sábado, 28 de enero de 2012

fragmento de "La Montaña Mágica" - Thomas Mann


-No es una ilusión. En invierno los días se alargan y cuando llega el más largo, el veintiuno de junio, a principios de verano, se vuelven a acortar, se van reduciendo mientras se avanza hacia el invierno. Te parece natural, pero si lo consideramos desde otro punto de vista, puede uno sentirse poseído de la angustia del momento y estar dispuesto a agarrarse a cualquier cosa. Es como si el bromista de Till Eulenspiegel dispusiera las cosas de este modo para que a principios del verano el otoño... Uno se siente arrastrado por un círculo con la esperanza de algo que es de nuevo un punto de inflexión. No se hace más que girar. Todos esos puntos de inflexión de que se compone el círculo no tienen extensión, el punto de inflexión no puede ser medido, no hay por tanto rumbo de continuidad, y la eternidad no es una "línea recta", sino un "carrusel".
-¡Basta!
-Fiesta de solsticio -dijo Hans Castorp-. ¡Solsticio de verano! Fiesta de San Juan, los corros, los bailes en torno a las hogueras. Nunca lo he visto, pero parece que es así como los hombres celebraban la primera noche de verano con que comienza el otoño, ese mediodía y esa cúspide anual que empieza luego inmediatamente a descender. Bailan y giran y están alegres. ¿De qué se alegran en su sencillez primitiva? ¿Puedes comprenderlo? ¿Por qué están tan contentos? ¿Porque ya se desciende hacia las tinieblas o porque  se había ido subiendo hasta llegar al instante, al inevitable punto solsticial, la medianoche de verano, la cúspide melancólica en su presuntuoso exceso de fuerza? Lo digo tal como es, con las palabras que se me van ocurriendo. Es un orgullo melancólico y una melancolía orgullosa lo que les hace bailar, lo hacen positivamente por desesperación, si así puede decirse, en honor al movimiento circular y de repetición eterna sobre la línea de dirección en la que todo se repite.
-Yo no puedo decir eso -murmuró Joachim-, haz el favor de no suponer lo que pienso. Creo que te ocupas de cosas muy difusas cuando por las noches permaneces tendido en el balcón.

"La Montaña Mágica", Thomas Mann
Barcelona: Plaza & Janés, 2000.

viernes, 27 de enero de 2012

Eclipse con Rimbaud


He pasado la mitad de mi vida en la oscuridad.
He descargado camiones de oscuridad.
He bebido toda la oscuridad.
He dormido con la oscuridad.
He amado la oscuridad y me he acostado con ella.
He tocado las piedras de la oscuridad hasta herirme las manos.
He repetido tu nombre en la oscuridad.

Los pescadores cantan en la niebla de la oscuridad.
Los jóvenes sin vida están despiertos en la oscuridad.
Los músicos y las rameras guardan su corazón en la oscuridad.

He soñado con la oscuridad la mitad de mi vida.
He hospedado mi juventud en el cáñamo de la oscuridad.
He desnudado a la oscuridad y gozado con ella.
He acariciado con dedos de pastor el sexo de la oscuridad.

La oscuridad es la oración de los acordeones nublados.
La oscuridad vive en las palabras que descifran la muerte.
La oscuridad habita los suburbios de la belleza.

Dad de ladrar al perro de la oscuridad.
Oíd la lepra sagrada de la oscuridad.


"La casa roja" - Juan Carlos Mestre
Calambur: Madrid, 2008.

domingo, 22 de enero de 2012

Lección pasada de moda: Letras de lengua (nuevo libro de Javier Marías)


Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores
Barcelona: Enero, 2012


El medio centenar de textos que compone el presente volumen (cuarenta y nueve, seamos exactos) fueron publicados por vez primera en periódicos, en forma de columnas semanales en todos los casos salvo cuatro. Es precisamente como se ha ido gestando y ha ido adquiriendo relieve este libro, porque a lo largo de los años se ha perfilado muy claramente la preocupación de Javier Marías por el idioma español, tanto el escrito como el hablado; y llegó el momento cuando pareció preciso reunir estos textos en un libro que permitiera no sólo dibujarse con nitidez esa inquietud por el empleo del castellano contemporáneo sino, asimismo y sobre todo, contribuir a orientar a los hablantes del español y salirles del nuevo al paso a todos quienes lo están maltratando y menoscabando.

lunes, 9 de enero de 2012

"Esquizofrénicas o La balada de la lámpara azul" - Leopoldo María Panero


Aquí estoy yo, Leopoldo María Panero

hijo de padre borracho

y hermano de un suicida

perseguido por los pájaros y los recuerdos

que me acechan cada mañana

escondidos en matorrales

gritando por que termine la memoria

y el recuerdo se vuelva azul, y gima

rezándole a la nada porque muera.

domingo, 1 de enero de 2012

2011. Las mejores lecturas.

Es inevitable, llega esta noche y nadie escapa a la melancolía. La euforia de la gente en la calle, el colorido que anula el poco frío que hace y el sonido de los petardos atronadores hacen que de alguna forma uno se obligue a hacer recuento, uno, de lo que sea. Por alguna razón somos incapaces de evitar tener la sensación de que algo termina para dejar paso a algo nuevo... que será mejor, queremos pensar que siempre será mejor.

Mi recuento es acerca de los libros que he ido comentando aquí a lo largo del año (ya de por sí, mis favoritos). Los que me han gustado tanto, tanto, como para convertirse en inolvidables, emocionantes y geniales, son los siguientes...


La poesía de Leopoldo María Panero fue un hallazgo espectacular, leerle supone transitar por caminos muy oscuros pero cargados de sabiduría y de referencias magistrales, por eso fue un honor poder estrechar su mano cuando firmaba ejemplares en la caseta de la Feria del Libro.
Asco y Vivir y morir en Lavapiés, del zamorano Barrueco, dos novelas que se han publicado con muy pocos meses de diferencia y que harán las delicias de todos aquellos quienes disfruten de la literatura de la nueva generación de escritores que sabe lo que hace, que escribe por absoluta vocación y dedica a la escritura muchas horas de cada uno de sus días, llenando páginas de historias encantadoras y muy bien escritas detrás de las cuales se agazapan multitud de referencias de la más alta calidad literaria.

Qué decir de Cărtărescu... probablemente sea el autor que he descubierto que más me ha impactado este año. Su forma de narrar es indescriptible, magistral, evocadora, sutil, onírica... increíble y perfecta. Cegador me encantó pero Lulu me marcó de una forma especial, fue un descubrimiento realmente genial.




Independientemente de que Los enamoramientos haya sido considerada por muchos medios la novela del año o no, para mí siempre es una fiesta cuando se publica una obra nueva de Javier Marías, y en este caso no iba a ser menos. Como seguidora acérrima, incansable y voraz de Marías desde hace ya 10 años, esta novela no se encuentra entre mi trío de favoritas teniendo en cuenta el resto de su obra (que he leído completa) y, aun así, me parece que es una gran novela, está maravillosamente bien escrita y merece todos y cada uno de los premios y reconocimientos que le han otorgado desde su publicación, en estos meses.

También han sido un hallazgo otros libros, y me han deparado muchas horas de compañía y me he reconocido en sus líneas. Por ejemplo, he leído varios libros de Robert Walser, aunque no los haya reseñado todos, y me han parecido estupendos. Es un escritor magistral, de los grandes.

Leyendo a Vila-Matas pensé seriamente que podría haberse convertido en mi escritor favorito si hace años no hubiera descubierto a Javier Marías, que ocupó ese lugar sin remedio. Vila-Matas tiene en su literatura muchas de las características que encuentro en la de Marías y que me hacen adorarla: es sobre todo la consistencia y la coherencia a lo largo de toda su obra, los paralelismos que establece en artículos y novelas, son señas de identidad que los incondicionales reconocemos y nos hacen sentir dentro, como si de alguna forma perteneciésemos a ella. No sé explicarlo de otra forma, supongo que hay que leerlo y darse cuenta.

Querría poder habitar los mundos que surgen de la imaginación de Gaiman: oníricos, mitológicos, irreales y perfectos. El libro del cementerio, Stardust, American Gods y la mítica e impresionante The Sandman son obras que pertenecen a la más alta literatura y que se han instalado para siempre en mi imaginario de género fantástico (en todos los sentidos, esta vez). Adoro a este tipo, y no sé de nadie que después de leerle y de conocer también la obra musical de su pareja, Amanda Palmer, no planee alguna artimaña para engañarles y llevarles a vivir a su salita de estar para siempre.

Mi propósito para 2012: leer más.

Besos mil.
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