuentado el noble arte del cuento en los últimos tiempos, es posible que ya no escriba más y que lo que aquí se ofrece acabe siendo la totalidad aceptada y aceptable de mi contribución al género."

Desde estas aguas saladas cruzamos los dedos para que estas palabras no se hagan realidad: deseamos un Marías incombustible que siga apostando por la brevedad y la intensidad del cuento. Recordemos que tras la publicación de "Los enamoramientos" también declaraba sus intenciones de dejar a un lado la novela (consideraba "Tu rostro mañana" una obra que ya no podría superar) y sin embargo en posteriores declaraciones comentó brevemente, casi en voz más baja, que existía una nueva idea para una novela que empezaba a tomar forma sin que él mismo supiese dónde iba a llevarle. 

Continúe, por favor, Don Javier....

A la vez, se reedita "Vidas escritas", sin cambios. Este fabuloso libro de breves semblanzas de otros escritores míticos es ya un volumen imprescindible en las bibliotecas de los seguidores de Javier Marías, así como de cualquier lector apasionado de la literatura y de las vidas casi siempre fascinantes de los literatos.

Octubre de novedades literarias y en las calles, hojas secas.

"Tóxica" - Françoise Sagan


Pronunciar el nombre de Françoise Sagan es evocar un estilo de vida frenético y desenfrenado, la continua búsqueda de estímulos, el despilfarro de dinero, los viajes y el placer. Pero, sobre todo, es hacer alusión a un gran exponente de la literatura francesa de las últimas décadas. En esta ocasión, nos adentramos en el frágil mundo de la desintoxicación de la mano de una Francoise Sagan íntima y transparente, que nos brinda la oportunidad de conocer su dura experiencia con la morfina.

"Tóxica" es uno de los textos más desconocidos de la autora, pero que en muy pocas páginas condensa a la perfección su estilo literario y su fuerte y extravagante personalidad. Sin duda, es un libro idóneo para aquellos que aún no hayan leído a Françoise Sagan.


Buenos días, morfina

F. Sagan se hizo famosa a nivel mundial a raíz de la publicación de su primer libro, titulado “Buenos días, tristeza”, escrito a la jovencísima edad de 18 años. Se trata de un libro que surgió de un trabajo escolar en el que debía reflexionar acerca de un tema complicado: en qué se asemeja la tragedia a la vida. Dentro del libro están las respuestas de la excéntrica escritora. Más tarde, habiendo conocido ya el éxito a gran escala, recibió una oferta de la revista Elle para publicar una columna de turismo, que escribía siempre bajo el título “Buenos días, Venecia”, “Buenos días, Nápoles”, “Buenos días...”, por lo que ese “buenos días” de inicio terminó siendo su marca personal como columnista. A pesar de haber producido una amplísima bibliografía, ese primer libro ha sido considerado siempre su mejor obra.

Es interesante recordar aquí que Sagan procedía de una familia de la alta burguesía francesa, y que debido a su alocada vida decidió cambiarse el apellido para no perjudicarles. Sus ideas radicales y opuestas a las de su entorno bienpensante procedían de sus precoces lecturas a Gide, Camus, Eluard, Sartre, Rimbaud y Proust. Además, se rodeó de las personalidades más importantes de su época a nivel intelectual, como Tennessee Williams, Jean-Paul Sartre ó Françoise Mitterand, entre otros, por lo que es considerada como uno de los referentes intelectuales de los años cincuenta y sesenta.

En “Tóxica”, la rebelde escritora acababa de sufrir un grave accidente de tráfico, debido al cual estuvo en coma una breve temporada. Tras superar la convalecencia y poder prescindir de la medicación, hubo de ingresar en una clínica donde le aplicaron un tratamiento durante tres meses para desintoxicarse de la morfina administrada hasta entonces: un complicado trance que para cualquier persona supone una experiencia traumática, y que un espíritu abocado a la literatura como el suyo debía plasmar en el papel para transmitir su experiencia, investigando además la escritura surgida desde un estado físico bastante delicado, del que surge un texto onírico a la vez que inclemente y descarnado.


857 Palfium

Una vez finalizado el tratamiento con morfina, su cuerpo comenzó a sentir los efectos de la abstinencia, por lo que tuvo que recibir un tratamiento que le ayudase a superar esa fase.

Son muchos los escritores que han experimentado con el dolor y han escrito sobre ello mientras lo sufrían o después de haberlo padecido: Bulgakov en “Morfina”, los escritos de Aliocha Coll que Javier Marías llevó a la ficción convirtiéndolo en uno de sus personajes míticos, o Fritz Zorn en “Bajo el símbolo de Marte”. La lista es interminable.

El dolor provoca una serie de reacciones mentales y de pensamientos que pueden resultar muy interesantes volcados sobre el papel. Al igual que muchos escritores toman su inspiración de sus tragedias sentimentales personales, el dolor físico también puede ser una fuente de ideas llegado el caso. Son muchos quienes han llegado al extremo de infligirse daño a sí mismos para experimentar dolorosas sensaciones y poder así transmitir de primera mano al papel todas sus impresiones al respecto.

Existen dos formas de abandonar la adicción a la morfina: ingresando en una clínica adormecido con calmantes, o pasando el mono en casa y sin ayuda. Esta última opción es exageradamente dura para quien la padece: un tratamiento a base de morfina tiene unas secuelas adictivas muy potentes, y la privación repentina de esa sustancia lleva a unos niveles de sufrimiento muy altos. Françoise Sagan estuvo ingresada en una clínica para desintoxicarse, y el diario que relata su experiencia es increíblemente onírico y casi espiritual. Por el contrario, los textos surgidos de la experimentación del síndrome de abstinencia sin paliativos resultan muy distintos: son atroces y descarnados, no tienen nada que ver con la experiencia vivida por una persona tratada con sedantes.

Sin embargo, el texto de Sagan no carece de dureza: a pesar de la permanente duermevela, encontramos a una persona acostumbrada a la libertad que por culpa de un accidente debe estar recluida en un centro médico. Sagan procura edulcorar su estancia escribiendo sus impresiones y leyendo (Baudelaire, Chateaubriand, Apollinaire, etc.), aunque le resulta muy difícil concentrarse en la lectura.

Este libro tiene un aliciente más: el ya de por sí llamativo texto viene acompañado de las ilustraciones de Bernard Buffet, que resultan de lo más apropiadas puesto que, al igual que el estilo del diario, también son muy gráficas y precisas. Representan en muchas ocasiones un cuerpo femenino desnudo, en actitud doliente y, siguiendo con las similitudes con respecto al texto, tampoco están muy adornados, sino que son esquemáticos a la vez que contienen grandes dosis de realismo. El color rojo sangre de las tapas del libro es el detalle definitivo: sin duda, es una idea estupenda para regalar o regalarse.

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